Cómo preparar con éxito un concierto o audición

Técnicas básicas para dominar el escenario

Rafael García

• Editorial: Ma Non Troppo
• Año: 2017
• ISBN del libro electrónico: 9788499174471
• Categoría: Medios de comunicación y artes escénicas
• Categoría: Teoría y apreciación musicales

¿Cuál es la diferencia entre un buen concierto y una actuación rutinaria? La elección de un repertorio adecuado es importante, por supuesto, pero no lo es menos saber traspasar la información de una partitura al espectador. El libro de Rafael García nos habla sobre el estudio efectivo y sobre la manera adecuada de preparar una actuación musical. Y lo hace no únicamente desde el aspecto técnico sino que también lo realiza desde la perspectiva de la preparación mental, cuestiones ambas fundamentales para alcanzar un gran rendimiento sobre el escenario. Creencias sanas y emociones positivas. Cómo hacer fluir la música. Combatir la ansiedad escénica. Pensar mejor para actuar mejor. Interpretar con movimientos libres. Un concierto es un acto social en el que los músicos tratan de comunicarse con el público. En ocasiones esta comunicación puede verse mermada por una tensión excesiva, por un pensamiento amenazante, por un temblor incontrolado… Estos factores pueden condicionar la calidad del mensaje musical que el músico quiere transmitir. Muchas veces la formalidad de los conciertos en los diferentes estilos de música no invitan al optimismo. Pero no por ello el músico debe ver cada actuación como una amenaza sino como un reto positivo en la búsqueda de la excelencia y la comunicación. Este libro trata de dar las pautas sobre cómo conseguir mejorar la concentración en las sesiones de estudio y plantea líneas de superación ante las dificultades que puedan aparecer, fijando objetivos adecuados y realistas.

CÓMO PREPARAR CON ÉXITO UN CONCIERTO O AUDICIÓN

Contenido

Introducción

PRIMERA PARTE
Buscar la excelencia
Estudiar con eficacia
Las etapas de estudio de una obra
La motivación

SEGUNDA PARTE
El nivel de activación
Pensar mejor para actuar mejor
Libertad corporal y visualización
El desarrollo personal

Bibliografía

Agradecimientos

Créditos

INTRODUCCIÓN

El reto que plantea este libro tiene que ver con sentirnos capaces de comunicar con plenitud, y de obtener sobre el escenario un rendimiento musical que se ajuste o supere lo bien que lo podamos hacer en nuestra casa. Como iremos viendo a lo largo de los capítulos, entre los ingredientes para alcanzar actuaciones satisfactorias se encuentra: adoptar una mentalidad constructiva, ejercitar buenas estrategias, y desarrollar una enérgica motivación de logro. El objetivo principal consiste en sentirnos capaces de mantener nuestra energía plenamente orientada hacia la excelencia, tanto en el estudio como en las actuaciones.

El concierto es un acto social en el que el músico trata de comunicar con el público. Como todos sabemos sin embargo, la comunicación puede verse obstaculizada por múltiples interferencias: el temblor, la tensión muscular excesiva, los pensamientos descontrolados y amenazantes... Aunque el músico tenga mucho que decir y mucho que expresar, cómo lo dice y cómo lo expresa condiciona enormemente la calidad de su mensaje y por tanto el resultado final.

Afortunadamente son muchos los estudios y avances que la psicología del aprendizaje y del rendimiento han llevado a cabo en relación con preparar las actuaciones con mayores garantías. El paso inicial para conseguirlo tiene que ver con llegar al escenario con los deberes hechos. Es decir, habiendo realizado un estudio efectivo de las obras que van a ser interpretadas. En la primera parte del libro nos centraremos en cómo conseguir mejorar la concentración en las sesiones de estudio y en la importancia de plantear positiva y eficazmente la superación de las dificultades que aparecen. También aprenderemos a fijarnos objetivos adecuados y a comprometernos firmemente en su consecución, lo que también contribuirá a obtener considerables mejoras.

En la segunda parte nos centraremos en la preparación psicológica, adentrándonos en aquellos componentes que son necesarios para ganar confianza y seguridad en las actuaciones. Comenzaremos descubriendo cómo situarnos en niveles de activación físicos y mentales que nos permitan dar lo mejor de nosotros mismos y conseguir un control fluido en la interpretación. También aprenderemos a evaluar las actuaciones como un reto positivo en lugar de como una amenaza. Nuestros pensamientos y las creencias que tenemos sobre nosotros mismos y sobre las actuaciones serán decisivas para ello. La cita sobre el célebre cellista Gregor Piatigorski que aparece en uno de los capítulos lo refleja con claridad:

«Antes de un concierto me digo a mí mismo, ¡Grsicha, no estés nervioso, tu eres el gran Piatigorsky!. ¿Y eso ayuda? —Le preguntó un amigo. ¡No! ¡No creo en mí mismo!»

Grandes intérpretes como los pianistas Vladimir Horowitz y Clara Haskil, el cellista Pau Casals, el violinista Jehudi Menuhin o la cantante Maria Callas tuvieron que vérselas con verdaderos problemas de nervios ante sus actuaciones. Muchos estudiantes en conservatorios y escuelas de música comprueban también que en las audiciones, conciertos o exámenes rinden por debajo de su verdadero potencial, lo que genera frustración y desánimo.

Los últimos capítulos del libro están dirigidos precisamente a aportar más herramientas para conseguir minimizar las interferencias que aparecen en el escenario y maximizar las cualidades positivas de cada músico. La visualización de las actuaciones o el desarrollo de un control fluido del cuerpo son algunas de las más representativas. En el último capítulo veremos que las experiencias más allá del ámbito musical habitual representan también una inestimable ayuda. Como comenta la pianista Maria João Pires, el hecho de que la música clásica y los conciertos sean tan formales genera miedo de por sí. Las propuestas que figuran en este capítulo nos invitan a adentrarnos más allá de los límites del formato habitual de concierto: conoceremos experiencias con un planteamiento más desenfadado (La orquesta en el Tejado de Ara Malikian), con mayor significado social (el proyecto Musethica), o creativas (la improvisación libre). Veremos lo beneficioso de transferir dichas vivencias de libertad y disfrute de retorno a situaciones musicales más tradicionales.

Mediante referencias de numerosas investigaciones y enseñanzas de grandes intérpretes y pedagogos conoceremos información, propuestas y ayudas para emprender mejoras en nuestra preparación de las actuaciones. Mejorar la manera de estudiar nos aportará motivación y mayor seguridad sobre el escenario. Ejercitarnos psicológicamente para la actuación contribuirá a centrarnos más plenamente en la búsqueda de la excelencia y de la comunicación.

Aunque todavía queda mucha investigación por realizar en el campo del rendimiento interpretativo, confío en que reflexionar sobre el contenido y practicar las estrategias que aquí aparecen inicie un camino de mejora. Una positiva brecha por la que alcanzar actuaciones más satisfactorias, y un mayor disfrute al compartir la música con el público. Este ha sido mi propósito.

BUSCAR LA EXCELENCIA

Interpretar muy bien ... y en público

«No hay mayor dolor que el que lleva una historia no contada dentro de sí mismo.»

Maya Angelou

Los músicos que disfrutan de buenas experiencias en el escenario se sienten realizados porque son capaces de trasladar con éxito a la sala de conciertos aquello que han elaborado con muchas horas de práctica en su intimidad. La satisfacción de darlo todo y conectar con el público representa el final feliz de una exhaustiva preparación. Sin embargo, la experiencia de numerosos instrumentistas y cantantes muestra que alcanzar un rendimiento óptimo en audiciones, conciertos o exámenes, no es tan sencillo. Los pasajes que salían con precisión se desajustan incomprensiblemente, y la ausencia de control en la interpretación produce desazón e impotencia al no haber podido alcanzar el objetivo.

En la actividad musical existe un matiz importante. No sólo se trata de cantar o tocar muy bien un instrumento musical... sino que además es necesario hacerlo muy bien en público. La diferencia es considerable. Dar el cien por cien del verdadero potencial en una actuación se convierte en un reto que depende de numerosos factores. El equipo que conforman nuestra mente y nuestro cuerpo, que en casa funciona con precisión y fiabilidad, se altera sobre el escenario por infinidad de cambios en elementos tanto externos (iluminación, vestimenta, presencia de público...) como internos (nivel de activación muscular, pensamientos, respiración, procesos bioquímicos ...).

La preparación resulta incompleta cuando nos lanzamos directamente al escenario sin paracaídas. Estudiamos sin tregua las piezas que interpretaremos en una actuación, pero subestimamos un elemento clave en nuestra búsqueda de buenos resultados, las interferencias que surgen repentinamente en el escenario y que inciden en la ejecución:

• Lapsus de memoria.
• Sucesión incomprensible de errores que conducen a mayor nerviosismo.
• Temblor y sudoración en manos.
• Respiración entrecortada.
• Incremento de la tensión muscular.
• Falta de concentración.

Las interferencias “inesperadas”, ya sean de naturaleza física o psicológica suponen un verdadero hurto al potencial que lleva el músico al concierto, y representan además un obstáculo en la plena realización musical. El rendimiento desciende, al igual que la motivación.

Un acto social

Una sólida preparación técnica e interpretativa representa sin duda un requisito fundamental para alcanzar experiencias exitosas en público, pero no es sin embargo el único. Grandes intérpretes como Wladimir Horowitz o Glenn Gould disponían de un talento y una formación musical extraordinarios, pero aún así se vieron obligados a cancelar más de un concierto por no verse capaces de superar el intenso miedo al escenario. Puesto que no somos únicamente un cerebro con manos que tocan sobre un teclado, necesitamos ampliar nuestra visión de lo que incluye una buena preparación para las actuaciones. Las personas nos emocionamos y somos susceptibles de alterarnos ante determinadas circunstancias.

La connotación social de una actuación en público constituye un factor decisivo al respecto puesto que la ansiedad escénica mantiene una intensa relación con la llamada ansiedad social o interpersonal. La ansiedad social se caracteriza por la tensión, miedo o preocupación elevados en situaciones donde podemos ser potencialmente evaluados o juzgados por los demás. Cuando alguien está muy nervioso ante un acto público, su preocupación principal suele centrarse en la opinión que de él tendrán los demás. Lo que en el fondo preocupa a un músico o a un médico que en un congreso va a dirigirse a un auditorio abarrotado de colegas expertos, es la imagen que va a dar a los demás de sí mismo. Es decir, la imagen de competencia, valía, importancia, adecuación, y demás características que consideramos importantes y creemos que los demás tendrán de nosotros a partir de una actuación determinada.

Cuando este factor social condiciona negativamente el rendimiento en las actuaciones es el momento de reflexionar y de realizar cambios. Los mecanismos que utilizamos para hacer música sobre el escenario son a menudo diferentes a los que empleamos durante el estudio. Tanto la naturaleza de los procesos de pensamiento como los de la regulación de la conducta difieren considerablemente, y dan por tanto lugar a resultados diferentes.

Las circunstancias del estudio permiten ejercer mayor control sobre las acciones que realizamos.

Existen numerosos condicionantes durante la ac...

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