Capítulo 1
Sociología primal y antropología jurídica
Para sanar la herida identitaria ancestral y construir una ciudadanía intercultural incluyendo la perspectiva biocultural
Perspectiva biocultural abya-americana, para la interculturalización
de la Gestión de Políticas Públicas, y los Derechos Humanos Emergentes.
Conocer y comprender datos claves para la próxima conquista social: la perspectiva biocultural, que en tanto pacífica, requiere de capital de solidaridad, en ámbitos formales e informales, dentro de estructuras sociales, educativas, políticas, culturales, jurídicas, legislativas y económicas.
El presente capítulo 1 no corresponde de manera exacta con el que obra en la Maestría de Estudios Latinoamericanos de la FCPYS-UNCuyo (2015); dado que se decidió tomar solo algunos elementos para complementarlos con los aportes (2020) que realizó por una parte, el Tribunal examinador de la tesis; y por la otra, la necesidad de generar aproximaciones para una antropología jurídica en la práctica legislativa con perspectiva biocultural, para incluir el pensamiento de los Pueblos Originarios, y así se pueda dar solución a los reclamos desde su lógica comunitaria biocéntrica. Asimismo, incluir la acción de referentes de un nuevo pacto eco-social para asistir la crisis civilizatoria 2020 que está transitando la humanidad.
1.1 Crepúsculo 2020 de un binarismo excluyente y colapso ambiental
La revolución pasó a ser ante todo de consciencias; que este crepúsculo 2020 nos permita el tránsito hacia un nuevo amanecer, como base para la construcción de Estados Plurinacionales y gestión con triple impacto de sustentabilidad, dado que incluso antes de la pandemia este no era el mundo deseable a nivel social, ni sustentable a nivel ambiental, ni justo a nivel económico.
Esas tres dimensiones no se pueden separar ni desarticular de lo filosófico. Verificamos que los valores sociales no se condicen con los del sistema económico, por lo tanto, si no cambiamos los objetivos, no podremos cambiar el rumbo para aunar la economía con la sociedad; en tanto el sistema capitalista de acumulación por la acumulación misma no fue diseñado para cubrir necesidades, resolver problemas sociales y ambientales, poniendo en riesgo la vida del planeta.
Al respecto, los Pueblos Originarios pueden legarnos enseñanzas sobre el Buen Vivir “Suma Qamaña- (la Constitución Nacional argentina se refiere al término “bienestar general”); por lo tanto, así como se está avanzando a nivel provincial y nacional sobre políticas públicas con perspectiva de equidad para la inclusión de la diversidad (género, discapacidad, etc.), sería necesario hacer un aporte en lo que respecta a la visión de Abyayala que se ha dado en llamar “perspectiva biocultural”.
Por respeto y dignidad, la visión de nuestros pueblos milenarios, merece ser incluida con su hierofanía cargada de inteligencia afectiva, cuando se refieren al trato del medio ambiente, al planeta que llaman “Madre Tierra” y todos sus seres vivos (no solo humanos), previniendo de no ser desvalorizadas sus prácticas ancestrales.
El crepúsculo 2020 nos muestra que estamos parados al borde de un abismo; al coronavirus (COVID 19) se suma otra pandemia tan peligrosa que amenaza la vida, es aquella del extractivismo y uso del plástico que llevó al colapso ambiental, como así también la indolencia humana y la desidia de aquellos estados que mantengan pendiente la reparación histórica de nuestros pueblos milenarios.
La tierra, el agua, flora, fauna, el trabajo digno, la desconcentración de la riqueza, la obsolescencia programada del uso del plástico, la agroecología, soberanía alimentaria, serían contextos esenciales para la vida, ese sería el “cambio cultural” del que hay que hablar, y no la profundización de brechas dogmáticas entre posturas irreconciliables y poco tolerantes.
¿Cómo salir del binarismo? Una de las respuestas proviene de Derrida quien nos dice que es a través de la deconstrucción. Es importante ser conscientes sobre la base de que no existe una verdad absoluta, sino circulación de ideas, perspectivas que siempre serán resignificadas frente a la diversidad.
De esta manera se cuestiona toda certeza que se precia de ser verdad, mostrando detrás una construcción histórica que persigue intereses desde parcialidades; porque desde el auto deconstruirse asumo que todo es interpretación, y que todo en última instancia es poder.
Llegar a una convivencia para pensar la comunidad desde la diferencia, y no solo desde lo común (Espósito 2009), para llegar a una síntesis articulada dentro de una democracia real. Sobre todo cuando las interpretaciones no se presentan como tal, sino bajo la máscara de la verdad.
Mucha literatura actual suele decir que la generación millennials está desestructurando sistemas organizacionales piramidales; quisiera destacar, que en realidad lo vienen haciendo las mujeres desde siglos atrás… constituyendo la base de movimientos libertarios, para co-crear una sociedad más justa, eco-sustentable, equitativa e igualitaria. La igualdad deriva de un derecho humano, mientras que la equidad es una consideración de carácter ético, con la que se intenta aplicar medidas que corrijan el desequilibrio histórico entre los géneros y entre el euroccidente colonizador y Abyayala.
Muchas mujeres de los pueblos originarios, e incluso aquellas que más recientemente se están reconociendo como descendientes; disponen y aportan un pensamiento específico donde la tierra es tratada como una madre (Madre Tierra) dentro de la perspectiva de Derechos Bioculturales y también reclaman por el resarcimiento del genocidio y etnocidio que padecieron. Muchas de ellas, se están sumando al histórico movimiento de mujeres desde el paradigma del “Buen Vivir”. Por lo tanto los movimientos eco-feministas luchan por la decolonización de las mujeres, la naturaleza (territorio, agua, soberanía alimentaria, etc.) y el futuro. Si salimos de los dualismos, debemos cuidar de no quedar entrampados con un antropocentrismo depredador del planeta, darle derechos a la madre naturaleza. Estamos asistiendo a una sexta extinción masiva provocada por la humanidad, y no por cataclismos naturales.
La base del movimiento de mujeres en el mundo, no es ir en contra del varón, sino cuestionar al sistema androcéntrico, es decir que el fin sería la igualdad con equidad. Desde éste libro, la visión no busca destruir al euroccidentalismo, sino deconstruir su imposición dominante, colonizadora, jerárquica, invisibilizadora de la historia, depredadora y pretenciosa de universalidad.
Ahora tenemos el desafío del debate dialógico, aprovechando el amparo de un marco jurídico y legal que ratifica conquistas, y la adhesión del Estado Argentino, a la Convención Internacional de Derechos Humanos, con rango constitucional. El enfoque basado en Derechos Humanos constituye una perspectiva estructurante para la conceptualización de las políticas públicas, que proporciona contribuciones sustantivas en cuanto a sus objetivos, contenidos, procesos de gestión, institucionalidad pública e inclusión de las personas (Laura Elisa Pérez Gómez: Maestra en Ciencias. Investigadora del Programa Universitario de Derechos Humanos (PUDH-UNAM); integrante del “Grupo de Trabajo para el análisis de los informes nacionales previstos en el Protocolo de San Salvador” (GTPSS) de la OEA).
Por lo expuesto, no poner en duda jamás al Estado de Bienestar Plurinacional fundado en el bien común y la sostenibilidad, para incluir la diversidad de los pueblos ancestrales, a través de la perspectiva de los derechos bioculturales.
1.1.1 Práctica Legislativa y Gestión de Políticas Públicas, con perspectiva Biocultural
La gestión de Políticas Públicas debería ejercerse de manera no uniforme para sostener la diversidad desde la lógica del Bien Común, con sostenibilidad económica, social y ambiental. Una de las vías propuestas es el asociativismo de la Economía Social y Solidaria, como tercera fuerza productiva que no persigue la lógica del fin de lucro, sino la reproducción de la vida desde una economía al servicio de las comunidades locales y amigabilidad con el medio ambiente.
De esta manera se gestaría una Política Pública para empoderar a cada territorio, pensando a escala de Desarrollo Local Sustentable donde los principios del cooperativismo, la reciprocidad y la solidaridad permiten reconstruir el tejido social, y encadenamientos socio-productivos a pequeña escala, que recupere el valor de lo ancestral y de las relaciones en comunidad. De esta manera se fomenta la agroecología y se acercan consumidores y productores para permitir un comercio con precios justos.
Tomar medidas concretas para el repoblamiento regional y buena conectividad con el mundo, abriendo posibilidades para las y los jóvenes; debilitando aquellas cadenas de valor que privilegian a las finanzas y distribución del producto cuyo valor agregado no queda en el territorio; de esta manera se abren las puertas para propiciar ferias urbanas a través de una economía que se coloca al servicio de la humanidad y la sustentabilidad planetaria.
Para efectos de soportar jurídica y sociológ...