RESUMEN
Llamamiento
Con Moisés muerto, Dios llama a Josué a su nueva tarea (1.1-2), prometiéndole éxito (1.3-5) y retándole a ser valiente y obediente (1.6-9). Entonces, Josué preparó a los israelitas (1.10-18) y envió espías a reconocer Jericó (2.1-24).
Cruzar
Los espías habían vadeado el río el día previo (2.23), pero ahora estaba crecido (3.15). Los cananitas probablemente interpretaron que Baal (su dios del tiempo) los protegía. Dios mandó a los sacerdotes llevar el arca dentro del río y, al hacerlo, el agua se detuvo de forma que el pueblo pudo cruzar (3.14-17). Se levantaron piedras para recordar lo que Dios había hecho.
Circuncisión
Antes de luchar, los hombres debían circuncidarse (algo que se descuidó en el desierto) para recordarles que eran el pueblo de Dios (5.2-9). Una vez celebrada la Pascua (5.10-12), estaban listos para la guerra. A Josué se le recordó que esto era la batalla de Dios (5.13-15).
Conquista
Josué comenzó tomando ciudades a lo largo del camino que corta Canaán en dos. Jericó no fue tomada mediante lucha sino a través de una ruidosa procesión religiosa (6.1-27). Yendo hacia el oeste, se vieron de forma inesperada derrotados en Hai (7.1-9). La razón era el pecado: Acán tomó del botín obtenido en Jericó que era solo para Dios. Con su pecado sacado a la luz (7.10-26), Hai fue tomada (8.1-35).
En la segunda fase, Josué giró hacia el sur. Los gabaonitas usaron la astucia para que los israelitas hicieran alianza con ellos (9.1-27) y cinco reyes amonitas se unieron contra Israel (10.1-6). Dios los derrotó de forma milagrosa (10.7-15), permitiendo a Josué conquistar el resto del sur (10.16-43).
En la tercera, Josué fue hacia el norte, derrotó al rey de Hazor y sus aliados (11.1-23). La conquista había terminado, unos treinta años después de su inicio, y Dios asignó tierra a cada tribu (13.8-21.45), pero durante muchos años hubo focos de resistencia (13.1-7).
Véase el mapa de la división de la tierra en territorios asignados a cada tribu en la p. 98.
Pacto
Finalizada la conquista, Josué hizo su discurso de despedida (23.1-16) y encabezó junto al pueblo un acto de renovación del pacto (24.1-27), recordando a Israel todo lo que Dios había hecho e instando a una obediencia de todo corazón. Completado su cometido, murió, a la edad de ciento diez años (24.28-33).
Autor
El libro no nos da su autor, pero la redacción sugiere que fue testigo ocular de que narra. Josué recopiló acontecimientos (18.8, 24.25), pero el uso frecuente de «hoy» o «este día» (7.26) indica que la versión final fue escrita más tarde, quizás durante la monarquía, por u...