Estética de las imágenes y sus representaciones sociales

María Cristina Ríos Espinosa

• Editorial: Bonilla Artigas Editores
• Año: 2016
• ISBN del libro electrónico: 9786078450015
• Categoría: Arte
• Categoría: Teoría y crítica del arte

En el libro Cuadernos Amest # 3 titulado "Estética de las imágenes y sus representaciones sociales" se presenta un estudio de la incidencia de las formas estéticas en diversas expresiones culturales y amplía el acercamiento a las formas sensibles en las sociedades contemporáneas.La pertinencia del texto es presentar, desde diversas especialidades disciplinares, la posible decodificación de estas imágenes con el fin de liberar la experiencia de los sujetos, desde la puesta en cuestión del mundo de la representación social a través de las imágenes que consumimos diariamente.¿Hasta qué punto podemos desatar la experiencia estética de los individuos inmersos en una sociedad posmoderna que conquista su vida y sus imaginarios? ¿En qué medida una imagen considerada ya como una fragmentación de lo real, con su correspondiente propuesta de significación ayuda a la reconstrucción constante de nuestra subjetividad social? ¿De qué manera esta posibilidad de conformar alternativamente la percepción de la realidad nos permite adueñarnos de lo humano de la vida? ¿Cómo recuperar nuestras subjetividades mediante la estética de las imágenes y sus representaciones sociales? Estas son algunas de las problemáticas que se tratan en los ensayos de este libro.

II. Mutaciones estéticas

Estética de la disipación

Katya Mandoki 1

Por lo necesario entiendo no sólo las mercancías que son indispensables y necesarias para el mantenimiento de la vida,
sino todo aquello que las costumbres de un país
consideren indecente que las personas acreditables carezcan, e incluso del orden más bajo.

Adam Smith

Resumen. Basado en los descubrimientos de Malinowski (1922) del ritual del kula y la circulación de bienes, Mauss encontró una variedad de costumbres de intercambio de regalos entre grupos de diversas partes del mundo desde ritos de reciprocidad obligatoria. Señala que estas ceremonias se realizan en ocasiones especiales tales como bodas, circuncisiones, nacimientos, enfermedades, o rituales de pasaje que suponen no solamente obsequiar objetos preciosos y raros sino la dilapidación de bienes. ¿Por qué dilapidarlos y no distribuirlos? La respuesta parece estar en el concepto de hau y su relación con el concepto benjaminiano de ‘aura’ que analizaremos en el contexto del gasto y circulación de bienes a fin de ubicar estas funciones culturales en su dimensión estética, desde una perspectiva pragmática y evolucionista.

Palabras clave: distribución, estética, hau, aura, Mauss, potlatch, gasto, ostentación, Benjamin

Abstract. Based on Malinowski’s (1922) findings on kula ritual and the circulation of goods, Mauss found a variety of ways to exchange gifts among groups from around the world within mandatory reciprocity rituals. These ceremonies are performed on special occasions such as weddings, circumcisions, births, illnesses, or rites of passage involving not only gifts of rare objects but the squandering of assets. Why squander rather than distribute them? The answer appears to lie in the relation of the concept of ‘hau’ with Benjamin’s concept of ‘aura’ which we will analyse in the context of expenditure and circulation of goods in order to locate these cultural functions in their aesthetic dimension from a pragmatic and evolutionary perspective.

Keywords: distribution, aesthetics, hau, aura, Mauss, potlatch, expenditure, ostentation, Benjamin

El hau y el aura de las cosas

Existen cuatro formas de hacer frente al exceso material de producción en una comunidad o sociedad: la acumulación, destrucción, distribución y disipación.2 La acumulación es la norma en sistemas tributarios y esclavistas, así como en la sociedad capitalista. En la destrucción, como el dumping, los bienes se desechan sin más a la basura y en secreto. La forma más razonable y ética de ocuparse de los excedentes en un contexto de desigualdad social es obviamente la distribución. Sin embargo, los antropólogos no han encontrado evidencia de sociedades de distribución equitativa de recursos, mientras que las otras tres formas de ocuparse del exceso son muy frecuentes. ¿Por qué?

La disipación siempre se exhibe y se realiza públicamente. Puede haber escasez de recursos como en barrios de Xochimilco e Iztapalapa o en las tribus de tlingit y häida, pero las ceremonias de disipación en el potlatch y mayordomía son infaltables. ¿Por qué la dimensión estética aparece siempre relacionada con estos procesos? Cuatro autores trataron la idea del exceso pero apenas mencionan tangencialmente la estética: Thorstein Veblen, Marcel Mauss, Georges Bataille y Amos Zahavi. Nos ocuparemos aquí sólo de uno: Mauss.

Basado en los descubrimientos de Malinowski en 1922 sobre los habitantes de las islas trobriandesas y el ritual del kula que reguló la circulación de regalos, Mauss encontró una variedad de costumbres de intercambio de regalos entre grupos en diversas partes del mundo (el noroeste americano y las Rocallosas, Polinesia, Malasia, Papua, Sudamérica y Nueva Zelanda) que mantenían ritos de reciprocidad obligatoria. Señala que estas ceremonias se realizan en ocasiones especiales tales como bodas, circuncisiones, nacimientos, enfermedades, o pubertad y supone no solamente obsequiar objetos preciosos y raros sino la dilapidación de bienes. Esta destrucción consiste en lanzar artefactos de cobre al mar, quemar manteca de cerdo, destruir canoas y prenderle fuego a la casa del jefe y en ocasiones incluso incendiar la aldea completa. El objetivo de estas ceremonias es impresionar al grupo rival para alcanzar honor y prestigio y, en el caso maorí, generar la fuerza del mana, un poder mágico o espiritual según la religión de este grupo.

Esta ceremonia fue designada con el término del chinuk potlatch, que quiere decir “consumir” o “alimentar”. Como Mauss (1990: 6) insistió, tales ceremonias de intercambio nunca son voluntarias: hay una obligación de reciprocidad en intercambiar los regalos por otros de igual o mayor valor. La intención del potlatch es expresar gratitud a los seres humanos o divinos, inspirar respeto y establecer una posición en la comunidad para obtener y mantener el estatus, una necesidad que obedece al proceso evolutivo. La reciprocidad, como el estatus, es un rasgo presente en especies que viven en grupo, como el acicalamiento mutuo de los chimpancés o la regurgitación de sangre entre los murciélagos, que puede hallarse aún en aves e himenópteros como abejas y hormigas (Whiten, Goodall et al., 1999; de Waal, 1995).

Mauss inició una investigación en economía y terminó con una investigación en moralidad. Le interesaba comprender el código detrás de esta reciprocidad obligatoria: “¿Qué regla de legalidad y de interés propio, en sociedades de tipo arcaico, obliga a que el regalo que se ha recibido deba ser obligatoriamente reciprocado? ¿Qué poder reside en el objeto dado que hace que su receptor deba pagar algo a cambio?” Mauss (1990: 3) implica en la segunda pregunta una respuesta parcial a la primera (“qué poder reside...”): es la creencia en que hay un poder en los objetos que actúa sobre la gente y la obliga a reciprocar los regalos. Este poder es el hau o el espíritu de las cosas, que puede retener parte del alma de su hacedor y ser destructivo si no se reconoce. Los maoríes llaman hau a este espíritu que se aferra a un objeto cuando cambia de propietario; por lo tanto uno debe relacionarse con esta presencia concreta de los objetos cuando los introduce en el hogar.

Mauss explica que el hau existe también en las propiedades personales y en la naturaleza e influye en las acciones de las personas. Desde un punto de vista contemporáneo, la idea del hau parece mera superstición, sin embargo en nuestra cultura se prohíbe regalar un regalo recibido, como si traicionáramos así al espíritu del donador adherido al regalo. Si se tratara simplemente de un objeto, tal prohibición carecería de base, pero el regalo es energía cuajada que aportó el productor en su trabajo y el donador en su búsqueda, selección, compra y afecto. Esto nos conduce a comparar el sentido maorí del hau con lo que Walter Benjamin (1968: 217-251) denominó el ‘aura’ en la obra de arte. Su tesis de la pérdida de aura en el arte de la época de reproductibilidad mecánica podría ser aplicada también a explicar su relación al hau. La fetichización según Marx (1906: 81-96) resulta de borrar el trabajo del productor en la fabricación industrial del objeto, es decir, toda huella de hau, lo que impide a los trabajadores reconocerse en el producto de su trabajo y a los compradores apreciarlo como tal. Por otro lado, la creencia en el aura ha sido explotada por la publicidad que ahora simula pseudo-aura fabricada para las mercancías. El aura de Catherine Deneuve se vende en un frasco de Chanel y el de Michael Jordan en los zapatos Adidas o Nike.

En la matriz artística, Marcel Duchamp elige un objeto industrial y anónimo como es un urinal, totalmente no aurático y lo declara obra de arte al firmarla “R. Mutt 1917”. Este urinal llega a ser único y diferente a los millares de la misma serie porque ahora posee el hau que le confirió el artista con su firma y por ende adquiere aura (aunque existen varios urinales firmados por Duchamp). Para Duchamp, la autoría es un acto performativo al conferir sobre un objeto cualquiera el estatus de obra de arte por mero capricho y mucho ingenio.

Otro caso de la producción occidental contemporánea del hau es el llamado car art. Andy Warhol, Roy Lichtenstein, Robert Rauschenberg y David Hockney, entre otros, convierten cada cual un auto BMW, costosa pieza de maquinaria, en una obra de arte aún más costosa y bastante menos útil. Estos vehículos deben ahora ser embalados y transportados cuidadosamente para terminar inmóviles exhibidos en salas de museos como obras de arte. Entre un automóvil común y el car art, la diferencia es el hau del artista que lo pintó. Este espíritu que exige la reciprocación en sociedades arcaicas, en las modernas justifica un precio exorbitante sin relación a la cantidad de trabajo invertido o cualquier ventaja práctica derivada del objeto. La clara distinción entre “valor de uso” de un automóvil para transportarse y “valor de cambio” resulta más que útil, en particular con la puntualización de Baudrillard (1991) sobre el valor de cambio signo. Los precios increíblemente altos que se pagaron por el vestido de Marilyn Monroe en una subasta es otra prueba de la atracción occidental por el hau de los objetos.

Toda clase de instituciones son expresadas al mismo tiempo y en una sola –religiosa, jurídica, y moral–, que se relaciona tanto con la política como la familia; asimismo la economía que supone formas especiales de producción y de consumo, o más bien de realizar servicios totales...

Índice

• Portada
• I. Estética de la imagen
• II. Mutaciones estéticas