La representación externa y sus formas visuales y conceptuales
Como parte del proceso de esta investigación se han desarrollado distintas técnicas para la representación y la organización del conocimiento e información, entre las cuales se destacan el mapa conceptual de enfoque, mapa conceptual horizontal y el mediador hipertexto. Estas representaciones se desarrollaron apoyadas en la técnica creada por Novak conocida como mapa conceptual (1998; Novak y Gowin, 1984).
Aún cuando la relación entre las técnicas es evidente y estrecha, existen importantes diferencias con respecto a la función e intención de las representaciones que son construidas a partir de dichas técnicas.
El mapa conceptual, mapa conceptual de enfoque, mapa conceptual horizontal y el mediador hipertexto, son técnicas de representación que poseen, en mayor o menor medida, características comunes con otros sistemas de representación que también utilizan elementos conceptuales y visuales. Son sistemas de representación que utilizan elementos verbales, representados por palabras, y elementos visuales y espaciales, representados por elementos gráficos y su distribución en el plano.
El concepto de representación externa es una generalización que involucra una variedad de representaciones visuales y conceptuales, y otro tipo, como las maquetas o modelos a escala. La atención en este trabajo se dará a las de tipo visual-conceptual, con la aclaración que el aspecto funcional de algunas representaciones no se expresa únicamente en el plano del papel, sino también en la pantalla de la computadora y el sistema tecnológico y simbólico que ello conlleva.
Las representaciones visuales-conceptuales cobran dimensiones distintas al poder integrarse a estructuras hipertextuales, por lo que su función tiene al menos dos dimensiones, aquella que la hace elemento constitutivo del texto (hipertexto) y como interfaz que permite la navegación entre el hipertexto.
El concepto de representación externa permite reconocer funciones y características comunes o divergentes entre las distintas representaciones sometidas a análisis. Debe advertirse que el carácter visual de las representaciones, se refiere a un tipo de artefacto cultural cuya construcción depende de elementos gráficos distribuidos espacialmente en un plano, y por ello, se le considera como una representación de carácter gráfico.
La conceptualización de la representación externa visual-conceptual, requiere de tomar distancia de las aproximaciones de la percepción y sensación, ya que esta perspectiva implica un análisis que algunas de las veces requiere del desarrollo de una tipología que resulta redundante y de poco interés y utilidad para el tipo de análisis que se plantea en este trabajo. Así por ejemplo, Eisner (1994), opta por el enfoque de los sentidos y la percepción, para este autor las formas de representación pueden ser “auditivas, visuales, kinestésicas y gustatorias; manifestándose en la música, las artes visuales, la danza, el discurso, los textos, la matemática, etc.” (p. 36). Sin embargo como reconoce él mismo, las representaciones adquieren formas que conjugan distintas modalidades sensoriales, lo que hace posible considerar a la música, por ejemplo, como una forma representacional que puede ser percibida sensorialmente a niveles de lo táctil y visual. La “clasificación” sensorial de las representaciones deja de ser útil cuando se busca comprender artefactos complejos, por ejemplo un hipermedia, pues cualquier representación es producto o productora de procesos perceptivos-constructivos que involucran a distintos sentidos.
Implícitamente, la aproximación de Eisner, requiere de comprender la representación externa como resultado de un proceso de exteriorización de las representaciones internas, este acercamiento es común en la generalidad a otras propuestas teóricas y conceptuales. La particularidad a destacar en el planteamiento del autor es la consideración de que el proceso interno de representación, origina y determina el proceso externo de representación, y que siendo los procesos internos, dominados u originados por la experiencia sensorial, el proceso de exteriorización se ve determinado por los procesos naturales del sistema perceptivo. Esto conduce la discusión a un terreno de corte psicológico-cognitivo, cuyos aportes se limitan, la mayor parte de las veces, a comprender procesos discretos y fenómenos microcognitivos, como lo es precisamente la percepción.
En la línea de investigación sobre la percepción existen distintas aproximaciones: en el campo de las neurociencias, se encuentran trabajos en problemáticas clásicas como el reconocimiento de formas, imágenes, rostros, patrones, y otros elementos gráficos aislados. Este tipo de investigaciones requieren de una comprensión profunda de los órganos perceptivos, por ejemplo del ojo, y de cómo se traducen estos estímulos recibidos por el órgano ocular en señales nerviosas y su interpretación por el cerebro. Dada esta perspectiva, resulta imposible plantear, como problema, la lectura de un texto, en vez de ello, puede plantearse el estudio del proceso de reconocimiento de los grafos alfabéticos y los procesos motores involucrados en el músculo ocular, y demás explicaciones por el estilo. Muchas de estas investigaciones soportan sus hallazgos en metodologías de corte experimental y han comenzado incluir técnicas avanzadas de imagen cerebral.
Este trabajo propone el proceso de lectura y escritura de las representaciones externas como un proceso interpretativo (Aguilar Tamayo, 2004; Padilla Arroyo, Aguilar Tamayo y Nájera, 2003), mediado y exteriorizado por artefactos culturales como el mapa conceptual, mapa conceptual de enfoque o mediador hipertexto. Algunas de las características de estas representaciones pueden ser indagadas a través del análisis de su técnica de elaboración, el soporte tecnológico que requieren y el contexto de prácticas sociales y culturales en el que se dan. La aproximación perceptiva, se preocupa por aspectos más discretos o parciales del proceso de interpretación, y no se indaga la lectura sino el cómo se ve una imagen (representación). La construcción de las representaciones, en esta última perspectiva, se considera como parte de un proceso de operación de signos y no como un proceso más amplio de creación o pensamiento.
Debido a los límites del análisis de la percepción y la sensación, el propio Eisner (1994) introduce otros conceptos que refieren a otra clase distintas de teorías. Trasforma el concepto de formas de representación (asociado primeramente a las modalidades sensoriales), a dispositivos con la función de exteriorizar las concepciones internas transformándolas en públicas (p. 65). Así, una “forma de representación equivale a elegir la manera de concebir el mundo y también a elegir la manera en que se lo representará públicamente” (p. 69).
Eisner abandona, por momentos, las restricciones sensoriales para considerar los límites culturales de las representaciones, de esta forma la sensación o percepción se transforman, de una programación biológica, a una construcción guiada culturalmente, limitada y potenciada, por un sistema biológico de base. La capacidad expresiva de una concepción interna depende de la relación entre el sistema simbólico a utilizar y el dominio de la persona sobre las técnicas y herramientas que le permiten construir una determinada representación en dicho sistema simbólico.
Esta última aproximación de Eisner es interesante, en sus rasgos más generales, coincide con el planteamiento en este trabajo y con otros autores que plantean argumentos distintos al del fundamento sensorial de la lectura, creación e interpretación de la representación externa (Martí, 2003; Pozo, 2003). El principio sensorial se desvanece cuando se pretende explicar aspectos más complejos de la construcción e interpretación de las representaciones.
La discusión sobre los sentidos tiene un marco histórico y filosófico más amplio que ha trascendido, implícitamente y/o explícitamente, a muchas de las aproximaciones, algunas discutidas en este trabajo, pero como Simone (2001) advierte, el resultado de la discusión sobre la jerarquía de los sentidos y el papel de estos en la adquisición del conocimiento, dejan fuera o no advierten, que ciertos artefactos culturales y sus funciones cambian constantemente el papel o jerarquía de dichos sentidos. Simone toma como caso paradigmático la escritura.
Las funciones de la escritura y de otros sistemas de representación externa permiten comprender otros procesos interfuncionales en la comprensión e interpretación, como lo es el razonamiento y uso de mediadores para la resolución de problemas (Kozulin, 1999; Vigotski, 2007; Wertsch, 1993).
El énfasis en este libro, más que la comprensión de los sentidos, se pone en el concepto de representación externa y sus funciones en el proceso de construcción y representación del conocimiento, que implica necesariamente procesos interpretativos.
La reconstrucción o construcción de las funciones de las representaciones visuales-conceptuales requiere de considerar los procesos sociales, culturales y humanos de construcción de conocimiento y su representación. El elemento conceptual, en las representaciones que se analizan se presenta de distintas formas, desde el aspecto más general, como pueden ser los convencionalismos gráficos, social y culturalmente aceptados, a aquellos convencionalismos que provienen de un conocimiento especializado que permiten interpretar las expresiones gráficas de las representaciones como representaciones de jerarquía, secuencia o narrativa. Es por ello que, el aspecto conceptual de las representaciones, sean elementos gráficos o palabras, son parte de conocimientos socialmente distribuidos. Esto último hace posible una lectura e interpretación de las representaciones en varios niveles, con elementos cotidianos y/o especializados según sea el caso. Este proceso interpretativo establece una relación entre el signo gráfico y una red de conceptos sociales y culturales.
Diversos autores utilizan el concepto de cognición distribuida para explicar la red compleja de relaciones, mediadores y/o artefactos culturales cuya presencia en un campo, o actividad, sirven en algún momento para el apoyo de procesos cognitivos, razonamiento o toma de decisiones. Ejemplo de esto...