Con buenas palabras
eBook - ePub

Con buenas palabras

Todo lo que necesitas para expresarte mejor

Fernando Vilches

Share book
  1. 400 pages
  2. Spanish
  3. ePUB (mobile friendly)
  4. Available on iOS & Android
eBook - ePub

Con buenas palabras

Todo lo que necesitas para expresarte mejor

Fernando Vilches

Book details
Book preview
Table of contents
Citations

About This Book

Fruto de más de cuatro décadas de docencia de la lengua española, Fernando Vilches destila sus conocimientos sobre la materia en esta obra. Se trata de una peculiar gramática que se hace eco de las dificultades que el autor ha detectado en sus alumnos y oyentes.Con buenas palabras se organiza en tres bloques: las cuestiones gramaticales (propias de las partes de la oración); las ortográficas, que abordan las cuestiones de puntuación y las palabras con dificultades de escritura y las léxicas, que ahondan en diversos aspectos de lo que Vilches llama "ese maravilloso armario del vocabulario que posee el idioma español".Aquí no se eluden otras cuestiones de actualidad, como el reflejo en el lenguaje de los tratamientos sociales o el mal llamado "lenguaje de género".Además de todo lo anterior, el libro se completa con un bloque de dislates (errores cometidos por periodistas o políticos), que se señalan y corrigen para buen uso de todos los hablantes.La obra culmina con una curiosa e hilarante recopilación de despropósitos lingüísticos en textos, anuncios y cartelería de nuestra vida cotidiana.En conjunto nos encontramos ante una amena síntesis sobre el buen uso de nuestro idioma y una denuncia de los abusos que cometen los hablantes, todo ello con el inimitable humor y bonhomía del autor.

Frequently asked questions

How do I cancel my subscription?
Simply head over to the account section in settings and click on “Cancel Subscription” - it’s as simple as that. After you cancel, your membership will stay active for the remainder of the time you’ve paid for. Learn more here.
Can/how do I download books?
At the moment all of our mobile-responsive ePub books are available to download via the app. Most of our PDFs are also available to download and we're working on making the final remaining ones downloadable now. Learn more here.
What is the difference between the pricing plans?
Both plans give you full access to the library and all of Perlego’s features. The only differences are the price and subscription period: With the annual plan you’ll save around 30% compared to 12 months on the monthly plan.
What is Perlego?
We are an online textbook subscription service, where you can get access to an entire online library for less than the price of a single book per month. With over 1 million books across 1000+ topics, we’ve got you covered! Learn more here.
Do you support text-to-speech?
Look out for the read-aloud symbol on your next book to see if you can listen to it. The read-aloud tool reads text aloud for you, highlighting the text as it is being read. You can pause it, speed it up and slow it down. Learn more here.
Is Con buenas palabras an online PDF/ePUB?
Yes, you can access Con buenas palabras by Fernando Vilches in PDF and/or ePUB format, as well as other popular books in Languages & Linguistics & Linguistics. We have over one million books available in our catalogue for you to explore.

Information

illustration

Cuestiones gramaticales

ADJETIVOS

El adjetivo: definición

El adjetivo tiene como función modificar al sustantivo, por un lado, y, por otro, aportar significados muy variados. En muchas ocasiones, denota propiedades o cualidades del sustantivo al que acompaña.

El orden de los factores sí altera el producto

¿Lo recuerdan? Cuando estudiábamos matemáticas, a la pregunta de si daba igual la operación 8 x 4 que 4 x 8, don Leopoldo, que fue mi primer profesor de la materia en 1.º de Bachillerato, y una persona excepcional, decía rápidamente: «El orden de los factores no altera el producto». Pues en el caso de los adjetivos calificativos ese orden altera, en algunos casos completamente, el producto.
En nuestra lengua, la posición habitual del adjetivo es pospuesta al nombre. Así, Me he comido una manzana jugosa suele ser preferible en el habla normal al más literario jugosa manzana. En esos casos, nos iríamos a las matemáticas y, efectivamente, el orden no altera el resultado; en los dos ejemplos era una buena manzana para comérsela.
Veamos ahora el caso de los llamados adjetivos valorativos. Esto que pasa de forma recurrente con las matemáticas no ocurre siempre con ciertos adjetivos. Yo tengo más de sesenta años y llevo impartiendo docencia más de cuarenta. ¿Qué dirían ustedes de mí, que soy un profesor viejo o un viejo profesor? Hace años, sería ambas cosas, sin duda, porque recuerdo a mi padre con cincuenta y me parecía un señor muy mayor, casi un anciano. Actualmente, la edad cronológica no se acompasa con la biológica como antes y, ni mucho menos, con la edad que uno siente por dentro. Por ello, yo me defino como un viejo profesor, es decir, con bastantes años de profesión a mis espaldas, pero no como un profesor viejo, porque, además de estar todavía en activo, me siento interiormente mucho más joven de lo que indica mi carné de identidad.
Este mismo procedimiento lo podemos aplicar con viejo amigo o amigo viejo, y así, distinguimos perfectamente a los amigos de la vieja frase inglesa Old friends are the best friends (‘Los viejos amigos son los mejores amigos’, o sea, los de la infancia o los del colegio) de esos otros amigos de nuestros padres que acababan siendo también nuestros en poco tiempo y que eran, lógicamente, amigos de mucha edad. Y, para no cansarlos, sucedería lo mismo con hombre grande y gran hombre.
En cuanto a los adjetivos relacionales, se comportan de manera muy disciplinada, pasan de todas estas cuestiones y van siempre a tiro fijo: se dice queso manchego pero no manchego queso, y hay algunos otros cuya colocación responde más bien a una intención subjetiva: un amanecer triste es más objetivo que un triste amanecer.
En cuanto al uso y el significado de algunos elementos relacionales (sustantivos y adjetivos), se dan confusiones frecuentes entre uno y otro. Por ejemplo:
anual (adj.)
que se repite cada año
bienio (sust.)
periodo de dos años
bianual (adj.)
que se repite dos veces al año
bienal (adj.)
que se repite cada dos años o dura dos años
trienal (adj.)
que sucede o se repite cada trienio
cuatrienal (adj.)
que sucede o se repite cada cuatrienio
decenio (sust.)
periodo de diez años sucesivos cualesquiera
decenal (adj.)
que se repite cada diez años
década (sust.)
serie de diez años (2040-2050)
mensual (adj.)
que se repite cada mes
bimensual (adj.)
que se repite dos veces al mes
bimestral (adj.)
que se repite cada dos meses o dura dos (bimestre)
semestral (adj.)
que se repite cada seis meses o dura seis (semestre)
quincena (sust.)
espacio de quince días
quincenal (adj.)
que se repite cada quince días
semanal (adj.)
que se repite cada semana
Hablando de decenios, hay varias formas de nombrarlos: la más obvia es el decenio 2020-2030; la más corriente hoy, que es calco del inglés: los años veinte; la fórmula clásica: la década de los veinte.
Por último, están los adjetivos especificativos descriptivos, que tienen la misión de descubrirnos aquello que buscamos entre otros muchos objetos de su especie. Me explico: ¿Dónde vives? En la casa pequeña. Así, de entre todas las que hay en la calle, la mía es la pequeña, y otra cosa muy distinta es cómo es la casa: Mi casa es pequeña o Vivo en una pequeña casa.

De los grados no centígrados del adjetivo

Estoy muy casado

Vamos a tratar ahora de la gradación del adjetivo, es decir, lo que llamábamos el grado positivo —alto—, el comparativo —más alto— y el superlativo —muy alto o altísimo—. Y hablaremos concretamente de dos grupos de adjetivos: los que no pueden tener gradación, porque en sí mismos ya expresan un estado que no admite ningún tipo de escala, o aquellos otros que no añaden al nombre ninguna cualidad inteligente ni con matices ni enriquecedora porque ya la portan consigo.
Entre los de imposible gradación, situaríamos el que aparece en el epígrafe que da título a este apartado. Yo puedo estar o no casado. Y punto. Ni más casado que otro ni casadísimo, aunque lleve más de 30 años de matrimonio con la misma mujer. Me dirán ustedes: pero, en el habla coloquial, pueden añadir cierta ironía o guasa. Sí, claro, pero no es caso de andar siempre hablando sin tener en cuenta el buen uso de la lengua. Así, no cabrían en un habla lógica los adjetivos del tipo solterísimo, muertísimo o rechazadísimo, porque con soltero, muerto y rechazado tengo todo el grado significativo que necesito.
Otra cuestión es la metáfora, la lengua literaria, cierta expresividad del lenguaje a la que recurro para informar de una situación desde mi punto de vista, como cuando digo: Está más muerto que vivo, como descripción de alguien cuyo aspecto o cuyo modo de tomarse las cosas está más próximo al final de la vida o lo asemeja a un fiambre (interesante viaje semántico de esta forma de preparar alimentos fríos que ha pasado también a designar muertos, sobre todo en las películas policíacas de serie B).
Ahora toca el turno de aquellos que no soportan el análisis del recto significado. Escucho con frecuencia que se va a dar esta u otra noticia acaecida en un pueblecito pequeño. ¿Cabe en cualquier cabeza que digamos que Madrid es un pueblecito? La ciudad más bonita y acogedora de Europa es todo menos un pueblecito, lo fue, efectivamente, como todas las grandes urbes en su inicio, un pueblo más o menos grande que, luego, por mor de las decisiones reales, pasó de burgo a villa y, a partir de ahí, a crecer sin parar hasta convertirse en lo que hoy con toda claridad llamaríamos ciudad. El término pueblecito tiene, por tanto, valor apreciativo y, obviamente, no...

Table of contents