1
Fijar las bases para la resistencia
Los malos hábitos son difíciles de combatir y los buenos son también difíciles de crear. Entrenar la resistencia no es ninguna excepción. Muchos deportistas son incapaces de conseguir resultados reales y duraderos debido más a una mala planificación, una autoevaluación inadecuada y una mentalidad incorrecta que a una falta de esfuerzo o motivación. Numerosos deportistas de resistencia entrenan muy duro, pero ese entrenamiento no siempre se traduce en resultados positivos. Dichos deportistas tienen acceso a mucha información para identificar las señales de aviso de una progresión dudosa, pero siguen repitiendo sin saberlo los mismos errores temporada tras temporada. También es fácil que los deportistas se vean atrapados al intentar encontrar soluciones rápidas para conseguir mejorar.
El progreso no se consigue con tan sólo quererlo o entrenando más, y tampoco hay atajos que conduzcan a él. Se necesita un cambio fundamental de actitud. Si no ves los resultados que esperas, ha llegado el momento de cambiar cómo concibes tu deporte, tu entrenamiento y el camino que te llevará al rendimiento. Ya estés empezando tu viaje al rendimiento o seas un deportista experimentado que quiere mejorar, lo primero que debes hacer es evaluar tus objetivos, tus hábitos y tu forma de entrenar, y definir con honradez tu visión del rendimiento. Aunque puede parecer un gran proyecto, en realidad, es muy simple, y el hecho de establecer su concepto y centrarte en él antes de empezar una nueva temporada de entrenamiento reducirá el riesgo de perderte durante el camino.
HOJA DE RUTA PARA EL RENDIMIENTO
Empecemos con uno de los componentes más críticos de la planificación de tu ruta al rendimiento. En principio, podrías pensar que la mejor estrategia siempre es ponerse en marcha y entrenar duro sin parar, comer bien y asegurarte de que te recuperas lo suficiente como para seguir sano. El resultado debería ser un buen rendimiento. Aunque este enfoque puede parecer razonable, en el mundo real, sus tácticas y aplicaciones son mucho más dinámicas y complejas de lo que podrían parecer en este resumen. En esencia, todos tenemos una estrategia parecida (entrenar mucho, comer bien, recuperar y apoyar el entrenamiento con trabajo de fuerza), pero todos tenemos vidas diferentes y capacidades distintas. Nuestros antecedentes personales, límites y limitaciones, así como la forma en la que ejecutamos las estrategias de entrenamiento en nuestra vida diaria, varían inmensamente. Esto me lleva a uno de los problemas más habituales que he encontrado en los deportistas de resistencia de todos los niveles: los ingredientes son los correctos, pero la tarta sabe fatal.
Creo que todos los deportistas entienden que para mejorar es necesario entrenar mucho, hacerlo con regularidad y trabajar en concreto las exigencias del deporte en cuestión. También creo que todos los deportistas valoran, al menos en principio, los beneficios de un enfoque firme y saludable de la nutrición. Además, pienso que la mayoría de deportistas comprenden el valor de dormir bien y de la integración constante de la recuperación en el plan de entrenamiento. Por último, a pesar de que existe cierta controversia en cuanto al «qué y al cómo» implementarlo, la mayoría de los deportistas opinan que algún tipo de componente de fuerza funcional es un añadido saludable al programa de entrenamiento para la resistencia.
La mayoría de deportistas, si no todos, estarían de acuerdo en que estos son los componentes necesarios para un buen rendimiento. Y este es el error fatal: la incapacidad de crear un programa completo que valore cada componente por igual. Cuando se lleva la teoría a la práctica, los deportistas se centran casi exclusivamente en el entrenamiento de la resistencia, y la recuperación, la nutrición y la fuerza funcional se convierten en meras ocurrencias. Al final, se obtienen sesiones de entrenamiento de resistencia encajadas en cualquier espacio que quede libre en la vida del deportista, a menudo a expensas de horas de sueño (tanto en cantidad como en calidad), una mala nutrición y avituallamiento, y ninguna opción de completar una sesión de fuerza funcional. Estos deportistas entrenan duro, muchas veces durante varias temporadas seguidas, pero no consiguen resultados reales. Suelen acabar atascados en un ciclo de fracasos. Este no es un buen plan para la superación personal.
Dado que es evidente que obtener un rendimiento es algo más que salir por la puerta y entrenar, hablemos sobre el secreto del rendimiento. En realidad, no hay ningún secreto, pero sí que existen cuatro principios mágicos que deben guiar tu viaje.
Constancia | La mejora sólo se consigue cuando aplicas un plan de entrenamiento constante. |
Especificidad | Tu programa debe ser específico a tus necesidades, tus antecedentes personales y tu estilo de vida. |
Progresión | Tu programa debería evolucionar a lo largo de las fases de entrenamiento, así como a lo largo de la temporada de entrenamiento e, incluso, durante toda tu carrera. |
Paciencia | Un cambio real requiere tiempo, así que ármate de paciencia e insiste. |
Para mejorar, también necesitas mantenerte sano, motivado y sin lesiones durante el mayor tiempo posible mientras entrenas. Sí, trabajar duro es importante, pero el trabajo duro requiere un apoyo real que te garantice que cosecharás las recompensas que esperas de tal esfuerzo. Si reduces tus propósitos a simplemente entrenar mucho, estás fijando las bases para el cansancio, el agotamiento y un mayor riesgo de sufrir lesiones.
LOS PILARES DEL RENDIMIENTO
Tu programa ya no consiste simplemente en nadar, pedalear y correr; intentar comer bien cuando puedes; hacer una sesión de fuerza si tienes un hueco, y echar una cabezadita si te queda tiempo. Necesitas un enfoque general que ponga la misma emoción y el mismo valor filosófico en el entrenamiento, la nutrición, la recuperación y la fuerza funcional. Este cambio simple pero primordial te dará las bases para tomar buenas decisiones de entrenamiento, establecer los hábitos positivos que apoyen el rendimiento y lo fijen, y ganar la confianza necesaria como para mantener una actitud de «lógica por encima de la emoción» a la hora de revisar tus prácticas y medir la eficacia de todo ese trabajo. Convierte los pilares del rendimiento en el marco de trabajo de tu visión de lo que debe ser el rendimiento y el entrenamiento. Los capítulos siguientes exploran cada uno de los pilares del rendimiento en profundidad, pero aquí tienes una pequeña introducción a la función de cada uno.
Entrenamiento para la resistencia. Nadar, pedalear y correr son los entrenamientos específicos que haces, creando el estrés necesario como para permitir adaptaciones y ventajas específicas del deporte.
Recuperación. Es necesario dormir y recuperarse para que el cuerpo responda a toda esa carga de entrenamiento, y se adapte para estar más en forma y tener mayor potencia. La recuperación también incluye un descanso integrado del entrenamiento y de otros aspectos de la vida; sesiones de e...