Conjunto Vacío
eBook - ePub

Conjunto Vacío

  1. 224 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Conjunto Vacío

Descripción del libro

Conjunto vacío es la historia de Verónica, hija de exiliados argentinos, que vive en la Ciudad de México, y debe regresar al departamento que fuera de su madre antes de desaparecer de forma repentina años atrás. Aunque los principios de las historias pueden ser muy variados, los finales tienen un repertorio limitado. En cada página los aprendizajes de Verónica se multiplican: descubrirá que todo final conduce a un principio, que la ausencia de palabras es la forma más precisa de describir la ausencia de ciertas personas; y que lo que desaparece aquí dejando huevos, aparece en otro universo, ajeno.Esta novela inventa un idioma íntimo hecho de grafías, trazos y espacios vacíos. De la escritura a las representaciones visuales, la autora construye una historia de agujeros que aparecen dentro de otros agujeros. Narración experimental, trama sostenida con un tono lúdico y melancólico. Un debut narrativo de gran fuerza y honestidad sorprendente, que confirma a Verónica Gerber como una voz única."'Conjunto vacío' sortea las arideces de los experimentos literarios conceptuales. Bajo la pretensión científica de los diagramas y las observaciones distantes del telescopio, late una prosa íntima, precisa y honda, que solo a veces mira el mundo 'desde arriba' según la teoría de conjuntos, para intentar contar mejor lo que desde siempre se resiste a la linealidad obstinada de la escritura: las heridas del exilio, las desapariciones, la desilusión amorosa." Graciela Speranza"Si algo ilumina los escritos de Gerber Bicecci, es la transparencia, la gracia, el desenfado, es una verdadera y acaso involuntaria stendhaliana que en 'Conjunto vacío' cuenta, de una manera insólita y a la vez familiar, un lapso de la historia de su generación, la de los primeros sudamericanos nacidos en México, donde se vinieron a refugiar mientras imperaron en el sur aquellas abominables dictaduras." Christopher Domínguez Michael

Preguntas frecuentes

Sí, puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento desde la pestaña Suscripción en los ajustes de tu cuenta en el sitio web de Perlego. La suscripción seguirá activa hasta que finalice el periodo de facturación actual. Descubre cómo cancelar tu suscripción.
Por el momento, todos los libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Perlego ofrece dos planes: Esencial y Avanzado
  • Esencial es ideal para estudiantes y profesionales que disfrutan explorando una amplia variedad de materias. Accede a la Biblioteca Esencial con más de 800.000 títulos de confianza y best-sellers en negocios, crecimiento personal y humanidades. Incluye lectura ilimitada y voz estándar de lectura en voz alta.
  • Avanzado: Perfecto para estudiantes avanzados e investigadores que necesitan acceso completo e ilimitado. Desbloquea más de 1,4 millones de libros en cientos de materias, incluidos títulos académicos y especializados. El plan Avanzado también incluye funciones avanzadas como Premium Read Aloud y Research Assistant.
Ambos planes están disponibles con ciclos de facturación mensual, cada cuatro meses o anual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¡Sí! Puedes usar la app de Perlego tanto en dispositivos iOS como Android para leer en cualquier momento, en cualquier lugar, incluso sin conexión. Perfecto para desplazamientos o cuando estás en movimiento.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Sí, puedes acceder a Conjunto Vacío de Verónica Gerber Bicecci en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Literatura y Literatura general. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2020
ISBN del libro electrónico
9786078667536
Edición
1
Categoría
Literatura

RANGMEBOO

chpt_fig_001
¿Cómo fue que llegamos aquí, a este punto? Todo se remonta a dos días antes de mi cumpleaños número quince. Invierno de 1995. Entonces Yo(Y) tengo todavía catorce años y mi Hermano(H) diecisiete, a punto de cumplir dieciocho. Era temprano en la mañana, estábamos saliendo a la escuela y Mamá(M) dijo que no. Dijo que era mejor quedarse en casa. Dijo que no prendiéramos la tele, que no prendiéramos nada. Dijo que había que guardar silencio.
Nunca cumplí los quince, y eso que ya habíamos encargado un pastel de chocolate amargo para una fiesta que nunca se hizo. Su interminable ausencia –la de Mamá(M)– se llevó todos nuestros cumpleaños, enredó el paso del tiempo.
No hay causa reconocible, sólo efectos. Corrijo: sólo una frontera en el espacio-tiempo, flujos turbulentos, entrecortados. Entre cortados.
Sólo una serie de pistas dispersas, sin sentido. Un conjunto que se va vaciando poco a poco. Fragmentos desordenados. Corrijo: añicos.
Repito: invierno de 1995.
Mamá(M) empieza a hablar de los árboles del parque. Dice que en las cortezas se ven rostros. Que todos esos rostros miran hacia la casa. Que todos esos rostros nos miran.
Nos ordena dejar de regar las plantas.
Si algo llegara a pasarme, dice.
¿Pasarte qué?, mi Hermano(H) y Yo(Y) respondemos en coro.
...
Después ya no logramos entender qué dice.
¿O es que no nos oye?
¿Qué dices Mamá(M)?
Así es como empieza a difuminarse.
Y al final ya no podíamos verla.
8 de agosto de 1976
Marisa:
He decidido cambiarte el nombre. En mis diarios te llamas Lina.
Nunca le he escrito a nadie las palabras que te he escrito a ti. Todas ellas designan cosas inasequibles, menos la referencia a tus zapatos verdes –que a lo mejor ni es cierta–, aunque el pisotón no lo olvido.
Si esto fuera sólo un juego de palabras, lo seguiría jugando hasta el final.
Te ama (había escrito “te amo” pero le agregué la colita a la a, en fin),
S.
Actuábamos como si todo fuera normal, pero al departamento, a casa, no entraba nadie.
Lo bautizamos como el búnker.
Una cápsula de tiempo donde todo permanece en perpetuo abandono.
Un sistema perfectamente cerrado que Mamá(M) construyó antes de desdibujarse, y que había logrado producir algún tipo de singularidad.
Mi Hermano(H) empezó la universidad poco después y Yo(Y) entré a la preparatoria. Papá tardó muchos años en darse cuenta de que Mamá(M) no estaba. A veces no estoy completamente segura de si se enteró, ellos no se dirigían la palabra desde el divorcio (o tal vez él es mucho mejor que nosotros actuando como si no pasara nada). Papá es un hombre metódico y difícilmente percibe algo ajeno a su rutina. Nos llamaba por teléfono una vez a la semana: los miércoles a las 2:45 pm, porque ese día en particular tenía unos minutos extra, y comíamos en su casa todos los domingos. Pero supongo que algo sospechaba porque siempre tenía listo un sobre manila con suficiente dinero para cubrir todos los gastos de la casa y nunca, nunca, nunca preguntaba por Mamá(M); en parte porque dejaron de hablarse y en parte porque siempre estaba ahí la novia en turno, con el ceño fruncido, deseando que mi Mamá(M), mi Hermano(H) y Yo(Y) no existiéramos.
No es que fuéramos magos, ni siquiera nos pusimos de acuerdo y el acto de invisibilidad se fue dando naturalmente. Bastó con no decir nada. Es fácil dejar que los demás llenen los huecos. Un gesto lo suficientemente ambiguo puede convertir el monólogo ajeno en una conversación imaginaria. El silencio es una variable que muta constantemente para que el otro decida si se trata de un sí, de un no o de cualquier otra respuesta.
Y en todo caso: ¿cómo escondes algo que no sabes dónde está?
También es sorprendente lo poco que se necesita para hacerle creer a todos que tu vida es como la del resto. Al principio nos hacían algunas preguntas pero, en realidad, nadie quería saber las respuestas. Luego simplemente dejó de importarles y, aunque hubieran preguntado, ya no teníamos respuestas. Nadie se acordaba de que no había visto a Mamá(M) en mucho tiempo. El olvido se instala sin remordimiento; es la memoria la que cobra las cuentas, la única evidencia de la omisión. Más que un par de ilusionistas, éramos como esos dos hermanos charlatanes del cuento de Andersen que, haciéndose pasar por tejedores, diseñan un traje invisible para el emperador. Les hicimos creer que Mamá(M) estaba ahí –aunque ni siquiera nosotros podíamos verla. Había cruzado una frontera que ni mi Hermano(H) ni Yo(Y) sabíamos cómo cruzar. Les hicimos creer que nuestra vida cotidiana era tal y como debe ser la de una familia divorciada. El búnker, por suerte, nunca produjo sospechas. Un lugar al que, por otro lado, no entró una sola persona en muchos años. El espacio que Mamá(M) debía ocupar estaba vacío, nos había dejado un pedazo de hueco, y el resto estaba fuera del Universo(U) visible, en un lugar desconocido.
chpt_fig_002
Estornudos y ojos llorosos. Cuando me preguntaron el motivo de mi viaje en el puesto de migración la voz no me salía. Había pasado las últimas diez horas pensando que tal vez le había comprado a Alonso(A) un boleto en otro vuelo. Pero no. Consideré quedarme sentada en el aeropuerto de Buenos Aires una semana entera hasta que llegara mi Hermano(H), y tomar con él un vuelo o un camión a Córdoba. Podía levantarme para comprar un jugo y un sándwich cada tanto, dejar el lugar apartado para ir al baño. No eran muchos días. Pero, después de un par de horas de ver el piso, decidí entrar a una oficina que tenía este cartel:
GLACIARES Y FIN DEL MUNDO
CINCO DÍAS Y CUATRO NOCHES
TODO INCLUIDO
¿Por qué no? Después tomaría el autobús a Córdoba para llegar a casa de la Abuela(AB) el mismo día que mi Hermano(H), sin un peso en la bolsa.
Las puertas de la casa se llenaron de cerrojos. Las ventanas se cubrieron de loneta negra. Así estábamos a salvo de quién sabe qué.
¿Has visto a Mamá(M)?
No. ¿Tú?
Me asomo al escusado. Me pregunto si el torbellino de agua se la tragó. No.
¿Salió?
No.
Desde afuera el búnker es sólido, infranqueable. Adentro se vuelve cada vez más inestable e impredecible. Ayer me pareció verla, le digo a mi Hermano(H)... Pero no. No sabemos dónde está.
¿Entonces cuándo fue la última vez que la viste?
No sé. ¿Tú?
No sé.
Ya sé.
¿Dónde?
Estábamos en el desayunador.
¿Cuándo?
Tú tenías un plato de cereal.
Eso pudo ser cualquier día.
Mamá(M) venía caminando hacia su silla.
Ah, sí, con una taza llena de café con leche.
En lugar de un sorbo le dio un trago y se quemó.
No, eso fue otro día.
Fue ese mismo día.
¿Fue cuando escupió el café?
Sí, las gotas llegaron hasta el mantel, todavía están ahí.
¿Dijo algo?
Hizo señas. ¿O gritó?
No, ¡la taza se le resbaló de las manos!
¿Era la taza azul?
No, la taza que le regalaron hace un par de años.
Ah, ¿la que dice: STILL PERFECT AFTER 40?
Esa.
¿Dónde la habrán comprado?
No sé. Pero está maldita.
¿La taza?
Sí.
¿Al final sí fuimos a la escuela ese día o no?
Creo que no.
¿Y los restos de la taza?

HOJA DE OBSERVACIÓN III

LOCALIZACIÓN: Azotea hacia el cielo.
FECHA: 1 de octubre de 2003.
CONTAMINACIÓN LUMÍNICA (1-10): 7, tarde.
OBJETO: Nube.
CONSTELACIÓN: Aeroméxico.
TAMAÑO: Boeing 747.
HORA LOCAL: 18:30.
DIRECCIÓN: Desconocida.
EQUIPO: Telescopio.
FILTRO: No.
OBSERVACIÓN:
chpt_fig_003
NOTAS:
En algún momento me obsesionaron los aviones. Me parecían el símbolo perfecto de mi historia familiar. Los aviones nos habían separado y, algunas veces, volvían a juntarnos. También son lo más parecido que existe a una máquina del tiempo. Cuando aterrizo en Argentina, donde vive mi Abuela(AB), siempre me parece que estoy en otra época o en una vida anterior, que apenas recuerdo.
Un par de suspicacistas profesionales, según mi Hermano(H) en eso nos habíamos convertido. Nos costaba mucho trabajo creer que los sucesos no tuvieran siempre un lado oscuro, un espacio sombreado que no alcanzábamos a ver y que, aún estando vacío, siempre significaba algo más. La gente suele decir que las cosas no son sólo o blanco o negro; Yo(Y) no estoy segura. El blanco y el negro no son más que problemas de luz, de totalidad y de ausencia de la luz. El negro es oquedad y el blanco plenitud, o al menos eso aprendí en la escuela de arte. No importa, el caso es que las cosas que no p...

Índice

  1. Cubierta
  2. Portadilla
  3. Créditos
  4. Portada
  5. Dedicatoria
  6. ÍNDICE
  7. RANGMEBOO
  8. AGRADECIMIENTOS