OCUPACIONES FERROVIARIAS, DOMÉSTICAS, COMERCIALES Y BUROCRÁTICAS
EXPECTATIVAS Y DESENGAÑOS: LA CARRERA LABORAL EN LOS FERROCARRILES ARGENTINOS DE COMIENZOS DEL SIGLO XX
Silvana A. Palermo
Profesionalización, carreras laborales, movilidad ocupacional, representan algunas de las temáticas prioritarias para una historia de los/as trabajadores/as interesada en reponer las prácticas cotidianas del mundo laboral, los sentidos que se le atribuyen y las trayectorias de aquellos sujetos que no pueden menos que trabajar durante toda su existencia para vivir. Su indagación ha venido siendo objeto de estudios dedicados a la historia de las trabajadoras y pesquisas que apelan al concepto de género como categoría analítica, los cuales han contribuido a despejar del horizonte aquellos preocupantes pronósticos que, en las últimas décadas, ensombrecían el campo de la historia social.
En efecto, la renovación de la agenda de investigación, el fortalecimiento del intercambio entre historiografías con modulaciones propias y el avance en análisis comparados entre casos nacionales de América Latina componen hoy, al menos en la literatura dedicada a esta región, un panorama más alentador.
Este capítulo se dedica a la cuestión de las carreras laborales en los ferrocarriles de Argentina a principios del siglo XX, a partir de la indagación de las concepciones que empleados y trabajadores les asignaron a sus oficios y labores, más precisamente a las expectativas que les generaba ingresar en lo que, por esos años, devinieron grandes y modernas empresas. Coloca particular atención en ponderar la distancia que medió entre el imaginario de una carrera laboral promisoria y las vicisitudes de sus concreciones. Dicho de otro modo, explora la brecha existente entre las aspiraciones de los trabajadores y sus experiencias cotidianas, las cuales al no ser siempre gratificantes los condujeron, como se verá, a expresar su desencanto, de manera individual o colectiva.
Con este fin, analizamos la información brindada por la prensa comercial y los periódicos gremiales de las primeras décadas del siglo XX. En esos años, estimulados por un mercado de lectores en expansión, varios semanarios ilustrados se lanzaron a la venta e incrementaron sus tiradas alcanzando un público heterogéneo con una propuesta editorial atractiva: notas sobre temas variadísimos, ensayos y narraciones con un lenguaje coloquial, profuso uso de ilustraciones y fotografías. Entre esas revistas o magazines sobresalió Caras y Caretas (CyC), con una tirada estimada de aproximadamente 100.000 ejemplares en la década de 1910 y también se destacó, entre otros, Fray Mocho (FM), aunque con una edición más limitada. De tanto en tanto, como se examina en la primera sección de este capítulo, sus páginas se detuvieron en diferentes aristas del mundo ferroviario, en particular en la cotidianeidad de la labor o la vida de sus empleados y trabajadores para componer reveladoras imágenes y representaciones sobre sus carreras laborales.
Las alusiones a las experiencias en el mundo del trabajo constituyeron, por supuesto, una dimensión privilegiada en la prensa gremial. Los sindicatos La Fraternidad (LF), representante de maquinistas y foguistas, y la Federación Obrera Ferrocarrilera (FOF), que agrupaba a los trabajadores de talleres, tráfico y vía y obras, publicaron quincenalmente los periódicos La Fraternidad (LF) y El Obrero Ferroviario (EOF), respectivamente. Estos incluían editoriales, artículos de interés sobre la vida gremial y dedicaban un par de páginas a difundir los problemas y opiniones de los ferroviarios de distintas partes del país. Para reponer la dimensión conflictiva y dado que EOF comenzó a publicarse a mediados de 1912, la segunda sección de este capítulo examina informes, noticias y cartas de trabajadores que aludían a sus desventuras en el camino de la carrera laboral, publicadas en el lapso que transcurrió entre la huelga general de maquinistas y foguistas de principios del mencionado año y la primera huelga general ferroviaria, transcurrida entre el 24 de septiembre y las primeras semanas de octubre de 1917.
Sostendremos que la conceptualización que estos trabajadores componían sobre sus labores y oficios aporta a la comprensión de la conformación de una suerte de élite obrera, esto es, un grupo de empleados y trabajadores que se percibió a sí mismo como poseedor de calificaciones y habilidades únicas y, en tanto tales, merecedores de salarios y beneficios extrasalariales superiores al resto de aquellos otros trabajadores juzgados como no calificados. En tal cosmovisión se destacaba la conciencia de desempeñar labores que requerían conocimientos específicos, complejos, adquiridos gracias a una esforzada especialización gradual, producto de años de trabajo en los ferrocarriles. Para hacer posible este aprendizaje y alcanzar suficiente experiencia era necesaria cierta estabilidad laboral, si no en una misma empresa, al menos en esta rama del transporte. Asimismo, se presuponía que esta trayectoria adquirida en el trabajo sostenido en un mismo sector posibilitaría ir escalando diferentes puestos, en los que el empleado o trabajador iba adquiriendo esas habilidades, a medida que avanzaba en lo que se esperaba fuera una promisoria carrera laboral.
Dicha conceptualización del trabajo ferroviario se comprende acabadamente utilizando el concepto de género como categoría de análisis. Como se tratará de demostrar aquí, la noción de que las múltiples labores requeri...