Palabra por palabra
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Palabra por palabra

La vida secreta de los diccionarios

  1. 312 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
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Palabra por palabra

La vida secreta de los diccionarios

Descripción del libro

Con ingenio e irreverencia, la lexicógrafa Kory Stamper nos abre la puerta del obsesivo mundo de la escritura de diccionarios, desde las angustiosas decisiones sobre qué definir y cómo hacerlo hasta la complicada cuestión del cambio constante del uso de las palabras.

Lleno de datos divertidos -por ejemplo, el primer uso documentado de "OMG" fue en una carta a Winston Churchill- y las propias historias de Stamper desde el frente lingüístico (incluyendo cómo se convirtió en la principal apologista en Estados Unidos del término "sin consideración", a pesar de detestar esta expresión), 'Palabra por Palabra" da vida a un mundo sorprendentemente rico habitado por individuos extravagantes y eruditos que modelan silenciosamente la forma en que nos comunicamos.

Preguntas frecuentes

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Información

Surfboard : tabla de surf
Sobre la definición
De vuelta en la sala de conferencias mal ventilada, Gil se reclina en su asiento y toma aire entre los dientes. Al parecer, hace eso cada vez que está por iniciar una larga explicación que según sabe se nos escapará por completo, pero que contiene información importante para salir adelante en esto de la lexicografía.
Aquel año tomó mucho aire entre los dientes.
Hoy, anuncia, empezaremos a hablar de definiciones: en particular, los tipos de definiciones que escribiremos y los tipos que no escribiremos.
—Empezamos —dice— por la definición real.
Mis compañeros recién contratados y yo nos miramos subrepticiamente de reojo. Teníamos la impresión de que, en la editorial de diccionarios más antigua de los Estados Unidos, se escribían definiciones, en fin, reales. Sin embargo, resulta que hay varias clases de definiciones en el mundo, y que las dos grandes categorías de definiciones con las que deben lidiar los lexicógrafos son las definiciones reales y las definiciones léxicas. La definición real responde a preguntas como: «¿Qué es la verdad?», «¿Qué es el amor?», «¿Existe un sonido si no hay nadie que lo oiga?» y «¿El perrito caliente es un sándwich?». Esta es la clase de definición que muchos lexicógrafos en ciernes se imaginan haciendo: sentados ante un escritorio de cuero en una oficina de madera cálida, serán eruditos y se pondrán a filosofar. Mirarás al vacío y entrarás en contacto con la sabiduría y decidirás si el amor es un acto, un sentimiento, un mito. En alguna parte del exterior —un coche que pasa, quizá— oirás un poco de música. El ritmo resonará mientras la banda KLF pregunte: «¿A qué hora es el amor?», y sonreirás, porque eres lexicógrafo, y solo tú puedes decirle a KLF a qué hora es el amor.
Lo anterior es una alegre ficción (la mía, por cierto). Resulta que los lexicógrafos no se ocupan de las definiciones reales. De hecho, hacerlo es señal de mala lexicografía. Los lexicógrafos solo redactan definiciones léxicas, un intento de describir cómo se usa una palabra y qué sentido se le da en un ámbito particular. Las preguntas a las que respondemos son: «¿Qué significa “belleza” cuando alguien dice: “Ella es una belleza”?». O: «¿Qué significa “amar”, cuando alguien dice que ama la cocina? ¿Es ese el mismo uso de “amar” que cuando dice que ama a su mamá?».
Pero cuando la gente acude al diccionario y busca «amor», espera que se le explique lo que es el amor. A juzgar por los comentarios que dejan en la entrada correspondiente del diccionario en línea, es evidente que no les importa la presuntuosa locuacidad de la definición («fuerte sentimiento de afecto por otra persona que proviene de lazos familiares o personales», o: «atracción basada en el deseo sexual», o: «afecto basado en la admiración, la benevolencia o los intereses comunes»):
¿Qué es el amor? ¡Dios es amor! «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito».
El amor es el deseo de que algo alcance todo su potencial.
Fuerte sentimiento mágico, que se expresa con otra gente, y todo el mundo necesita.
Creo que el amor es una gran patraña y que como con la religión o la llamada metafísica puede querer decir cualquier cosa que la gente quiera.
El amor es mucho más que eso.
El significado de amor en el diccionario está equivocado. El significado del amor son los Jonas Brothers.
[87]
Una vez que los lexicógrafos en ciernes abandonan sus preconceptos sobre la lexicografía, deben aprender la jerga pertinente, y al manejarla se dan cuenta de lo compleja que puede ser una entrada de diccionario. La palabra que se define es el «lema»: nunca se llama «palabra que se define». La definición se llama «definición» (menos mal) o «acepción», en especial cuando hay más de una. En Merriam-Webster, las distintas acepciones se señalan con cifras (1, 2, 3 y así sucesivamente). Las acepciones emparentadas se dividen en subacepciones señaladas con una letra (1 a, b, c, d y así sucesivamente). Si tienes suerte, habrá subacepciones muy emparentadas que puedan agruparse y volver a dividirse en subacepciones más pequeñas, marcadas después de la letra de la subacepción con una cifra entre paréntesis: 1 a (1), (2), b, c (1), ad nauseam. Ahora bien, cada una de esas subacepciones puede definirse por varias afirmaciones, que llamamos «sustitutos». Los sustitutos van en negrita separados por un punto y coma, a menos que el sustituto en cuestión sea vinculante (una especie de sustituto arquetípico seguido por subacepciones que son ejemplos o subgrupos de dicho sustituto), en cuyo caso va seguido de dos puntos en redonda. Toda la elucidación —lema, acepciones, subacepciones— constituye una «entrada». A medida que asimilas los tecnicismos, además, debes tener en mente que será necesario cambiar de código entre la lengua lexicográfica («acepción», «lema») y las palabras que entiende la gente de a pie («sentido», «palabra»), lo cual es frustrante porque, mientras aprendes a utilizar un lenguaje preciso, tienes que ser astutamente impreciso para comunicarte con los demás. Eso te servirá de entrenamiento para aprender a redactar definiciones.
Una de las primeras cosas que debes hacer al redactar un diccionario es decidir qué palabras se merecen una entrada. Ese es un concepto que molesta a mucha gente por motivos muy distintos. Como hemos visto, hay quienes sienten que ciertas palabras no deberían figurar en el diccionario porque de algún modo ello legitima lo que consideran un uso deficiente e incorrecto del lenguaje.
De lado opuesto están los inclusivistas, que creen que debería incluirse cada palabra...

Índice

  1. Portada
  2. Palabra por palabra
  3. Prefacio
  4. Hrafnkell. Sobre el enamoramiento
  5. But: pero. Sobre la gramática
  6. It’s: es. Sobre la «gramática»
  7. Irregardless: con independencia de. Sobre las palabras incorrectas
  8. Corpus. Sobre recolectar los huesos
  9. Surfboard: tabla de surf. Sobre la definición
  10. Pragmatic: pragmática. Sobre los ejemplos
  11. Take: tomar. Sobre las palabras pequeñas
  12. Bitch: perra. Sobre las malas palabras
  13. Posh: elegante, lujoso. Sobre la etimología y el originalismo lingüístico
  14. American Dream: sueño norteamericano. Sobre las fechas
  15. Nuclear. Sobre la pronunciación
  16. Nude: carne. Sobre la correspondencia
  17. Marriage: matrimonio. Sobre la autoridad y el diccionario
  18. Epílogo. Algo muy extraño
  19. Agradecimientos
  20. Bibliografía
  21. Índice
  22. Sobre este libro
  23. Sobre Kory Stamper
  24. Créditos