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Esta obra se terminó de imprimir en la Universidad Santo Tomás, Seccional Bucaramanga en junio de 2017
1 Los tres objetivos específicos son: Conocer qué aprenden los estudiantes cuando están fuera del colegio. Identificar qué situaciones de la vida cotidiana pueden generar procesos de enseñanza-aprendizaje. Reconocer en los acontecimientos cotidianos juveniles una fuente para construir prácticas docentes coherentes con las nuevas necesidades educativas.
2 El mundo de la vida “Lebenswelt” es un concepto importante en la fenomenología de E. Husserl, tanto como el de horizonte y epojé. El mundo de la vida, es el mundo de la cotidianidad. Es la esfera, el horizonte espacio-temporal en el que acontecen las vivencias, las acciones y todos los pensamientos humanos de manera espontánea e irreflexiva (Melich, 1994, p. 71).
3 El Colegio Santo Tomás está dividido en tres secciones: Infantil, Juvenil y Mayores. La primera agrupa a los estudiantes desde Transición hasta grado Cuarto; la segunda los grados Quinto hasta Séptimo y la última los grados restantes. Cada una de ellas está dirigida por un moderador, coordinador. Estos están bajo la tutela de la Regencia de Estudios.
4 La escuela de hoy reduce su acción a transmitir teorías, conceptos, conocimientos, datos y conclusiones racionales que nada tienen que ver con lo que los estudiantes viven diariamente, provocando en ellos desinterés por lo que se les enseña en las aulas de clases. La escuela necesita construir currículos coherentes con las necesidades juveniles, enseñar a partir de saberes cotidianos (identidad, acontecimientos y espacios) llegando así al conocimiento racional para que los estudiantes le encuentren sentido a lo que aprenden, así como también, a la vida de todos los días. Además, a través de las TIC los estudiantes acceden a la información a una mayor velocidad que con la que transmiten sus maestros, producen mayor conocimiento digital que el que elaboran quienes les enseñan haciendo obsoleto el discurso docente, los estudiantes no son ya más un receptáculo al que se le debe llenar de información, por lo que los maestros también necesitan adecuar sus prácticas docentes a estas exigencias. Por último, enseñar a través de lo cotidiano es un aporte novedoso para el diseño curricular de las escuelas del país y una contribución al acervo teórico educativo en el plano internacional.
5 Identificar las características funcionales de la identidad de cada una de las generaciones humanas ha sido una apuesta teórica de disciplinas como la filosofía, la antropología, la psicología y la sociología desde el siglo XIX. En la primera década del tercer milenio muchos han sido los intentos por encapsular la identidad de la última generación humana: los milenaristas, generación Einstein, nativos digitales, generación interactiva, generación digital, generación N, generación D, entre otras, dan cuenta de la dinámica denominativa. Intentos que han hecho emerger “neologismos” que hasta hacen dos décadas atrás eran impensables: alfabetización digital, polialfabetización, cultura digital, aulas digitales, hiperaceleración, interactividad, tecnópolis, tecnofilia, tecnófilos, tecnofobia, aprendizaje horizontal, hipertexto o lectura en mosaico, son indicios serios que suponen que algo está creciendo con mucha fuerza en el mundo juvenil. Piscitelli (2009) cree que nuestros estudiantes entre 6-20 años son jóvenes que han pasado muchas horas de sus vidas prendidos a la tecnología, lo que los hace hablantes nativos de la televisión interactiva, Internet, teléfonos celulares multipropósitos y los videojuegos. Piscitelli utiliza para ellos el epíteto “nativos digitales”, mientras que los maestros y padres de familia, no importa cuán tecnófilos sean, no superan el adjetivo de “inmigrantes digitales”. La distinción es clara, los nativos digitales tienen como lengua vernácula a las TIC y sus maestros y padres alcanzan, frente a la digitalización de la cultura, solo la condición de hablantes. Para Piscitelli, los nativos digitales son productores de contenido, “La red es un medio para la construcción colaborativa en donde se privilegian la simulación, la animación y el diseño abierto de historias” (p. 68). El ciberespacio es el camino predilecto por el que transitan las nuevas generaciones y rompen así, con el enclaustramiento y el encierro, a través de lo que Castells llama la Galaxia Internet, lugar de encuentro con el otro, y con los otros que, de la misma manera han iniciado su “ciberviaje”. El viaje a través de la web, la mensajería electrónica o de las redes sociales de internautas es la forma de huir que no conocieron las generaciones precedentes a esta. El ciberespacio es ese otro allá, en el que en fracción de segundos se puede llegar a él y, además, se convierte en un camino abierto sin prohibiciones ni límites. Es el lugar en el que la intimidad se vuelve espectáculo (Sibilia, 2009) o en el que el hombre se vuelve postorgánico (2005). “La Web no es un mero vehículo de transporte de la información, una infovía, sino uno de los primeros entes vivientes que han emergido en el ciberespacio” (Piscitelli, 2009, p. 69), ello hace creer que Internet, redes sociales, chats room, videojuegos, celulares multipropósitos están disolviendo los muros de las escuelas y al corroerlos están poniendo en cuestión el propio sistema educativo (Piscitelli, 2006). Jóvenes díscolos que duermen plácidamente durante las clases, estudiantes que no participan del desarrollo de las mismas, adolecentes que no leen, comprenden o escriben bien, son entre otros, indicios que sugieren pensar responsablemente la escuela (la sociedad, el Estado, las instituciones, la vida diaria, etc.) elevando la reflexión por encima de la discusión formal entre la permutación de lo isqual-isquam, calidad o co...