Pascual Orozco, ¿Héroe y traidor?

Raymond Caballero

• Editorial: Siglo XXI Editores México
• Año: 2020
• ISBN del libro electrónico: 9786070310423
• Edición: 1
• Categoría: Historia
• Categoría: Biografías históricas

"Raymond Caballero lleva al lector en un viaje salvaje y excitante, desde el derrocamiento de Porfirio Díaz a su revuelta contra Francisco Madero, hasta el arresto en su casa de El Paso y su trágica muerte en manos de la policía de Texas en las montañas Van Horn. Esta biografía de Orozco investigada meticulosamente, nos da un enorme entendimiento sobre ese tiempo crucial en la historia de mexicana y americana." Jerry D. Thompson, autor de Cortina: Defending the mexican name in Texas.

TERCERA PARTE
REBELIÓN Y MUERTE DE OROZCO

20. ELECCIONES Y DISCORDIA

El escenario estaba dispuesto para las elecciones estatales y nacionales de 1911, programadas para el 21 de agosto y el 1 de octubre. Dos días después de que Orozco disfrutó la celebración al lado de Abraham González, elementos antimaderistas integraron el Club Independiente, un grupo compuesto por disidentes tanto de izquierda como de derecha que animaba a Orozco a contender para gobernador. Lo homenajearon en un evento social en el Casino y en el Club de Tiradores,¹ y Orozco, quizá con el ego crecido por los gritos de “¡Viva Orozco!”, accedió a contender para la gubernatura. Aunque tenía derecho a creer que González no sería candidato a la reelección mientras fuera el gobernador en funciones, Orozco no había anunciado su candidatura al puesto que él juzgaba blanco de críticas y lamentó de traición proveniente de los maderistas de Chihuahua y partidarios de González, quienes consideraban el acto de Orozco como irrespetuoso y desleal. La candidatura lo apartaba del campo maderista y lo colocaba al lado de sus antiguos enemigos, los porfiristas.

Madero hizo una petición especial a Orozco para que abandonara la candidatura y también le recordó que la Constitución del estado marcaba como mínimo treinta años de edad para ser gobernador, y él estaba a unos meses de cumplirlos. Bajo presión, Orozco dejó la carrera a la candidatura el 15 de julio e insistió en que los rumores de que los porfiristas lo apoyaban fueron una “falsa alarma” sin bases.²

Las elecciones estatales se realizaron según lo programado y en agosto los resultados confirmaron a Abraham González como gobernador reelecto, para un periodo de cuatro años que empezaba el 4 de octubre.³ Una vez más, Orozco se inconformó y dijo a su gente cercana que estaba disgustado con Madero y los maderistas; para mediados de octubre corría el rumor de que estaba ofendido.⁴

En el escenario nacional, Madero se preparaba para la campaña, pero también tuvo un gran problema: fue nominado por el Partido Nacional Antirreeleccionista, y Francisco Vázquez Gómez era su vicepresidente, quien era popular entre la base del partido y quizá más que Madero en Chihuahua.⁵ Sin embargo, la familia de Madero, especialmente su hermano Gustavo, rechazó aceptar a Vázquez Gómez como vicepresidente. Refiriéndose a Vázquez Gómez, Gustavo madero decía, “este indio no será vicepresidente”.⁶ Madero tenía la misma actitud, pero no podía unilateralmente desechar a Vázquez Gómez porque era el nominado por el partido. Para resolver el problema, Madero, sin la aprobación de nadie, se deshizo del Partido Nacional Antirreeleccionista para formar el nuevo Partido Constitucional Progresista y recomendar que éste nominara al gobernador de Yucatán, José María Pino Suárez, para vicepresidente.⁷ Madero también recomendó que el presidente interino De la Barra destituyera al secretario interino Emilio Vázquez Gómez, hermano de Francisco, lo que pronto resultó en su caída y enemistad.⁸

En Chihuahua, donde Francisco Vázquez Gómez era popular, el asunto pronto se convirtió en un desastre. Durante la reunión del nuevo Partido Constitucional Progresista en Chihuahua, la convención instruyó a los delegados votar por Vázquez Gómez en la próxima convención en la Ciudad de México. Una vez allá, los delegados de Chihuahua, presionados para irse con Madero, en su lugar votaron por Pino Suárez, quien quedó arriba de Vázquez Gómez. El 5 de septiembre, en Chihuahua, los clubes políticos se reunieron para condenar y expulsar a su regreso a la desobediente delegación, aunque el gobernador González intentó trazar una línea fina en su intento para reconciliar a las facciones radicalmente opuestas. Uno de los que pretendía mantener a Vázquez Gómez como vicepresidente fue Braulio Hernández, socio muy cercano a González y cabeza del viejo partido. González cometió el error de decirle a ambas partes lo que pensaba que querían escuchar y no dejó satisfecho a ninguno; falló en sus esfuerzos de unir a los partidos detrás de Madero y Pino Suárez.⁹

Además, estaba el asunto de que González había violado la prohibición del Plan de San Luis acerca de la reelección, por lo que, antes de la elección, se tambaleaba. En un momento formuló su renuncia, pero cambió de opinión y la desechó el 8 de agosto.¹⁰ No renunció, lo cual fue una clara violación al plan de la Revolución: que nadie podía ser reelecto o podía contender para una reelección de un cargo. Por lo tanto, el apoyo de Madero a la reelección de González llevó a una pérdida de popularidad y poder político para ambos.¹¹

Mientras el asunto de Vázquez Gómez cobraba su cuota a González y Madero, también dividía y molestaba a las masas antiporfiristas, justo cuando deberían haber estado celebrando el avance histórico en lo militar y en lo político. La controversia preparó el escenario para una cascada de conspiraciones, rebeliones y alzamientos, que brotaban por los errores de Madero en su incipiente administración.

En las elecciones de julio, después confirmadas el 24 de agosto en la segunda vuelta, González fue electo por un periodo de cuatro años como gobernador. La tarde antes de la elección nacional, Orozco llegó por tren a la Ciudad de México y una vez más atrajo grandes masas en la estación y en su hotel. Durante la visita, el presidente provisional León de la Barra lo designó como jefe de la Policía Rural en el estado de Sinaloa, lo que parecía un intento para marginarlo y distanciarlo de la frontera, donde podía ayudar a derrotar cualquier insurrección. En Chihuahua, anticipando una rebelión del hombre fuerte de Nuevo León, Bernardo Reyes, el cambio provocó protestas de gente que sentía que Orozco era el único que podía enfrentar¹² a Reyes.

El 1 de octubre, una gran mayoría llevó a Madero a la presidencia al derrotar a Reyes, quien había surgido como el principal contendiente de Madero en la elección. Pino Suárez fue elegido vicepresidente al triunfar sobre León de la Barra y Vázquez Gómez. Al revisar los votos, se vio que Orozco había recibido tres para vicepresidente.¹³

Después de la elección y antes de tomar posesión, Madero viajó a la ciudad de Chihuahua para disipar la reacción motivada por su cambio de partido y la eliminación de Vázquez Gómez como vicepresidente en la fórmula que había contendido. Llegó el 30 de octubre y se paró con González en el balcón ceremonial del palacio estatal para dirigirse a la multitud reunida, a la que intentó explicar por qué había rechazado a Vázquez Gómez,¹⁴ pero la gente coreaba “¡Pino no!, ¡Pino no!”. Madero contestó que si no se preocupaban por Pino Suárez entonces deberían tratarlo a él, Madero, igual, y la masa respondió, “¡Viva Madero!, ¡Pino no!, ¡Pino no!”.¹⁵

Al día siguiente, Madero insistió en que González, Orozco y otros prominentes chihuahuenses lo acompañaran en el tren a la Ciudad de México.¹⁶ Días más tarde, después de que Pino Suárez rechazó el puesto de secretario del Interior, Madero pidió a González que dejara la gubernatura y tomara la secretaría de Gobierno, lo cual era una práctica impopular, que se dio especialmente durante la administración de Creel, cuando éste tomaba puestos federales y dejaba a Chihuahua en manos de una serie de gobernadores interinos e intrascendentes. Aunque el secretario del Interior era una posición clave en el gabinete que incluía la supervisión de los rurales, entre los que estaba Orozco en Chihuahua, lo negativo para Chihuahua era que removió a González del estado antes de establecer su administración e implementar sus reformas progresistas.

El 6 de noviembre en la Ciudad de México, Madero tomó posesión en una alegre y simple ceremonia.¹⁷ Orozco y Roque González Garza escoltaron a Madero de su casa en la calle Berlín hasta el Palacio Nacional y después a la Cámara de Diputados donde rindió juramento. El vehículo de Madero abandonó la cámara con Orozco montado a su lado; en el camino llovieron flores y confeti, mientras se escuchaba música. En el Palacio Nacional y en el Zócalo se veía un mar de gente; Madero se paró en el balcón ceremonial con De la Barra a su lado; nada podía escucharse por la multitud,¹⁸ las masas llenaban la plaza principal y las calles, aunque las ovaciones a Madero no eran como las del 7 de junio, cuando entró por primera vez en la capital, ni fueron unánimes. En ese primer día de Madero, Orozco recibió el aplauso y las vivas más entusiastas.¹⁹

Después de la ceremonia, Madero inmediatamente se reunió con su gabinete y otros altos funcionarios. Siguiendo un patrón que había establecido antes, nombró a algunos miembros de su familia para los puestos más altos, incluyendo a su tío, el financiero Ernesto Madero, para ser el nuevo secretario de Hacienda, que remplazaba a su hermano Gustavo, quien fue electo para la Cámara de Diputados y fue nombrado nuevo dirigente del Partido Constitucional Progresista; su primo, Rafael L. Hernández, encabezaba la Secretaría de Fomento, Colonización e Industria;²⁰ otros parientes fueron a altos puestos en la provincia. Tan abierto nepotismo, al nombrar a sus parientes en los puestos de control de las finanzas nacionales, no cayó bien a muchos mexicanos y sólo sirvió para que resonaran las acusaciones de que Madero se metió a la Revolución “por el dinero”. Con una historia de un gobierno estatal que había sido manejado de un pariente de Terrazas a otro, el nepotismo de Madero era especialmente desconcertante para los chihuahuenses que habían esperado algo mejor.

La administración de Madero también daba la impresión de que continuaría el statu quo. En una entrevista que concedió en aquel otoño, Enrique Creel mostraba confianza en que el gabinete de Madero no fuera radical porque incluía a dos científicos, uno de los cuales era Ernesto Madero, quien había sido socio de Creel en algunas empresas conjuntas.²¹ Vázquez Gómez había reclamado antes a Madero que el gabinete tenía sólo tres revolucionarios y cinco científicos; consideraba a Madero, a su padre y a sus hermanos como científicos,²² y solamente dos miembros del gabinete eran miembros activos del partido antirreeleccionista. Otro observador anotaba, “Madero deseaba un cambio mínimo que no pusiera en riesgo la estabilidad política que él sentía era una herencia porfiriana. En otras palabras, sin darse cuenta, sin ser consciente, deseaba un porfirismo sin Porfirio, una revolución sin revolución”.²³ Con la época navideña aproximándose, la desilusión entre los simpatizantes rurales de la Revolución, así como las clases bajas y medias, era palpable. Por otro lado, Creel tenía toda la razón para estar tranquilo de que poco cambiaría con la burocracia de Díaz, la jerarquía militar, la Suprema Corte intacta, los científicos de Madero en los puestos económicos y con la reforma en Chihuahua abandonada con González fuera. En general, la situación resultó ser buena para los perdedores de la batalla, mientras que a los revolucionarios triunfadores de las clases media y baja no les fue tan bien.

El descontento político y socioeconómico en México originó la Revolución. Madero, Car...

Índice

• Cubierta
• Índice
• Title
• Copyright
• Introducción
• PRIMERA PARTE EL NOROESTE DE CHIHUAHUA
• SEGUNDA PARTE LA REVOLUCIÓN
• TERCERA PARTE REBELIÓN Y MUERTE DE OROZCO
• AGRADECIMIENTOS
• BIBLIOGRAFÍA
• LISTA DE IMÁGENES
• SIGLAS