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La filosofía de la forma literaria
Y otros estudios sobre la acción simbólica
- 428 páginas
- Spanish
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La filosofía de la forma literaria
Y otros estudios sobre la acción simbólica
Descripción del libro
Esta colección, hecha por el autor, incluye una muestra de la riqueza y diversidad de sus intervenciones, así como uno de sus trabajos teóricos fundamentales, con una introducción del profesor Javier García, excelente conocedor de Burke.?Ampliamente anotada, servirá para que este personaje fascinante pase a formar parte de nuestro mundo cultural.
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Información
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Teoría y crítica del arte1. Situaciones y estrategias
Supongamos que alguien te pregunta: «¿Qué ha dicho ese hombre?», y que tú le contestaras: «Ha dicho sí». No sabrías a ciencia cierta lo que ha dicho esa persona, y esto será así a menos que tuvieras más información acerca de la situación y de las afirmaciones que precedían a esa respuesta.
Tanto las obras críticas como las imaginativas son respuestas a preguntas planteadas por la situación en la que surgieron. No son únicamente respuestas, sino respuestas estratégicas, de estilo. Porque, evidentemente, existe una diferencia de estilo o de estrategia si decimos «sí» con una entonación que implique «gracias a Dios» o con una que implique «¡ay de mí!» Esta es la razón por la que propongo una distinción metodológica entre «estrategias» y «situaciones» y por la que considero la poesía (y uso aquí este término para incluir cualquier obra de carácter crítico o imaginativo) como la adopción de estrategias diversas para abordar las distintas situaciones. Así pues, son estas estrategias las que definen las situaciones, fijan sus estructuras y sus componentes más destacados y las nombran de tal manera que existe una actitud inherente hacia ellas.
Este punto de vista en modo alguno nos aboca a un subjetivismo de carácter personal o histórico. Las situaciones son reales y las estrategias para abordarlas tienen un contenido público. Además, puesto que las situaciones se perpetúan de individuo a individuo, o de un período histórico a otro, las estrategias tienen relevancia universal.
Sabemos que las situaciones se perpetúan desde el momento en que en la actualidad el hombre posee la misma estructura neuronal y muscular que podemos encontrar en los vestigios conservados de épocas pasadas. Tanto nosotros como ellos somos en gran medida la misma situación biológica. Aun más, incluso los detalles concretos del tejido social también se han perpetuado. Y la misma naturaleza de la mente humana, con su capacidad de abstracción enraizada en el lenguaje, también nos ofrece «niveles de generalización» (para emplear el término de Korzybski) mediante los cuales situaciones diferentes en grado sumo en lo particular pueden considerarse como pertenecientes a la misma clase, esto es, como si tuvieran la misma sustancia o esencia.
Analicemos por un momento un proverbio. Pensemos en la variedad infinita de situaciones, distintas en lo particular, que este proverbio puede abarcar o nombrar en su actitud. Examinemos uno de mis favoritos: «Da igual si el jarro golpea a la piedra o si la piedra golpea al jarro; al final siempre sale perdiendo el jarro». Pensemos en una sociedad primitiva en la que un filósofo incipiente, enfrentado con los sacerdotes, intentara poner en entredicho los saberes tradicionales que estos transmiten. Los sacerdotes son poderosos; en cambio el filósofo es, en comparación, débil. Y todo ello sin olvidar que los sacerdotes controlan los mecanismos del poder. De ahí que, tanto si estos últimos atacan al filósofo como si éste los ataca a ellos, el filósofo siempre sale perdiendo. Esta situación podría definirse perfectamente diciendo «da igual si el jarro golpea a la piedra o si la piedra golpea al jarro; al final siempre sale perdiendo el jarro». También podría haber utilizado este proverbio Aristófanes al describir su motivación cuando, bajo las amenazas de la dictadura, dejó de escribir sátiras contra los políticos del momento y usó al inofensivo Sócrates como víctima de sus críticas. Sócrates proponía nuevos valores y Aristófanes, al alinearse con los valores conservadores en contra de un dialéctico sin poder real en la práctica, asumió el papel de la piedra en la relación piedra-jarro. El proverbio podría utilizarse también para nombrar las dificultades de una persona que, en la Alemania nazi, se presentara con un alegato contra Hitler, por muy bien razonado que este estuviera. También le cuadraría muy bien este proverbio a un oficinista poco común que hiciera burla de su jefe en público. Todas estas situaciones son distintas en lo particular y cada una de ellas tiene lugar en una textura totalmente diferente de la historia, pero a pesar de todo todas ellas son clasificables bajo el encabezamiento generalizador del mismo proverbio.
¿Podríamos considerar la poesía como variaciones y combinaciones complejas de un material idéntico al que encontramos en los proverbios? Hay suficientes situaciones típicas y recurrentes como para que los hombres sientan la necesidad de darles un nombre. En momentos muy sofisticados esta nominación se hace con una complejidad extrema. Pensemos por un momento de qué manera la psicología moderna podría ser identificada como una forma extremadamente alambicada de penetrar en el misterio de la formulación –convertida al fin y al cabo en proverbio–: «el deseo es el padre del pensamiento». O hasta qué punto la dialéctica hegeliana podría ser resumida, como un título globalizador, en el proverbio idealista favorito de Coleridge «los extremos se tocan». Y en todas las obras, como en los proverbios, la nominación se hace «estratégicamente», «estilísticamente», mediante unos modos que abarcan actitudes de resignación, consuelo, venganza, expectación, etc.
2. Magia y religión
Además de las indicaciones o pistas que para el análisis de la estrategia poética podemos encontrar en los proverbios –con su acusado componente realista–, también podemos hallar indicios de este tipo en la magia y en la religión.
La magia, coacción verbal, creación y gobierno por decreto, dice «hágase» y el deseo se cumple. Y los hombres comparten los recursos mágicos de algún poder con sólo decir «en nombre de» ese poder. Tal y como Ogden y Richards nos recuerdan en su obra The Meaning of Meaning1, los estudios bíblicos actuales han revelado que ésta es la forma correcta en que debemos interpretar la fórmula «tomar el nombre de Dios en vano». La fórmula hace referencia a la ofensa que se comete al conjurar con propósitos espúreos cuando se pronuncian en beneficio propio los decretos mágicos «en el nombre del» Señor.
La estratagema, con atenuadas y complejas variaciones, no está tan muerta ni resulta tan inoperante como en un principio podría suponerse. Hoy, por ejemplo, nos enfrentamos a los problemas que surgen del intento de conciliar los asuntos privados con las obligaciones cívicas generales. Pensemos en la diferencia que tiene la magia si confrontamos esta situación en el nombre estratégico de la «economía controlada» o, utilizando una estrategia diferente, en el nombre de la «reglamentación».
El decreto mágico está implícito en todo el lenguaje; porque el mero hecho de nombrar un objeto o una situación decreta que debe ser singularizado como una cosa y no como cualquier otra. Por ello, creo que el intento de eliminar la magia, en este sentido, nos obligaría a eliminar el vocabulario mismo como forma de modelización de la realidad. Por el contrario, lo que necesitaríamos es una magia correcta, una magia cuyos decretos sobre la nominación de situaciones reales fuera la aproximación más cercana a la situación nombrada, siendo la «revelación objetiva» de la comprobación y del análisis quienes facilitaran la mayor precisión para esta aproximación.
Si la magia dice «hágase esto y lo otro», la religión dice «por favor, haced esto y lo otro». En la magia, el decreto; en la plegaria, la petición. Freud ha hablado de «lo deseado como indicativo» en los sueños (donde «así sea» es estilísticamente re-expresado como «es», como cuando alguien, en su deseo de librarse de una persona, sueña que esa persona muere). Por su parte, el neopositivismo ha hecho mucho por revelar las órdenes y exhortaciones secretas que encierran las palabras; así lo hace, por ejemplo, Edward M. Maisel en An Anatomy of Literature, quien se basa en Carnap para advertir de que lo que parece ser solamente un credo histórico: «sólo hay una raza de hombres superiores y esta es la raza de los hotentotes; y sólo esta raza es digna de dominar a las otras razas. Los miembros de esas otras razas son seres inferiores», debería ser traducido analíticamente como: «¡miembros de la raza de los hotentotes! ¡Unámonos y luchemos para dominar a las otras razas!» Los «hechos» de la declaración no son aquí otra cosa que una estrategia de estímulo. Aunque en apariencia sólo estan describiendo el escenario para la acción de un drama, en la práctica ellos mismos son un acto dramático que insta a un acto dramático posterior.
No resulta fácil establecer las diferencias exactas entre el decreto mágico y la petición religiosa. Aunque la distinción entre la orden coercitiva y la solicitud exhortativa resulta bastante clara en sus extremos, hay muchos casos fronterizos. Normalmente encontramos tres ingredientes que intervienen en un enunciado cualquiera: el hechizo y su contrario, esto es, la maldición; la plegaria y la anti-plegaria, sea ésta blasfemia, acusación o improperio; el sueño y el sueño amargo, es decir, la pesadilla.
Por consiguiente, tomando este ingrediente como algo común a todas las acciones verbales, podríamos hacer la siguiente subdivisión tripartita para el análisis de cualquier acto poético:
EL SUEÑO: los factores inconscientes y subconscientes de un poema. Elemento minusvalorado por los aristotélicos, aunque en modo alguno dejado de consideración, como demuestra John Crowe Ransom en The World’s Body2, especialmente en los capítulos «The Cathartic Principle» y «The Mimetic Principle».
LA PLEGARIA: las funciones comunicativas del poema. Implican numerosas consideraciones formales, dado que los estímulos del poeta sólo pueden llevarnos a participar en su poema desde el momento en que su obra tiene una estructura pública o comunicativa. Éste es el factor menospreciado por las diferentes doctrinas expresionistas, la escuela del arte por el arte que pone el acento en la obra como exteriorización del propio poeta, o en la forma en que éste describe su propia persona.
EL REGISTRO: la representación realista de las situaciones que se produce en las estrategias poéticas, unas veces de manera explícita y otras de manera implícita.
A algunas personas podría llegar a sorprenderles el hecho de que yo considere que el esquema realista antes mencionado contiene elementos «mágicos». Sin embargo, si evaluamos una situación en nombre de la reglamentación estamos decretando para ella una esencia diferente de si la evaluamos en nombre de la economía controlada. Aquí la elección no se produce entre magia o no magia, sino entre diferentes tipos de magias que se distinguen por su grado de aproximación a la verdad. En estas dos magias mencionadas, por ejemplo, hay normalmente una asunción (o autorización implícita) según la cual el incremento en la producción industrial es, en sí mismo, positivo. Pero cuando tomamos conciencia de que todo incremento en el consumo de los recursos naturales podría ser considerado, con idéntica relevancia, como un incremento correspondiente en la destrucción de esos mismos recursos, podemos vislumbrar la oportunidad de que exista aquí una magia totalmente diferente que evaluaría la situación mediante una esencia diferente de las nominaciones. Y cuando leo recientemente una estimación según la cual en los últimos veinte años se ha perdido más superficie terrestre a causa de la erosión que en el resto de la historia humana, comienzo a preguntarme si la magia de la «reglamentación» o la magia de la «economía controlada» son nombres que puedan servir para definir con un mínimo de elocuencia la situación en la que nos encontramos. La magia «de la reglamentación» es, a primera vista, la peor con diferencia, puesto que su orden implícita «abandonemos todo control colectivo sobre la producción», exige tanto desgaste como sea posible en una estructura de propiedad debilitada. Pero este desgaste es, irónicamente, restringido principalmente por los desajustes de la misma estructura de propiedad que la magia «de la reglamentación» perpetuaría. La magia «de la economía controlada» es superior, pero sólo cuando viene acompañada por el correctivo de una crítica de las «nuevas necesidades». Es una amenaza cuando se combina, como se hace habitualmente, con una doctrina en la que una producción industrial cada vez mayor es sinónimo de progreso. La ironía reside en el hecho de que una estructura de propiedad reajustada posibilitaría un desgaste mayor (o «consumo») que nuestra actual estru...
Índice
- Índice
- Estudio preliminar
- Prólogo a la segunda edición
- Prólogo
- LA FILOSOFÍA DE LA FORMA LITERARIA
- 1. Situaciones y estrategias
- 2. Magia y religión
- 3. La acción simbólica
- 4. Otra palabra para «simbólico»
- 5. Otras palabras para «simbólico»
- 6. Ecuaciones ejemplificadas en Golden Boy
- 7. Niveles de la acción simbólica
- 8. Aspecto del chivo expiatorio en la reidentificación
- 9. El sacrificio y el asesinato
- 10. La ofensa encubierta
- 11. La belleza y lo sublime
- 12. Sobre la metodología
- 13. «Forma» y «contenido»
- 14. El drama ritual como «eje»
- 15. Elecciones en Psicoanalisia
- OTROS ESTUDIOS SOBRE LA ACCIÓN SIMBÓLICA - I
- Significado semántico y significado poético
- Las virtudes y limitaciones del desenmascaramiento
- La retórica de la «Lucha» de Hitler
- La voz cantante
- Guerra, respuesta y contradicción
- Freud y el análisis de la poesía
- La literatura como herramienta para la vida
- Doce propuestas sobre la relación entre economía y psicología
- La naturaleza del arte en el capitalismo
- Leyendo mientras corres
- Antonio, en nombre de la obra
- Experimento de traducción (de Noche de Reyes)
- Caldwell: creador de grotescos
- El modelo de vida del negro
- Sobre la musicalidad en la poesía
- George Herbert Mead
- II
- La inteligencia como un bien
- El árbol genealógico del liberalismo
- Mónadas: buscando tajada
- Cantidad y calidad
- La semántica de la lengua popular
- Corrosivo sin correctivo
- Las constantes de la relatividad social
- El segundo estudio de Middletown
- Una receta para el culto
- El hipergelasticismo expuesto
- Los móviles del carácter
- Una improvisación excepcional
- Un libro excepcional
- Cambio y permanencia
- ¿Por hielo, fuego o decadencia?
- Los nuevos poemas de Fearing
- Brote entre las ruinas
- Cartas al director
- El himno del dialéctico
- Selección bibliográfica