1. Introducción
Que cuando se topen con lo que existe sepan que hay otros, como tata, que también mascullan sus rencores. Tiene que hacerles entender que el norte no existe porque el norte está donde todo es sur.
La Mara, Rafael Heredia.
1.1 Planteamiento
En las sociedades actuales resulta cada vez más importante el estudio de las fronteras y de los procesos migratorios que se desarrollan a través de ellas. Si bien estos procesos implican un gran número de factores económicos, políticos, sociales y culturales, el estudio y visibilidad de la problemática perteneciente a cada frontera varía según los países o territorios involucrados.
En México los estudios de la frontera se han enfocado principalmente en la zona del norte con la relación México – Estados Unidos. Hay varios estudios culturales en los que toman como base la literatura producida en y acerca de la frontera para interpretar las dinámicas migratorias y transnacionales de la región. Se ve a la frontera como un tercer espacio –Borderlands- (Soja 1995) donde se resignifican los conceptos de espacio, territorio, límite, alteridad y género.
En cambio, la frontera de México con Guatemala, definida geopolíticamente a finales del siglo XIX, prácticamente no ha sido estudiada. Es un espacio que se percibe como frágil ya que existe una continuidad cultural y un círculo comercial. La frontera del norte empieza ya en el sur de México, entre Guatemala y Chiapas (2008) comenta Marco Kunz en su estudio sobre La Mara de Rafael Heredia; Concuerdo que no se puede estudiar la una sin la otra, sin embargo, se puede iniciar desde un distanciamiento con el norte y por qué no decir La frontera sur termina en el norte de México.
La necesidad de realizar un trabajo sobre la frontera sur - desde el punto de vista mexicano-, parte de la invisibilidad y silencio en la que viven los actores que la cruzan. Particularmente, si esta investigación toma como objeto de estudio la producción literaria en la región que conforma la frontera, es necesario señalar que tanto la literatura producida en el sur mexicano como la de Centroamérica – en este caso Guatemala- se tratan de narrativas periféricas con muy poca resonancia dentro del mundo editorial, cultural o académico.
Parto de dos objetivos básicos, el primero es buscar si existen casos o ejemplos de literatura fronteriza dentro del espacio que se estudia, de ser así, lo siguiente sería analizar e identificar la manera en que se representa la frontera y alteridad dentro de esta literatura.
La primera parte de esta tesis consiste en contextualizar de manera histórica a lo que llamo frontera entre México y Guatemala. Menciono los conflictos y las estructuras que existían desde antes de la etapa colonial, prosigo con la formación de las dinámicas coloniales en la región para centrarme en la última gran modificación que sufrieron los límites entre estos dos estados-nación. En el siglo XIX se forman de manera definitiva las naciones actuales que conforman la región fronteriza al concretarse las independencias en América Latina. No es hasta finales de siglo cuando se firman los tratados definitivos que establecen por dónde pasa la línea divisoria entre los dos países involucrados.
Tras situar el estudio en un lugar geográficamente e históricamente reconocible, es necesario revisar la teoría existente acerca de la frontera y que nos podrá ayudar en el posterior análisis del corpus literario. En primer lugar, propongo realizar una lectura de la teoría fronteriza creada entre México y Estados Unidos, ya que estos estudios se han convertido en pilares académicos en la materia. Además, no existen muchas investigaciones que se involucren con la frontera México- Guatemala de manera individual en cuanto a su dimensión cultural, por lo que tomar como punto de inicio lo realizado en otras fronteras me permitirá tener un primer acercamiento para luego realizar una propuesta específica. De igual manera, mediante un repaso por la literatura fronteriza producida entre México y Estados Unidos, contextualizamos esa teoría en ejemplos de corpus literario para seguir con la búsqueda que propone este trabajo.
Al contar con una base teórica y con la búsqueda de literatura fronteriza en el lugar, me interesa aproximarme a los ejemplos de textos fronterizos que encontré durante mi investigación. Para facilitar este acercamiento decidí separar los textos por nacionalidad del autor o perspectiva de la que escriben. Algunas aproximaciones toman lo fronterizo como solamente los autores que nacen y escriben en el espacio definido como frontera, sin embargo, en este análisis tengo en cuenta textos que fueron producidos ya sea dentro de este espacio o que, a pesar de ser escritos por autores no fronterizos, aborden el tema de la frontera y la situación que se vive en esa región.
El último objetivo de este trabajo será intentar generar interés en la zona, visibilizar las voces literarias que se generan allí, colaborar para que la frontera no sea reducida a permanecer en la periferia del norte, sino como un objeto de estudio independiente, pero a la vez interrelacionado. En todos lados hay nortes, y muchas veces el sur de algunos es el norte de otros.
1.2 Apuntes Liminares
El título original de esta investigación era La ‘otra’ Frontera sin embargo al adentrarme más en el tema y analizar el objetivo de proponer un nuevo acercamiento a la frontera entre México y Guatemala, resultó imposible mantener ese título. Hacerlo sería repetir el posicionamiento hegemónico que relega a Guatemala, y en general a Centroamérica, a un segundo plano. Así como Kunz menciona que la frontera norte inicia en el sur de México, reproducir ese tipo de discurso fronterizo centralizado en el norte de México y focalizado en la perspectiva mexicana es negar la existencia de la frontera, de sus actores y de sus dinámicas particulares. Con todo esto, decidí cambiar el título a La triple frontera haciendo mención desde el inicio de la característica principal que se presenta en la frontera tratada.
De igual manera, mi contexto cultural fue un aspecto de análisis y reflexión al momento de enunciación o escritura del presente trabajo. Uno como investigador intenta armar su proyecto partiendo de la objetividad, sin posicionamiento alguno. Sin embargo, mi condición de ciudadano mexicano, el vivir más de 20 años en su territorio y haber estudiado la licenciatura en Letras Hispánicas en cuyo programa se prioriza la literatura mexicana y española, se convirtió en un problema para mí. La labor de escritura se transformó en una lucha contra fronteras culturales propias en las que de manera natural me posicionaba del lado mexicano como el nosotros y desplazaba automáticamente a Guatemala a la posición del otro.
1.3 Contexto Histórico
Aunque mi investigación se dirija a estudios culturales y literarios, en este caso es importante realizar un recuento histórico de la región y de manera más exacta, de la frontera entre México y Guatemala. En la actualidad este límite entre estados-nación retoma importancia debido a su fuerte actividad migratoria, sin embargo, se pueden reconocer diferentes etapas en común dentro de la formación histórica de la frontera. En la época prehispánica como en la colonia existieron luchas entre tribus y cacicazgos, además ya se discutía por las fronteras entre reinos, virreinatos o provincias (Pohlenz 2005), aspectos que sin duda son importantes para la historia de la región pero que en el actual trabajo no serán tratados.
Hablar de la frontera entre México y Guatemala presupone aceptar una definición geopolítica de frontera como la que propone Nweihed y que Schacht comenta:
fronteras, que se define como el límite del territorio de un Estado, la línea determinante donde comienzan y acaban los territorios de los Estados vecinos y, en una acepción más amplia aún, debe entenderse que la frontera delimita no sólo el territorio de dos Estados, sino también el de un Estado y un territorio nullius (Schacht 1992).
Si bien las dinámicas actuales en la región no son provocadas únicamente por el aspecto político sino por la constante interacción y pasado común; no es hasta después de la conformación de los estados-nación modernos cuando se da la última gran reconfiguración del llamado espacio fronterizo.
Como mencioné párrafos atrás, durante la época colonial y hasta antes de las independencias, ya se podía hablar de una región fronteriza. Esta zona era el punto de contacto entre el reino de México y la capitanía general de Guatemala. Aunque las dos pertenecían al Virreinato de Nueva España, la segunda se organizaba de manera independiente. Esto es considerado como punto de partida clave para las relaciones de los futuros estados-nación - México y Guatemala- porque se ha prestado para malinterpretaciones debido a que tanto la definición de los límites como el control e injerencia de la zona cambió según la etapa y configuración política regional (Zorrilla 1984). La capitanía general de Guatemala fue considerada una entidad militar dentro del imperio español y a ésta pertenecían las provincias de Ciudad Real de Chiapas, Guatemala, San Salvador, Comayagua y la provincia de Nicaragua y Costa Rica. Durante el proceso de reconocimiento de las independencias se fue reconfigurando la organización de la capitanía, en 1812 mediante la Constitución de Cádiz se divide el territorio en dos con lo que la provincia de Nicaragua y Costa Rica se deslindaba de la capitanía, pero no fue hasta 1820 cuando la Ciudad Real de Chiapas fue asignada como nueva entidad de la monarquía sin relación alguna con el dominio guatemalteco. (Zorrilla 1984)
Un año después de la separación de Chiapas de la antigua capitanía, fueron reconocidas las independencias tanto de las cinco provincias que formaban el Reino de Guatemala como de México. Inició así otra etapa de ajuste político en la región, durante los siguientes años de inestabilidad se dejó congelado el asunto de los límites entre provincias hasta que El Plan de Iguala (1821) marcó la creación de un imperio centroamericano. Los territorios que integraban la capitanía general de Guatemala aprovecharon este momento y decidieron aceptar el formar parte del nuevo imperio mexicano. La intención de esto era ganar, con un poder central más distante, la autonomía que Guatemala no les daba. De igual manera la declaración de independencia y la anexión al corto imperio mexicano significaron para las familias criollas de Centroamérica una oportunidad de mantener sus beneficios y defenderse de un posible levantamiento del pueblo (Luján Muñoz 1998).
Que siendo la independencia del Gobierno Español la voluntad general del pueblo de Guatemala, y sin perjuicio de lo que determine sobre ella el Congreso que debe formarse, el Sr. Jefe Político lo mande publicar para prevenir las consecuencias, que serían temibles en el caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo (Acta de Independencia de Centroamérica 1821).
Durante el Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide fue el primer momento en que Chiapas se encontró bajo el control del naciente gobierno mexicano siendo hasta 1823, con la caída de Agustín I, que se declara finalmente la anexión definitiva al territorio de México, aunque la región del Soconusco se mantendría separada hasta 1842 (Luján Muñoz 1998). Ya sin la participación de Chiapas, se realizó la Asamblea Nacional Constituyente Centroamericana con la que se declaraba el 1° de julio de 1883 la independencia absoluta de España y de México (Luján Muñoz 1998) para con esto decidir un sistema federal que uniría cada provincia. Esta nueva configuración, con la cual Chiapas y Soconusco se incorporaron al territorio mexicano, originó muchos conflictos políticos y militares en la zona.
El 12 de septiembre se llevó a cabo en Ciudad Real la votación sobre la agregación a México o Centroamérica, en la que participó Soconusco. El resultado favoreció a México (…) El 4 de octubre se promulgó en la ciudad de México la Constitución, que comprendía a Chiapas como parte de aquella república. (Luján Muñoz 1998)
Para México, el Soconusco estaba incluido con el resto de Chiapas, pero como mencioné, la cuestión se mantuvo indefinida y tanto la guerra civil y los diversos problemas de la recién República Centroamericana lograron desviar la atención del tema (Luján Muñoz 1998). Uno de los acuerdos en referencia al Soconusco era que este regresaría a Centroamérica en caso de que también lo hiciera toda la provincia de Ciudad Real de Chiapas. Sin embargo, al consumarse la desintegración de la federación se incorporó definitivamente el 15 de agosto de 1841 cuando el gobierno de Chiapas firma el acta para que el Soconusco forme parte de México. De manera oficial el 11 de septiembre, el gobierno central mexicano, encabezado por Santa Anna, proclama la reincorporación y eleva a Tapachula al rango de ciudad (Zorrilla 1984).
Durante las negociaciones del Tratado de Límites de 1882, se aplicó el principio jurídico de Uti possidetis, que es utilizado para lograr definir las fronteras de naciones en formación después de su proceso de independencia. Este concepto se tomó como base en diferentes países latinoamericanos para conservar los límites que existían en la época colonial. En el caso entre Guatemala y México, existió un conflicto durante las negociaciones del tratado de límites ya que si bien, el territorio en cuestión (Chiapas y Soconusco) ya estaba bajo el control mexicano, el gobierno guatemalteco reclamaba que se debería tomar como referencia los límites existentes en 1810 y no los definidos en 1821. Los diplomáticos mexicanos argumentaron que no fue hasta 1821 cuando España dejó de tener control de la región y que, al tratarse del reconocimiento de independencia, debía tomarse esa fech...