Ludwig van Beethoven
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Ludwig van Beethoven

Jean Massin, Brigitte Massin, Isabel De Asumendi

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Ludwig van Beethoven

Jean Massin, Brigitte Massin, Isabel De Asumendi

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Con similar estructura y de los mismos autores que Mozart, esta nueva reedición reúne, siguiendo un riguroso método crítico, los documentos y testimonios más relevantes que existen sobre Beethoven -incluidos textos escritos por él mismo- y conforma así la más completa y ambiciosa obra de referencia sobre el músico alemán.

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Información

Editorial
Turner
Año
2016
ISBN
9788415427438

PRIMERA PARTE
BIOGRAFÍA

I.
1770-1802

«Amar por encima de todo la libertad»
(Escrito por BEETHOVEN en el cuaderno de un amigo en 1793)

1.

AQUÍ, EN BONN, EL DESTINO

NO ME ES FAVORABLE.

1770-1792

1770
El 16 (o el 17) de diciembre, Ludwig van Beethoven nacía en Bonn, en el número 515 de la Bonngasse.
El día exacto de su nacimiento no se conoce con certeza, ya que el único dato de referencia que tenemos es el acta de su bautismo, que tuvo lugar el 17 de diciembre, y que según la costumbre de la época y de la comarca debía celebrarse en la fecha más próxima a la de su nacimiento. El padrino del pequeño Ludwig fue su abuelo, que se llamaba igualmente Louis (Ludwig) van Beethoven, y su madrina, una vecina, Gertrude Baums.
Bonn era entonces, y continuó siéndolo hasta 1794, la capital de los príncipes-arzobispos, electores de Colonia. En el siglo XIII, los burgueses de Colonia se habían revuelto contra su arzobispo y, victoriosos, le habían prohibido residir en su ciudad más de tres días seguidos; los electores de Colonia tomaron desde entonces esa actitud y se acostumbraron a residir en Bonn.
En el momento de la Revolución, la población de la ciudad se estimaba en unos 12.000 habitantes. Ninguna industria, ni aun naciente; ningún intercambio comercial con el extranjero. Bonn estaba principalmente habitado por cortesanos, funcionarios y sirvientes del Elector.
El príncipe-arzobispo reinante en 1770 era Maximiliano Federico, conde de Koenigseck-Rothenfels. Su predecesor, Clemente Augusto (1724-1761), se había destacado por su fasto y su largueza. El gran afán de Maximiliano Federico fue la economía. Al principio era afable y amante de los placeres; uno de sus contemporáneos dijo de él: «Ha pasado toda su vida en compañía de mujeres, y dicen que ha encontrado en esto más placer que en su breviario». Pero estaba lejos de tener el mismo gusto por la música y el mismo cuidado en el reclutamiento de los músicos de su capilla que su predecesor.
Es precisamente al comienzo del reinado de Clemente Augusto cuando Louis van Beethoven, el abuelo, fija su residencia en Bonn, en 1732. La familia Van Beethoven era de origen flamenco y plebeyo (la partícula «van» no tenía la mayoría de las veces ningún sentido nobiliario en Flandes). El abuelo de este primer Louis, Guillaume van Beethoven, nacido en la región de Lovaina, era comerciante de vinos. Se casó en 1680, y en 1683 tuvo un hijo, Henri van Beethoven, que fue sastre en Amberes.
¿Por qué razón el joven Louis, tercer hijo de Henri, nacido en Amberes en 1712, dejó muy joven la casa paterna? La tradición familiar guarda el oscuro recuerdo de una terrible discusión. En cualquier caso, después de pasar algunos meses en Lovaina, donde fue sochantre en la colegiata, llegó a Bonn en 1732, a la edad de veinte años. Encontró allí a uno de sus parientes, Michel van Beethoven, natural de Malinas, mercader de cirios y de bujías, que había venido a instalarse en Bonn como proveedor de la corte electoral.
Un año después de su llegada, Louis van Beethoven estaba ya doblemente enraizado en Bonn por su nombramiento como músico de la corte (Kurfürstlicher Hof-Musiker) y por su matrimonio con una joven de Bonn, María Josefa Poll. A partir de este momento, doblemente importante para nosotros y desde donde podemos seguir con cierta precisión la historia de la familia, se inicia la primera vocación musical. Los Beethoven que aquí nos interesan se instalan definitivamente en Flandes, y la Renania alemana acaba siendo su única patria. Es importante dejar bien aclarado este punto. Numerosos beethovenianos en Francia, por motivos más sentimentales que objetivos, han pretendido interpretar a Beethoven exclusivamente por sus ascendientes flamencos y hacer de él un flamenco puro, sobre el que Alemania no tendría ningún derecho. Independientemente de que esta opinión hubiese indignado al propio Beethoven, recordemos simplemente que un hombre desciende tanto de su madre como de su padre, tanto de su abuela paterna como de su abuelo paterno, y que de los cuatro abuelos de Beethoven, tres al menos son indiscutiblemente alemanes.
En 1761, el abuelo Louis van Beethoven conseguía, por fin, el empleo de maestro de capilla (Holfkapellmeister) del príncipe-arzobispo, al que había sido durante tanto tiempo candidato sin éxito. Como sus emolumentos no eran considerables, había montado, fuera de sus funciones musicales, un comercio de vinos al por mayor, y parece que se defendía bastante bien. Murió en 1773, rodeado de la consideración general.
1 / El pequeño Ludwig se unió con la mayor ternura a este abuelo, que, como se ha dicho, era al mismo tiempo su padrino, y a pesar de haberlo perdido muy pronto, la impresión precoz que había recibido permaneció siempre viva en él. Hablaba gustoso de su abuelo a sus amigos de la infancia, y su piadosa y dulce madre, a la cual quería mucho más que a su padre –que era demasiado severo–, le hablaba con frecuencia de su abuelo. El retrato de este último, pintado por Radoux, pintor del Elector, es el único objeto que Beethoven hizo traer desde Bonn hasta Viena y que le proporcionó satisfacción hasta su muerte. Este abuelo era un hombre pequeño, robusto, con ojos muy vivos; estaba muy considerado como artista.
WEGELER
De su abuela paterna, sin embargo, Beethoven no podía felicitarse. Sólo conocemos de María Josefa su desmesurada afición por la bebida. Al final, su dipsomanía adquirió tales proporciones que hubo que internarla en una especie de asilo en Colonia, donde murió.
Louis van Beethoven y María Josefa tuvieron muchos hijos. Sólo uno sobrevivió, Johann, nacido en 1740; era muy joven cuando su padre le enseñó música, y sobre todo canto, e hizo que realizara su aprendizaje en la capilla electoral. A los dieciséis años Johann recibía ya el título de músico de la corte, pero hasta ocho años después no comenzó a percibir los emolumentos correspondientes. Parece que su talento musical era inferior al de su padre; en todo caso, no llegó nunca a sucederle como maestro de capilla. También su carácter estaba lejos de parecerse al de Louis van Beethoven. Nos resulta difícil discernir, a través de los pocos testimonios que se han podido recoger sobre él, en qué momento empezó a dejar que su existencia se degradase progresivamente; puede ser que heredase de su madre la disposición al alcoholismo y que ésta fuese creciendo en él.
En 1767 se casa con la hija de un cocinero jefe del Elector de Tréveris, María Magdalena Keverich. Ella tenía entonces veinte años. A los dieciséis la joven se había casado en primeras nupcias con un ayuda de cámara del Elector de Tréveris, que murió dos años después, dejándola viuda a los dieciocho años. Todos los testimonios nos hablan de ella como de una mujer dulce, bondadosa, capaz y delicada, pero insisten sobre su constante melancolía.
A pesar de que ella hubiera recibido una buena educación y de que tuviera una reputación irreprochable, Louis van Beethoven se opuso con todas sus fuerzas al proyecto de matrimonio de su hijo. Estimaba que se trataba de una alianza inconveniente para un músico, servidor de un príncipe-arzobispo, unirse con la familia de un cocinero al servicio del príncipe-arzobispo vecino. Johann se mantuvo firme en su decisión –es uno de los rasgos que hacen honor a su pobre figura–, y la disputa fue tan lejos que su padre se negó a asistir a la boda. Pero, como sucede en las familias donde todos son de buen corazón, llegó enseguida la reconciliación. La unión pudo haber sido feliz; de hecho, parece que conocieron buenas épocas, e incluso al final momentos de felicidad. Pero los recursos financieros eran más que exiguos, y la política de austeras economías del elector Maximiliano Federico no arreglaba nada. Sobre todo, Johann se volvía más y más alcohólico, y María Magdalena presentó pronto síntomas de una tuberculosis que la minó lentamente antes de llevársela. La armonía del hogar se volvía cada vez más precaria y, de siete hijos que tuvieron, sólo tres llegaron a la edad adulta.
1771-1777
Cuando se han descartado las leyendas claramente inventadas sobre la infancia de Beethoven, nos quedan pocos datos sobre sus primeros años. Sólo, poco más o menos, sus vecinos Cecilia y Gottfried Fischer1 nos han conservado en muy pocas frases la imagen de un niño que jugaba como los demás.
2 / Cuando los hijos de Beethoven eran tres, fueron llevados durante los hermosos días de verano por los sirvientes a las orillas del Rin o al jardín del castillo. Allí jugaban sobre la arena con los otros niños que encontraban a las mismas horas… Cuando Johann van Beethoven recibía a alguien se alejaba de los niños a causa de sus travesuras, la criada los llevaba a la parte de atrás, los sentaba sobre la piedra, y entonces ellos se enfadaban; los niños se agarraban a la puerta de la casa para ver… Los hijos de Beethoven no fueron educados con dulzura; fueron con frecuencia abandonados a los sirvientes; el padre era muy severo con ellos.
Cuando Ludwig van Beethoven tuvo edad, fue a la escuela elemental de Huppert, en la Neugasse […] y más tarde a la Münsterschule; según lo que decía su padre, no aprendía gran cosa en la escuela; también le puso muy pronto al teclado, y le retenía con severidad. Cecilia Fischer decía que cuando su padre le ponía al teclado debía sostenerse sobre un pequeño taburete de juguete… Ludwig van Beethoven, años más tarde, hablaba entre risas de su escuela elemental y de su viejo maestro el señor Huppert.
FISCHER
Vemos cómo todas las ocupaciones serias y alegres del pequeño Ludwig le eran escamoteadas por su padre bajo pretexto de su aprendizaje musical. Hay que recordar que la música era el medio de vida de la familia desde hacía dos generaciones. El abuelo Lou...

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