Sueños de paz
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Sueños de paz

Los diarios de una nina judía que sobrev

Carry Ulreich

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Sueños de paz

Los diarios de una nina judía que sobrev

Carry Ulreich

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Este diario original, sin censurar, de una adolescente judía afincada en la ciudad holandesa de Róterdam arroja una nueva luz sobre la historia de los judíos en la Segunda Guerra Mundial.

Sueños de paz es un diario cuya existencia se desconocía hasta hace muy poco. Refleja la historia de una joven neerlandesa entre los años 1943 y 1945, escondida también, como Ana Frank, y viviendo bajo una amenaza permanente. Un relato que hace sentir al lector en carne propia lo que la protagonista y su familia pasaron día a día, mientras tomaba notas del horror nazi hasta llenar una libreta y seis cuadernos.

El doctor Bart Wallet, profesor en la Universidad Libre de Ámsterdam y especialista en historia judía, subraya el inestimable valor de los escritos de Carry Ulreich, a quien visitó en Israel —donde ella reside en la actualidad— como editor de este testimonio estremecedor.

The book, in which Ulreich documented her family's battle to survive as the world around them became increasingly dangerous, is among a handful of detailed testimonies of life in hiding in Rotterdam, which unlike most Dutch cities was largely destroyed in massive aerial bombardments both by the Germans and later the Allied forces.

It affords a rare account of the sometimes awkward encounter between the Ulreichs, a Zionistic and traditionalist family from Eastern Europe whose members were proud of their Jewish heritage, and their deeply religious Catholic saviors, the Zijlmans family.

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Information

Year
2018
ISBN
9780718074784

DIARIO

1
LA OCUPACIÓN, 1941-1942
Róterdam, miércoles 17 de diciembre de 1941
Hoy es miércoles 17 de diciembre de 1941. Son las diez de la noche y tengo muchas ganas de estrenarte, querido diario. Eres un regalo de mi amiga Sonja Taub. Te trajo el día de mi cumpleaños, hace ahora algo más de un mes. Desde entonces no ha ocurrido nada especial. Ni esta noche tampoco, pero. . . ¡me apetece ponerme a escribir!
Celebramos nuestros cumpleaños con la gente de siempre:1 Mundi y Bronia Kindler, Mira Klawier, Sonja Taub, Hadassa y Bobby Herschberg, y los padres de todos ellos. Más o menos veinte personas.
Al día siguiente, la asociación (la llamamos «club») se reunió aquí: ha quedado prohibida. Desde el 14 de mayo de 1940 nos ocupan los alemanes. Nosotros, los jóvenes del Havodá, nos hemos unido y nos juntamos todas las semanas. Los miembros son:2 Felix Zwick, Wiet Wijler, Herman Van Coevorden, Jopie Wijler, Arthur Goudsmid, Sam Bosman, Bobby Herschberg, Milly De Leeuwe, Hetty Corper, Tootje De Haas, Belia De Haas, Ruth Zwick y yo. A lo mejor Betty Posner también se apunta dentro de poco. Wiet, Felix y yo formamos la junta directiva.
Pero estaba hablando de mi cumpleaños. Me regalaron Joodse overleveringen [Tradiciones judías]3 de K. Ter Laan. En el cumple de Rachel estuvieron Dinah Meerschwam y su grupito de siempre: Hannele Franken, Tilly Bosman, Hetty Wijler, Rachel, Johan Spiegelenberg (goy),4 Carel Kaufman, Daan Nijveen, Bram De Lange y Bram Roos. Bailamos hasta tarde. Recibimos las últimas visitas el domingo después de comer.
Invitados ya un poco mayores: Hanni Bialer, Dora Mak, Dora Landau, Sally Lipszyc, Mundi Kindler, Saartje y Etty Vromen. Como sabía que con ellos me iba a aburrir fui a la reunión del club. Los vi a todos muy protestones. Se quejan de que siempre hacemos lo mismo: dar un pequeño discurso (por turnos), leer en voz alta y de vez en cuando algún juego. ¿Cómo entretener a los niños si no? Sin poder ir a ningún lado. . . En fin, sobre las cinco ahí los dejé. En casa habían montado una buena jasene.5 Dora Mak estaba tocando el piano mientras los demás bailaban. Por supuesto, yo también bailé. Al rato, la visita se fue. Se lo pasaron muy bien. Con eso pusimos punto final a la celebración de nuestros cumpleaños.
Tenemos una escuela judía.6 Es muy acogedora, como si fuéramos una gran familia. Antes iba aquí enfrente, a la calle Witte De With 30, Róterdam.7 Podía pasar a cuarto de secundaria, pero habíamos dado sobre todo lenguas y al cambiarme a una escuela con muchas horas de matemáticas me he quedado en tercero. No tiene demasiada importancia. Últimamente ocurren hechos mucho más graves. Por ejemplo, a los judíos nos van quitando cosas. Con todo, me da un poco de pena. De pasar a cuarto, habría estado en clase con Wiet (un chico encantador). En tercero estoy con Sam Bosman (me cae regular, sabe mucho del sionismo, muchísimo). Me siento con Clara Haagman, 17 años, (muy) simpática, también sionista. Detrás de nosotras están Bernard Maarssen (un tipo estupendo) y Ab Spanjar (hijo del profesor de francés, un poco soso). Por lo demás, el nivel no es muy alto. Hoy, en la última clase, que es de neerlandés, hemos tenido que contestar preguntas. Una hoja que se rellena en las secciones de formación profesional.
Primero, datos generales: edad, nombre, etcétera. Después, las asignaturas con las mejores notas. He puesto «lenguas», aunque en la última evaluación he sacado un 10 en álgebra y un 9 en geometría. Porque ya había dado toda la materia antes, claro. No me considero buena en matemáticas. Aun así suelo aprobar. El profesor se llama Brandel8 (es buena persona, joven, guapo). La siguiente pregunta: «Asignaturas favoritas». A mí me sobró porque no me gusta estudiar.
He vuelto a poner «lenguas», por educación, nada más. Después, había toda una serie de preguntas que no sabía contestar: a) ¿qué quieres ser cuando seas mayor?; b) ¿por qué?; c) ¿es algo que se te da bien?, etcétera. Mi querido diario, debo confesarte que no quiero ser nada en especial. ¿Qué podía responder?
Por poner algo he explicado que soy sionista y que lógicamente tengo que elegir un oficio que sea útil en Palestina, o sea: trabajos manuales y, más en concreto, horticultura. Por ahora no sé si se me da bien. El tiempo dirá. Primero debo terminar la secundaria, luego pienso mejorar mis conocimientos de hebreo y de inglés y cursar la Hajshará9 (formación previa para luego poder irme) y después me marcharé a Palestina. ¡País libre y nuestro!
Pero vayamos por partes. Lo importante es que termine la guerra: todos esperamos que los ingleses acaben derrotando a Alemania, Italia y Japón. La semana pasada, Japón declaró la guerra a Inglaterra y a Estados Unidos de América. Hasta ahora, los japoneses han logrado muchas victorias. Ya ocupan el norte de Malaka. Los alemanes están perdiendo terreno en Rusia y los italianos, en Libia.
Mañana por la tarde vamos a celebrar en la escuela la fiesta de Janucá. El domingo 14 de diciembre fue el primer día festivo, y hoy es el cuarto. Eso significa: cuatro luminarias y la shamash.10 Explicaré esto más adelante, por si vuelvo a leer estas palabras dentro de veinte años y quizá ya no sea tan piadosa. . .
El próximo domingo celebraremos Janucá con el club. Me había ofrecido para ayudar a decorar el escenario. Normalmente, los domingos tenemos hebreo de una y media a dos y media, pero en principio la clase se había cancelado, de modo que podía ir a echar una mano. El caso es que acaba de llamar la señora Greet Vleeschhouwer (la profesora) para decir que sí habrá clase. Voy a hebreo con Rachel, Ali Wolf, Sam Brandes, Edith Van Der Hak y Dora Mak. Me pierdo los preparativos de la celebración. Mala suerte. Encima tengo que estudiar para la clase de hebreo. Hoy no puedo porque ya son las once. Y ni siquiera me he puesto con los deberes de la escuela. Por suerte, los profesores no nos han mandado casi nada por ser Janucá, salvo Noach (de alemán, judío asimilado,11 pero afable y simpático). Ya lo haré mañana. Tengo la primera hora libre. Todavía están aquí los Vromen. Vienen los miércoles por la noche y mis padres van a su casa los domingos. Cuando se ven, siempre juegan al whist (juego de cartas).
De momento, mamá tiene que hacerse cargo de todo. Los judíos ya no pueden tener asistentas no judías. La nuestra pertenecía al Movimiento Nacional Socialista (NSB).12 Se fue rápidamente a Berlín (capital de Alemania). Espero que no salga viva de allí (qué mala soy, ¿verdad?). En nuestro taller limpia una amiga suya. ¡Otro encanto!
Antes de 1940, papá empleaba a diecisiete personas, pero poco a poco ha ido dejando la confección. Ahora queda una sola chica. ¿Hasta cuándo?
Se rumorea que todas las empresas textiles judías deben cerrar sus puertas el 1 de enero de 1942. Quién sabe si mi padre también, aunque últimamente ejerce de sastre sin más. El problema son las telas. Creo que a esos brutos alemanes13 nuestras telas les vendrían muy bien. Casi lo sé seguro.
Rachel trabaja en las oficinas de una compañía de carbón. También nos preguntamos: ¿hasta cuándo? Gana 30 florines al mes. A lo mejor en enero le suben el sueldo.
Llevamos ya un tiempo sin pepinazos (desde «el gran susto» del pasado 3 de octubre),14 pero la próxima semana vuelve a haber luna llena. Seguro que aprovechan para atronar a los ingleses que van de camino a Alemania abarrotados de proyectiles. A veces estos descargan sobre Róterdam. Si dan en un blanco importante, los alemanes despegan y arrojan bombas contra la población civil holandesa. O al menos eso decimos nosotros, los anglófilos. En el periódico no suelen opinar lo mismo. Se ponen muy gallitos. Y siempre se jactan de que se haya derribado algún avión inglés. ¿Tú te lo crees? Yo no.
Debo irme a la cama. Para ser la primera entrada no está nada mal. En realidad, acabo de redactar un resumen de la situación. Si más adelante vuelvo a leerlo, me acordaré de todo. La próxima vez hablaré de los cupones y de los puntos.
Jueves 18 de diciembre de 1941
No hace ni veinticuatro horas que he dejado de escribir y ya estoy escribiendo de nuevo.
Esta tarde hemos celebrado la fiesta de Janucá en la escuela. Nos lo pasamos fenomenal: una tarde estupenda.
Fui con Hetty Corper (compañera de clase, simpática). Llegamos pronto. Al entrar nos encontramos a los profesores y sus parejas, a nuestro gran rabino Davids y su esposa, también a Vorst (maestro de la primaria judía), que también iba acompañado de su mujer. La sala estaba decorada más bien al estilo navideño. Verde con lazos rojos. Cosa de los asimilados.
Bob Maarssen (presidente del Consejo Escolar) pronunció el discurso de inauguración. Después habló Carolina Eitje:15 lo hizo muy bien. Explicó el significado de Janucá desde una perspectiva sionista: libertad espiritual, más que victoria militar o política de los macabeos.
A continuación Jaap Querido tocó el piano: algo de Liszt y de Chopin. Magnífico: hacía tiempo que no escuchaba nada igual. Solo que el sonido no era demasiado bueno. ¡Aun así fue fantástico!
Después llegó el punto culminante de la tarde: la danza. Nada menos que cuatro horas16 diferentes. Los chicos iban con pantalón oscuro y camisa blanca y las chicas se habían puesto un vestidito de verano para la ocasión. Fue precioso. En un momento dado realmente tuve que contenerme para no ponerme en pie y echar a bailar con ellos. Wiet era uno de los que bailaban.
Y entonces llegó el descanso. Recorrí la sala ofreciendo refrescos y galletas y hablé con todos un poco. Pasé al menos tres veces junto a la mujer de Brandel. Es elegantísima, se maquilla, viste muy bien, etcétera. No sabía que Brandel estuviera casado. Por lo demás estaban el doctor Wijnberg (el director de nuestra escuela) y su mujer, Noach (alemán) con hija y su mujer, Spanjar (francés) y mujer, y el doctor Stein con su prometida. El doctor Van Rees y su hijo (asimilados hasta la médula) no fueron porque ellos no celebran esta fiesta de San Nicolás.
Después del descanso tomó la palabra el rabino Davids. Traía una circular para cada uno de nosotros. Según explicó, nos la daba primero a los jóvenes porque la juventud lo es todo para el pueblo judío. Es la que tiene que construir el país de los judíos. Hizo entrega simbólica de la carta a Bob Maarssen. Su discurso terminó en un clímax lleno de esperanza: ¡Viva Israel! Fue impresionante.
A continuación Leni Wijler (prima de Wiet) leyó un fragmento de ’t Huisje aan de sloot [La casita junto al arroyo], de Carry Van Bruggen.17 Estuvo muy bien. Jaap Querido volvió a tocar el piano. Después, Clara Haagman recitó un poema. Brillante (lo cual no es ninguna novedad).
Como broche final, Rob Frieser y su padre tocaron el chelo y el piano: Brahms, Beethoven, Chopin. No he escuchado un concierto así en mucho tiempo. Entre otras razones porque en la Pésaj18 de 1941 tuvimos que entregar nuestra radio. A modo de propina interpretaron Träumerei [Ensueño] de Schubert. ¡Muy bonito también! El doctor Wijnberg clausuró la celebración. Mientras él iba pasando revista a todas las actuaciones, nosotros dedicamos un aplauso a cada una de ellas. ¡Qué divertido! Y así fue como llegamos al final de una tarde logradísima. Volví a casa en tranvía.
Al bajar me di cuenta de que también se apeaba Max Hachgenberg. Está en quinto, grupo B. Al principio me tiraba los tejos, pero ahora ya no. Menos mal. Nos quedamos un rato charlando tranquilamente y después me acompañó a casa.
Teníamos visita: Saartje y Etty Vromen. Hemos estado jugando al Monopoly. Es muy ameno. Yo he ganado porque tenía dos hoteles en Ámsterdam: es simplemente fantástico. Acaban de irse. Y ahora me voy a la cama. Mañana después de clase nos dan tres semanas de vacaciones. ¡Qué ganas!
Jueves 26 de diciembre de 1941
Aquí estoy de nuevo. Llevo varios días sin escribir. Esta tarde se han juntado en casa los niños del club. Ambiente desmazalado.19 No les gustaron los «juegos» que habíamos preparado. Esta mañana hemos tenido una reunión. Para el domingo está previsto un paseo. A las dos en el bulevar Oostzeedijk.
Después, Milly De Leeuwe, Sonja Taub y yo nos hemos quedado hablando un rato. Ahora resulta que Milly le tiene manía a Felix Zwick. Y eso que prácticamente salen juntos. Ayer, Felix le regaló un anillo. Milly se llevó una sorpresa tan grande que lo aceptó. También porque ayer el chico todavía le caía simpático: Felix le preguntó formalmente si quería ser su novia.
Sin embargo, hoy, en pleno juego de familias, le cogió manía al comprobar una vez más lo inculto que es. Le he aconsejado que le devuelva el anillo. A partir de ese momento ya no tendrá ningún compromiso. Pero no se atreve. Felix quiere volver a quedar con ella mañana, pero a Milly no le apetece. Le he propuesto que venga a casa. Así al menos tiene una buena excusa.
Oficialmente hablando, Toos y Wiet aún no son novios. A ella le encantaría, pero Wiet es demasiado tímido para pedirle que salga con él. En cualquier caso, creo que no sirve para esas cosas. ¡Es tan serio!
Este sábado Wiet, Felix y Milly van a jugar al Monopoly en casa de Toos (es un juego nuevo). Felix y Milly llegarán sobre las tres y Wiet a las dos y media. De ese modo, Toos y Wiet tendrán media hora para ellos solos. Toos espera que Wiet le pida que salga con él. No entiendo por qué tiene que ser todo tan formal. ¿No pueden ser buenos amigos. . . simplemente? Toos no se conforma con eso. ¡Quiere más! Para mí no hay nada mejor que un buen amigo. Amigo, compañero de vida: es el título máximo que puedo concederle a una persona. Según Milly, Wiet se muere por Toos. No lo tengo yo tan claro. . . ¡¿Quién sabe?!
Me daría mucha rabia, porque Wiet me gusta mucho. . . ¿Qué se le va a hacer? Es el Schicksal.20
El pasado domingo celebramos la Janucá con el club. Salió regular. Iba a hablar Jaap Van Straten, pero en el último momento llamó por teléfono para cancelar su asistencia. Entonces se lo pedimos a Sam Brandes. Aceptó. Después hubo teatro. Una primera obra con Wiet y Toos, entre otros. Muy desmazalada. A Toos le entró la risa floja y, al final, se la contagió a todos. La segunda pieza la interpretaron Milly, Felix y algunos más. No se habían estudiado su papel. Aun así estuvieron mejor que los otros.
Nos reunimos en casa de Felix, aprovechando que era su cumpleaños. Tenían visita y sus padres trajeron a todos a ver el teatro: Fella Lipfrajnd, la señora Narva, Rosenberg, etcétera. Bobby Herschberg comentó —con toda la razón del mundo— que aquello parecía un club de viejos. Sam Brandes recitó un bonito poema sobre la Janucá, de cosecha propia, con bastante sentido del humor.
Alguna lectura más, encender la menorá,21 dulces. Con todo, ya lo he dicho antes, la fiesta no salió demasiado bien. Ahora me toca fregar la vajilla que hemos ensuciado esta tarde con el club. Tendría que haber empezado por ahí, pero necesitaba contar las últimas novedades a mi diario, en concreto, lo de Toos, Wiet, Felix y Milly (Milly me da mucha pena, no sabe qué hacer y en esas cosas, entiéndase cuestiones sentimentales, nadie puede aconsejarle).
Utrecht, lunes 29 de diciembre de 1941
Llegué ayer a Utrecht. Estoy con la tía Dora, hermana soltera de mi madre. Vivía con otros dos hermanos solteros en Polonia, pero en diciembre de 1938 vino a Holanda a pasar una temporada. En septiembre de 1939 estalló la guerra, y no pudo volver. El tío Mondek huyó con buena parte del ejército polaco a Rumanía (ahora está en Inglaterra) y el tío Iziu va de ciudad en ciudad con Waldi, su fiel perro, porque se niega a vivir en un gueto (barrio judío). Tan pronto como nos ocuparon los alemanes, echaron a la tía Dora de la zona costera. Ahora vive sola en un cuarto no muy grande aquí en Utrecht. En vacaciones suelo venir a verla. La última vez conocí a unas chicas sionistas muy simpáticas. Sigo escribiéndome con dos de ellas:Ted Andriesse y Pauli De Vries. Esta mañana he ido a casa de Ted, pero no estaba. Me puse a hablar con Mirjam (su hermana) y con su madre. Al rato llegó Ted. Se alegró mucho de verme. La invité a pasar a visitarme por la tarde, pero según me dijo, tenía que hacer la compra, acercarse a la estación de tren a recoger a Joop (su hermano, que está cursando la Hajshará) y escribir unas cartas a máquina pa...

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