Bases biológicas del comportamiento animal y humano
eBook - ePub

Bases biológicas del comportamiento animal y humano

  1. Spanish
  2. ePUB (apto para móviles)
  3. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Bases biológicas del comportamiento animal y humano

Descripción del libro

La Cátedra realizada por el autor del primer semestre de 2008 dedicada a Bases biológicas del comportamiento animal y humano fue un espacio académico para la reflexión y el debate sobre la concepción del hombre como organismo biológico. Buscó responder interrogantes como: ¿existe diferencia en el control de los instintos humanos con respecto a otros animales? ¿Tienen raíces las sociedades humanas en la biología o solo son culturales? ¿La cultura es una propiedad exclusivamente humana? ¿Existe relación entre agresión y violencia en humanos? ¿Se puede explicar la guerra desde la perspectiva biológica? El objetivo fue presentar al humano como parte de la diversidad animal del planeta, y mostrar cómo los comportamientos están regidos por bases biológicas.

Preguntas frecuentes

Sí, puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento desde la pestaña Suscripción en los ajustes de tu cuenta en el sitio web de Perlego. La suscripción seguirá activa hasta que finalice el periodo de facturación actual. Descubre cómo cancelar tu suscripción.
Por el momento, todos los libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Perlego ofrece dos planes: Esencial y Avanzado
  • Esencial es ideal para estudiantes y profesionales que disfrutan explorando una amplia variedad de materias. Accede a la Biblioteca Esencial con más de 800.000 títulos de confianza y best-sellers en negocios, crecimiento personal y humanidades. Incluye lectura ilimitada y voz estándar de lectura en voz alta.
  • Avanzado: Perfecto para estudiantes avanzados e investigadores que necesitan acceso completo e ilimitado. Desbloquea más de 1,4 millones de libros en cientos de materias, incluidos títulos académicos y especializados. El plan Avanzado también incluye funciones avanzadas como Premium Read Aloud y Research Assistant.
Ambos planes están disponibles con ciclos de facturación mensual, cada cuatro meses o anual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¡Sí! Puedes usar la app de Perlego tanto en dispositivos iOS como Android para leer en cualquier momento, en cualquier lugar, incluso sin conexión. Perfecto para desplazamientos o cuando estás en movimiento.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Sí, puedes acceder a Bases biológicas del comportamiento animal y humano de Zerda Ordóñez, Enrique,Enrique Zerda Ordóñez en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Ciencias sociales y Sociología. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2010
ISBN del libro electrónico
9789587619362
Categoría
Sociología
img7.png

CONVERTIRSE EN PADRES:
UNA PERSPECTIVA PSICOLÓGICA


Sonia Carrillo Avila{3}
Introducción
Las estrategias reproductivas de las especies varían ampliamente. Van de la reproducción asexual a la reproducción sexual. La reproducción sexual es menos eficaz que la reproducción asexual (por ejemplo, es más costosa, riesgosa y no está garantizada para todos los individuos), pero ofrece una ventaja esencial en relación con la eficacia biológica: da lugar a variabilidad en las crías, lo que es muy importante en ambientes cambiantes (Maier, 2001).
En la reproducción sexual se observa igualmente amplia variabilidad estratégica: determinación del sexo de los individuos (hermafroditismo vs. dioecismo), ambiente de fecundación de los huevos (fecundación externa vs. interna), cantidad de huevos producidos y fecundados (estrategia r vs. K), conformación de un par reproductivo (poliginia, monogamia, poliandria), periodo de gestación y grado de desarrollo durante esta (precocidad vs. altricialidad) y cuidado de las crías (monoparentales vs. biparentales; alta inversión vs. baja inversión) (Daly & Wilson, 1983).
La solución planteada a los problemas implícitos en el anterior párrafo varía entre las especies, pero tiende a tener elementos comunes para los miembros de la misma especie (en particular a los miembros del mismo sexo). Los humanos han adoptado una estrategia que implica una diferencia sexual marcada, fecundación interna, una tasa reproductiva baja, un desarrollo lento de la cría, un cuidado biparental prolongado, que no cesa con el alcance de la madurez sexual de las crías, y una estrategia de apareamiento que varía entre la monogamia y la poliginia (Daly & Wilson, 1983).
Un porcentaje de hombres y mujeres no llega a tener nunca hijos. Por ejemplo, estadísticas de Noruega de 2007 señalan que 20,5% de hombres y 12% de mujeres no han tenido hijos a los 45 años (Statistics Norway, 2008). En un estudio realizado en Australia, se encontró que el porcentaje de hombres menores de 40 años que no había tenido hijos era 37,3%, mientras que el porcentaje de mujeres sin hijos a la misma edad era 16,4% (Weston et ál., 2004). A pesar de esto, convertirse en madre o padre es visto como una de las tareas vitales que se espera en una de las etapas del desarrollo de los individuos.
Son innumerables las concepciones sobre lo que significa ser padre o madre, el momento adecuado para asumir esta tarea y los factores que pueden llegar a influir en la crianza de los hijos. El presente artículo se centra en posibles respuestas a interrogantes de por qué los humanos se convierten en padres, cuáles son los factores que influyen en su desempeño en esta tarea y en la calidad de la maternidad y la paternidad que experimentan los individuos. Se revisarán algunos elementos involucrados en la conducta parental, las posibles diferencias entre hombres y mujeres en el comportamiento parental y sus efectos en el desarrollo de los hijos. Dentro de la aproximación psicológica, se analizarán elementos que ejercen una función importante en la transición de los organismos a la paternidad: el desarrollo, el mantenimiento y las implicaciones de los vínculos afectivos entre padres e hijos; los posibles estilos parentales que se forjan dentro de la familia y sus consecuencias para el bienestar, el desarrollo y la adaptación de los hijos, en especial durante los primeros años de la vida. El abordaje de tales elementos girará en torno a algunas preguntas fundamentales alrededor del hecho de ser padres.
¿Cuándo convertirse en padres?
Una de las preguntas esenciales que se plantean los individuos humanos en algún momento de la vida es en qué momento se convertirán en padres. Aunque parece una pregunta elemental, su respuesta involucra diferentes consideraciones y una amplia gama de matices que dan a la respuesta un carácter muy complejo.
Un punto de partida necesario en el análisis de esta pregunta tiene que ver con el contexto en que se desarrollan los individuos. La edad en la que las personas se convierten en padres o madres, las responsabilidades asociadas a esta tarea y los factores que influyen en esta, varían significativamente de un contexto sociocultural a otro. Existe un acuerdo entre diferentes autores en la ubicación de la paternidad y la maternidad en la etapa adulta (Havighurst, 1972; Rice, 1997; Schaie, 1978). Sin embargo, se presenta una amplia variación en la definición de esta etapa y más aun en la edad y las circunstancias que rodean el paso a la adultez. En algunas culturas, el ser padres es una consecuencia cronológica de convertirse en adultos, pero este paso está demarcado por ciertos ritos de transición, los cuales ocurren en general a edades tempranas. De acuerdo con Rogoff (2003), estos ritos marcan diferencias importantes de género. Para los niños, indican la separación del hogar y del cuidado materno, y la exposición a pruebas de supervivencia y resistencia que le imponen los hombres mayores de la comunidad y cuyo propósito es el paso a una etapa de mayor madurez. Para las niñas, estos ritos están asociados más a la edad en que ocurre la madurez sexual y son dirigidos por las mujeres de la comunidad; por ejemplo, en la comunidad de los Navajo (Norteamérica) la ceremonia se denomina Kinaalda y tiene como fin “impartir la fuerza moral e intelectual que las jóvenes mujeres necesitarán para crear una nueva vida y mantener la cultura Navajo” (Deyle & Margonis, citados por Rogoff, 2003).
En sociedades occidentales, aunque existen algunos ritos que indican el paso a la adultez (ceremonias religiosas, la culminación de cierto grado escolar, obtener la licencia de conducción, poder ejercer el derecho al voto, etc.), dichos ritos constituyen solo un elemento del proceso general de ser adulto y no están ligados necesariamente, en tiempo, al hecho de convertirse en padre (Rice, 1997).
Varios autores han planteado que el desarrollo humano tiene lugar dentro de una serie de etapas sucesivas, cada una definida por un conjunto de características y factores particulares que la distinguen tanto de la anterior como de la siguiente. Dentro de esta perspectiva, Havighurst (1972) ha definido las tareas de desarrollo como el factor primordial que marca las diferencias esenciales entre una etapa y otra. De acuerdo con este autor, las tareas de desarrollo son
tareas que surgen en cierto periodo de la vida del individuo, cuyo cumplimiento exitoso lleva a la felicidad y al éxito en tareas posteriores, y cuyo fracaso produce la infelicidad del individuo, la desaprobación de la sociedad y la dificultad para cumplir con tareas posteriores. (p. 2)
Este autor definió las siguientes tareas de desarrollo como propias de la juventud: lograr autonomía, establecer y consolidar una carrera, encontrar intimidad, seleccionar pareja y ajustarse al matrimonio, convertirse en padres y criar a los hijos.
Otros autores como Erikson (1963) y Schaie (1978), que comparten esta visión de las etapas en el desarrollo humano, coinciden en ubicar el establecimiento de una relación de pareja, el logro de la intimidad, el convertirse en padres y la consecución de metas a largo plazo relacionadas con los hijos y la familia en la etapa de la juventud, o adultez joven, que se enmarcan entre los 20 y los 30 años de edad.
Sin embargo, en las últimas décadas, muchas sociedades del mundo han experimentado cambios sociales importantes que han influido en las decisiones de los individuos acerca de la paternidad y la maternidad. Un número de países desarrollados ha alcanzado tasas de fertilidad que no llegan al nivel de remplazo de la población existente. Por ejemplo, la tasa actual de fertilidad en Australia es 1,7 niños por mujer, por debajo de la tasa de remplazo de 2,1 (Weston et ál., 2004). Noruega ha mostrado una disminución en su tasa de fertilidad de 2,5 en 1970 a 1,9 en 2007 (Statistics Norway, 2008). Países como Japón, España, Polonia, Canadá, China, Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y Corea del Sur, entre otros, muestran tasas de fertilidad por debajo de 2, mientras que países como Corea del Norte, India, Brasil, Sudáfrica, Venezuela, Kenia, Zaire y Liberia muestran tasas de fertilidad por encima de 2 (King, 2004). Colombia tiene una tasa de fertilidad de 2,35 (GPI, 2008). Es evidente que este índice tiende a bajar en forma más marcada en los países desarrollados que en los países en desarrollo. Una de las variables asociadas a una disminución en la tasa de fertilidad es tener el primer hijo a una edad más tardía. Esto parece estar relacionado con cambios importantes en los objetivos vitales y el desarrollo personal en aspectos diferentes al reproductivo. Por ejemplo, en el estudio australiano ya mencionado, hombres y mujeres con mayor nivel educativo tenían menos hijos que aquellos con niveles menores de educación. Por otra parte, personas que no se encontraban en relaciones estables y formales tenían menos hijos y expresaban un menor deseo de tenerlos. Finalmente, algunas de las razones primordiales argumentadas para no tener hijos incluían estar ocupados con su desarrollo profesional, falta de tiempo o dinero y preocupación por una pérdida de libertad (Weston et ál., 2004).
La maternidad y la paternidad, sin embargo, van más allá del hecho inicial de convertirse en padres. Una vez nacen los hijos, las implicaciones de ser mamá o papá se complejizan y son innumerables los factores que influyen en la manera como los individuos ejercen sus roles como padres o madres. ¿Qué tanto invierte cada uno de los miembros de la pareja en los hijos? ¿Cuáles son las funciones y metas de la parentalidad? ¿Cómo se forman y mantienen los lazos afectivos entre los padres y los hijos y qué implicaciones tienen dichos lazos para el desarrollo de estos últimos? ¿Cuáles son las estrategias o estilos parentales que permiten o conducen al fomento del desarrollo, la autonomía y el aprendizaje en los hijos? Estas son las preguntas que guiarán el desarrollo de los siguientes apartes del artículo.
Inversión y cuidado parental
Convertirse en padres y ejercer los roles específicos de madre o padre involucra una serie de componentes que hacen de esta tarea una de las más complejas de la vida de los individuos. Aspectos como las expectativas y las creencias sobre lo que significa ser padres, la información que se busca sobre esta tarea y sobre el desarrollo de los hijos, el apoyo que se recibe y los recursos con los que se cuenta, las influencias culturales y las actitudes y comportamientos propios de cada uno de los padres frente a los hijos cumplen un papel crucial en la definición del rol y en la valoración que cada persona realiza del ejercicio de este.
Uno de los conceptos que ha recibido atención tanto de psicólogos como de biólogos es inversión parental y, dentro de este, las posibles diferencias en la inversión materna y paterna en los hijos. Robert Trivers es uno de los biólogos que ha trabajado en detalle este concepto en su teoría sobre la inversión parental. Al igual que muchos de los aspectos estudiados en la literatura de las relaciones padres-hijos, el desarrollo del concepto partió de la definición que el autor presentó de inversión maternal como cualquier acción proveniente de la madre, cuyo objetivo es la búsqueda de bienestar y la supervivencia de las crías. Posteriormente, este concepto se amplió a inversión parental, y fue definido por varios autores (Trivers entre ellos) como la cantidad de tiempo, energía y recursos que cada uno de los padres invierte en los hijos y que garantizan su salud, supervivencia y bienestar, que representa un beneficio significativo para las crías a costa de lo que cada uno de los padres inviertan en ellos (Clutton-Brock 1991; Trivers 1972). Más recientemente, Geary (2005), en una revisión del concepto, ha incorporado elementos de otros autores y sugiere que la inversión parental puede ser de dos tipos: directa, relacionada con la carga genética que los padres transmiten a los hijos, e indirecta, la cual implica proveer cuidado, recursos, tiempo y protección a los hijos con el fín de asegurar su supervivencia y su bienestar. Algunos de los elementos que influyen en el tipo y la calidad de la inversión que las madres o los padres realizan en sus hijos son el número de hijos, la edad de los hijos, la edad de los padres, la longitud del ciclo vital de los padres y las costrumbres o ritos relacionados con los hijos, entre otros (Maier, 2001). Este autor plantea, igualmente, que existen diferencias en el tipo y la calidad de los cuidados parentales que asume cada uno de los padres en las diversas especies, y que estas diferencias están demarcadas por factores como quién está presente en el momento en que nacen las crías, el nivel de certeza de que las crías son del padre biológico, el costo que implica la inversión para los padres y algunos factores asociados a las características fisiológicas de la madre y del padre (por ejemplo, el hecho de que la madre sea quien produce la leche y puede amamantar a la cría). En los mamíferos, la hembra tiene estas características y, por tanto, presenta mayor inversión parental en los hijos (Maier, 2001).
El cuidado parental incluye una amplia gama de conductas que varía de una especie a otra. Dichas conductas van desde la construcción del nido, el cuidado de los huevos, el reconocimiento y la aceptación de las crías, la protección de los depredadores y la provisión de alimento, hasta proporcionar calor y seguridad e incentivar el aprendizaje. Bard (2002) sugiere que adicional a los comportamientos específicos exhibidos por los padres hacia las crías, al hablar de inversión parental es necesario considerar también la competencia de los padres en el ejercicio de su rol parental. Este autor identifica una serie de aspectos que determinan la competencia maternal en el caso de los primates: las habilidades de la cría (agarre, contacto visual, etc.), las habilidades de la madre (alzar, arrullar, cuidar), el aprendizaje observacional y las posibilidades de imitación de conductas maternales en hembras mayores, las posibilidades de aprendizaje direc...

Índice

  1. PORTADA
  2. PORTADILLA
  3. PÁGINA LEGAL
  4. INTRODUCCIÓN
  5. BASES NEUROENDOCRINAS DE LA CONDUCTA
  6. EL CONCEPTO DE COMPORTAMIENTO APRENDIDO
  7. COMUNICACIÓN ANIMAL
  8. BASES DEL COMPORTAMIENTO PARENTAL
  9. BASES BIOLÓGICAS DEL COMPORTAMIENTO AGRESIVO
  10. BASES DEL COMPORTAMIENTO SEXUAL
  11. ECOLOGÍA DE LA CONDUCTA
  12. BASES BIOLOGÍCAS DEL COMPORTAMIENTO SOCIAL
  13. ETOLOGIA APLICADA
  14. REHABILITACIÓN BIOLÓGICA DE ESPECIES SILVESTRES
  15. PÁGINA INSTITUCIONAL
  16. CRÉDITOS