Aforrismos
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Aforrismos

A un click del amor

Iván Chausovsky

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Aforrismos

A un click del amor

Iván Chausovsky

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Agobiados e impulsados por los algoritmos, las apps, los datos, las selfis, los chats y las redes sociales, los vínculos transitan una época rara en la que se ponen en juego y en jaque las ideas de amor, sexo, sensualidad y pareja. Los Aforrismos del psicoanalista y músico Iván Chausovsky son ideas catárticas que expresan el diálogo interno y también ejercicios lúdicos con el lenguaje que, a partir de la ocurrencia, la provocación, la ruptura y la transgresión, se valen de la metáfora, anagramas y sustituciones para derribar la censura del superyó y explorar los caminos de la intimidad como espacio posible para el encuentro amoroso.

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Information

No es lo mismo andar perdido que viajar sin rumbo.

#aforrismos
De vez en cuando, pensar no viene mal. Hacerlo todo el tiempo es una tortura. En general no pensamos, somos pensados. El pensamiento ya masticado no sabe a nada. Hoy es un día de miércoles, cayó el otoño y subió el dólar. Qué mal que está todo. La modernidad y las redes sociales nos tienen culo para arriba. La mayoría sufre el sin sentido de la vida, muchísimos por problemas económicos y quien no lo puede evitar, por los vínculos amorosos. ¿Te preguntaste para qué vivís? La respuesta está en cada quien, a mi entender; en acciones, no en sustantivos. Yo escribo estas pavadas para inventarme algún sentido. Me gusta jugar con los fofofonemas y los cacambios de pulso. También para lograr ponerle forma a lo que pienso en la cama, previo a dormirme y antes de despertar. Ya durante el día, ando en modo avión, corriendo o sonámbulo. El aforismo se inscribe en una tradición milenaria que atraviesa las más diversas culturas. Los aforrismos se escriben en la posmodernidad de una red social que transforma tiempo y espacio. Es brutal cuando alguien me dice ‘Justo lo que necesitaba’, como si pudiese existir alguna intencionalidad de parte del emisor. No, amigues, el sentido, el mensaje, es construido por quien lo lee. Similar a darle sentido a la vida. Los antiguos griegos, los persas, las tribus aborígenes de África y nosotros hacemos lo mismo, vivir y ser co-creadores de nuestro destino. Existe un tipo de saber ligado a una dimensión práctica, un decir para hacer, un ser lo que hago y no lo que digo. Al igual que el tiempo, no se trata de tenerlo, sino de hacértelo. De emplearlo en lo que deseas y no ser un empleado del deseo del otro. El saber pragmático produce enunciados que rarifican la experiencia, que crean extrañeza en lo cotidiano, que denuncian la arbitrariedad de nuestras prácticas y, así, dan cuenta de nuestra potencia cercenada. Lo maravilloso del psicoanálisis es encontrar el doble sentido en el vericueto de los significantes. Lo no pensado, pero dicho en las palabras que escupimos. No te preocupes si andás sin GPS. No tengas miedo a hacer pausas: pará, pensá. Pisá la pelota y levantá la cabeza. Lo que realmente importa es que estés de acuerdo con vos mismo. No es lo mismo andar perdido que viajar sin rumbo.

Quiero un amor con quien comer en la cama y coger en la mesa.

#aforrismos
Qué temas estos del amor, la pareja y los abrazos. Para los post-millenials es una época confusa. Que el compromiso, el comprobante, la libertad, la transparencia. Tenemos un embrollo entre teoría y práctica. Todo muy progre y sin ataduras, pero al toque surgen los reclamos. “Me vendiste otra cosa”, “Vos no sos lo que yo quiero”. Ni uno mismo es lo que quiere, ni lo que quiero es uno mismo. “Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”, decía Sartre. Vamos siendo una respuesta a la pregunta imposible del otro. El poliamor… cada vez lo entiendo menos. A falta de comprensión, tomo lo que me gusta e intento conclusiones. La más significativa es amar al prójimo. Cuidar de tus amigues, llevarle una sopa a la vecina que está enferma, etc. Esto no tiene que ver con el sexo, se trata del amor. El segundo punto es la exclusividad y la jerarquía. El poliamoroso con OSDE cambia la mononorma por una serie de vínculos afectivos con jerarquía. Resumiendo: cogé con otres, pero tu amor es mío. Muchas veces lo novedoso viene disfrazado de viejos instrumentos. Luego está lo de ‘nos contamos’ o simplemente dejamos que suceda. Este tercer ítem juega a la trampa de ‘me revoluciono como me conviene’. Seguimos repitiendo lógicas de amor narcisista neoliberal. El capitalismo incita a vivir de un modo individualista y autosuficiente donde la libertad es no depender de nadie. Gente mezquina que lo quiere todo o no sabe lo que quiere y entrega nada. En lo que fallan, culpan y responsabilizan al otro. Sí, está bien eso de ‘andá y amate’, pero no es así nomás. Conviene vivir en plan esquizo. Hablá en plural. Hablate como si estuvieras con alguien. ‘Que me abraces y me digas que no te vas a ir nunca’. ‘¿Querés algo del chino?’ ‘Que me abrace y me diga que no se va a ir nunca’. Si de algo estamos necesitados es de afecto. Si por alguna razón quisiera tener algo es para compartirlo. La felicidad es compartida. No seas amarrete. La soledad es lo único que hay que bancarse solo. A veces amo sin distinción. Me gusta cuando te imagino de gala y también cuando venís en pijama. Tengo claro lo que no quiero, vislumbro lo que me interesa. Quiero un amor con quien comer en la cama y coger en la mesa.

Amar es que te quieran por lo que te falta y no por lo que te sobra.

#aforrismos
Podremos hablar mucho del amor y, aun así, decimos poco. Uno no ama lo que quiere, uno ama lo que desea. El amor nunca podría ser una orden. “Lo que hacemos por obligación no lo hacemos por amor”, dice Kant. Nada más alejado del amor que la moral. No hacemos el amor por deber ni por obligación. Amar por lástima, lastima. El amor no puede ser exigido ni debe reducirse a la sexualidad. Éste dice presente con su ausencia. A veces construye castillos en el aire y otras escribe mensajes en la arena. Los poetas intentan definirlo por su magia, los enamorados lo confunden con la torpeza y los legos se llenan la boca narrando grandes hazañas, diciendo que ha salvado pueblos y liberado almas. Alguien dijo que ha construido un mundo detrás de un beso. Demasiado entusiasmo puede confundir a los espíritus. “El amor —según Platón— ama aquello que le falta y no posee”. Sabines dice en uno de sus poemas: “Para amarte no necesito tenerte”. Me niego a pensar que toda carencia es amor; sin embargo, me atrevo a decir que todo amor es carencia. El amor es un indigente lejos de cualquier comodidad, muerto de hambre y sin hogar; es rico en lo que le falta y pobre en lo que persigue. Siempre está entre la fortuna y la miseria, entre la fama y la ignorancia, entre el dicho y la dicha. El amor es un adicto que, aunque consiga su dosis, quiere más, es como un deseo que por su misma naturaleza está privado de lo que desea. El amor es una puta mierda, una patada en los huevos, un dolor de ovarios. Es una carencia a la cual la plenitud le está vedada. De ahí proviene el gran sufrimiento con que nos tortura. Los seres humanos rara vez morimos de amor, nos aburrimos antes y, si no, nos mata el aburrimiento. El gusto por la novedad suele ser más fuerte que la abulia. Existen locos que aman el amor más que la vida y veneran la ausencia ajena por sobre la presencia propia. No confundamos el amor con la droga que sentimos al enamorarnos. El amor mira al futuro y siempre podrá ausentarse. Es un tema complejo, aunque no debería ser tan complicado. No podremos contestar la pregunta por el sustantivo, quizá podamos decir algo sobre el verbo. Amar es que te quieran por lo que te falta y no por lo que te sobra.

No olvides tu casa al salir del celular.

#aforrismos
Me interesa pensar las transformaciones que trae aparejada la tecnología, fundamentalmente el uso del celular. La portabilidad y la conectividad nos llevan a poderosos cambios sociales, largas visitas al baño y fuertes calambres en las piernas. Nuestra sociedad se vuelve cada vez más liviana, desde el hardware hasta los vínculos. Objetos, teléfonos y personas cada vez menos duraderos y más fácilmente reemplazables por otros nuevos. El cuerpo recibe el impacto que se aloja en una subjetividad dañada por comportamientos compulsivos. Dedos pulgares compitiendo torneos de mensajes sin destino. El uso de celulares ofrece una narcotización rápida, la pantalla absorbe a un ser asediado por una sociedad que evoluciona vertiginosamente. La virtualidad es parte de nuestra vida cotidiana y de nuestra realidad. Somos parte fundamental de la tecnología. El uso de computadoras, redes, Internet y smartphones tiene consecuencias psicológicas importantes. Imaginen cómo se siente un mensaje de whastapp que nunca será contestado o una tostadora que perdió la libido y ya no calienta. Las herramientas de la última hora de conexión o el visto plantean morbosas reglas para los corazones ansiosos. Si tarda mucho en responder o a qué hora se conectó. Se generan infinitas suposiciones, todas malas. Los vínculos se consumen a velocidad de microondas. Nos acostumbramos a relaciones que se enfrían y se recalientan a cualquier hora y con poco tacto. Brutales descargas emocionales sin mediación de la pausa, el pensamiento o la palabra. La tecnología es una herramienta y, como tal, necesita de un ser humano que la manipule. Sin embargo, ésta es una relación de mutua transformación, una relación dialéctica que cambia los roles. Sabemos de los peligros y enfermedades que el abuso de la tecnología puede provocar. Existe una parte de la batalla cultural que pasa por los aspectos más materiales de la cultura: no olvides tu casa al salir del celular.

¿No podemos dejar toda la parte del histeriqueo y pasar directamente a lo de comer y ver series en la cama?

#aforrismos
Para variar, estuve pensando en el amor y los desencuentros que tanto nos interpelan en la era digital. La falta de timing para concretar los encuentros. El otro día alguien exigía un trailer de las personas antes de una cita para saber dónde uno se está metiendo. Siempre corremos el riesgo de estar entrando a Mordor con una sonrisa. ¿Cómo funciona el algoritmo respecto de los vínculos sexuales? ¿Te juntás con gente en tu mismo dial, personas afines o qué? Deberíamos tener la posibilidad de saber cuándo alguien hizo match con gente de tu entorno cercano. Les ex novies de les amigues no son un buen plan para el chongueo. ¿Vamos a morir de aburrimiento por repetir las mismas presentaciones cita tras cita? La generación de los treinti-algo estamos agotados. Hemos sido absorbidos por una lógica antigua. Los que pasamos la mayor parte del tiempo solteres ya sabemos lo que no queremos. Desde que el se convirtió en algo al alcance de un click el desencuentro está al alcance de la mano. Época divertida y angustiante que nos toca vivir. Liberarnos de mandatos y obligaciones sociales es algo que ya está en marcha. Comprender que la monogamia ha sido un pacto impuesto por el mercantilismo de las relaciones, lo tenemos claro. Pero nos complicamos al querer hacer algo distinto con eso. ¿De qué están hechos los celos? ¿Funcionan igual en hombres y mujeres? ¿Podemos pensar ciertas lógicas de lo masculino y lo femenino más allá de lo genital? Siempre escribo sobre lo mismo. Doy vueltas como un trompito girando en espiral. La verdad, todo esto me tiene preocupado, pero no tanto como para ahogarme en el silencio. Vamos construyendo preguntas a nuestras respuestas. Debemos oscurecer lo superfluo e iluminar lo importante. Sonríe al destino que te hiere y no hieras a nadie. Hacé con los demás lo que te gustaría que hagan con la gente que querés. Hoy por ti, mañana por otro. Lo importante es que la pasemos bien. Lo fundamental es que nadie la pase mal. El placer es un derecho que de hecho nos cuesta mucho. Se puede llover de amor, pero no es sabio llorar de soledad. ¿No podemos dejar toda la parte del histeriqueo y pasar directamente a lo de comer y ver series en la cama?

Perder el miedo a perder es la única forma de ganar.

#aforrismos
Estoy perdido, agotado de tanto miedo a arrepentirme. Los seres humanos vivimos exigidos; sufrimos del imperativo al éxito. Vivimos la cantidad como una tortura cotidiana y autoimpuesta. Queremos más: más felicidad, más rápido, más sexo, más comida, más dieta, más que el otro. Debemos poner una pausa a este acelere. Vivimos en la intoxicación como modo de vida. Anestesiados por drogas legales e ilegales. El alcohol, la cocaína, la marihuana; también el clonazepam y el rivotril. No olvidemos Netflix, Tinder e Instagram. La droga digital nos ha invadido de modo arrasador. Las pantallas nos tienen zombies. Bajamos la cabeza a la realidad mirando nuestros celulares. Una pantalla es algo que tapa o donde se proyecta. Comparándonos con otros no vamos a ir muy lejos. Reivindiquemos el derecho a ser losers. Crecemos con eso de que la felicidad es algo que les pasa a otros. Vemos el paraíso en el purgatorio ajeno. Los deícticos (términos cuyo significado depende del contexto) nos amenazan todo el tiempo. Recuerda que cuando estés allí, allá será acá. Revaloricemos el ocio y el hacer nada. ¿Qué es esa mierda de no poder perder el tiempo? En la cama y en los sillones suceden las cosas más importantes de la vida. No nos exijamos más ni de más. No te preocupes por destacarte. Nos homogeneizamos al querer diferenciarnos. Si ser feliz es ser igual a todos, yo quiero ser raro. Las diferencias también son lo que nos une. El discurso capitalista se hace carne a través de lo digital y de las redes sociales. Todo es cuantificable, menos la angustia. A través de la apariencia y la idealización nos ponemos en falta. Necesitamos contar cuánto, cómo y dónde. Somos objetos de publicidad exponiendo logros y consumo de experiencias, una sociedad consumida por el imperativo a la felicidad. La publicidad nos ha inculcado que para ser felices debemos tener. Lo que sea, pero tener. Quizás sea un buen momento para perder. No luchar nuestras batallas personales en cualquier lugar. Lo que antes te gustaba ya no te cabe, no te queda. No tengamos miedo a dar un paso en falso, a enamorarnos de la persona equivocada o a decir una gansada. Perder el miedo a perder es la única forma de ganar.

Me gustaría tenerte cerquitaysinespacios.

#aforrismos
Llueve y me mojo pensando en vos. Piénso-te y me da sed. Pienso en que podrías andar en la calle sin paraguas y quiero llevarte uno. Si no, invitarte a que hagamos una fiesta en el sillón. ¡Qué lindos son los días feos! Quiero un fin de semana horrible para hacer cosas hermosas. Me gustan las canciones que llueven mientras cantamos. Me gusta la melancolía. Soy como un agujero negro intergaláctico. Me gusta perderme en mi espacio interior como astronauta de los sentimientos, y flotar. Olvidar la gravedad. Deberíamos tomar la vida más a la ligera, como un globo de helio. Una vida fresca, como un hielo por tu espalda. No ser tan agudos con nosotros mismos. Tan molestos. A veces nos hacemos drama por cosas que no son graves. Amigarnos con nuestro enemigo interior. Abrirnos al abrazo que nos parte al medio. Al abrazo que nos une, que nos hace uno por un rato. Hacer de abrigo del otre cuando tiene frío. Hacer cucharitas que nos protejan de la crisis. Comer del mismo pote de helado. Juntar nuestros pedazos rotos y hacer un bricolage. Hacer algo bueno con lo que nos hace mal. “Sacar belleza de este caos es virtud”, cantaba Cerati. Juntarnos un rato y hacernos los ratones. Ratearnos un ratito del mundo. Desaparecer entre las sábanas. Surfear la ola y no sufrirla. Acá estoy solo, esperando la tormenta. Pensarnos como ángeles de una sola ala, necesitamos hacer equipo para volar. Lennon y McCartney, Thelma y Louise, Minnie y el ratón Mickey, Luisa con Clark Kent, Eva con Perón, Gala con Dalí, Coca con fernet, pasta con vino, sol y bici, verano y helado, joda y cumbia, tiempo y libros, lluvia y Netflix, dinero y vacaciones, queso y dulce, playa con porro, siesta contigo, Freud y Lacan, Charly con Fito, Gardel y Lepera, jamón y queso, reír con amigues. Estuve buscando la mejor combinación, pero ninguna supera a vos conmigo. Me gustaría tenerte cerquitaysinespacios. 

Estuve mirando tus fotos de perfil. Me gustabas en 2015.

#aforrismos
Dicen que el amor es retirarse para que el otro sea. Recuerdo con amor a cada amor que se ha ido. Quisiera agujerear las redes del amor mal dicho, del amor maldito. Que nos abriguemos en un abrazo y nos recordemos sin palabras, embriaguémonos con el amor que se ha echado a perder. Nuestro love fue una gran película que nadie filmó. Nuestra avant premier, nuestra ópera prima. Nuestro Vietnam. Desde que nos separamos, te quiero mucho. Quisiera vacaciones de fechas y calendarios. Quisiera olvidar el día que nos conocimos para volver a vivirlo. Aún espero un futuro que no me ha pasado a buscar. Deseo tu deseo mientras nos mirábamos. Me excitaba tu mirada cuando no me veías. Odié tu disconformidad de consumidor cuando reclamabas. Pienso en el tiempo que pasó. Lo que antes me gustaba ya no me queda, ya no me cabe. No nos megusteamos como antes. El tiempo no funciona como el espacio. A medida que crezco de ancho también me estiro, elongo la conciencia. Aguardo las pausas, los oasis mentales. No quiero dudas pendientes. Desdudémonos. Olvidemos el debe y el haber. Tu abrazo me hizo compañía para siempre. No hay deudas donde hubo entrega. Habernos amado es un pacto de amistad firmado con fluidos, fotografiado sin filtros. Cuando lluevo, stalkeo mis recuerdos con más vehemencia. ¡Qué bien que la pasábamos! El recuerdo es más hermoso cuando se cosecha que cuando se siembra. Desde el hoy, nuestro amor se ve hermoso, como las fotos con marcos redondos. Pronto seremos vintage. A la distancia, las cosas que nos molestaban se ven maravillosas. Posiblemente esas fallas sean las rendijas por donde entra el amor que nos dimos. Te amo donde me fallaste. Te quise con todos mis errores. Desde el futuro, te recuerdo linda, radiante. Ya es tarde. No quiero manotazos de ahogado a la soledad ni mandar mensajes de madrugada. Voy a cerrar los ojos para espiarte mejor. El amor que ayer creímos eterno duró un instante. ¿Deberemos atravesar agrios chongueos para revalorizar la chispa del amor vencido? Queda un sabor amargo en la mente que consume dulces flashbacks. Nadie podrá hackear lo que nos dimos. Te cariño con recuerdos. Estuve mirando tus fotos de perfil. Me gustabas en 2015.

Tomate un tiempo, pero no te tomes el mío.

#aforrismos
A partir del surgimiento de Internet se ha modificado la percepción del tiempo y del espacio. Hablamos del tiempo propio como si fuese encapsulable. Sabemos por experiencia que la sensación tiempo tiene medidas lógicas, pero, aun así, es subjetivo. Mientras más ocupados y menos tiempo tenemos solemos poder hacer más cosas. Esperar haciendo un trámite puede estirar y hacer parecer más largo un momento. Por el contrario, cuando nos divertim...

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