Cuarta parte
CONSULTA DEMOCRÁTICA
El trile del legal/ilegal
Tras el portazo del Congreso de los Diputados, cumplo con mi compromiso y doy la palabra a la sociedad vasca. Tras una reunión extraordinaria del Consejo de Gobierno, el 2 de febrero de 2005, anuncio la convocatoria de elecciones, que se celebrarán el 17 de abril. Se había culminado en la práctica la legislatura, cuyo límite legal era el mes de mayo, y se dejaba todavía hasta el 22 de febrero para terminar los trabajos parlamentarios pendientes, entre ellos la aprobación de la trascendental Ley Vasca para la Igualdad entre Hombres y Mujeres, la última ley que se aprobará en el Parlamento de la séptima legislatura.
En las elecciones de 2005 se cruzaron intereses mutuos que resultaban contradictorios, pero al tiempo complementarios, y que llegaron a unir a enemigos irreconciliables.
Se produjo un juego de trile electoral, en el que se mezclan los intereses del PP-PSOE y los derivados de las negociaciones que tenían abiertas el PSOE y el Gobierno socialista con Batasuna y ETA. PSOE, PP y Batasuna conjugados y unidos para evitar una mayoría absoluta del tripartito EAJ-PNV/EA/EB.
Nuestra postura frente a la Ley de Partidos era y es clara, consideramos que no debería existir, y hemos defendido, siempre, que la que debería estar en las urnas es –simplemente– Batasuna. A los partidos los legalizan, o ilegalizan, las ciudadanas y los ciudadanos con su voto.
Desde el 27 junio de 2002 estaba en vigor la Ley de Partidos y ya había sido aplicada en las elecciones municipales y forales del 25 de mayo de 2003, en las que se ilegalizaron las listas de Batasuna, con la esperanza, fallida, de que el frente PP-PSOE accediese al poder desalojando al nacionalismo democrático de los principales municipios de Euskadi y de las Diputaciones Forales. No lo consiguieron, salvo en media docena de municipios y en la Diputación Foral de Álava, en los que siendo la coalición EAJ-PNV/EA la fuerza más votada, se reparten esas instituciones entre PSOE y PP. La Diputación alavesa, por cierto, es entregada “sin contraprestaciones” al PP, por orden expresa y textual de Rodríguez Zapatero, el mismo día del llamado “tamayazo” en la Asamblea de Madrid.
De cara a las elecciones convocadas para el 17 de abril de 2005, el presidente Rodríguez Zapatero y el PSOE tienen dudas, temen una mayoría absoluta en el Parlamento Vasco de la coalición EAJ-PNV/EA más Ezker Batua. Y ante ese calculo electoral, toca jugar al trile con la Ley de Partidos. Tras ilegalizar la candidatura de Aukera Guztiak, abren el portillo a la presencia de unas siglas latentes de una fuerza inexistente, el Partido Comunista de las Tierras Vascas, PCTVEHAK.
Por lo que parece, la estrategia estaba organizada incluso antes de la convocatoria de las elecciones. El Lehendakari Ibarretxe anunció los comicios el 2 de febrero, dos semanas antes, el 19 de enero, dos diarios catalanes, La Vanguardia y El Periódico de Catalunya, en sus crónicas políticas recogían, citando a fuentes del PSOE y del PSE-EE-PSOE la posibilidad y la necesidad de las listas blancas.
En los próximos tiempos, el panorama puede sufrir vuelcos aún más espectaculares. En el PSOE cunde la idea de que, si bien la ilegalización de Batasuna fue conveniente en su momento, ahora sería necesario que pudiera acudir a las elecciones vascas para impedir la mayoría absoluta de Ibarretxe. Los socialistas hablan ya de listas blancas (con personas no ligadas directamente a Batasuna para evitar su impugnación). (El Periódico, 19-01-2005)
La estrategia de Zapatero coincide con la nueva línea del PSE de Patxi López: ni frentismo con el PP y ni seguidismo del PNV; más transversalidad. “El PNV ha vivido a costa de mantener caliente el banderín del conflicto vasco”. Desde esta lógica, el plan Ibarretxe subordina la izquierda abertzale a las iniciativas peneuvistas y mantiene el statu quo. Una ecuación: “A más ilegalización de Batasuna, más acumulación de fuerzas nacionalistas en el PNV, y viceversa…” (La Vanguardia, 19-01-2005)
Si Otegi condena la violencia y asimila su formación a una ERC, en el futuro podría sostener a un Gobierno socialista en Euskadi. De hecho, el rencor de los dirigentes de Batasuna hacia el PNV por no haberles echado un triste cabo para sacarles del ostracismo supera al que albergaba ERC contra una CiU que veía como prepotente. Parece un escenario difícil, pero cosas más extrañas se han visto. (El Periódico, 19-01-2005)
A Rodríguez Zapatero hay que reconocerle su habilidad. Consigue convencer al PP –que clama por la ilegalización absoluta de Batasuna– para que cierre los ojos, critique, pero deje hacer en beneficio del “perfeccionamiento de la alternativa”. “Rodríguez Zapatero nos engañó”, decía después en el Parlamento Vasco, con cierta amargura, María San Gil, la presidenta del PP vasco.
Y, al mismo tiempo, Rodríguez Zapatero usa esta baza dentro de la negociación que mantenía con Batasuna y con ETA. Eso explica, incluso, la propia existencia de las candidaturas de EHAK, que no olvidemos fueron toleradas tras ilegalizar, cual ofrenda propiciatoria, la lista ciudadana de Aukera Guztiak, que contaba con el soporte de muchos miles de firmas detrás. También en eso jugaban los intereses del PSOE y de Batasuna.
La indigna venganza contra Atutxa
Las elecciones se celebran el 17 de abril de 2005 con una participación bastante inferior al récord de 2001. La abstención sube diez puntos y llega al 32%. La coalición EAJ-PNV/EA, que encabeza Juan José Ibarretxe, obtiene la victoria electoral con el 38,67% de los votos emitidos, un total 468.117 votos, y 29 escaños, 4 menos que en la anterior legislatura. El Partido Socialista pasa a ser la segunda fuerza del Parlamento Vasco, con el 22,68% de los votos y 18 escaños, gana 5 con respecto a la anterior legislatura. La cruz de esta moneda es el Partido Popular, que habiendo perdido un año atrás el Gobierno en Madrid, baja en Euskadi proporcionalmente a lo que sube el PSOE; en la nueva Cámara cuenta con 15 escaños, 4 menos que en la anterior legislatura, al haber obtenido 210.614 votos, el 17,40%. La nueva marca de Batasuna, un desconocido y en la práctica inexistente Partido Comunista de las Tierras Vascas, EHAK por sus siglas en euskera, obtuvo 150.644 votos, 7.500 más que los que cuatro años atrás consiguió la lista que encabezaba Arnaldo Otegi; el grupo parlamentario de Ezker Abertzalea tendrá 9 electos, 2 más que la anterior legislatura. Ezker Batua se mantiene en 3 escaños con el 5,37%, de los votos emitidos. Aralar, partido de la izquierda abertzale implicado con la no violencia, escisión de Batasuna tras la ruptura de la última tregua, se estrenó en el Parlamento con una parlamentaria electa, gracias a los 28.180 votos recibidos. Las urnas recibieron 9.001 votos blancos y se produjeron 4.035 votos nulos.
La nueva composición de la Cámara muestra su primera visualización en la elección del presidente del Parlamento. Juan Mari Atutxa, presidente del Parlamento en las anteriores dos legislaturas, es propuesto de nuevo como candidato, pero es vetado por PSE-EE-PSOE, PP y el grupo parlamentario cercano a Batasuna. Incapaces de votar un candidato conjunto, bloquean la elección. Las votaciones se repiten, hasta la retirada de Juan Mari Atutxa, sustituido en la candidatura por Izaskun Bilbao, que es finalmente elegida presidenta del Parlamento.
Tras las elecciones de 2005 y antes incluso de la elección de Lehendakari y de la configuración del Gobierno, durante la elección de la Mesa del Parlamento se produce lo que, a mi juicio y para mí, ha sido uno de los episodios más negros de la política vasca de los últimos tiempos.
Es legítimo y democrático que los grupos parlamentarios decidan apoyar a uno u otro de los candidatos presentados, tanto para la Presidencia como para la Mesa de la Cámara, forma parte del juego político y parlamentario. Pero, en mi opinión, lo que resulta inaceptable es que se plantee un veto estrictamente personal al candidato a la Presidencia presentado legítimamente por la Coalición que había obtenido la mayoría democrática en las elecciones. No era aceptable que quienes decían abogar por un diálogo sin vetos y sin exclusiones iniciaran la legislatura planteando un veto personal a Juan Mari Atutxa.
En estos términos no se podía hablar de diálogo y de respeto, sino de una indigna venganza, política y personal, hacia una figura destacada en la defensa de los derechos humanos y que, junto con los miembros de la Mesa, Kontxi Bilbao y Gorka Knörr, se distinguió por defender la dignidad e independencia del Parlamento Vasco.
Es algo que no olvidaré jamás y que ha sido, seguramente, el peor trago de mi vida política, ya que tenía como víctima propiciatoria a Juan Mari Atutxa, una persona a la que quiero enormemente y que a lo largo de toda su vida ha sido un ejemplo de dignidad en lo político y humano. Sin embargo, recibió un trato vejatorio por parte de unos y otros. Del PP y del PSE-EE-PSOE, con motivo de su actuación al frente del Parlamento, por haber defendido la autonomía, reglamento y dignidad del Legislativo vasco, por lo que acusaban a Atutxa defender a Batasuna. Y por parte de Batasuna, que lo veía como una especie de supremo traidor de la causa vasca.
Paradójicamente era vetado por quienes no le perdonan su lucha contra ETA y por quienes no le perdonan su firmeza frente a la injerencia del Estado español en el Parlamento Vasco. Lo que no decían, ni unos ni otros, era que PP y PSOE necesitaban de Batasuna y que Batasuna necesitaba de PP y PSOE, unos y otros se necesitaban mutuamente para cargarse a Juan Mari Atutxa.
Y así llegamos al episodio más negro y grotesco de cuantos se hayan producido en los últimos tiempos contra una persona noble. Guardo, de verdad, un recuerdo atroz, siniestro, de aquel pasaje. Por la injusticia y la miseria política con la que jugaron PP, PSE-EE-PSOE y Batasuna, por razones diferentes y contradictorias, pero unidos en su actuación contra un hombre recto y bueno. Juan Mari Atutxa, persona honesta, como pocos, en la actuación política.
Así son las cosas. Habíamos visto a PP-PSOE y Batasuna haciendo un boicot al Parlamento Vasco, de los pocos que se habían producido en la época moderna de las instituciones vascas, con motivo de los Presupuestos de 2002, Y volvimos a verlos juntos, unidos, en otra acción miserable, para pasar factura a Juan Mari Atutxa. Desde el mundo de Batasuna no le perdonaban el trabajo que había hecho a favor de una Euskadi en paz y sin violencia, y desde PSOE-PP no le perdonaban su defensa de la existencia del Pueblo Vasco y del derecho a decidir.
Paz, normalización y progreso social
El 22 de junio de 2005 se celebra la sesión de investidura. El Lehendakari Juan José Ibarretxe se presenta, en su tercera elección, apoyado por una coalición de Gobierno compuesta por EAJ-PNV, EA y Ezker Batua. Con la paz, la normalización y el progreso social como ejes de su programa y con el compromiso de dar la palabra a la sociedad. Trascribo a continuación un extracto de la intervención del Lehendakari recogida en el Diario de Sesiones del Parlamento Vasco:
Presentamos un Gobierno de progreso con un triple objetivo: ser un agente activo en favor de un proceso de paz que desemboque en un final dialogado de la violencia. Contribuir decisivamente a alcanzar un Acuerdo de Normalización entre todos los partidos políticos, que sea ratificado por la sociedad vasca en una consulta democrática. Y, por supuesto, profundizar en el camino emprendido para convertir a Euskadi en un modelo de sociedad solidaria, equilibrada e integrada desde el punto de vista económico, cultura y social.
Estos tres ejes, la paz, la normalización y el progreso social, constituyen los pilares fundamentales del Acuerdo de Gobierno alcanzado por los partidos EAJ-PNV, EA y Ezker Batua-Berdeak, que hoy someto a la consideración de este Parlamento.
No nos presentamos con las manos vacías, sino con la garantía del cumplimiento de la palabra dada. Contamos con el aval del camino recorrido en la pasada legislatura.
A lo largo de estos últimos cuatro años, hemos dado respuesta a nuestro compromiso ético con la defensa de los derechos humanos y las libertades, liderando el firme posicionamiento de la sociedad vasca en contra de la violencia y del recorte de derechos civiles y políticos.
Hemos dado respuesta a nuestro compromiso democrático con el respeto a la voluntad de la sociedad vasca, materializando una Propuesta de Nuevo Estatuto Político de relación con el Estado español, aprobada por la mayoría absoluta del Parlamento Vasco.
Hemos dado, a su vez, respuesta al compromiso con la construcción social de Euskadi, desarrollando políticas de progreso que han permitido avanzar en la consecución de una sociedad más justa y solidaria.
Éste es el camino que hemos recorrido en la anterior legislatura. Creo, sinceramente, que la sociedad vasca ha avanzado notablemente en los tres ámbitos citados.
Ahora estamos a punto de abrir una nueva etapa, tenemos una nueva oportunidad.
Como candidato a lehendakari, y en nombre de la coalición de Gobierno que represento, les puedo garantizar que estamos dispuestos a aprovechar esta oportunidad.
Nuestro compromiso es ofrecer nuestra mano tendida a todas las fuerzas políticas vascas –tanto a las que están presentes en este Parlamento, como a las que, estando ausentes, cuentan con la legitimidad social de representar a una parte significativa de la sociedad vasca– para alcanzar, entre todos un acuerdo político para la normalización y la convivencia en Euskadi.
El 25 de junio, Ibarretxe era investido Lehendakari en Gernika. El mismo día anunciaba la composición de su nuevo Gobierno, el primero tras la aprobación de la Ley de Igualdad, en la que la paridad estaba más cerca, cinco mujeres al frente de los once departamentos con que contaba el nuevo Gobierno tripartito. Siete departamentos estaban adscritos al Partido Nacionalista Vasco, tres a Eusko Alkartasuna y uno a Ezker Batua. Vicepresidencia, Hacienda y Administración Pública: Idoia Zenarruzabeitia (EAJ-PNV). Interior: Javier Balza (EAJ-PNV). Industria, Comercio y Turismo: Ana Agirre (EAJ-PNV), que repetía al frente del Departamento, en enero de 2004 había sustituido a Josu Jon Imaz. Sanidad: Gabriel Inclán (EAJ-PNV). Cultura: Miren Azkarate (EAJ-PNV) Transportes y Obras Públicas: Nuria López de Gereñu (EAJ-PNV), novedad en el Gobierno. Agricultura y Pesca: Gonzalo Sáez de Samaniego (EAJ-PNV). Educación, Universidades e Investigación: Tontxu Campos (EA), también novedad en el Gabinete. Justicia, Empleo y Seguridad Social: Joseba Azkarraga (EA). Ordenación del Territorio y Medio Ambiente: Esther Larrañaga (EA). Vivienda y Asuntos Sociales: Javier Madrazo (EB). La consejera de Cultura, Miren Azkarate, continuaba con la responsabilidad de la Portavocía del Gobierno, que asumiera en enero de 2004 tras el nombramiento de Josu Jon ...