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Memoria de trabajo, pensamiento y acción
Cómo trabaja la memoria
- 456 páginas
- Spanish
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Memoria de trabajo, pensamiento y acción
Cómo trabaja la memoria
Descripción del libro
Memoria de trabajo, pensamiento y acción es la obra magna de uno de los psicólogos cognitivos más influyentes de los últimos 50 años. La primera edición de Memoria de trabajo se publicó en 1986, obteniendo un gran éxito.
La memoria de trabajo es un sistema de almacenamiento temporal, base de la coherencia en el pensamiento. El modelo propuesto por Baddeley e Hitch acerca de la memoria de trabajo ha resultado ser tanto útil como influyente para los problemas prácticos.
Este nuevo volumen se ocupa de los cambios que se han producido dentro del modelo en los últimos años, situándolo en un contexto más amplio. Aquí se actualiza la teoría, y se debaten tanto las evidencias a su favor, como las alternativas. También se ocupa de las implicaciones del modelo para comprender las conductas sociales y emocionales. Concluye con un intento por situar la memoria de trabajo en un contexto biológico y filosófico más amplio. Los capítulos se ocupan del bucle fonológico, la memoria a corto plazo visoespacial, el ejecutivo central y el búfer episódico. También hay capítulos dedicados a la relevancia de la memoria de trabajo para las diferencias individuales o la investigación en neuroimagen.
Las implicaciones más amplias del concepto de memoria de trabajo se discuten en los capítulos de psicología social, ansiedad, depresión, conciencia y control de la acción. Finalmente, Baddeley discute la relevancia del concepto de memoria de trabajo para los problemas clásicos de la conciencia y el libre albedrío.
Este libro interesa tanto a psicólogos cognitivos y experimentales como a neurocientíficos.
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Información
Categoría
PsicologíaCategoría
Psicología educativaCAPÍTULO 1
Introducción y visión general
Se supone que la memoria de trabajo es un sistema de almacenamiento temporal bajo control de la atención que refuerza nuestra capacidad para el pensamiento complejo. Considera la tarea de enseñarle a un amigo cómo llegar desde la estación de tren a su casa: probablemente necesites crear algún tipo de representación visoespacial del distrito, elaborar la mejor ruta, y transformarla en instrucciones verbales comprensibles para tu amigo. Él tendrá que realizar una tarea parecida, aunque en orden inverso, tomando notas o confiando en su memoria a largo plazo. Considera el simple ejercicio de multiplicar 27 por 9. Habiendo multiplicado el 7 por el 9, necesitas almacenar temporalmente el 3, «llevarte» el 6, manteniéndolo hasta que multipliques el 2 por el 9, después sumarle 6, recuperar el 3 y terminar con la respuesta 243. Una vez terminado, sin duda recordarás el resultado, al menos brevemente, pero probablemente no los resultados de los pasos previos.
El estudio de la memoria de trabajo está relacionado con el modo en que se lleva a cabo esa manipulación y almacenamiento temporal. Su estudio se basó inicialmente en el concepto de un simple almacén unitario de memoria temporal, la memoria a corto plazo (MCP). A lo largo de los años, sin embargo, se ha ido poniendo de manifiesto con más claridad que se necesita más que un simple almacenamiento para un sistema que efectivamente forma la interfaz crucial entre percepción y memoria, y entre atención y acción.
Existen muchas aproximaciones a la memoria de trabajo; la mayoría poseen características comunes, aunque este acuerdo básico puede verse oscurecido por el hecho de que a menudo diferentes teóricos acentúen fenómenos distintos y utilicen una variedad de métodos de desarrollo teórico. Mi propio enfoque se ha conducido ampliamente de manera empírica, confiando principalmente en los métodos de investigación cognitiva de la memoria, y se ha visto fuertemente influenciada por la neuropsicología. Como tal, ha tendido a permanecer cercana a los datos, desdeñando las implicaciones más amplias del modelo que se estaba desarrollando. Los capítulos que siguen tratan de hacer dos cosas: proporcionar una explicación actualizada del modelo basado empíricamente, y luego situar el concepto de memoria de trabajo en su contexto teórico más amplio. Inevitablemente esto requiere una gran cantidad de especulación, extendiéndose, como de hecho ocurre, a temas tan clásicos como la naturaleza de la conciencia y la voluntad. Comenzaré con un breve repaso histórico.
1.1. Algo de historia
William James (1890) propuso una distinción entre una memoria primaria temporal, que describió como «borde posterior de la conciencia», y una memoria secundaria, más duradera. Hacia mediados del siglo veinte, sin embargo, la idea dominante en la psicología experimental era la existencia de un único sistema de memoria en el que el aprendizaje reflejaba la formación de asociaciones, y el olvido se debía a interferencias entre asociaciones en competición (McGeoch e Irion, 1952). En 1949, Donald Hebb reavivó la concepción de los dos componentes, especulando que podía haber dos tipos de memoria, una memoria a corto plazo (MCP), que dependería de la actividad eléctrica temporal del cerebro, y una memoria a largo plazo (MLP), representada por cambios neuroquímicos más duraderos. Esta concepción fue apoyada por Brown (1958) en Reino Unido, y por Peterson y Peterson (1959) en Estados Unidos. En los dos casos se observó una rápida pérdida en pocos segundos de pequeñas cantidades de información cuando se impedía el repaso. Dado que la tarea para impedir el repaso no incluía material que fuera similar al de los ítems que debían ser recordados, descartaron la teoría clásica de la interferencia basada en la similitud, proponiendo en su lugar la existencia de una huella de memoria que decaía rápidamente con el tiempo.
1.1.1. ¿Cuántos tipos de memoria?
Esto llevó a una gran controversia en 1960. Keppel y Underwood (1962) mostraron que el olvido en la tarea de Peterson era mínimo en el primer ensayo del experimento, creciendo rápidamente a lo largo de los ensayos siguientes, lo que sugería que el olvido se podría interpretar en términos de una interferencia proactiva de los primeros ítems del experimento. Melton (1962) demostró que la amplitud de dígitos, la clásica tarea de MCP que implica el recuerdo serial inmediato de una cadena de dígitos, también tenía un componente a largo plazo, concluyendo que no era necesario asumir un sistema separado de MCP. En respuesta a esto, Waugh y Norman (1965) señalaron la necesidad de distinguir entre los paradigmas experimentales y el hipotético sistema cognitivo, o los sistemas que supuestamente contribuían a la realización de dichas tareas. Siguiendo a William James (1890), ellos usaron el término de memoria primaria para el hipotético sistema a corto plazo, y el de memoria secundaria para el sistema a largo plazo, utilizando MCP y MLP para referirse a los respectivos paradigmas experimentales, dando por hecho que el rendimiento en tareas de MCP siempre tendería a tener en la práctica un componente basado en MLP.
Evidencias adicionales acerca de la existencia de al menos dos sistemas de memoria provinieron de un detallado estudio de pacientes neuropsicológicos. Los clásicos pacientes amnésicos que suelen tener una lesión bilateral en los lóbulos temporales y del hipocampo (Milner, 1966) muestran una capacidad devastadoramente pobre para el rendimiento en tareas de MLP, pero buena capacidad en las tareas clásicas de MCP como la de amplitud de dígitos (Baddeley y Warrington, 1970).
Al mismo tiempo, Shallice y Warrington (1970) describieron pacientes que mostraban el patrón opuesto, una MLP normal, combinada con una amplitud de dígitos de solo uno o dos ítems, y un rendimiento muy pobre en la tarea de Peterson. Esta disociación doble en el rendimiento en tareas de MLP y MCP sugirió fuertemente la necesidad de asumir procesos separados.
Más evidencia para una dicotomía provino de las tareas de dos componentes, como la de recuerdo libre, en la que los sujetos intentan recordar una lista de palabras en cualquier orden: los ítems más recientes tienden a ser bien recordados si el recuerdo es inmediato, el efecto de recencia. El efecto de recencia se pierde, sin embargo, si se introduce una breve demora con relleno entre la presentación y el test, mientras que los primeros ítems, que se supone que reflejan el componente a largo plazo, no se ven afectados por esta breve demora (Glanzer, 1972; Glanzer y Cunitz, 1966). El efecto de recencia está preservado en pacientes amnésicos pero está deteriorado en pacientes con un rendimiento defectuoso en MCP, mientras que el recuerdo de los primeros ítems, que supuestamente dependen de la MLP, muestra el patrón opuesto, mostrándose gravemente deteriorado en pacientes amnésicos pero preservado en pacientes con una MCP defectuosa (Baddeley y Warrington, 1970; Shallice y Warrington, 1970).
1.1.2. El modelo modal
Hacia finales de 1960, se tendía a favorecer la distinción entre dos o más tipos de memoria, lo que se reflejó en numerosos modelos de memoria, de los cuales el más influyente fue el de Atkinson y Shiffrin (1968), que llegó a ser conocido como el modelo modal. Este modelo suponía tres tipos separados de memoria (ver Fig. 1.1). El más breve de los tres era una serie de sistemas sensoriales de memoria que quizá sean mejor considerados como componentes del procesamiento perceptivo. Estos incluían una memoria sensorial visual (Sperling, 1960), algunas veces denominada memoria icónica, y su equivalente sistema sensorial de almacenamiento acústico (Crowder y Morton, 1969), que Neisser denominó memoria ecoica (1967). Sin embargo, también se pensó que otros sistemas sensoriales incluían alguna forma de almacenamiento temporal (Atkinson y Shiffrin, 1968). Se supuso que la información fluía desde una serie de sistemas sensoriales de memoria paralelos hasta un único almacén a corto plazo. Este actuaba como una memoria de trabajo con una capacidad informativa limitada, el almacén a corto plazo (ACP). El ACP podía alojar la información y al mismo tiempo manipularla, y se supuso que era responsable tanto de la codificación de la información en la MLP como de la recuperación subsiguiente. El ACP de capacidad limitada interactuaba así con el almacén a largo plazo (ALP) de mucha mayor capacidad. Por tanto, el aprendizaje a largo plazo dependía tanto del ALP como del ACP.

Fig. 1.1. El modelo de procesamiento de la información propuesto por Atkinson y Shiffrin (1968). La información fluye desde el ambiente a través de una serie de registros sensoriales hasta un almacén a corto plazo, que juega un papel crucial controlando el flujo de información hacia dentro y hacia fuera del almacén a largo plazo.
1.1.3. Problemas con el modelo modal
Inicialmente, parecía que el modelo modal daba cuenta de una gran cantidad de datos disponibles. Sin embargo, se encontraron al menos dos problemas. El primero de ellos concernía a sus supuestos respecto al aprendizaje, que proponían que el mero mantenimiento de la información en el ACP era suficiente para ser transferida al ALP; cuanto más tiempo se mantuviera la información, mayor probabilidad de transferencia, y mejor aprendizaje. Sin embargo, los intentos de poner esto a prueba directamente fueron infructuosos (Crack y Watkins, 1973; Tzeng, 1973; Bjork y Whitten, 1974). Mucho más importante que el simple paso del tiempo era la naturaleza de las operaciones realizadas sobre el material que se estaba aprendiendo, los ítems procesados puramente en términos de su apariencia física se retenían pobremente y los ítems que eran verbalizados se recordaban algo mejor, pero no tan bien como los ítems ricamente codificados en términos de su significado, esto fue interpretado por Craik y Lockhart (1972) en términos de su muy influyente hipótesis de los Niveles de Procesamiento. Esta hipótesis proponía que el grado de aprendizaje a largo plazo dependía de la profundidad y riqueza de la codificación y no de la cantidad de tiempo que el material se mantuviera en el ACP, como Atkinson y Shiffrin habían asumido.
El segundo problema era inherente a las evidencias neuropsicológicas. Si el ACP proporcionaba una plataforma para el proceso de aprendizaje a largo plazo, entonces los pacientes con un déficit en el sistema ACP deberían mostrar también un rendimiento deteriorado en la MLP, lo que no ocurría (Shallice y Warrington, 1970). Además, si el sistema sirve como una memoria de trabajo de propósito general, entonces esos pacientes deberían verse perjudicados en muchas tareas cognitivas diferentes. Claramente, este no era el caso. Uno de los pacientes de memoria a corto plazo desempeñaba con eficacia su trabajo como secretaria, mientras que otro llevaba una tienda y una familia, y un tercero era un próspero taxista. Sus problemas parecían ser de naturaleza limitada, sin dar muestras de una disfunción cognitiva general como la que se esperaría de un paciente con una memoria de trabajo gravemente deteriorada.
1.2. Memoria de trabajo multicomponente
Esta era la situación cuando Graham Hitch y yo comenzamos la investigación con una subvención que iba dirigida a comprender la relación entre la memoria a corto plazo y la memoria a largo plazo, en un punto en el que el estudio de la MCP estaba perdiendo rápidamente su popularidad a favor de la investigación de nuevas y excitantes áreas de la MLP como los niveles de procesamiento (Craick y Lockhart, 1972) y la naturaleza de la memoria semántica (Collins y Quillian, 1969; Collins y Loftus, 1972).
Elegimos trabajar en la sencilla cuestión acerca de la función que desempeñaba la MCP si es que no era una memoria de trabajo. No teníamos acceso a pacientes de memoria a corto plazo, pero en su lugar decidimos usar una metodología de doble tarea para desorganizar selectivamente la MCP de sujetos normales. A pesar de sus diferencias, todos los modelos existentes de MCP parecían estar de acuerdo en que esta memoria era necesaria para...
Índice
- Memoria de trabajo, pensamiento y acción
- Índice
- Prefacio
- Agradecimientos
- CAPÍTULO 1 Introducción y visión general
- CAPÍTULO 2 ¿Por qué necesitamos al bucle fonológico?
- CAPÍTULO 3 El bucle fonológico Retos y puntos de interés
- CAPÍTULO 4 Memoria a corto plazo visoespacial
- CAPÍTULO 5 Imágenes y memoria de trabajo visoespacial
- CAPÍTULO 6 Recencia, recuperación y la regla de la ratio constante
- CAPÍTULO 7 Fraccionando el ejecutivo central
- CAPÍTULO 8 Memoria a largo plazo y búfer episódico
- CAPÍTULO 9 Explorando el búfer episódico
- CAPÍTULO 10 Diferencias individuales y amplitud de memoria de trabajo
- CAPÍTULO 11 ¿Qué límites tiene la amplitud de memoria de trabajo?
- CAPÍTULO 12 Neuroimagen en la memoria de trabajo
- CAPÍTULO 13 Memoria de trabajo y conducta social
- CAPÍTULO 14 Memoria de trabajo y emoción I Miedo y anhelo
- CAPÍTULO 15 Memoria de trabajo y emoción II Depresión y la fuente de la acción
- CAPÍTULO 16 Conciencia
- CAPÍTULO 17 El control multinivel
- CAPÍTULO 18 Memoria de trabajo en contexto La vida, el universo y todo lo demás
- Referencias