El fin de los tiempos
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El fin de los tiempos

Una explicación para todos

  1. 280 páginas
  2. Spanish
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  4. Disponible en iOS y Android
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El fin de los tiempos

Una explicación para todos

Descripción del libro

La mayoría de nosotros somos intimidados en cuanto a las cosas futuras y profecías de las Escrituras. Las otras cuestiones de la verdad bíblica parecen más sencillas para entender, y equivocadamente creemos que la doctrina sobre la segunda venida de Jesús es la de menos importancia. El pastor Dr. Samuel Waldron nos reta esta creencia, demostrando que la escatología esta integrada vitalmente con el sistema completo de la Biblia. Este libro clarifica las cuestiones que frecuentemente se confunden en cuanto a la venida del Hijo de Dios y la manifestación de la redención completa de nuestro bendito Redentor y Reconciliador.

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Información

Año
2020
ISBN del libro electrónico
9781629461649

Parte III
¡LA SIGUIENTE
PREGUNTA, POR FAVOR!

Capítulo 14
¿Qué Tiene que Decir la Biblia
Acerca del Cielo?

Observaciones Preliminares:
Con este capítulo comenzamos la tercera y última parte de este libro. Con propósitos populares he titulado esta parte del libro, ¡La Siguiente Pregunta, Por Favor! Esta parte del libro está dedicada a considerar algunas preguntas de interés práctico relativas a los diferentes períodos de la escatología bíblica. Los capítulos anteriores ya han demostrado que el eschaton o los últimos días comenzaron con la primera venida de Cristo. El siglo venidero ya ha sido inaugurado y ha irrumpido en la historia en los acontecimientos relacionados con la primera venida de Cristo. La presente era de la historia – con frecuencia llamada la era o el siglo del evangelio o de la iglesia – es, por lo tanto, parte de la escatología.
Al responder las preguntas especiales que se plantean acerca de la escatología, es conveniente organizar esas preguntas cronológicamente. Puesto que el primer período de la historia escatológica es la era presente del evangelio o de la iglesia, este tratamiento, ordenado cronológicamente, del resto de preguntas relacionadas con la escatología, comienza con preguntas relativas a la era presente. En orden, trataremos con:
Sección 1: Preguntas relacionadas con la Era Presente del Evangelio o de la Iglesia
Sección 2: Preguntas relacionadas con el Inminente Regreso de Cristo
Sección 3: Preguntas relacionadas con la Resurrección
Sección 4: Preguntas relacionadas con el Estado Eterno
La estructura con la cual trataremos las preguntas relacionadas con la era presente queda sugerida por la exposición de Apocalipsis 20 en los capítulos inmediatamente anteriores. Hay preguntas relacionadas con la iglesia y el mundo de los hombres vivos en la tierra. Hay preguntas relacionadas con el cielo y el infierno, lo que los teólogos llaman el estado intermedio. En los capítulos que tratan con preguntas relacionadas con la era presente, trataremos primero con el estado intermedio.
El estado intermedio es misterioso incluso cuando se lo compara con otros asuntos escatológicos. Es un tema en el que debemos tener mucho cuidado de estar especialmente en guardia contra el error. En este capítulo es mi intención, por lo tanto, proveer una introducción al asunto que nos familiarizará con las perspectivas de nuestros antepasados los Reformadores y los Puritanos. Mi esperanza es que un examen de sus afirmaciones clásicas sobre este tema nos provea de un escudo contra la innovación, la novedad, y el error.
En este capítulo nos centramos en el feliz tema del estado intermedio de los justos. La enseñanza bíblica quedará expuesta por medio de Un Catecismo Sobre El Estado Intermedio de Los Creyentes.
Un Catecismo Sobre El Estado Intermedio de los Creyentes
*****
Pregunta 1: ¿Adónde van los espíritus de los creyentes cuando mueren?
Respuesta: Van a estar con Cristo.
Pregunta 2: ¿Dónde está Cristo?
Respuesta: Cristo está exaltado hasta lo sumo en el cielo.
Pregunta 3: ¿Qué es el cielo?
Respuesta: El cielo es la morada especial de Dios donde manifiesta Su gloria de una manera peculiar.
Pregunta 4: ¿Es el cielo, entonces, un lugar?
Respuesta: Sí, el estado corporal de Enoc, Elías, y especialmente nuestro Señor que están ahora en el cielo nos asegura que el cielo es un lugar físico.
Pregunta 5: ¿Hay tiempo en el cielo?
Respuesta: Sí, puesto que sólo Dios trasciende el tiempo, los seres creados que habitan en el cielo experimentan las limitaciones no sólo del espacio, sino también del tiempo.
Pregunta 6: ¿Cómo se describe el cielo en la Biblia?
Respuesta: Se describe como la ciudad de Dios y el paraíso de Dios.
Pregunta 7: ¿Cuál es la bendita condición de los espíritus de los creyentes en el cielo?
Respuesta: Son hechos inmutablemente y perfectamente santos y bienaventurados en sí mismos.
Pregunta 8: ¿Qué hacen esos espíritus en el cielo?
Respuesta: (1) Descansan en la Canaán celestial. (2) Tienen comunión con sus conciudadanos en la Jerusalén celestial. (3) Reinan con Cristo. (4) Contemplan a Dios y la intercesión del Cordero en el verdadero templo donde sirven como sacerdotes y adoran a Dios.
Pregunta 9: ¿Cuándo entran los espíritus de los creyentes en el cielo?
Respuesta: Los espíritus de todos los creyentes entran inmediatamente en la muerte.
Pregunta 10: ¿Es completa la bienaventuranza de estos espíritus en el cielo?
Respuesta: ¡No! En el Estado Intermedio la meta de la redención no se ha alcanzado. Por lo tanto, su bienaventuranza es incompleta, en cinco maneras: 1) No han recibido la redención de sus cuerpos. 2) Sus hermanos, el pueblo escogido de Cristo, están parcialmente sin redimir. 3) Su herencia, una creación redimida, todavía no es suya. 4) Aún no han sido vindicados públicamente por el juicio final. 5) Sus enemigos aún no han sido juzgados.
*****
Pregunta 1: ¿Adónde van los espíritus de los creyentes cuando mueren?
Respuesta: Van a estar con Cristo (Fil. 1:19-24; 2 Cor. 5:6-9; Luc. 23:43; Heb. 12:23, 24; Apoc. 14:13).
La certidumbre fundamental de la fe primitiva de los creyentes del Antiguo Testamento era que la muerte no podía romper su relación con el Dios de su pacto (Gén. 5:24; 2 Rey. 2:1-14; Sal. 23:6; 73:24 [Sal. 16:9-11, 49:15]). El contenido de esos pasajes del Antiguo Testamento es muy básico. Revelan que Jehová es Señor sobre la muerte y puede ordenar los destinos de algunos de Su pueblo de tal manera que ni siquiera mueran. Los pasajes en los Salmos no distinguen claramente entre el estado del hombre después de la muerte y la resurrección. La confianza básica de los Salmos sobre la vida venidera, es, sin embargo, muy clara. El Dios del pacto que he llegado a conocer ha manifestado Su cuidado por mí de tal manera que no me abandonará en la muerte.
Esta certidumbre básica del Antiguo Testamento es llevada a una revelación plena y puesta más claramente de manifiesto en el Nuevo Testamento. De la misma manera que el Dios del pacto es revelado plenamente en Jesucristo, así mismo la confianza del cristiano en la muerte es puesta más claramente de manifiesto. Este enfoque más definido es la confianza de que “la muerte” no “podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Rom. 8:37, 39). Los creyentes mueren en el Señor (1 Tes. 4:14; Apoc. 14:13). La voluntad de Cristo es que donde Él está, allí estén también los Suyos (Juan 14:2). Por lo tanto, cuando mueren, van a estar con Cristo (Luc. 23:43; 2 Cor. 5:6-8; Fil. 1:23; Heb. 12:23, 24).
La vida con Cristo y por Cristo es inseparable de la confianza en la muerte. Donde no hay un conocimiento personal de, ni una relación personal con, el Dios Viviente, no puede haber una confianza bíblica en la muerte. Hay razones, por lo tanto, para pensar que tu confianza en la muerte estará relacionada con la cercanía de tu andar con Jesucristo.
La principal bendición y la fuente de todas las demás bendiciones para los creyentes después de la muerte es estar con Cristo donde Él está. Sólo el amor por Cristo y un deseo de estar con Él hará que la muerte sea deseable para nosotros. El interés popular, aunque carnal, en la ultratumba (y en las experiencias cercanas a la muerte) tan común en nuestros días, no tiene nada que ver con el mensaje de la Biblia.
Pregunta 2: ¿Dónde está Cristo?
Respuesta: Cristo está exaltado hasta lo sumo en el cielo (Juan 16:28 con Mat. 6:9; Hech. 3:21; Heb. 1:3; Ef. 4:10).
La Biblia deja claro de varias maneras que Cristo está en el cielo. En Juan 16:28 Jesús afirma que está yendo al Padre. Por otro lado, en Mateo 6:9, enseña que nuestro Padre está en el cielo. En Hechos 3:241, Pedro afirma que el cielo debe recibir a Cristo hasta el período de la restauración de todas las cosas. En Hebreos 1:3, el escritor afirma que Cristo está a la diestra de la Majestad en las alturas. En Efesios 4:10, el apóstol afirma que Cristo ascendió por encima de todos los cielos.
Pregunta 3: ¿Qué es el cielo?
Respuesta: El cielo es la morada especial de Dios donde manifiesta Su gloria de una manera peculiar (Sal. 23:6; 1 Rey. 8:27-49; Isa. 63:15; 66:1).
Aunque el cielo en la Biblia se usa frecuentemente con respecto al universo físico visible para nosotros en el firmamento, también se usa con respecto a ese lugar invisible para nosotros que es la morada especial de Dios y de Sus ángeles. Esto ha dado lugar a la distinción popular entre tres cielos: el cielo etéreo (atmosférico), el cielo estrellado (celestial), y el cielo de Dios. El precedente bíblico para esta distinción se da cuando Pablo habla de que fue “fue arrebatado hasta el tercer cielo”, (2 Cor. 12:2) y porque los usos bíblicos de cielo son clasificados fácilmente en términos de estos tres significados.
El cielo de Dios puede ser definido como la morada especial de Dios donde Él manifiesta peculiarmente Su gloria. Aunque Dios está presente en todo lugar, Él está presente en ciertos lugares de una manera distintiva. W. M. Smith comenta: “Aunque es cierto que las Escrituras enseñan que “los cielos de los cielos” no pueden contener a Dios (1 Rey. 8:27), y que Dios está presente en todo lugar en el universo, sin embargo, afirman que el cielo es de una manera particular la habitación de Dios.”33
En 1 Reyes 8, la dedicación del templo terrenal construido por Salomón es descrita como la casa terrenal de Dios. Salomón, sin embargo, repetidamente reflexiona aquí sobre la casa celestial de Dios tipificada en esta en la estructura terrenal (vv. 10-13, 27, 30, 32, 34, 36, 39, 43, 45, 49). (Véase también Sal. 23:6; Isa. 57:15; 63:15; 66:1). El cielo es el lugar de la presencia especial de Dios, donde Su gloria, Sus atributos, son revelados de una manera peculiar. Es el lugar más exaltado y santo en el universo.
Pregunta 4: ¿Es el cielo, entonces, un lugar?
Respuesta: Sí, el estado corporal de Enoc, Elías, y especialmente nuestro Señor que están ahora en el cielo nos asegura que el cielo es un lugar físico (Gén. 5:21-24; 2 Rey. 2:10-18; Luc. 24:36-43; Hech. 1:1-11; Juan 19:40ss.; Heb. 12:24).
El cielo es una localidad con dimensiones espaciales. Ocupa espacio. Es una localidad tan real como Londres, Manila, o la ciudad de Nueva York. Que el cielo es un lugar que ocupa espacio es probado por el hecho de que hay cosas allí que ocupan espacio. Los cuerpos vivos de Enoc, Elías, y nuestro Señor están en el cielo (Gén. 2:21-24; 2 Rey. 2:10-18; Luc. 24:36-43; Hech. 1:3, 4, 9-12; 3:21; Juan 19:40-20:17; Heb. 2:14-18; 4:14, 15; 6:20; 8:1; 9:24; 12:22-24).
Pregunta 5: ¿Hay tiempo en el cielo?
Respuesta: Sí, puesto que sólo Dios trasciende el tiempo, los seres creados que habitan en el cielo experimentan las limitaciones no sólo del espacio, sino también del tiempo (1Ti. 1:17; Apoc. 6:11; 20:4-6; Ef. 1:20; 2:7).
Puesto que Dios es “infinito, eterno e inmutable en Su ser”, no está sujeto a las limitaciones del espacio y del tiempo. Según 1 Timoteo 1:17, Él no es el sujeto del tiempo, sino (según una traducción literal) el “Rey de los siglos”. Debido a la influencia de la filosofía griega, especialmente la platónica y contra toda razón bíblica, este atributo de Dios ha sido transferido con frecuencia al cielo y sus habitantes. Que, no obstante, hay tiempo en el cielo, es probado por varias consideraciones.
1. Puesto que sólo Dios transciende el tiempo, la única manera posible en la que cualquier criatura podría escapar al tiempo sería siendo deificada. La Biblia, no obstante, nunca enseña esta herejía. Sea lo que sea lo que signifique la frase “entrar en la eternidad”, no se le puede hacer significar que llegamos a ser eternos como Dios.
2. La Biblia claramente enseña que las almas de los justos en el cielo están sujetas al tiempo (Apoc. 6:11). Además de esto, la ascensión de Cristo al cielo marca una nueva era, época, o tiempo en la historia del cielo.
3. El tiempo existe en el estado eterno. Ese estado es llamado el siglo o los siglos venideros (Mar. 10:30; Luc. 20:32, 35; Ef. 1:21; 2:7). Esta palabra significa mundo-edad y en realidad implica que el estado eterno es tanto una existe...

Índice

  1. Parte I ¿QUÉ EDAD TIENE TU ESCATOLOGÍA?
  2. Parte II ¡LA ESCATOLOGÍA HECHA SIMPLE
  3. Parte III ¡LA SIGUIENTE PREGUNTA, POR FAVOR!
  4. Otros Títulos Publicados por Publicaciones Faro de Gracia