CONTENIDO
Algunas consideraciones.
Consejos para el novelista que empieza.
El juego de plumas.
Técnicas y disparadores creativos.
Las páginas de la mañana.
El estilo del escritor.
ALGUNAS CONSIDERACIONES
Hoy en día se escribe muchos libros pero pocos son buenos.
¿Por qué sucede algo así? Simple: desde que hay ordenadores uno puede creer que con sentarse a escribir lo que se le pasa por la cabeza, basta.
Te lo contaré de otro modo: uno puede pensar que basta con haber leído algunos libros para escribir uno. Es lo mismo que decir que con escuchar unas cuantas sinfonías de Mozart ya se puede escribir una. Absurdo, ¿no?
Un aficionado puede pensar: «Con lo que he leído y lo que sé, puedo escribir un gran libro. Lo que cuenta es la buena idea». Pero se equivoca.
Ya verás que una buena idea no basta, pues se necesita un buen modo de contarla. Una gran puesta en escena.
Haber leído muchas novelas no significa que el lector sepa lo que es una novela. Si se trata de escribir una, pronto se dará cuenta de eso.
Hay un ejército de escritores intuitivos (la mayoría malos), pero muy pocos escritores formados (la mayoría buenos).
Escribir es un oficio que puede aprenderse y para el que hay que formarse, auto educarse. No hace falta apuntarse a la universidad, ese no es el camino.
Hay escritores sin estudios, de edad avanzada, en tiempos de guerra, con poco tiempo disponible, con otro empleo remunerado… Muchos premios Nobel de literatura se han formado a sí mismos.
Los peores bloqueos provienen de: no tener nada que contar, el perfeccionismo, la autocrítica, la inseguridad, el miedo a la crítica…
CONSEJOS PARA EL NOVELISTA QUE EMPIEZA
- Muéstralo, no lo expliques.
- Lee y escribe por igual.
- Automotívate, prescinde de la aprobación ajena.
- Sé lápiz, “hazte a un lado”, deja de estorbarte.
- Usa el juego de las dos plumas.
- Se muestra, no se cuenta.
- Si lees pero no escribes, no serás escritor. Si escribes pero no lees, tampoco.
- No muestres tus escritos a nadie antes de acabarlos.
- O se escribe o se corrige, pero no ambas cosas a la vez.
EL JUEGO DE PLUMAS:
Imagina que tienes un estuche con dos plumas para escribir:
- La pluma creativa.
- La pluma crítica.
1- La pluma creativa: implica un juego interior, manejar ideas sin emitir juicios, seguir la intuición, fluir. Estar concentrado, es decir, lo que llaman estar inspirado. Es un tercio del trabajo.
2- La pluma crítica: implica un juego exterior, manejar palabras, reglas, técnicas y recursos, usar la lógica y la experiencia. Ser exigente, profesional, perfeccionista. Son dos tercios del trabajo.
Siempre se usan por este orden: (1) y (2). Nunca, nunca a la vez. Este es el más grande consejo que te puedo dar y donde caen en error el 99% de autores noveles. Nunca olvides este consejo.
Primero escribe, después corrige.
En la fase uno escribe, sin editar, sin corregir, vale cualquier cosas. En la segunda fase saca las tijeras y poda sin piedad, cambia, añade, corrige…
Puedes escribir tu libro en tres meses, y después corregirlo durante 6 meses. La parte más importante de la producción es la corrección. Y no la escritura.
Estas son las dos fases de producción:
- PLUMA 1 / PLUMA 2
- Escribe / Reescribe
- Mente creativa / Mente racional
- Libre de juicios / Crítica con el texto
- Deja que algo ocurra / Hace que algo ocurra
- Disfruta del proceso / Persigue un resultado
TÉCNICAS Y DISPARADORES CREATIVOS
Esto es un disparador… Escribe un texto a partir de la frase:
«Hay ventanas para mirar afuera y las hay para mirar hacia dentro…». Después elimina ese inicio prestado… y ¡ya tienes un texto propio! Tuyo al 100%. Solo que alguien te dio el primer empujón.
Otro disparador… A partir del final de tu novela preferida, inventa el argumento de una breve narración que le dé continuación. La conjetura es un buen ejercicio para la imaginación, es un disparador.
Otro disparador… Cuando salgas de casa observa a las personas en la calle, en el mercado, en el metro... Elige una “situación mínima” que pasa casi inadvertida y apunta la mayor cantidad de conjeturas en torno a ella.
Otro disparador… El llamado binomio y trinomio fantástico. Elige dos o tres palabras al azar en el diccionario y después trata de buscar una idea de argumento que las contenga, las enlace y cree algo original. Te sorprenderá este método.
Un disparador creativo es la espoleta de la inspiración.
Otro disparador… El “plagio creativo”: imita la escritura de una frase de un autor que te fascine, pero no el contenido. Por ejemplo, puedo imitar un argumento y escribir esa historia en otro tiempo, otro contexto y con personajes propios. (Love Story es un plagio creativo de Romeo y Julieta, y El nombre de la rosa lo es de Las aventuras de Sherlock Holmes y el Dr. Watson). ¿Entiendes?
También podemos llevar el plagio creativo al terreno de las frases y los párrafos:
Ejemplo:
Es una historia como otra cualquiera. ¿Por qué quiere escucharla? (Alessandro Baricco)
Es algo que nos pasa a todos. ¿Qué interés tiene contarlo?(Raimon Samso)
Ejemplo:
“Hervé Joncour tenia treinta y dos años.
Compraba y vendía.
Gusanos de seda”.
(Alessandro Baricco)
Se convierte en:
“Volverán.
Dentro de muchos años.
Quién sabe cuándo”.
(Raimon Samsó)
Otro disparador… Escribe un texto breve de homenaje a una letra: en el que el 50% o más de las palabras contengan la letra “l”:
Ejemplo:
“Busqué el atlas de Lituania y languidecí al verla lejana, lejos de mi alma, extraño lugar, olvidado con ligereza”.
Otro disparador… Crea tu colección de palabras y expresiones “astilla”: Cómprate una libreta, escribe en ella todas las palabras nuevas que querrías usar al escribir, las frases que oyes en películas o lees en libros y querrías usar algún día en un texto. Acopia para cuando tengas un texto terminado, lee tu libreta entonces, elige...