
eBook - ePub
Dando cuenta
Estudios sobre el testimonio de la violencia política en el Perú (1980-2000)
- 370 páginas
- Spanish
- ePUB (apto para móviles)
- Disponible en iOS y Android
eBook - ePub
Dando cuenta
Estudios sobre el testimonio de la violencia política en el Perú (1980-2000)
Descripción del libro
Análisis de los testimonios sobre la violencia política en el Perú que permiten una reflexión crítica sobre nuestra historia reciente y sus complejos vínculos con la situación actual.
Este libro es una incursión en el archivo de los testimonios sobre la violencia política ocurrida en el Perú entre los años 1980 y 2000, material fundamental y poco estudiado hasta la fecha. El archivo está constituido principalmente por los casi 17 000 testimonios que recopiló la Comisión de la Verdad y Reconciliación (2001-2003), disponibles al público en el Centro de Información para la Memoria Colectiva y los Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo. Estos testimonios constituyen un espacio único para conocer las versiones no escuchadas sobre esta época de nuestra historia, pues son narrativas de nuestro pasado que en gran medida no han sido incorporadas a nuestra memoria colectiva. Una lectura cuidadosa y exhaustiva de los testimonios de este archivo, desde una perspectiva interdisciplinaria y en diálogo con el pensamiento teórico contemporáneo, permite que los autores de esta compilación de ensayos nos ofrezcan herramientas valiosas para una reflexión crítica sobre nuestra historia reciente y sus complejos vínculos con la situación actual.
Preguntas frecuentes
Sí, puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento desde la pestaña Suscripción en los ajustes de tu cuenta en el sitio web de Perlego. La suscripción seguirá activa hasta que finalice el periodo de facturación actual. Descubre cómo cancelar tu suscripción.
Por el momento, todos los libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Perlego ofrece dos planes: Esencial y Avanzado
- Esencial es ideal para estudiantes y profesionales que disfrutan explorando una amplia variedad de materias. Accede a la Biblioteca Esencial con más de 800.000 títulos de confianza y best-sellers en negocios, crecimiento personal y humanidades. Incluye lectura ilimitada y voz estándar de lectura en voz alta.
- Avanzado: Perfecto para estudiantes avanzados e investigadores que necesitan acceso completo e ilimitado. Desbloquea más de 1,4 millones de libros en cientos de materias, incluidos títulos académicos y especializados. El plan Avanzado también incluye funciones avanzadas como Premium Read Aloud y Research Assistant.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¡Sí! Puedes usar la app de Perlego tanto en dispositivos iOS como Android para leer en cualquier momento, en cualquier lugar, incluso sin conexión. Perfecto para desplazamientos o cuando estás en movimiento.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Sí, puedes acceder a Dando cuenta de Francesca Denegri, Alexandra Hibbett, Francesca Denegri,Alexandra Hibbett en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Política y relaciones internacionales y Terrorismo. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.
Información
III. Violencia del estado de excepción normalizado
Una lectura crítica de la memoria emblemática de la CVR desde los testimonios de la masacre de Lucanamarca
Rafael Ramírez Mendoza
En un artículo aparecido un año después de la entrega pública del Informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), Ponciano del Pino se preguntaba por qué la muerte de ocho periodistas en Uchuraccay había logrado «trascender y alcanzar reconocimiento» mientras no había sucedido lo mismo con los eventos de Lucanamarca (2004, p. 12)126. Del Pino aludía al asesinato de 69 personas el 3 de abril de 1983 en el distrito de Santiago de Lucanamarca, provincia de Huancasancos, departamento de Ayacucho, perpetrado por Sendero Luminoso (SL) en venganza por la muerte de Olegario Curitomay, mando senderista de la zona. Estos hechos, a pesar de su gravedad, no habían pasado de ser recuerdos aislados, ya que si bien fueron registrados en tiempo real por la prensa, no fueron asimilados por la memoria colectiva peruana127. Hoy, diez años después, la pregunta que se hizo Del Pino ha envejecido: en el nuevo escenario de las batallas por la memoria, Lucanamarca se ha convertido en uno de los ejemplos más citados para ilustrar el carácter de la violencia senderista. Cabe examinar entonces cómo se configuraron los nuevos alcances de los sucesos de Lucanamarca y por qué se eligió esa masacre para librarla de su insignificancia anterior, y no otra(s) de las más de 215 registradas por la CVR en las que SL actuó como el agente agresor128.
1. Volver a Lucanamarca
La elección de los eventos de Lucanamarca fue fundamental para la construcción de la nueva memoria nacional propuesta por la CVR no solo porque hacía viable establecer las responsabilidades penales de la tragedia gracias a las implicaciones jurídicas de la confesión del líder senderista Abimael Guzmán129, sino también por la fuerza retórica del evento: la brutalidad de los hechos (relacionada con la cantidad extrema de víctimas mortales, el asesinato indiscriminado de niños y mujeres y el uso de armas blancas en el ataque) sostuvo la construcción de un nuevo relato de condena de la violencia que serviría de marco ético para recordar130. En consecuencia, esta masacre, convertida en la masacre por antonomasia, permitiría ilustrar de forma particularmente intensa el carácter totalitario y genocida de Sendero, condensando en ella a través de una sinécdoque los casos de otros asesinatos rurales, y serviría para catapultar una memoria colectiva en ciernes en que la víctima de SL y su sufrimiento ocuparan un lugar central. De este modo, el macrorrelato de la CVR construido a partir de Lucanamarca trataba de dejar atrás un imaginario del conflicto armado interno en el que campesinos primitivos se enfrentaban a terroristas brutales (por ejemplo, el «Informe sobre Uchuraccay»), y se generó una nueva narrativa nacional —vigente hasta hoy, aunque en competencia con otros discursos— que no solo mantiene la imagen sanguinaria de Sendero Luminoso, sino que la profundiza, a la vez que rescata a los campesinos andinos, quienes dejaban así de ser bárbaros o primitivos, para pasar a ser víctimas.
Al valorar el aporte fundamental de la CVR a la comprensión del conflicto y especialmente el recojo de casi 17 000 testimonios en todo el país, es visible que este ensayo afirma la necesidad de implementar una nueva memoria emblemática que tome el Informe final como punto de partida para continuar la importante tarea de poner en el centro de la reflexión las silenciadas voces de los hombres y mujeres que durante y después del conflicto vivieron situaciones de violencia extrema o sus consecuencias. En ese sentido, las líneas que siguen desarrollan una lectura crítica que pone en diálogo el marco para recordar propugnado por la CVR con su acercamiento al caso Lucanamarca, teniendo en cuenta que la Comisión entretejió una verdad perfectible, y no una narrativa monolítica de los hechos, tal y como se afirma en la Introducción de su Informe:
‘Verdad’ es un relato perfectible […] Proponemos una narración que, al recuperar nuestra memoria como país, se proyecta hacia el futuro, y debe por eso ser continuada y enriquecida con la participación de la sociedad civil, el Estado y los organismos que habrán de crearse para vigilar el cumplimiento de las recomendaciones del Informe. Lo importante es que el relato contiene en él mismo los criterios que permiten su perfeccionamiento constante; consideramos que habrá lugar en él siempre para acoger nuevos testimonios de víctimas aún desconocidas, así como nuevas perspectivas de análisis o de crítica que contribuyan a su reescritura continua (2003a, tomo I, p. 34, énfasis mío).
En resumen, propongo que, a pesar de haber impulsado desplazamientos positivos del imaginario nacional, la memoria colectiva promovida por la Comisión continúa marginando las voces de algunos pobladores de Lucanamarca, a pesar de situar a otros como protagonistas principales en su papel de víctimas de la violencia. En los apartados siguientes mostraré cómo la CVR no incorpora en su discurso las voces de los lucanamarquinos que no encajan en su gran relato, expresado especialmente en las Conclusiones de su Informe final y en la versión abreviada de este, titulada Hatun Willakuy. Esto debido a que la nueva narrativa nacional propuesta por la Comisión creó una imagen de la población andina acorralada entre dos fuegos, el de SL y el de las Fuerzas del Orden, idea que implica papeles fijos de perpetrador, víctima o testigo. En consecuencia, la imagen global del ataque es la de un evento en el que se puede diferenciar a las víctimas lucanamarquinas de unos senderistas externos «[d]ispuestos a todo contra civiles desarmados» (Comisión de entrega de la CVR, 2004, p. 133)131.
Estudiar los testimonios de Lucanamarca es importante para mostrar que la macronarrativa propuesta por la CVR es insuficiente para entender lo que Primo Levi llamó la zona gris, vale decir, los actores y acciones en los que las fronteras entre víctima y victimario se difuminan y los roles hasta se intercambian; espacios en que el colaboracionismo o la oscilación fueron la norma. Las limitaciones de la dicotomía víctima-victimario ya fueron señaladas por Kimberly Theidon:
Enfatizamos que el conflicto armado fue entre Sendero Luminoso, las Fuerzas Armadas y los campesinos mismos. Sin negar las presiones ejercidas tanto por los cabecillas de Sendero cuanto por las fuerzas armadas, la idea de «estar entre dos fuegos» no nos ayuda a entender la violencia brutal que involucró a pueblos enteros ni que había un tercer fuego, compuesto por los mismos campesinos [...] La naturaleza fratricida del conflicto armado interno implica que en cualquier comunidad viven ex senderistas, simpatizantes, viudas, licenciados, huérfanos [...]; es un paisaje social volátil; una mezcla de víctimas, perpetradores y aquel segmento significativo de la población que borra la dicotomía anterior (2004, p. 20, énfasis mío).
Al estudiar las pugnas por decidir qué piezas corresponden al engranaje de la memoria colectiva peruana, el objetivo de este trabajo es hacer patente la necesidad de rescatar del olvido las voces testimoniales de la zona gris, y señalar la importancia de empezar a pensar un nuevo marco de comprensión de la violencia que las articule con los testimonios de las víctimas ya asimilados por la memoria colectiva propuesta por la CVR, y que de esta forma sean incluidas la totalidad de las memorias subterráneas de la tragedia en un narrativa más abarcadora y precisa132.
Con ese fin, en el próximo apartado trataré de desmontar las diferentes prácticas discursivas y acciones de la CVR en sus intentos por crear un gran relato nacional sobre el conflicto armado interno, para lo cual plantearé que su lectura de Lucanamarca constituyó parte fundamental de una narrativa que enfatiza el sufrimiento intenso de las víctimas a manos de sus victimarios, discurso que degeneró en un marco rígido de procesamiento de memorias sueltas. En esa sección también expondré algunas inconsistencias del Informe final respecto al caso Lucanamarca, relacionadas con el supuesto papel que jugó Hildebrando Pérez Huarancca en la masacre.
Por otra parte, en el subsiguiente apartado sustentaré la necesidad de que la memoria colectiva peruana deje atrás el imaginario de la población civil como víctima atrapada entre dos fuegos, al realizar un contrapunto entre ese macrodiscurso y un análisis de testimonios de diferentes pobladores del distrito ayacuchano133. Se señalará, a través de las voces de los lucamarquinos, cómo la labor de la CVR no logró crear presión social para que los sobrevivientes reciban reparaciones de manera oportuna, y, más aún, cómo el proceso de memorialización promovido por la Comisión provocó que la condición de estigmatizados de familiares de senderistas o de sujetos de la zona gris se agudizara, lo cual impidió una reconciliación real. Esto me permitirá mostrar que la complejidad del caso Lucanamarca puede servir como punto de partida para crear una nueva memoria emblemática en la que quepan las hasta ahora inaudibles voces de los sujetos escindidos que vivieron el conflicto oscilando entre diversos mandatos sociales —cívicos, militares, insurgentes, patrióticos, locales, familiares— en un momento de exacerbada violencia.
2. La CVR y la emblematización de Lucanamarca
Como señalara Del Pino en 2004, durante varios años la masacre de Lucanamarca no revistió mayor trascendencia discursiva para la memoria histórica peruana134. Sin embargo, a pesar del olvido relativo de la opinión pública, Luca...
Índice
- Agradecimientos
- Prólogo
- El recordar sucio: estudio introductorio
- I. Violencia sexual y de género
- II. Violencia del simulacro
- III. Violencia del estado de excepción normalizado
- IV. Violencia militar y el reverso sombrío de la ley
- V. Desde los márgenes del testimonio