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¿Quién fue Matthew Lipman?
Matthew Lipman nació en Vineland, Nueva Jersey, el 24 de agosto de 1923 y murió en West Orange, Nueva Jersey, el 26 de diciembre de 2010. Fue el filósofo y educador estadounidense creador del programa Philosophy for Children. Este proyecto pretende acercar la filosofía a los niños mediante una serie de novelas filosóficas que permiten a niños y niñas de diferentes edades realizar diálogos filosóficos en torno a los temas que les sorprenden en su vida cotidiana desde su propia admiración y curiosidad.
Posiblemente este sea uno de los aciertos más relevantes del proyecto de Lipman: situar los problemas y retos filosóficos en el terreno de la cotidianidad de los niños y reconstruir el abordaje que hacen estos niños para afrontarlos.
Lipman, reflexionando sobre sus experiencias como profesor de Filosofía con estudiantes universitarios, y en el marco de los movimientos políticos que se produjeron en los campus universitarios estadounidenses en los años sesenta del siglo pasado, llegó a la conclusión de que había que aprender a pensar críticamente, preguntarse sobre cuestiones filosóficas y formar juicios razonables, y que todo esto se debía alcanzar en la escuela porque, si no, ya sería demasiado tarde. Sus reflexiones sobre la necesidad de hacer filosofía con los niños lo llevaron, en 1969, a ponerse en contacto con la Fundación Nacional para las Humanidades, para crear una lectura filosófica, en forma de relato, para niños de 11 o 12 años. Se trataba de El descubrimiento de Harry, que Lipman publicó en 1988 (Madrid, Ed. de la Torre). En 1971, para evaluar la fortaleza del texto y los beneficios que podían derivarse de hacer llegar la filosofía a los niños, pidió una beca para realizar un estudio de un año con alumnado de quinto de primaria (11 o 12 años) de escuelas públicas de Montclair, Nueva Jersey. La evaluación de los resultados mostró que los beneficios de hacer filosofía se veían reflejados en todas las demás áreas de conocimiento.
En 1974 creó, junto con Ann Margaret Sharp, el Institute for the Advancement of Philosophy for Children (IAPC). El Montclair State College le ofreció establecer en su campus la sede del IAPC. De 1974 a 1980, ambos se dedicaron a escribir más narraciones para diferentes niveles y áreas y los manuales para el profesorado a fin de explicar cómo había que implementar el proyecto. Cada nivel recogía un ámbito diferente de la filosofía: naturaleza, lenguaje, lógica, ética... Para evaluarlo recibieron una beca de la Fundación Rockefeller, el servicio Testing Educational, que, con Lipman como investigador principal, llevó a cabo diversas investigaciones (una de las cuales implicaba a casi cinco mil estudiantes durante un periodo de un año).
Obviamente, también había que preparar a los maestros, dado que llevar a cabo el proyecto no implicaba necesariamente tener conocimientos profundos de filosofía, sino más bien una determinada manera de proceder y un perfil de pensador filosóficamente activo. Por ello Lipman comenzó a ofrecer seminarios de una semana en universidades como Rutgers, Harvard, Yale, Illinois, Fordham y Michigan State. A finales de 1980 se terminaron y publicaron cuatro programas para la enseñanza media y secundaria. A El descubrimiento de Harry se añadieron los siguientes libros, todos de autoría de Lipman y publicados en 1988: el manual para el profesorado Investigación filosófica, Lisa e Investigación ética (Madrid, Ed. de la Torre), dirigidos a estudiantes de noveno grado. También Suki y Escribir, cómo y por qué (Buenos Aires, Manantial, 2000) para décimo grado, y Mark (Madrid, Ed. de la Torre, 1989) e Investigación social (Madrid, Ed. de la Torre, 1990) para estudiantes de undécimo grado. Además, Lipman y Sharp escribieron sobre las bases teóricas de la filosofía a nivel escolar en sus obras de 1978 Growing up with Philosophy y Filosofía en la escuela. En 1980 se cerró el currículum con tres programas para la escuela elemental: Nous (Madrid, Ed. de la Torre, 2000) y Poner nuestros pensamientos en orden (Madrid, Ed. de la Torre, 1992) para los grados 3 y 4, y también Kio y Guss (Madrid, Ed. de la Torre, 1993). Además, Asombrándose ante el mundo (Madrid, Ed. de la Torre, 1989) para los mismos niveles, y Pixie (Madrid, Ed. de la Torre, 2014) para el grado K2 (en Estados Unidos). En 1986 el proyecto Lipman de filosofía para la escuela elemental fue reconocido como un proyecto educacional de mérito por el Departamento de Educación de Estados Unidos, que desde entonces subvenciona su difusión. En 1988 apareció una nueva propuesta teórica de Lipman: La filosofía en el aula (Madrid, Ed. de la Torre, 2000).
Philosophy for Children se convirtió en un movimiento en todo el país y se organizaron talleres en todos los estados a través de la Red Nacional de Difusión del Departamento de Educación. El movimiento también se extendió por todo el mundo, con organizaciones locales y nacionales en más de cuarenta países y asociaciones regionales en Europa, América Latina y Oceanía. Lipman fundó la revista Thinking. The Journal of Philosophy for Children en 1979, de la que fue director en las primeras etapas y posteriormente formó parte de su consejo editor. En Cataluña, su tarea sigue con el esfuerzo del Grupo Iref (Instituto de Investigación para la Enseñanza de la Filosofía). Mattew Lipman es, pues, el creador del proyecto Filosofía 3/18:
El proyecto Filosofía 3/18 es un currículum amplio y sistemático que tiene como objetivo reforzar las habilidades del pensamiento de los estudiantes, partiendo de la filosofía como disciplina fundamental.
Consiste en un conjunto de programas que, aplicados desde los 3 a los 18 años, fortalecen la capacidad reflexiva. Se trata de un proyecto que concreta el deseo general de enseñar a pensar y pretende desarrollar las habilidades cognitivas de los estudiantes, ayudándolos a comprender las materias de estudio, a hacerlos más conscientes de la riqueza del bagaje intelectual heredado y a prepararlos en la razonabilidad para la participación en un mundo democrático.
La filosofía, como disciplina humanística más adecuada, es el medio y el fin para que a través de su contenido y de su método permita al estudiante reflexionar sobre aquellos temas que, latentes en todas las materias, no son tratados en la escuela.
La tradición filosófica ha trabajado siempre un cuerpo específico de conceptos que han sido considerados importantes para la vida humana o relevantes para el conocimiento humano. Ejemplos de estos conceptos pueden ser: justicia, verdad, bondad, belleza, mundo, identidad personal, tiempo, amistad, libertad y comunidad.
m. lipman, Filosofía en la escuela
Traducido de dom.cat/zx7
Profundicemos, ahora, si os parece, en algunos aspectos del pensamiento de Lipman para añadir la dimensión filosófica a la educación. Quizás podríamos empezar con una pregunta: ¿por qué, a medida que nos hacemos mayores, perdemos la capacidad de admirarnos? Parece que sea una pérdida de tiempo y acabamos aceptando que lo que pasa tiene que pasar y lo que ha pasado no merece la pena entenderlo. Lo peor es que los niños que nos rodean nos toman como modelo y hacen suya la pasividad que mostramos. Los enigmas y la magia están presentes en el mundo, en cada una de las preguntas que los niños y niñas se hacen alrededor de por qué el mundo es como es o, incluso, de por qué el mundo es. Cada momento es una ocasión para entender y para juzgar, cada instante propone una pregunta que mueve la curiosidad de los más pequeños. A menudo, sin embargo, los adultos estamos tan atareados que no tenemos tiempo de explorar estas preguntas que podrían ser la semilla del pensamiento crítico de nuestros hijos, de nuestros alumnos. En el mejor de los casos, damos una respuesta directa que cierra el campo de la admiración. Pero, cuando no entendemos algo, cuando hay un cierto malestar difuso que nos anima a querer saber respuestas, aparece la magia. Lo inexplicable es maravilloso y admirable. El hombre es una criatura misteriosa que vive en un mundo aún más misterioso (como dice Lipman en su programa Nous). Parece que los adultos hemos olvidado esta premisa que regía nuestra vida cuando éramos niños y tratábamos de enten...