1. AHORA, LA DISCIPLINA DEL YOGA
Ahora, la disciplina del yoga.
El yoga es el cese de la mente.
Entonces el testigo se asienta en sí mismo.
En los otros estados existe identificación con las modificaciones de la mente.
Vivimos presas de una profunda ilusión: la ilusión de la esperanza, del futuro, del mañana. El ser humano, por ser como es, no puede existir sin autoengaños. Nietzsche dice en algún sitio que el ser humano no puede vivir con la verdad: necesita sueños, ilusiones y mentiras a fin de existir. Y Nietzsche tiene razón. El ser humano, por ser como es, no puede existir con la verdad. Eso es algo que hay que entender profundamente, porque sin entenderlo no puede entrarse en la búsqueda llamada yoga.
Es necesario comprender la mente en profundidad. Hay que comprender esa mente que necesita mentiras, la mente que necesita ilusiones, la mente que no puede existir con lo auténtico, la mente que necesita sueños. No sólo sueñas de noche. Sueñas continuamente, incluso cuando estás despierto. Puede que me estés mirando, que me escuches, pero lo cierto es que en tu interior se desarrolla un sueño. La mente crea sueños, imágenes y fantasías continuamente.
Ahora los científicos dicen que una persona puede vivir sin dormir, pero que no puede hacerlo sin sueños. Antaño se sabía que dormir era una necesidad, pero ahora la ciencia moderna dice que en realidad dormir no es una necesidad. Dormir sólo es necesario para que podamos soñar. El sueño es la necesidad. Si no se te permitiese soñar y sólo pudieras dormir, no te sentirías fresco y revitalizado por la mañana. Te sentirías cansado, como si no hubieras podido dormir en absoluto.
La noche consta de diversos períodos, unos de sueño profundo y otros de ensoñaciones. Existe un ritmo, de igual manera que existe el día y la noche. Al principio caes en un profundo dormir durante unos cuarenta o cuarenta y cinco minutos. Luego llega la fase de los sueños, y entonces sueñas. A continuación se vuelve a dormir sin sueños, y luego éstos aparecen de nuevo. Así transcurre toda la noche. Si tu dormir se ve perturbado mientras duermes profundamente sin soñar, por la mañana no sentirás nada de particular. Pero si ocurre mientras estás soñando, entonces por la mañana te sentirás cansado y agotado.
Todo ello se puede percibir desde el exterior. Cuando alguien está durmiendo se puede saber si sueña o sólo duerme. Si está soñando se le moverán constantemente los ojos, como si estuviese observando algo con los ojos cerrados. Mientras que si duerme sin sueños no se le moverán los ojos, permanecerán tranquilos. Así pues, si mientras mueves los ojos tu sueño se ve perturbado, por la mañana sentirás cansancio. Pero si no mueves los ojos y tu dormir es perturbado, por la mañana no sentirás nada de particular.
Son muchos los investigadores que han demostrado que la mente humana se alimenta de sueños, que el soñar es una necesidad, y que un sueño es un autoengaño total. Y eso es algo que no sólo ocurre por la noche, sino que también es una pauta diurna; es algo que puede percibirse incluso de día. A veces los sueños flotan en la mente, y a veces no hay sueños.
Puede que estés haciendo algo, pero si sueñas mientras lo haces, estarás ausente. Interiormente estás ocupado. Por ejemplo, ahora estás aquí. Si tu mente atraviesa por un estado de sueño, me escucharás sin enterarte de lo que digo porque tu mente estará ocupada interiormente. Sólo podrás escucharme si no te encuentras inmerso en un estado de ensoñación.
La mente pasa continuamente de un estado sin sueños a uno de ensoñación y viceversa, tanto de día como de noche. Se trata de un ritmo interno. No sólo soñamos de manera constante, sino que en la vida también proyectamos nuestras esperanzas en el futuro.
El presente acostumbra a ser un infierno. Sólo podemos soportarlo a causa de las esperanzas que hemos proyectado en el futuro. Vives hoy a causa del mañana. Esperas que mañana suceda algo, que se abran las puertas del paraíso. Nunca se abren hoy, y cuando llega el mañana, no llega como un mañana, sino como un hoy, pero para entonces tu mente ya se ha vuelto a mover. Te adelantas a ti mismo; eso es lo que significa soñar. No eres uno con lo real, con lo cercano, con lo que está aquí y ahora. Estás en otro sitio, adelantándote, saltando hacia adelante.
Y a ese mañana, a ese futuro, le has puesto muchos nombres. La gente lo llama “cielo”, algunos lo denominan moksha, pero siempre está en el futuro. Si alguien piensa en términos de riqueza, lo hace de cara al futuro. Si alguien piensa en término de paraíso, ese paraíso tendrá lugar después de tu muerte, lejos, en el futuro.
Echas a perder tu presente a cambio de lo que no es. Eso es lo que significa soñar. No puedes estar aquí y ahora; estar en el momento presente parece ser extremadamente difícil.
Puedes estar en el pasado porque eso también es soñar con los recuerdos de cosas que ya no son. O bien puedes estar en el futuro, que es una proyección, que también es crear algo partiendo del pasado. El futuro no es más que el pasado proyectado… más colorido, más hermoso, más agradable, pero no por ello deja de ser el pasado refinado.
No puedes pensar en nada que no sea el pasado. El futuro no es más que el pasado vuelto a proyectar. ¡Y ninguno de los dos existe! El presente es, pero nunca… pero nunca estás en el presente. Eso es lo que significa soñar. Nietzsche tiene razón cuando dice que el ser humano no puede vivir con la verdad, que necesita mentiras, que vive a través de mentiras. Nietzsche dice que no hacemos más que decir que queremos la verdad. Pero lo cierto es que nadie la quiere. Nuestras denominadas verdades no son más que mentiras, hermosas mentiras. Nadie está dispuesto a ver la realidad desnuda.
La mente no puede entrar en el sendero del yoga porque el yoga es una metodología para revelar la verdad. El yoga es un método para alcanzar una mente no soñadora. El yoga es la ciencia para estar en el aquí y ahora. Yoga significa que estás dispuesto a no trasladarte al futuro. Yoga significa que estás dispuesto a no esperar nada, a no adelantarte a tu propio ser. Yoga significa encarar la realidad tal cual es.
Así que sólo podrás entrar en el yoga, o seguir el camino del yoga, cuando estés totalmente frustrado con tu propia mente tal y como es. Si sigues creyendo que llegarás a algo utilizando la mente, entonces el yoga no es para ti. Lo que se necesita es una frustración absoluta, una revelación de que esta mente que se proyecta es fútil, de que el hecho de que la mente espere algo es una tontería que no conduce a ninguna parte. Lo único que consigue es cerrarte los ojos, intoxicarte. Nunca permite que se te revele la realidad. Te protege contra la realidad. Tu mente es una droga. Está contra lo que es. Así que a menos que te frustres totalmente con ella, con tu forma de ser, con la manera en que has existido hasta ahora, a menos que la deseches incondicionalmente, no podrás entrar en el camino.
Son muchos los que se interesan, pero pocos los que llegan a entrar. Puede que tu interés tenga su origen en la mente. Puede que tengas la esperanza de que ahora, con el yoga, puedas ganar algo. Ahí tienes la motivación, que hunde sus raíces en la necesidad de lograr algo: podría ser que lograses la perfección a través del yoga, podrías alcanzar el estado beatífico de la perfección del ser. Pudieras devenir uno con el universo, incluso puede que lograses la iluminación… Ésos podrían ser los motivos por los que te interesases en el yoga. Si ésa es la causa de tu interés, entonces no habrá encuentro entre tú y el camino del yoga. Si así fuese, estarías en contra de él, funcionando en una dimensión totalmente distinta.
Si sigues creyendo que llegarás a algo utilizando la mente, entonces el yoga no es para ti. Lo que se necesita es una frustración absoluta, una revelación de que esta mente que se proyecta es fútil, de que el hecho de que la mente espere algo es una tontería que no conduce a ninguna parte.
Yoga significa que ahora no hay esperanza, que no hay futuro, que no hay deseos. Uno está listo para conocer lo que es. Uno no está interesado en lo que puede ser, en lo que podría o en lo que debería ser. ¡Nada de todo eso interesa! Se está interesado únicamente en lo que es, porque sólo lo real puede liberarte; sólo la realidad puede convertirse en liberación.
Se requiere una desesperación absoluta. El Buda llamó dukkha a esa desesperación. Si te sientes realmente miserable, no esperes nada, porque tu esperanza no hará sino prolongar la miseria. Tu esperanza es una droga. Al único sitio al que te ayudará a llegar es a la muerte, y a ninguna otra parte. Todas tus esperanzas no pueden conducirte más que a la muerte… Te llevan hacia allí.
Destierra la esperanza, sé sin futuro, sin deseos. Es difícil. Se necesita valor para encarar lo real. Pero un momento así le sobreviene a todo el mundo en alguna ocasión. Todos los seres humanos experimentan un momento en el que sienten una desesperación total, un vacío absoluto, cuando se hacen conscientes de que nada de lo que hacen sirve para nada ni les conduce a ningún sitio, de que la vida carece de todo sentido. De repente desaparece toda esperanza, todo futuro, y por primera vez se está sintonizado con el presente. Por primera vez estás cara a cara con la realidad. Y hasta que te sobrevenga un instante así…
Ya puedes ir practicando asanas, posturas… que eso no es yoga. El yoga es un giro hacia el interior. Es una media vuelta total. Cuando no vas hacia el futuro ni hacia el pasado, entonces empiezas a dirigirte hacia tu interior; porque tu ser está aquí y ahora, y no en el futuro. Estás presente aquí y ahora, y puedes entrar en esta realidad. Pero entonces la mente también debe estar aquí. Este momento aparece indicado en este sutra de Patañjali.
Antes de pasar a hablar de este primer sutra hay que comprender unas cuantas cosas.
La primera es que el yoga no es una religión; recuérdalo. El yoga no es hinduista ni mahometano. El yoga es una ciencia pura, como las matemáticas, la física o la química. La física no es cristiana ni budista. Aunque sean los cristianos los que han descubierto las leyes de la física, eso no significa que la física sea cristiana. El que las hayan descubierto no es sino accidental. La física es una ciencia. El yoga es una ciencia, y es algo accidental que haya sido descubierta por los hinduistas. No es hinduista, es la matemática pura del ser interior. Por ello, un musulmán puede ser yogui, un cristiano puede ser yogui, al igual que un jainista y un budista.
El yoga es un giro hacia el interior. Es una media vuelta total. Cuando no vas hacia el futuro ni hacia el pasado, entonces empiezas a dirigirte hacia tu interior; porque tu ser está aquí y ahora.
El yoga es pura ciencia, y Patañjali es el nombre más importante del mundo del yoga. Es un hombre extraño. No hay ningún otro que pueda compararse a Patañjali. Por primera vez en la historia de la humanidad, este hombre elevó la religión al estado de ciencia; convirtió la religión en una ciencia, en una disciplina sometida leyes.
No se necesitan creencias para practicar yoga. Las llamadas religiones necesitan creencias. Ésa es la única diferencia entre las religiones; la diferencia estriba sólo en las creencias. Un musulmán tiene ciertas creencias; un hinduista, otras; y un cristiano, otras distintas; la diferencia radica en las creencias. El yoga no cuenta con nada que pudiera considerarse una creencia; el yoga no dice que haya que creer en algo. El yoga lo único que dice es: «Experimenta». Al igual que la ciencia pone el énfasis en los experimentos, el yoga lo hace en la experiencia, en la práctica. Experimento y experiencia es lo mismo, y sólo difieren en su dirección. El experimento es algo que se hace externamente, y el experimentar; la experiencia –la práctica–, es algo que se lleva a cabo internamente. La experiencia es un experimento interno.
La ciencia dice: «No te creas nada, duda todo lo que puedas. Pero tampoco desconfíes, porque la desconfianza es otro tipo de creencia». Puedes creer en Dios o en el concepto de no-Dios. Puedes decir que Dios existe, con una actitud fanática, o puedes afirmar lo contrario, que Dios no existe, ¡con el mismo fanatismo! Los ateos y los teístas son creyentes, y la creencia no pertenece a la esfera de la ciencia. La ciencia significa experimentar algo, algo que es. Para ello no es necesaria creencia alguna.
Así pues, la segunda cosa que habría que recordar es que el yoga es existencial, empírico y experimental. No se requiere creencia, ni fe alguna, sólo coraje para la ...