Prólogo
Cada vez hay más y más personas que procuran resolver por sí mismas sencillos dolores ordinarios. Debido a que hoy se dispone de menos presupuesto para la salud, los tratamientos preventivos y sin complicaciones, pero a la vez eficaces, son cada vez más importantes. A tal efecto, este libro puede hacer una pequeña contribución. Con medios increíblemente sencillos, que no cuestan nada o muy poco, se pueden controlar muchos dolores inofensivos. A menudo, estos remedios también pueden servir para ganar tiempo hasta la visita del médico o un médico naturista.
Salud para impacientes
¿Es usted una de esas personas que tienen poco tiempo, pero que aun así valora los tratamientos naturales? Este libro se lo pone fácil. No contiene mezclas para infusiones costosas ni remedios complicados cuya preparación y aplicación exigen un gran esfuerzo; tampoco tienen que ver con elevadas facturas de farmacia o un almacenamiento a gran escala: se trata de remedios naturales rápidos, seguros y baratos.
Límites del autotratamiento
Este libro ayuda al autotratamiento, pero también explica sus límites. Sin embargo, si a pesar de un cuidadoso tratamiento los dolores persisten o incluso empeoran, se debería visitar a un médico o un médico naturista. No demore mucho la visita a un médico; piense que detrás de dolores aparentemente inofensivos se pueden esconder enfermedades graves. Un pronto tratamiento médico por un especialista puede impedir que una pequeña molestia se convierta en un dolor crónico. Incluso cuando una enfermedad aparece de repente y cursa con dolores severos, debería usted consultar a un médico o a un naturópata.
Remedios sencillos con un efecto grande
La recopilación de las recetas y trucos que encontrará en este libro tiene su historia. Los he ido reuniendo y probando durante mucho tiempo. Durante más de veinte años me he dedicado a los remedios naturales. Muchas recetas fueron transmitidas durante generaciones en mi familia. Otros remedios me los traje de mis viajes o los conocía a través de mis profesores y profesoras.
Maria Lohman
1. Enfermedades y dolores: las mejores recetas y remedios naturales
1.1. Sistema inmunológico
1.1.1. Fiebre
La fiebre aparece cuando existe infección. No se trata de una enfermedad por sí misma, sino de un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo frente a agresores externos (bacterias y virus). Por esta razón, no se debería combatir prematuramente la fiebre y la consecuente necesidad de reposo y descanso.
La divisa reza beber mucho. En el caso de fiebre la necesidad de líquidos se eleva notablemente: por cada subida de un grado de temperatura el cuerpo necesita alrededor de medio litro más de líquido.
Fricciones frías
Un clásico del tratamiento de la fiebre son las envolturas frías. Lo más sencillo consiste en realizar fricciones con agua fría: para ello se frota el cuerpo sobrecalentado con una manopla de baño, se seca bien y se mete uno en la cama. Con el sudor se elimina la fiebre.
Temperatura corporal y fiebre
| 36,0 a 37,5 ºC = | temperatura normal |
| 37,6 a 38,0 ºC = | temperatura alta |
| más de 38,0 ºC = | fiebre |
| más de 39,0 ºC = | temperatura alta |
1.1.2. La fiebre en niños pequeños
Pies y manos frías significan que la fiebre todavía está subiendo. En cambio, pies y manos calientes indican que la fiebre ha llegado a su punto más elevado.
Cataplasmas para los pies
Un truco para los más pequeños: colocar patata cruda rallada con la piel en las plantas del pie y sujetar con los calcetines.
Baño de enfriamiento
Un baño de enfriamiento (para niños a partir de un año de edad) en casos de fiebre alta tiene a menudo un efecto mejor que una envoltura: llenar la bañera de agua y colocar con cuidado el niño pequeño en ella. La temperatura debería ser un grado más fría que la temperatura corporal del niño. Dejar correr el agua fría hasta que esté tibia (alrededor de 30 ºC). Duración: de 5 a 7 minutos. Luego se seca al niño y se lo mete en la cama. Solo hay que hacerlo si el estado general es bueno y nunca contra la voluntad del niño.
1.1.3. Propensión a la infección/inmunodeficiencia
Se comienza la mañana con estrés: uno se levanta tarde y se sale de casa sin desayunar. La mala alimentación, la falta de ejercicio y las fuertes cargas como el estrés favorecen en los adultos la aparición de reiterativas infecciones. Las medidas que se explican a continuación ayudan a reforzar el sistema inmunológico.
Estímulo del sistema inmunitario
Masajear durante un tiempo largo, varias veces al día, el punto de energía llamado “zanja curvada” (punto del intestino grueso 11). Para ello, doble un codo, agarre con la otra mano en los dos extremos laterales del pliegue y realice un masaje suave. Este masaje estimula el sistema inmunológico y combate la propen...