3 Decisiones que toman las personas exitosas
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3 Decisiones que toman las personas exitosas

John C. Maxwell

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3 Decisiones que toman las personas exitosas

John C. Maxwell

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3 Decisiones que toman las personas exitosas: El mapa para alcanzar el éxito esideal para el hombre de negocios, el ama de casa, el atleta, el pastor, el obrero, o para el empresario; este libro al igual que el éxito es para todos. El autor presenta el éxito como un viaje, y ofrece a través del texto los instrumentos para que el lector descubra su cuadro personal de éxito. Le guía paso a paso en el viaje hacia él, e intenta responder sus dudas y capacitarlo para seguir creciendo en todos los ámbitos de la vida. John C. Maxwell, es un reconocido experto en liderazgo, con libros en el primer lugar de la lista best sellers del New York Times y decenas de millones de ejemplares vendidos. Incluye:

  • Abreviación de: El mapa para alcanzar el éxito.
  • Guía para alcanzar el éxito.
  • Apoyo para realizar un análisis introspectivo.
  • Esquemas, preguntas para pensar, cuadros comparativos.
  • Citas Bíblicas: la Nueva Versión Internacional (NVI).

3 Things Successful People Do

3 Things Successful People Do: The roadmap to success is ideal for the businessman, the homemaker, the athlete, the pastor, the worker, or the entrepreneur; this book like success is for everyone. The author presents success as a journey and offers throughout the text the tools for the reader to discover his personal view of success. It guides you step by step on the journey to it and tries to answer your questions and empower you to continue growing in all areas of life. John C. Maxwell is a recognized expert on leadership, with top books on the New York Times, bestseller list, and tens of millions of copies sold. It includes:

  • Abbreviation of: The roadmap to success.
  • Guide to success.
  • Support for introspective analysis.
  • Diagrams, questions to think about, comparative tables.
  • Scripture quotes: the New International Version (NIV).

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Information

Publisher
HarperEnfoque
Year
2016
ISBN
9780718082277
1
El viaje es más divertido si sabe hacia dónde va
Hace varios años, mientras hojeaba la revista Success [Éxito], encontré un estudio que hizo Gallup, organización dedicada a hacer investigaciones, acerca de lo que la gente piensa que es el éxito. Esto me llamó la atención pues siempre me he interesado por ayudar a que otros alcancen el éxito, y quería saber lo que Gallup había recogido en su encuesta. Las respuestas se dividían en doce categorías, pero la respuesta número uno era «buena salud». El cincuenta y ocho por ciento de las personas identificaban esto con el éxito, por sobre cualquier otra cosa. No sé qué piensa usted, pero yo valoro la buena salud, y he tenido la bendición de gozarla. Pero si tuviera solo buena salud y nada más, no sé si diría que he tenido «éxito».
He descubierto que frecuentemente a la gente se le hace difícil definir el éxito. Pero si no sabe lo que es el éxito, ¿cómo va a alcanzarlo? Por eso quiero ayudarle a identificar una definición de éxito que le ayude: el éxito es un viaje.
Permítame comenzar a ilustrarlo contándole una historia. Hace algunos meses, estaba frente a los setenta y cuatro empleados de INJOY, la organización que fundé en 1985 para enseñar liderazgo y desarrollo personal, y me preparaba para darles algunas noticias que sabía iban a ser estimulantes para algunos y desalentadoras para otros. Les iba a decir que dentro de un año mudaríamos la empresa desde San Diego, California a Atlanta, Georgia.
Dick Peterson, el presidente de INJOY, y yo, habíamos estado conversando por cerca de seis meses sobre la posibilidad de mudar la empresa. Había comenzado como una conversación causal del tipo «Y qué si…», pero después empezamos a darle un pensamiento más serio. Pesamos las ventajas y pedimos a nuestro director de finanzas que hiciera algunos cálculos. Conversamos sobre las oportunidades que nos traería. Y finalmente concluimos que la mudanza a Atlanta tenía sentido en términos profesionales, logísticos y económicos. Sabíamos que si queríamos alcanzar un nuevo nivel de crecimiento y desarrollo, no solo como empresa, sino como individuos, necesitábamos hacer el cambio.
Esa fue una decisión muy difícil en muchos aspectos. Nunca esperé salir de San Diego. Desde el día que nos mudamos aquí desde Indiana, mi esposa Margaret y yo sentimos que estábamos en casa. Es el único hogar que nuestros hijos, Elizabeth y Joel Porter, han conocido. Pero a pesar de lo mucho que nos gustaba vivir en San Diego, estábamos dispuestos a hacer el sacrificio de mudarnos para alcanzar un mayor éxito.
Nuestra preocupación más grande era la gente del equipo de INJOY. No sabíamos cómo reaccionarían. San Diego es una de las ciudades más hermosas del país, y el clima es perfecto. Muchos de nuestros empleados eran oriundos de San Diego, y tenían muchas razones para quedarse en su ciudad.
Mientras me preparaba para hablar a los empleados, había una energía ruidosa en la sala. No nos habíamos reunido como grupo en casi un año, y podía ver el entusiasmo y la expectación en muchos rostros.
«Compañeros, quiero que me presten atención», comencé. «Tengo una importantísima noticia que darles. En un año, a partir de este momento, estaremos mudando a INJOY para Atlanta».
Pude observar toda una gama de reacciones. Algunos parecían escandalizados. Otros, se veían como si les hubiesen dado un golpe en el estómago. Jayne Hansen, una de nuestras mejores representantes de servicio al cliente, tenía los ojos muy abiertos, el mentón caído y tosió cada ocho a diez segundos durante el primer minuto que hablé. Nuestros gerentes dieron muestras de alivio: habían guardado el secreto durante semanas.
Durante cincuenta y cinco minutos, Dick Peterson y yo explicamos todas nuestras razones para la mudanza, dimos estadísticas e informaciones sobre Atlanta, les mostramos un video de la Cámara de Comercio de Atlanta. Les dijimos que todo el que quisiera ir a Atlanta tendría trabajo en cuanto llegara. Luego presentamos a dos personas que habíamos traído de la mejor agencia de bienes raíces de esa ciudad para contestar preguntas.
Disposición de emprender el viaje
No estábamos seguros de la reacción que tendría nuestro personal. Estábamos proponiendo una mudanza que cambiaría radicalmente sus vidas. ¡Qué sorpresa cuando más del 90% del grupo dijo que se mudaría o por lo menos consideraría la mudanza a Atlanta! Estaban dispuestos a emprender el viaje.
Esto me puso a pensar. ¿Por qué tantos de ellos estaban dispuestos a ser desarraigados, dejando todo lo que les era familiar, incluyendo a familiares y amigos, para mudarse al otro extremo del país? Llegué a la conclusión de que estaban dispuestos a ir por cuatro razones:
1. Les dimos un cuadro del lugar al que iban
Mientras Dick, los dos agentes de bienes raíces y yo hablamos a nuestra gente, les dimos un cuadro de nuestro futuro en Atlanta: el ambiente positivo de trabajo, el mayor número de vidas que podríamos alcanzar, la mejor calidad de vida y la oportunidad que como empresa tendríamos para ascender a un nuevo nivel. Podían verlo todo, los beneficios personales y los de la empresa.
2. Respondiendo sus preguntas
La perspectiva de emprender un viaje puede crear inseguridad y provocar numerosas preguntas. Nuestra gente quería saber dónde localizaríamos las oficinas, cómo eran las escuelas de Atlanta, cómo era el mercado de bienes raíces, las atracciones culturales y de diversión disponibles en la ciudad, la estructura estatal de impuestos, y así sucesivamente. En esa primera reunión, pudimos responder casi todas sus preguntas.
3. Habían experimentado el éxito personal en sus vidas
Como equipo, INJOY tenía éxito, y lo mismo ocurría con las personas. Eran responsables del éxito de la empresa y al mismo tiempo disfrutaban de los frutos de ese éxito. Tenían el sentido de propósito. Estaban creciendo personalmente, y estaban ayudando a otros.
4. Ya no eran los de antes y querían seguir teniendo importancia
Un par de semanas antes del anuncio de la mudanza, oí a Patty Knoll, una de nuestras empleadas, decir: «Me gusta trabajar en INJOY, y ayudar a tantas personas a través de lo que hacemos. No puedo imaginarme trabajando en otro lugar». Cuando una persona ha probado el éxito y se da cuenta que sus esfuerzos son importantes, es algo que jamás olvida y que nunca quiere dejar. El hacer la diferencia en la vida de otros, cambia su perspectiva de la vida y sus prioridades.

Quizás se esté diciendo: «¡Fantástico! Qué bueno que su gente quiera mudarse a Georgia. Pero ¿qué tiene que ver eso conmigo? ¡Yo no voy en ese viaje a Atlanta! ¿Y qué de la definición de éxito?».
Es cierto que usted no se va a mudar para Atlanta, pero se está preparando para irse en un viaje, el viaje del éxito, y ese viaje tiene el potencial de llevarlo muy lejos, quizás más lejos que lo que ha soñado. Para emprenderlo, necesitará las mismas cosas que necesitó el personal de INJOY: un cuadro del lugar al que va, respuestas a sus preguntas sobre el éxito, conocimiento de lo que es el éxito y la capacidad de cambiar y seguir creciendo.
Mi deseo es proveerle esos instrumentos en este libro. Quiero ayudarle a descubrir su cuadro personal del éxito, enseñarle lo que significa estar en el viaje hacia él, responder muchas de sus preguntas, y capacitarlo con lo que necesitará para cambiar y seguir creciendo. En el proceso, descubrirá que el éxito es para todos: el ama de casa y el hombre de negocios; el estudiante y el que está próximo al retiro; el atleta y el pastor de una iglesia local; el obrero y el empresario.
La imagen tradicional del éxito
El problema para la mayoría de las personas que quieren ser exitosas no es que no puedan alcanzar el éxito. El principal obstáculo es que lo entienden mal. Maltbie D. Babcock dijo: «Uno de los errores más comunes, y el más costoso, es pensar que el éxito se debe a algún genio, a algo mágico o a alguna otra cosa que no poseemos».
¿Qué es el éxito? ¿Cómo es? La mayoría tiene un cuadro vago de lo que significa ser una persona de éxito y se parece a algo como esto:

La riqueza de Bill Gates,
el físico de Arnold Schwarzenegger
(o de Cindy Crawford),
la inteligencia de Albert Einstein,
la habilidad deportiva de Michael Jordan,
la gracia y presencia social de Jackie Kennedy,
la imaginación de Walt Disney y
el corazón de la Madre Teresa.

Eso suena absurdo, pero está más cerca de la verdad de lo que nos gustaría admitir. Muchos de nosotros visualizamos el éxito como el hecho de parecerse a otra persona. Pero es obvio que usted y yo no podemos ser algo distinto de lo que somos, y especialmente no podemos ser ocho personas. Más importante que esto: no debe desear tal cosa. Si trata de ser como una de ellas, no tendría éxito. Sería una mala imitación de ellas, y eliminaría la posibilidad de ser la persona que usted debe ser.
La imagen errónea del éxito
Aun si evita la trampa de pensar que el éxito consiste en ser como otra persona, todavía podría tener un concepto erróneo de lo que es. Francamente, la mayoría de la gente lo malinterpreta. Lo identifican, por error, con algún logro, con alcanzar una meta o cumplir un objetivo. A continuación se encuentran los conceptos erróneos más comunes acerca del éxito:
Riqueza
Posiblemente, el malentendido más común sobre el éxito es pensar que es lo mismo que tener dinero. Muchas personas creen que si acumulan riquezas, serán exitosos. Pero la riqueza no produce satisfacción ni éxito.
Al empresario John D. Rockefeller, un hombre tan rico que regaló más de 350 millones de dólares durante su vida, se le preguntó una vez cuánto dinero necesitaría para quedar satisfecho. Su respuesta: «Solo un poco más». El rey Salomón, del antiguo Israel, de quien no solo se dice que fue el hombre más sabio sino también el hombre más rico que haya existido, afirma: «Quien ama el dinero de dinero no se sacia. Quien ama las riquezas nunca tiene suficiente».1
En el mejor de los casos, la riqueza y lo que esta trae, son cosas fugaces. Por ejemplo, en 1923, un pequeño grupo de los hombres más ricos del mundo se reunieron en el Hotel Edgewater Beach de Chicago, Illinois. Eran la elite de la riqueza y del poder. En aquel tiempo, ellos controlaban más dinero que la cantidad total existente en el Tesoro de Estados Unidos. Esta es una lista de los que estuvieron allí y lo que a la larga les ocurrió:

• Charles Schwab, presidente de la industria independiente de acero más importante: murió en la bancarrota.
• Arthur Cutten, el más grande de los especuladores de trigo: murió insolvente en el extranjero.
• Richard Witney, presidente de la Bolsa de Valores de Nueva York: murió poco después de ser puesto en libertad de la prisión de Sing Sing.
• Albert Fall, miembro del gabinete de un presidente de Estados Unidos: se le indultó de la prisión para que muriera en su hogar.
• Jess Livermore, el «oso» más grande de Wall Street: se suicidó.
• Leon Fraser, presidente del Bank of International Settlements: se suicidó.
• Ivar Kreuger, jefe del monopolio más grande del mundo: se suicidó.2

Hasta el millonario griego, Aristóteles Onassis, que conservó su riqueza y murió a edad avanzada, reconoció que el dinero no es equivalente al éxito. Él sostuvo que «después que llegas cierto punto, el dinero pierde importancia. Lo que importa es el éxito».
Un sentimiento especial
Otro concepto equivocado es que una persona ha alcanzado el éxito cuando se siente exitosa o feliz. Pero tratar de sentir el éxito es probablemente más difícil que tratar de hacerse rico. La búsqueda continua de la felicidad es una de las principales razones por la que muchas personas se sienten miserables. Si hace de la felicidad su meta, ciertamente está destinado a fracasar. Estará continuamente en una montaña rusa, y pasará del éxito al fracaso con cada cambio de humor. La vida es incierta y las emociones inestables. No se puede descansar en la felicidad como la medida del éxito.
Posesiones específicas y valiosas
Piense en el pasado, en su niñez. Es posible que haya habido momentos en los que deseó algo con todo el corazón, y creyó que si lo obtenía, esto haría una diferencia importante en su vida. Para mí, fue una bicicleta Schwinn color vino tinto y plateada. En la mañana de Navidad de ese año, cuando fui a mirar lo que había en el árbol, tuve una visión de lo que debía ser una bicicleta. Eso era antes, cuando las bicicletas eran bicicletas. Eran sólidas como tanques. Y la mía tenía todo lo que pudiera desear: faldones en los tapabarros, cromo, campanillas, luces… una joya total. Por un tiempo estuve feliz. Amé esa bicicleta y pasé largas horas corriéndola. Pero pronto descubrí que no me dio el éxito ni la satisfacción que había deseado y esperado.
Ese proceso se ha repetido muchas veces en mi vida. Descubrí que el éxito no llegó cuando fui titular del equipo de baloncesto del colegio, ni cuando fui presidente del centro de estudiantes de la universidad, ni cuando compré mi primera casa. Nunca ha llegado como resultado de poseer algo que deseé. En el mejor de los casos, las posesiones son un activo temporal. El éxito no se alcanza ni se mide de esa...

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