¿Qué es un sistema de gestión de calidad? ¿Por qué están de moda los certificados de calidad? ¿Qué es eso de la ISO? ¿Dónde se compra esto? ¿Es solo para grandes empresas, o un negocio pequeño puede tener un certificado de calidad?
En las próximas páginas resolveremos todas estas dudas, con casos prácticos, con un lenguaje accesible para que cualquier negocio, autónomo o ciudadano, pueda entender los conceptos básicos que engloban la Calidad en nuestra sociedad y sus beneficios en el mercado actual.
Un certificado de calidad no es un simple papel que se enmarca para que lo vean los clientes, es un propósito de mejora continua que ayudará a nuestra empresa a tener mejores resultados y conseguir que nuestros clientes estén contentos.
En la actualidad, tener dicho certificado marca la diferencia respecto de la competencia, por eso muchas empresas se certifican como factor diferenciador en el mercado, como una estrategia.
Los certificados los emite una entidad acreditada, para conseguirlos, se debe cumplir con los estándares normativos establecidos, que se desarrollarán más adelante. Dicho cumplimiento y el enfoque a la mejora continua nos ayudará a optimizar los procesos y los servicios o productos que ofrecemos. Para ello debemos contar con profesionales expertos que nos guíen en estos procesos.
Existen multitud de certificados de diferente índole, los más conocidos son los relacionados con los sistemas de gestión de la calidad ISO 9001. ISO son las siglas de la Organización Internacional de Normalización, que elabora las diferentes normas para regular que toda empresa o entidad cumpla con los mismos requisitos.
Se trata de una filosofía, una estrategia que nos ayudará a organizar nuestro modelo de negocio u organización, para obtener mejores resultados sin perder la esencia e identidad, otorgándole valor a nuestro producto o servicio.
Esta filosofía solo será posible con la implicación de todas las partes, desde los empleados hasta la dirección, han de participar a través de una mentalidad de mejora continua y excelencia en cada proceso.
Cualquier empresa, organización, institución, etc., puede optar a la certificación de calidad.
Para comprender esta filosofía que llamamos “Calidad Total”, comencemos por el principio...
¿Qué es un certificado de calidad?
Es el documento que emite una entidad certificadora acreditada, tras la realización de una auditoría, que afirma que un producto o servicio cumple con lo establecido en una norma, garantizando la calidad y procesos de mejora de dicho producto o servicio.
La parte más importante de esta definición es la garantía de la calidad y los procesos de mejora. ¿Por qué? Porque, aunque el Certificado es el fin más visible, el valor real y el objetivo que toda organización debe tener al implantar un Sistema de Gestión es establecer los criterios o protocolos básicos para mantener la calidad en todos sus procesos y productos, garantizando la continuidad del negocio con la filosofía de mejora y superación.
El concepto de “Calidad Total”
A lo largo del desarrollo de la Humanidad, las diferentes corrientes se detienen en dos aspectos esenciales de la calidad:
Uno es la calidad como un control, una inspección del producto o servicio, velando que responden a unas determinadas características.
Otro aspecto es la calidad del producto o servicio con el objetivo de cubrir las necesidades del cliente, garantizando unos niveles de satisfacción.
La Calidad Total engloba estos aspectos, añadiendo el factor de mejora continua, en el que se revisan todos los procesos, implicando a todos los miembros de la organización, liderados por la dirección, a través de un compromiso de superación para satisfacer y aumentar las expectativas del cliente.
A continuación, explicaremos cómo se ha llegado a esta forma de pensar:
Antecedentes históricos del proceso de calidad
Desde la prehistoria, el hombre ya se empieza a fijar en la calidad de los utensilios que realizaba. De modo que, desde que el hombre es sapiens, siempre ha querido mejorar y desarrollarse a través de las primeras Eras.
Esta regulación de la calidad se concreta cuando se empieza a “profesionalizar” la producción artesana con la creación de los gremios en el medievo. Se establecen los primeros estándares según oficios, ya fueran de medida, de manufactura o incluso de salarios.
La preocupación inicial será el ahorro en tiempos y costes, marcados por un ritmo de producción frenético, debido a un sistema capitalista que produce bienes en masa, sin preocuparse por la formación o la calidad de los procesos, ni siquiera por el trabajador.
Según se desarrolla la revolución industrial las prioridades irán cambiando, preocupándose por el modelo de producción y la expansión del mercado, la manufactura y diversificación, y finalmente, por la satisfacción del cliente y la calidad, como la conocemos ahora, enarbolando la bandera de “el cliente siempre tiene la razón”.
Pero antes de llegar a la actualidad, haremos unas breves paradas en la máquina del tiempo.
Evolución de las diferentes corrientes en la Industrialización, que suponen el inicio de la Calidad.
Llegando a la segunda revolución industrial surgen diversas corrientes, que buscan cubrir las necesidades socioeconómicas del momento.
De las primeras corrientes es la de F. Taylor, llamada Taylorismo, que empieza a hablar de los incentivos por rendimiento a los trabajadores.
Después le sigue Henry Ford, creador de la marca de coches, cuya fabricación automovilística promueve una especialización del operario y un sistema de trabajo en cadena.
Muchas son las frases famosas del empresario, pero nos quedamos con una que define de manera escueta...
Aun así, ambas vertientes abogan por una mecanización de los trabajadores que genera una alienación de la persona, simplificando las tareas a tal punto que un agente hace un solo movimiento durante toda su jornada laboral, por lo que cuando la situación socioeconómica cambia, los desempleados sólo saben desarrollar esa labor.
Charles Chaplin en una escena de “Tiempos Modernos”
En plena depresión llega Keynes al rescate, nunca mejor dicho, que revolucionará la economía introduciendo nuevos elementos que influyen de manera positiva en la reactivación del mercado. Si leyendo el periódico habéis pasado por las páginas salmón, os sonará el término de Macroeconomía, nacido de las bases que sentó este señor.
Básicamente sus ideas establecen una política económica que aumente el gasto público estimulando así la demanda y aumentando la producción, la inversión y el empleo.
Japón quedó muy atrasada en el progreso de la industria tras la guerra, para buscar una solución varios investigadores e ingenieros estadounidenses, realizaron charlas, tras lo cual muchas empresas comienzan a trabajar con el concepto de “Sistema Integral de Calidad”, logrando bajos costes en la producción y un gran nivel de calidad.
Una de esas empresas es Toyoda, que cambia su nombre a la conocida marca de automóvil Toyota, de la cual surge el Toyotismo. Dicha teoría empieza a diversificar su producto, así como a sus empleados, teniendo mayor flexibilidad laboral y formando equipos de trabajo que se implican en una política de calidad de “cero fallos”. Tal es así, que incluso hacen piezas defectuosas conscientemente, dado que el cliente-proveedor no llega a creer en su alta efectividad.
En el desarrollo de las teorías japonesas aparecen numerosos conceptos de calidad que se siguen usando hoy, pero destacaremos el concepto “just in time”, en el que el producto llega con la calidad, cantidad y momento exigidos por demanda.
Algo tan sencillo como la frase “piensa antes de actuar”, resume los sistemas de gestión de calidad, teoría presentada por Edwards Deming con el círculo PDCA (Plan-Do-Check-Act) planificar-hacer-verificar-actuar, que surge de un concepto ideado por Walter A. Shewhart, colega de Deming, en 1936.
Deming es uno de los ingenieros que presenta esta teoría en los años 50 en Japón, dando lugar al desarrollo de otras teorías que sientan las bases de la calidad total como la conocemos en la actualidad. Tal es la repercusión de las charlas de Edwards Deming en Japón que crearon un premio a la calidad con su nombre.
Volvemos a Occidente antes de que se nos pase otro hecho histórico en los antecedentes de la Calidad, la creación de la ISO.
Tiene lugar en Londres tras una reunión de delegados de 25 países, en el Instituto de Ingenieros Civiles. Es así como se crea una organización para facilitar la coordinación y unificación de la industria, a nivel internacional. Nos puede recordar a la figura de los gremios, pero mucho más desarrollado y con carácter mundial.
En 1926 se crea la Federación Internacional de Asociaciones Nacionales de Norm...