
- 1,262 páginas
- Spanish
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eBook - ePub
Descripción del libro
Pastor de la Iglesia de Escocia y profesor de la Universidad de Glasgow, William Barclay, es uno de los comentaristas más apreciados y reconocidos del siglo XX. Sus constantes referencias y citas de otros grandes autores de la fe cristiana y de manera especial de los Padres de la Iglesia, aporta a su trabajo una autoridad y valor fuera de lo común. Su COMENTARIO AL NUEVO TESTAMENTO es una obra documentada, informativa, edificante y relevante, que se ha convertido en un clásico para todos los estudiosos de la Biblia.
William Barclay explica las palabras difíciles, describe con todo detalle los lugares y los objetos, y hace hablar a los personajes en un lenguaje que podamos entender ahora. No camufla las dificultades ni soslaya los desafíos, porque lo que quiere es hacernos comprender la perenne actualidad del evangelio. Su propósito es poner los resultados de la más profunda investigación bíblica al alcance de los lectores que no tienen estudios teológicos, demostrando que Jesucristo no es meramente un personaje histórico, sino Alguien con Quién podemos tener un encuentro personal, de cuya compañía y amistad podemos gozar, y cuyas enseñanzas siguen siendo válidas y relevantes en todos los aspectos de la vida. Como lo expresa en una antigua oración inglesa que Barclay coloca como lema en muchos de sus libros: "ayudarnos a conocer a Jesucristo más íntimamente, amarle más entrañablemente y seguirle más fielmente"
La presente edición en un solo tomo de esta importante obra, traducida magistralmente al español por Alberto Araujo, aporta además de una mayor facilidad de adquisición y manejo por parte del pueblo cristiano en el mundo de habla hispana, la ventaja de la unificación de índices y bibliografías:
ÍNDICE ANALÍTICO DE CONCEPTOS Y PERSONAJES: Con más de 4.000 entradas, constituye un diccionario completo y una herramienta utilísima para pastores, predicadores y estudiantes, que permite explorar en profundidad el contenido del Comentario y con ello todo el texto del Nuevo Testamento partiendo de la idea a la palabra y de la palabra a la idea.
ÍNDICE DE PATRÍSTICA, LITERATURA JUDAICA, APOCALÍPTICA, TEXTOS APÓCRIFOS Y CÓDICES: Que aporta un acceso fácil de todas las fuentes citadas para analizar su vinculación con el texto del NT.
ÍNDICE DE PALABRAS HEBREAS GRIEGAS Y LATINAS: Partiendo de su transcripción fonética aproximada, para ver como se pronunciaban cuando se escribió el N.T.
BIBLIOGRAFÍA: Con una amplia selección de libros en español que se recomiendan como fuentes complementarias para el estudio, tanto de todo el N.T. como de cada libro en particular.
Preguntas frecuentes
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Información
Categoría
Theology & ReligionCategoría
Biblical CommentaryPRESENTACIÓN
Además de las citas abundantes de los clásicos griegos y latinos y universales a las que nos tiene acostumbrados, y de sus referencias a escoceses famosos como Sir James Y. Simpson, el descubridor del cloroformo, y Sir James Barrie, el de Peter Pan, y a los libros de actualidad en su tiempo, William Barclay nos introduce repetidas veces en la literatura rabínica tradicional sirviéndonos ejemplos abundantes en los que se muestra la encarnadura de Jesús en la cultura judía, dichos de los rabinos y sabios judíos a los que presenta tan positiva como negativamente a los escribas y fariseos, con viñetas tomadas de fuentes judías. En esto también recalca el interés de Mateo en presentar en el evangelio que iba dirigido especialmente a los judíos al Ungido Rey Que vino, no para anular, sino para cumplir el A.T. Pero para nosotros, estudiantes de la Palabra de Dios, este comentario nos abre los secretos del evangelio que presenta más sistemáticamente la enseñanza de Jesucristo, al haber sido escrito por alguien que poseyó el don de la enseñanza aun por encima de otros.
El traducir estos dos tomos ha sido para mí una experiencia renovadora que no puedo por menos de desear compartir con todos vosotros, mis condiscípulos. He revivido las clases interesantísimas y sumamente edificantes de William Barclay; pero, más aún, he recordado la experiencia que sufrió William Barclay el verano de 1956, cuando estaba escribiendo este comentario y perdió a su hija Bárbara al zozobrar la barca en que ella iba con unos amigos, la larga espera desesperada de William Barclay y esposa en Irlanda hasta que se encontró el cuerpo sin vida de su hija… experiencia a la que aludió después varias veces como su tempestad particular, testificando que «en la presencia de Jesús las más terribles tempestades se convierten en paz». Muchas de estas páginas llevan el ardor de las lágrimas de los ojos y la sangre del corazón doliente que, a partir de aquella experiencia, adquirió una nueva ternura para asumir y consolar el dolor de otros corazones atormentados. «A cada uno de nosotros nos suceden cosas en este mundo que no podemos entender; es entonces cuando la fe se pone a prueba hasta su último límite; y en tales momentos es dulzura para el alma recordar que Jesús también lo pasó en Getsemaní… Cada persona tiene su propio Getsemaní, y cada persona tiene que aprender a decir: “Hágase Tu voluntad…”» Y sobre el grito de Jesús en la Cruz, «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?»: «Puede ser que haya algo aquí —si podemos decirlo así— más humano. A mí me parece que Jesús no sería Jesús si no hubiera sondeado las simas más profundas de la experiencia humana. En la experiencia humana, en el transcurso de la vida, cuando las más amargas tragedias la invaden, hay momentos cuando nos parece sentir que Dios Se ha olvidado de nosotros; cuando estamos inmersos en una situación que sobrepasa nuestro entendimiento y nos sentimos abandonados hasta de Dios… Aquí vemos a Jesús sondeando las más negras profundidades de la situación humana, para que no hubiera ninguna de la que pudiéramos decir que Él no la pasó antes que nosotros… Aquí tenemos algo de valor incalculable. Jesús pasó por el abismo más insondable, y salió de nuevo a la luz. Nosotros también, si nos aferramos a Dios aun cuando parece que no hay Dios, manteniendo los restos de nuestra fe desesperada e invenciblemente, no cabe duda que la aurora romperá y saldremos victoriosos. El vencedor es el que se niega a creer que Dios Se ha olvidado de él aun cuando todas las fibras de su ser se sientan abandonadas. Vencedor es aquel que no deja que se le pierda nunca la fe, aun cuando sienta que ya ha perdido toda su base. Vencedor es el que se ha sumido hasta las profundidades, y todavía se aferra a Dios, porque eso es lo que hizo Jesús».
Alberto Araujo
INTRODUCCIÓN AL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
LOS EVANGELIOS SINÓPTICOS
Mateo, Marcos y Lucas se conocen generalmente como los Evangelios Sinópticos. Sinóptico viene de dos palabras griegas que quieren decir ver juntamente, y quiere decir por tanto lo que se puede ver juntamente. La razón de este nombre es la siguiente. Cada uno de estos tres evangelios hace un relato de los mismos acontecimientos de la vida de Jesús. Cada uno de ellos añade u omite algo; pero, hablando en general, sus materiales y distribución son los mismos. Por tanto es posible colocarlos en columnas paralelas para compararlos entre sí.
Cuando se hace eso, se ve claramente que existe la más íntima relación imaginable entre ellos. Si, por ejemplo, comparamos la historia de la alimentación de los cinco mil (Mateo 14:12-21; Marcos 6:30-44; Lucas 9:10-17) nos encontramos con exactamente la misma historia contada en casi exactamente las mismas palabras.
Otro ejemplo es la historia de la curación del paralítico (Mateo 9:1-8; Marcos 2:1-12; Lucas 5:17-26). Los tres relatos son tan parecidos que hasta un pequeño paréntesis —«dijo entonces al paralítico»— ocurre en los tres exactamente en el mismo lugar. La correspondencia entre los tres evangelios es tan considerable que no podemos evitar llegar a la conclusión de que, o los tres extrajeron el material de una fuente común, o dos de ellos se basaron en el otro.
EL PRIMERO DE LOS EVANGELIOS
Cuando examinamos el asunto más detenidamente vemos que hay razones para creer que Marcos fue el primer evangelio que se escribió, y que los otros dos, Mateo y Lucas, usaron Marcos como base.
Marcos se puede dividir en 105 secciones. De éstas, 93 secciones aparecen en Mateo y 81 en Lucas. De las 105 secciones de Marcos hay sólo 4 que no se encuentran ni en Mateo ni en Lucas.
Marcos tiene 661 versículos; Mateo tiene 1.068, y Lucas 1.149. Mateo reproduce no menos de 606 de los versículos de Marcos; y Lucas 320. De los 55 versículos de Marcos que Mateo no reproduce, Lucas reproduce 31; así que no hay más que 24 versículos en todo Marcos que no se encuentran ni en Mateo ni en Lucas.
No es solamente la sustancia de los versículos lo que se reproduce, sino hasta las mismas palabras. Mateo usa el 51 por ciento de las palabras de Marcos; y Lucas el 53 por ciento.
Como regla general, tanto Mateo como Lucas siguen el orden de los acontecimientos de Marcos. A veces uno de los dos se aparta; pero nunca están de acuerdo los dos en diferir de Marcos; siempre por lo menos uno de ellos sigue el orden de Marcos.
MEJORAS A MARCOS
Como Mateo y Lucas son los dos más largos que Marcos, se podría sugerir que Marcos es un resumen de Mateo y Lucas; pero hay otra serie de hechos que demuestran que Marcos es anterior. Mateo y Lucas tienen la costumbre de mejorar y corregir a Marcos, si podemos decirlo así. Vamos a fijarnos en algunos ejemplos.
Algunas veces Marcos parece limitar el poder de Jesús; por lo menos, algún crítico mal intencionado podría tratar de demostrar que eso es lo que hace. Aquí tenemos tres relatos del mismo incidente:
Marcos 1:34: Y sanó a muchos que padecían de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios;
Mateo 8:16: y con la palabra echó fuera a los demonios y sanó a todos los enfermos,
Lucas 4:40: y Él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.
Vamos a tomar otros tres ejemplos parecidos:
Marcos 3:10: como había sanado a muchos,
Mateo 12:15: y sanaba a todos,
Lucas 6:19: y sanaba a todos.
Mateo y Lucas cambian el muchos de Marcos por todos para que no quede ninguna sugerencia de que el poder de Jesucristo fuera limitado.
Hay un cambio similar en el relato de los acontecimientos de la visita de Jesús a Nazaret. Vamos a comparar el relato de Marcos con el de Mateo.
Marcos 6:5-6: No pudo hacer allí ningún milagro… Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos.
Mateo 13:58: Y no hizo allí muchos milagros debido a la incredulidad de ellos.
Mateo se resiste a decir que Jesús no pudo hacer ningún milagro; y cambia la expresión en consecuencia.
Algunas veces Mateo y Lucas omiten pequeños detalles de Marcos que pudieran tomarse como para minimizar a Jesús. Mateo y Lucas omiten tres afirmaciones de Marcos:
Marcos 3:5: Entonces, mirándolos con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones,
Marcos 3:21: Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderlo, porque decían: «Está fuera de Sí».
Marcos 10:14: Jesús, se indignó.
Mateo y Lucas se resisten a atribuir emociones humanas de ira e indignación a Jesús, y se rebelan a creer que nadie pudiera sugerir que Jesús estaba loco.
A veces Mateo y Lucas alteran ligeramente las cosas de Marcos para librarse de afirmaciones que podría parecer que muestran a los apóstoles en una luz negativa. No citamos más que un ejemplo, el de la ocasión en que Santiago y Juan trataron de asegurarse los puestos principales en el Reino venidero. Comparemos la introducción a esa historia en Marcos y Mateo:
Marcos 10:35: Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se Le acercaron y Le dijeron:
Mateo 20:20: Entonces de Le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante Él y pidiéndole algo.
Mateo se resiste a atribuirles motivos de ambición directamente a los dos apóstoles, y se los atribuye a su madre.
Todo lo dicho deja suficientemente claro que Marcos es el primero de los evangelios. Marcos hace una narración sencilla, clara y directa; pero Mateo y Lucas ya han empezado a sentir la influencia de consideraciones doctrinales y teológicas, lo que los hace más cuidadosos con lo que dicen.
LA ENSEÑANZA DE JESÚS
Ya hemos visto que Mateo tiene 1.068 versículos; y Lucas, 1.149; y que entre los dos reproducen 582 de los versículos de Marcos. Eso quiere decir que en Mateo y Lucas hay otros materiales que Marcos no suple. Cuando examinamos ese material nos encontramos con que más de 200 versículos de él aparecen casi idénticos en Mateo y Lucas. Por ejemplo, pasajes como Lucas 6:41s, y Mateo 7:3, 5; Lucas 10:21s y Mateo 11:25-27; Lucas 3:7-9 y Mateo 3:7-10 son casi exactamente iguales, respectivamente.
Pero aquí notamos otra diferencia. El material que Mateo y Lucas tomaron de Marcos era casi exclusivamente el que contenía hechos de la vida de Jesús; pero estos 200 versículos adicionales comunes a Mateo y Lucas contienen, no lo que Jesús hizo, sino lo que Jesús dijo. Es evidente en estos versículos que Mateo y Lucas están usando un libro de dichos de Jesús como fuente común.
Ese libro ya no existe; pero los investigadores le han asignado la letra Q que representa Quelle, que quiere decir fuente en alemán. Tiene que haber sido un libro extraordinariamente importante en su tiempo, porque sería el primer manual de las enseñanzas de Jesús.
LUGAR DE MATEO EN LA TRADICIÓN EVANGÉLICA
Aquí es donde nos encontramos con el apóstol Mateo. Los estudiosos están de acuerdo en que el primer evangelio, tal como ha llegado hasta nosotros no fue obra de Mateo. Uno que hubiera sido testigo presencial de la vida de Cristo no habría necesitado usar Marcos como fuente para la vida de Jesús como hizo Mateo. Pero uno de los primeros historiadores de la Iglesia, un hombre que se llamaba Papías, nos da este importantísimo detalle de información: «Mateo recogió los dichos de Jesús en lengua hebrea».
Así que podemos creer que no fue sino Mateo mismo el que escribió ese libro que había de ser la fuente a la que todos acudieran si querían saber lo que Jesús había enseñado. Y fue porque mucho de ese libro-fuente se incorporó en el primer evangelio por lo que se le adscribió el nombre de Mateo. Debemos estar agradecidos a Mateo siempre al recordar que es a él a quien debemos el Sermón del Monte y casi todo lo demás que sabemos de las enseñanzas de Jesús. Hablando en general, le debemos a Marcos nuestro conocimiento de los acontecimientos de la vida de Jesús, y a Mateo el de la esencia de la enseñanza de Jesús.
MATEO EL PUBLICANO
De Mateo mismo sabemos muy poco. Leemos de su vocación en Mateo 9:9. Sabemos que era publicano, y que sería un hombre intensamente odiado, porque los judíos odiaban a los miembros de su propia raza que se habían puesto al servicio de sus conquistadores. Considerarían a Mateo un colaboracionista.
Pero había un don que Mateo poseía. La mayor parte de los discípulos eran pescadores. Tendrían poco conocimiento y práctica en eso de reflejar palabras en un papel; pero Mateo sería un experto en ello. Cuando Jesús llamó a Mateo, que estaba sentado en el puesto de los tributos públicos, Mateo se levantó y le siguió dejándolo todo atrás menos una cosa: su pluma. Y Mateo usó noblemente su habilidad literaria para llegar a ser el primer hombre que compiló las enseñanzas de Jesús.
EL EVANGELIO DE LOS JUDÍOS
Veamos ahora las características principales del evangelio de Mateo para seguirlas atentamente cuando lo leamos.
En primero y principal lugar, Mateo es el evangelio que fue escrito para los judíos. Lo escribió un judío para convencer a los judíos.
Uno de los propósitos principales de Mateo es demostrar que las profecías del Antiguo Testamento se cumplieron en Jesús, y que por tanto Él tiene que ser el Mesías. Tiene una frase que resuena por todo el evangelio como un tema sinfónico: «Esto sucedió para que se cumpliese lo que fue dicho por el Señor por medio de los profetas». Esta frase aparece en el evangelio no menos de 16 veces. El nacimiento de Jesús y Su nombre fueron el cumplimiento de la profecía (1:21-23); también lo fue la huida a Egipto (2:14s); la matanza de los niños (2:16-18); el que José fijara su residencia en Nazaret y Jesús creciera allí (2:23); el uso que Jesús hizo de parábolas (13:34s); la entrada triunfal (21:5-11); la traición por treinta piezas de plata (27:9), y el echarse a suertes la ropa de Jesús cuando pendía de la cruz (27:35). El propósito primario y deliberado de Mateo es mostrar que las profecías del Antiguo Testamento tuvieron su cumplimiento en Jesús; que todos los detalles de Su vida fueron vislumbrados por los profetas, y así obligar a los judíos a reconocer que Jesús era el Mesías.
A Mateo le interesaban principalmente los judíos. La conversión de los judíos era lo que más anhelaba el corazón del escritor. Cuando la mujer siriofenicia busca Su ayuda, la primera respuesta de Jesús es: «Yo no soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel» (15:24). Cuando Jesús envía a los Doce al trabajo de evangelización, Sus instrucciones son: «Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos en entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel» (10:5s). Sin embargo no se ha de pensar que este evangelio excluye a los gentiles. Muchos vendrán de Oriente y Occidente a asentarse en el Reino de Dios (8:11). El Evangelio se ha de predicar a todo el mundo (24:14); y es Mateo el que nos da la gran comisión de la Iglesia: «Id y haced mis discípulos a todos los pueblos» (28:19). Está claro que el interés primario de Mateo son los judíos, pero prevé el día en que todas las naciones se incorporarán.
El judaísmo de Mateo también se ve en su actitud para con la Ley. Jesús no vino para destruirla, sino para cumplirla. Ni la parte más insignificante de ella debe omitirse. No hay que enseñar a nadie a quebrantar la Ley. La integridad de los cristianos debe exceder a la de los escribas y fariseos (5:17-20). Mateo lo escribió uno que conocía y amaba la Ley, y que veía que aún la Ley tiene su lugar en la economía cristiana.
Una vez más encontramos una aparente paradoja en la actitud de Mateo hacia los escribas y fariseos. Se les reconoce una autoridad especial: «En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo» (23:2). Pero al mismo tiempo es el evangelio que más seria y constantemente los condena.
El mismo principio nos encontramos en la salvaje denuncia de ellos que hace Juan el Bautista llamándolos raza de víboras (3:7-12). Objetaban a que Jesús comiera con publicanos y pecadores (9:11). Atribuía el poder de Jesús, no a Dios, sino al príncipe de los demonios (12:24). Conspiraban para eliminarle (12:14). Jesús advierte a sus discípulos contra la levadura de los escribas y fariseos, su mala enseñanza (16:12). Son como malas hierbas condenadas a ser desarraigadas (15:13). Son incapaces de leer las señales de los tiempos (16:3). Son los asesinos de los profetas (21:41). No hay capítulo en todo el Nuevo Testamento que contenga una condenación más violenta que Mateo 23, que no es una condenación de lo que enseñaban los es...
Índice
- Cubierta
- Página del título
- Derechos de autor
- Índice
- Prólogo a la edición española
- Mateo
- Marcos
- Lucas
- Juan
- Los Hechos de los Apóstoles
- La Epístola a los Romanos
- La Primera Epístola a los Corintios
- La Segunda Epístola a los Corintios
- La Epístola a los Gálatas
- La Epístola a los Efesios
- La Epístola a los Filipenses
- La Epístola a los Colosenses
- La Primera Epístola a los Tesalonicenses
- La Segunda Epístola a los Tesalonicenses
- La Primera Epístola a Timoteo
- La Segunda Epístola a Timoteo
- La Epístola a Tito
- La Epístola a Filemón
- La Epístola a los Hebreos
- La Epístola de Santiago
- La Primera Epístola de Pedro
- La Segunda Epístola de Pedro
- La Primera Epístola de Juan
- La Segunda Epístola de Juan
- La Tercera Epístola de Juan
- La Epístola de Judas
- El Apocalipsis
- Índice analítico de conceptos y personajes
- Índice de autores de patrística, autores de literatura judaica, apocalíptica, textos apócrifos, cánones y códices mencionados en el comentario
- Índice de palabras hebreas, griegas y latinas
- Bibliografía