
eBook - ePub
Trabajo Social Familiar
Aportes científicos a su gestión sustentable
- 328 páginas
- Spanish
- ePUB (apto para móviles)
- Disponible en iOS y Android
eBook - ePub
Descripción del libro
Abarca el desarrollo histórico del trabajo social, bases conceptuales y estrategias de intervención, que en la experiencia de las autoras han sido relevantes en su práctica profesional, tanto desde el punto de vista del trabajo social como de otras disciplinas cuyo interés o foco es la familia.
Preguntas frecuentes
Sí, puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento desde la pestaña Suscripción en los ajustes de tu cuenta en el sitio web de Perlego. La suscripción seguirá activa hasta que finalice el periodo de facturación actual. Descubre cómo cancelar tu suscripción.
Por el momento, todos los libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Perlego ofrece dos planes: Esencial y Avanzado
- Esencial es ideal para estudiantes y profesionales que disfrutan explorando una amplia variedad de materias. Accede a la Biblioteca Esencial con más de 800.000 títulos de confianza y best-sellers en negocios, crecimiento personal y humanidades. Incluye lectura ilimitada y voz estándar de lectura en voz alta.
- Avanzado: Perfecto para estudiantes avanzados e investigadores que necesitan acceso completo e ilimitado. Desbloquea más de 1,4 millones de libros en cientos de materias, incluidos títulos académicos y especializados. El plan Avanzado también incluye funciones avanzadas como Premium Read Aloud y Research Assistant.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¡Sí! Puedes usar la app de Perlego tanto en dispositivos iOS como Android para leer en cualquier momento, en cualquier lugar, incluso sin conexión. Perfecto para desplazamientos o cuando estás en movimiento.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Sí, puedes acceder a Trabajo Social Familiar de Nidia Aylwin,María Olga Solar en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Ciencias sociales y Trabajo social. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.
Información
Categoría
Ciencias socialesCategoría
Trabajo socialIV.
TRABAJANDO
CON LAS FAMILIAS
CON LAS FAMILIAS
4.1. Aspectos generales
Todo el conocimiento profesional general y especializado, todas las teorías y técnicas de intervención y toda la experiencia previa, se ponen en juego cuando se debe prestar un servicio profesional a una familia o a grupos de familias. En este Capítulo nos referiremos a la intervención familiar en el Trabajo Social, es decir, la intervención profesional que tiene a la familia como su foco de atención. Nos ubicaremos entonces en el terreno de la práctica profesional.
En el Capítulo anterior hemos bosquejado las principales teorías que nos ayudan a entender el funcionamiento familiar. Estas teorías han sido desarrolladas a partir de la investigación y del conocimiento de múltiples familias en diferentes situaciones y contextos, construyéndose a partir de generalizaciones o de la búsqueda de los factores comunes y tendencias que caracterizan a las familias y que permiten formular hipótesis acerca de su funcionamiento. Pero nunca una teoría nos permitirá entender del todo a una determinada familia. Y desde ese punto de vista la teoría es un marco necesario y orientador, pero no hay que olvidar que tiene un carácter provisional.
Porque cada familia es un caso único, en parte semejante a muchas familias, pero en parte importante dotada de una originalidad propia que la intervención profesional debe reconocer y respetar. Y también porque, siguiendo a Schön (1983) en la práctica no se encuentran problemas familiares en “estado puro”, sino situaciones familiares problemáticas complejas y cambiantes, caracterizadas por su desorden e incertidumbre, en que diversas dificultades o áreas de problemas interactúan y se refuerzan entre sí, al mismo tiempo que se van modificando bajo la presión de diversas circunstancias. En este contexto, va cambiando permanentemente la sociedad, las familias y los problemas que las afectan, las instituciones que las atienden y cambia el propio rol del profesional.
Schön también nos advierte que querer producir un cambio en una situación implica tratar de comprender antes que nada por qué la situación existente tiende a continuar manteniéndose, y por qué, por lo tanto, se resiste al cambio. En su opinión, lo que ofrece resistencia no es la inercia o la perversidad, sino la estructura práctica de la cotidianeidad activa, y para él esta resistencia es un valor positivo que es necesario considerar en la práctica.
En esta extrema complejidad –y en ocasiones confusión y caos– que caracteriza a la práctica, los trabajadores sociales deben descubrir la manera de encontrarle sentido a la complejidad, de reducir la incertidumbre a un nivel manejable, de identificar y definir problemas dentro del desorden y confusión de la realidad social, y de hacer elecciones conscientes frente a los conflictos que se les presentan.
Por otra parte, los profesionales se encuentran con frecuencia enfrentados a conflictos de valores, de objetivos, de propósitos e intereses. Los trabajadores sociales se encuentran “tironeados” entre un deber profesional que exige una atención personalizada y la presión burocrática por aumentar la eficiencia sobre la base de la estandarización y la consideración y atención de las familias sólo sobre la base de algunas características comunes, determinadas desde las cúpulas de los sistemas de planificación.
La intervención profesional empieza en este punto preciso en que es necesario, para ayudar a una familia o a un grupo de familias, darle un sentido o atribuirle un significado a la situación que las afecta.
4.1.1. Definiendo el nivel de intervención
Una de las primeras tareas que le corresponde realizar a todo profesional que trabaja con familias es definir su nivel de intervención. Sabemos que la práctica del Trabajo Social se bifurca en servicios directos e indirectos. Los servicios directos incluyen actividades específicas y concretas que los profesionales realizan para ayudar a quienes están experimentando determinadas dificultades y/o problemas. Estos servicios tienen la característica de que el profesional se relaciona directamente con las familias afectadas. Los servicios indirectos son aquellas actividades profesionales que se centran en las organizaciones o instituciones públicas y privadas que aportan recursos y servicios. En este nivel de intervención, el trabajador social se ubica en la estructura institucional y se centra en la planificación, administración y evaluación de programas, no teniendo a su cargo la atención directa de familias, si bien trabaja para ellas.
Sabemos que estos dos niveles de intervención demandan conocimientos y destrezas diferentes. En la práctica, quienes se desempeñan en el nivel directo deben tener gran manejo de conocimientos y destrezas que les permitan ayudar a las familias a desarrollar sus capacidades y enfrentar sus dificultades. Quienes se desempeñan en el nivel indirecto deben tener conocimientos y destrezas relacionadas con sistemas organizacionales y políticos y habilidades técnicas de administración, planificación y manejo de gran cantidad de información. En ambos niveles son importantes las destrezas interaccionales, que en el trabajo directo se centran más en los aspectos relacionales y emocionales y en el trabajo indirecto, en los aspectos sociopolíticos.
El trabajador social tiene una formación básica que le permite desempeñarse en ambos niveles y, de hecho, la gran mayoría de los trabajadores sociales que son funcionarios de las instituciones, interviene en ellos al mismo tiempo, si bien con diversos énfasis. Sin embargo, el perfeccionamiento de la práctica exige el aumento de conocimientos y destrezas asociados a cada nivel de intervención.
Debemos tener claridad que en la intervención con familias, los trabajos directo e indirecto son indispensables y constituyen conjuntamente el Trabajo Social Familiar. Sin embargo, se está desarrollando en forma creciente la participación profesional en el nivel de intervención indirecta, relacionado con las instituciones y las políticas sociales.
Queremos destacar finalmente que en la práctica profesional ambos niveles se coordinan y se complementan. El trabajador social que interviene con las familias tiene un conocimiento directo de sus necesidades y de la percepción que tienen acerca de las instituciones y sus políticas y programas, conocimiento que debería ser el primer insumo para quienes se desempeñan en el ámbito indirecto. Existe por lo tanto una exigencia de vincular ambos niveles de intervención con miras a prestar un servicio profesional de mejor calidad.
Teniendo claro lo anterior, utilizaremos las categorías de trabajo directo e indirecto para el desarrollo de este Capítulo, agrupando sus contenidos de acuerdo a esta distinción. La menor extensión de los contenidos que se refieren a la práctica indirecta refleja las características del desarrollo profesional en el trabajo con familias, señalado anteriormente.
4.1.2. Aspectos éticos en el trabajo con familias
El trabajo con familias es uno de los múltiples campos en los que se ejerce la acción profesional de los trabajadores sociales y, como tal, está sujeto a los principios y exigencias generales que forman parte de la ética profesional. No obstante, existen en este trabajo algunos aspectos que es necesario destacar para respetar la naturaleza de la familia y sus características básicas.
A partir de la consideración de la familia como un bien para la sociedad, planteada en el Prólogo de este texto, surge la actitud básica de valoración y respeto que se debe tener hacia cada una de las familias con las cuales trabajamos, independientemente de la situación en que se encuentren, de modo que la acción profesional promueva todo aquello que vaya en beneficio de la familia y la fortalezca, y que apoye instancias que lleven a una mayor valoración de la familia y de su papel en la sociedad.
Esta actitud básica es indispensable para ser coherente con nuestra valoración de la familia como un bien y nuestro reconocimiento a la experiencia única que ha vivido cada familia, a los conocimientos que ella ha acumulado y a los valores familiares que la han orientado. Tenemos que recordar que la familia que en un momento dado estamos atendiendo es, en algunos aspectos, igual a todas las familias del mundo, como por ejemplo, en que el ciclo de vida familiar pasa por diferentes etapas. Pero, que, en otros aspectos, esa familia se asemeja sólo a algunas familias: si estamos atendiendo a una familia mapuche, encontraremos en ella rasgos que sólo es posible observar en familias pertenecientes a esta etnia. Y finalmente, que la familia que tenemos delante es, en aspectos importantes, diferente a toda otra familia, porque ha vivido una experiencia única, que le aporta los rasgos más importantes de su identidad familiar. Como se señaló anteriormente, este último aspecto es el que habitualmente se considera menos en el trabajo con familias, porque las instituciones planifican sus programas sobre la base de una familia tipo y quienes implementan esos programas se limitan muchas veces a esta visión general de las familias.
Esta valoración y respeto básicos son particularmente necesarios frente a las familias pobres que, por lo general, tienen menos claro su derecho a la autonomía y a la privacidad, en parte por sus condiciones de vida y también por algunas prácticas que las instituciones tradicionalmente han tenido con ellas y en las que los profesionales hemos participado.
El auténtico respeto a las familias pasa por el reconocimiento de la diversidad familiar. Siempre han existido distintos tipos de familias, una de las características de la modernidad es el aumento de esta diversidad y la conciencia acerca de ella.
El trabajador social se encuentra con toda la gama de esta diversidad al trabajar con familias y debe tener la capacidad de no estigmatizar a determinado tipo de familias y aceptar que los valores que ellas tienen pueden no coincidir con los del propio trabajador social, y que incluso debe respetar aquellos valores que no comparte para poder prestar su ayuda profesional. Lo anterior implica ser consciente de la medida en que los valores profesionales y personales del trabajador social orientan su relación con la familia y de los prejuicios que pueden surgir de esta valoración.
El trabajo con familias siempre está traspasado por valores. Walrond-Skinner (1987) afirma que el trabajo con familias no puede ser neutral, sino que siempre está influido por una determinada concepción o modelo de “normalidad” o de “salud” familiar. Dada esta situación, no existe ningún profesional ni ninguna intervención profesional que no esté orientada por valores. Corresponde al profesional hacer explícito su modelo más que dejar que éste influya su trabajo implícitamente. Esto hará al profesional más consciente de la medida en que sus valores influyen en sus objetivos y estrategias de intervención.
El respeto a las familias pasa también por la protección de su intimidad. Este es un punto especialmente importante en la intervención profesional, que se relaciona con el respeto a la privacidad a la que toda familia tiene derecho. Este derecho es con frecuencia vulnerado, particularmente en el caso de las familias pobres. Llevados por su interés de focalización o de investigación, los organismos de investigación, de salud, de vivienda, las Municipalidades, los encuestadores de todo tipo, los periodistas, hurgan en las vidas de las familias, con frecuencia mucho más allá de lo necesario y de lo que la familia en principio está dispuesta a aceptar. Sin embargo, el interés por la obtención de los beneficios obliga a las familias a aceptar esta situación. Los trabajadores sociales y otros profesionales que colaboran en los procesos de focalización, tienen la obligación ética de que los datos de naturaleza privada de la familia sean resguardados por medio de la confidencialidad. Es especialmente importante, por ejemplo, que los datos de las familias estén adecuadamente resguardados en los sistemas de computación, y que en lo posible no se incluya en ellos información que familias de estratos sociales más altos no aceptarían entregar. Lo anterior se hace extensivo a todo tipo de documentación confidencial que atañe a las familias atendidas en una institución.
De este modo, la obligación ética alcanza a las instituciones y servicios que trabajan con familias. Muchos de estos servicios han sido “reducidos” y “reestructurados” con el propósito de proveer servicios más “eficientes”, pero estos cambios muchas veces nos llevan a cuestionarnos sobre la calidad de los servicios y la humanidad de los procesos (Rhodes, 1998).
Los trabajadores sociales se ven con frecuencia enfrentados a difíciles dilemas al intentar llevar a la práctica los principios éticos generales del Trabajo Social: respeto a la persona, actitud excenta de juicios, confidencialidad y autodeterminación en situaciones de violencia intrafamiliar y, en el caso de los niños, en situaciones de abuso, abandono y adopción.
Efectivamente, ¿cómo puede el trabajador social mantener una actitud excenta de juicios frente al marido que golpea a su mujer, a la madre que castiga con violencia a sus hijos o al padre que abusa de su hija? Linzer (1999) afirma que la manera más efectiva de enfrentar esta situación es que el trabajador social separe las acciones del individuo de la persona del individuo, es decir, distinguir al abusador del acto de abuso. Al juzgar la acción como inaceptable al mismo tiempo que acepta a la persona como capaz de cambio, el trabajador social puede mantener, en muchos casos, una actitud excenta de juicio, si bien esto no es fácil, porque requiere un importante grado de control emocional.
Refiriéndose específicamente a las situaciones de abuso sexual en los niños, Haverkamp y Daniluk (1993) sugieren que el trabajador social se guíe en su práctica por seis principios éticos generales que están implícitos en la mayoría de los códigos de ética: autonomía, fidelidad, justicia, beneficencia, ausencia de maleficencia y autointerés. La autonomía se refiere a la maximización de la capacidad del individuo para escoger en forme libre y competente cómo conducir su propia vida. La fidelidad implica lealtad, ser confiable y cumplir las promesas, protegiendo el interés de la familia. El principio de justicia significa honestidad e igualdad en el tratamiento. Beneficencia se refiere a procurar el bien de las personas, proporcionando servicios competentes. El principio de ausencia de maleficencia se refiere a la responsabilidad de anticipar posibles daños y prevenir, reducir y eliminar el riesgo de acciones peligrosas. El principio de autointerés refleja la moral y responsabilidad del trabajador social respecto a sus propias necesidades y motivaciones, en términos de autoconocimiento, autoprotección y autocuidado. Este último principio es interesante porque habitualmente no se incorpora en las obligaciones éticas de los trabajadores sociales.
Fleck-Henderson señala, finalmente, la importancia de considerar a la familia como una comunidad moral y cons...
Índice
- Portada
- Título
- Derechos de autor
- PRESENTACIÓN
- Índice
- INTRODUCCION
- CAPITULO I. FAMILIA Y SOCIEDAD
- CAPITULO II. EL TRABAJO SOCIAL Y LA FAMILIA
- CAPITULO III. DIFERENTES PERSPECTIVAS PARA ANALIZAR LA FAMILIA
- CAPITULO IV. TRABAJANDO CON LA FAMILIA
- ANEXOS
- INDICE TEMÁTICO