Capítulo 1
Qué es la mentoría
*GUSTAVO A. QUINTERO HERNÁNDEZ
*Decano de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, Universidad del Rosario.
¡No, no, Mentor! No me has entendido. No lo quiero perfecto ni semejante a ti, sino como su padre, fuerte y astuto, pero capaz de enternecerse. Fuerte como el león y astuto como la sierpe, pero más dulce que la mañana.
El término mentoría tiene que ver con la mitología griega cuando Ulises tiene que ausentarse para atender la guerra de Troya y encarga a su amigo Mentor la educación y el cuidado de su hijo Telémaco. Mentor era un consejero sabio y experimentado. La mentoría nace en La Odisea; en ella se aprecia cómo Mentor no usurpa el papel de Ulises como padre, sino que se convierte en el tutor, orientador y guía de Telémaco para que crezca y se desarrolle y potencie sus habilidades no solo como persona, sino como líder, todo enmarcado en un ambiente de respeto, confianza, lealtad, fidelidad y cariño. El mentor es eso, una persona experimentada que deja a un lado su propia agenda para ofrecer parte de su tiempo y atención a una persona en desarrollo (protegido), lo escucha y acompaña.
La mentoría, como proceso, tiene al menos tres componentes: educación continua, apoyo personal y desarrollo profesional, lo cual conlleva lograr el desarrollo personal y profesional del protegido por fuera de una relación institucional subordinada, a través de dar consejo guiado. La definición del Standing Committee on Postgraduate Medical and Dental Education (Scopme) incluye bien las características de la mentoría: “Proceso mediante el cual una persona de gran prestigio, con experiencia y empatía (el mentor), guía a otro individuo (por lo general más joven), el aprendiz, en el desarrollo y re-examen de sus propias ideas, en el aprendizaje y el desarrollo personal y profesional. El mentor, que a menudo (pero no necesariamente) trabaja en la misma organización o campo como el aprendiz, logra esto al escuchar o hablar en confianza al aprendiz” (Scopme, 1998).
Ante todo, un mentor efectivo debe ser un animador de su protegido, que lo reconoce como persona, respeta sus metas y su visión, lo apoya, es inspirador y motivador, admite sus propias limitaciones y es liberal en la retroalimentación. Todo esto dentro de la mayor confianza y accesibilidad. Es necesario, entonces, el liderazgo del mentor, con el ejemplo, pues la mentoría combina el rol de modelación con el acompañamiento en el aprendizaje y en el desarrollo personal (Ricer, Fox y Miller, 1995).
Con la mentoría se consigue la socialización profesional del entendimiento del ambiente académico, el estímulo intelectual, el desarrollo de conocimientos y habilidades específicas, la retroalimentación constructiva, la consejería experta, el apoyo permanente y la observación constante de la evolución de los desempeños para evitar sorpresas desagradables o detectar tempranamente agentes externos de distracción que puedan incidir en estos últimos.
En un currículo basado en resultados del aprendizaje, la monitorización de los desempeños de comprensión a través de la evaluación continua permite un seguimiento, por parte del mentor, de dichos desempeños, y una intervención temprana para detectar problemas que puedan incidir en el logro de las metas de aprendizaje previstas. En la experiencia del programa de Medicina de la Universidad del Rosario, el seguimiento de los protegidos en el e-portafolio nos ha permitido detectar fallos tempranos y evitar desenlaces indeseados en el proceso educativo de nuestros estudiantes.
El proceso de mentoría, en ese sentido, es preventivo de la deserción y la mejor herramienta disponible para lograr tasas bajas, como en nuestro caso, que ronda el 1,15 %. Es muy difícil no darse cuenta de que algo va mal cuando el mentor tiene la posibilidad de hacerle seguimiento a los desempeños de sus protegidos y contribuir con una intervención temprana, una consejería, o la búsqueda de apoyos de índole psicológica, financiera, vivencial, etc., que solvente el problema incipiente.
El mentor debe tener cuidado de no usar la relación para ganar reconocimiento, de disponer del tiempo que sus protegidos requieran a través de unas reglas claras de asociación, de no entrar en conflicto con los valores personales o profesionales y, sobre todo, de mantener una relación basada en valores y principios éticos.
Los diferentes tipos de mentoría: natural, situacional, de supervisión o formal facilitada, son todos útiles. En la experiencia de la Universidad del Rosario, la mentoría es formal facilitada, entendiéndose por ella que es un programa estructurado en el cual la institución relaciona a los mismos mentores con los mismos protegidos desde el inicio de la carrera y a todo lo largo de ella hasta su culminación con el grado. El objetivo es el logro de los resultados del aprendizaje y la permanencia en el programa, bajo un esquema de monitoreo a través del e-portafolio de la plataforma Mutis (plataforma electrónica de apoyo curricular compuesta de e-aulas, e-currículo y e-portafolio), en la cual se cumplen las metas una vez acordadas de manera individual o colectiva.
La mentoría es más bien una práctica reciente en el pregrado de las escuelas de medicina. Buddeberg-Fischer (2012), en su artículo “Mentoring in Medicine” (4), advierte que una búsqueda en PubMed de la literatura relacionada con los términos ‘mentoring, mentoring program, medical student, mentor, protegido, mentorship’ durante 2010-2011 encontró 255 publicaciones asociadas con dichos términos, pero tan solo 27 documentos cumplían con los siguientes criterio de inclusión: 1) evaluación de programas de tutoría estructurados para estudiantes de medicina; 2) críticas de publicaciones sobre la tutoría de estudiantes de medicina; o 3) documentos que tratan en general de la importancia de la tutoría para estudiantes de medicina. Es decir, es muy poco lo publicado y debe ser porque es muy escasa la experiencia con este tipo de metodologías implementadas por el programa de Medicina de la Universidad del Rosario desde julio de 2013.
Los resultados de la deserción, apoyados mayoritariamente, a nuestro juicio, en este programa, sin desconocer otros factores, justifican plenamente su desarrollo. Adicionalmente, la evaluación de los estudiantes, que se hace permanentemente a través de diferentes mecanismos, tales como el cuestionario de satisfacción con el proceso o el uso del instrumento denominado Dundee Ready Educational Environment Measure (Dreem) (Roff, 2005), no deja duda de la importancia de su utilización.
El programa cuenta con una dirección propia que coordina las actividades y hace seguimiento a los mentores y a la ejecución del programa. Cada mentor tiene a su cargo un máximo de diez protegidos a los que recibe en la ceremonia de Batas Blancas en el primer día de la carrera, en el Hospital Mayor Universitario Méderi, y los acompaña desde ese momento hasta su graduación como médicos. El estudiante no escoge a su mentor, pues cuando ingresa no conoce la planta de profesores, pero puede cambiarse después de primer semestre si no se siente a gusto con el asignado. Toda la actividad del programa se registra en el e-portafolio del estudiante, que tiene una parte visible para su mentor. El programa de mentoría es fundamental para el éxito de la reforma curricular de Medicina y en él se soporta uno de los pilares más importantes de un currículo integrado, basado en resultados de aprendizaje y en la enseñanza para la comprensión.
Cada actividad de mentoría presencial tiene un registro o acuerdo que se consigna en la plataforma electrónica. Permanentemente, mediante las reuniones con los mentores, se está monitorizando el desarrollo del programa. Los mentores tienen un tiempo en su plan de trabajo mínimo de 36 horas al semestre para atender las necesidades presenciales con sus protegidos. Inicialmente, establecen con ellos reglas de juego claras en las cuales pueden acceder a través de medios virtuales o electrónicos a asesorías puntuales a demanda.
En el programa de Medicina, el programa de mentoría se apoya y complementa en otros, como Pacto (Programa de Acompañamiento para Todos), Bienestar Universitario, Tutores Pares o en las actividades del Nuevo Trívium, un programa de desarrollo de competencias cognitivo-lingüísticas y de pensamiento lógico instaurado con la reforma.
El sentido del programa de mentoría, fielmente retratada en la mitología griega, es el mismo hoy en día, bien reflejado en las palabras de Mentor al devolverle a Ulises a Telémaco. Ulises pasó veinte años fuera de Ítaca; los diez que duró la guerra de Troya y otros diez años que transcurrieron desde el fin de esta hasta su llegada. “Tu hijo, Telémaco, sabe todo lo que yo sé, ha adquirido todas mis virtudes, y comparte conmigo todos mis defectos”.
Referencias
Buddeberg-Fischer, B. (2012). State Secretariat for Education and Research SER. Mentoring in Medicine. A report on mentoring programs at the University Hospital and in the Medical Faculty of the University of Zurich, 2002-2011. Recuperado de file:///C:/Users/angelo1/Downloads/SBF_Mentoring_Medizin_Schriftenreihe_2012_en.pdf
Ricer, R. E., Fox, B. C., & Miller, K. E. (1995). Mentoring for medical students interested in family practice. Fam Med, 27, 360-365.
Roff, S. (2005). The Dundee Ready Educational Environment Measure (Dreem) -- A generic instrument for measuring students’ perceptions of undergraduate health professions curricula. Med Teach, 27(4), 322-325.
Standing Committee on Postgraduate Medical and Dental Education (Scopme). (1998). Supporting doctors and dentists at work: an enquiry into mentoring. London: Scopme.
Capítulo 2
Breve historia del mentor y la mentoría
ANA MARÍA PINZÓN BARRIOS*
MARTHA ORTIZ FONSECA**
*Facilitadora de aula de pequeños grupos, mentora, Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, Universidad del Rosario.
**Profesora auxiliar de carrera, mentora, Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, Universidad del Rosario.
No hay nada en el campo crítico que deba ser de gran interés filosófico o que se pruebe más satisfactorio de analizar que la modificación progresiva de una mente por el trabajo de otra.
PAUL VALÉRY (Letter about Mallarme).
Introducción
La mentoría ha recibido mucha atención en el campo de la educación. Esto hace que sea fundamental comprender algunos elementos que componen la construcción del término y el imaginario colectivo que existe a su alrededor. El propósito de este capítulo es ofrecer un contexto histórico para la comprensión del término mentor, partiendo desde su surgimiento en La Odisea, continuando por su afirmación en Las aventuras de Telémaco, extendiendo su aserción en Emilio y finalizando con su establecimiento en la sociedad actual. Todo esto con el fin de enmarcar las características básicas que se esperan de un mentor y de la relación de mentoría.
Antes de comenzar el recorrido histórico, es fundamental comprender la multiplicidad de definiciones que puede tener el término mentor y que estas dependen no solo del origen de la palabra, sino también de la construcción social que se ha hecho alrededor de ella. El American Heritage Dictionary (AHD) define al mentor como un sabio y confiable consejero, que guía la carrera de alguien, generalmente en las esferas más altas del conocimiento. Por otra parte, define la etimología del término así: la raíz indoeuropea men- “que piensa” permite definir al mentor como un ser pensante, enmarcando así una de las características universales de la mentoría, la reflexividad.
Por otra parte, el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) define a un mentor como “consejero”, “guía” o “ayo”. Consejero alude a la persona que sirve para aconsejar sobre los elementos importantes de la conducta. Guía apunta a aquel que dirige o encamina algo o a alguien. Ayo proviene de hagja- “guardia” y hace referencia a la persona encargada en las ca...