Capítulo 1
CONTEXTOS. HERRAMIENTAS PARA APROXIMARSE
AL PACÍFICO SUR COLOMBIANO
Delimitación y características generales
Colombia ha sido usualmente comprendida a partir de su división en cinco regiones: Andina, Atlántica, Llanos Orientales, Amazonia y Pacífica. La región del Pacífico abarca el territorio comprendido entre el océano Pacífico y la vertiente occidental de la cordillera Occidental de los Andes, y limita al norte con la provincia del Darién (Panamá) y al sur con la provincia de Esmeraldas (Ecuador). Pertenecen a esta región el departamento del Chocó, el límite noroccidental de Antioquia y las franjas occidentales de los departamentos del Valle del Cauca, Cauca y Nariño.
Toda esta región se caracteriza por su clima húmedo y cálido, por ser la parte más lluviosa de América (con promedios anuales que van desde 3.000 hasta 10.000 m3), por presentar humedad relativa casi siempre por encima del 90% y por ser un área de bosque tropical húmedo (West 2000, 33)5. Cientos de ríos atraviesan las faldas de las montañas en dirección al mar. La gran mayoría baja de la cordillera Occidental hacia el océano Pacífico, como ocurre con los ríos San Juan, Baudó, Patía y Guapi, entre otros. Sin embargo, el río Atrato —el más extenso del Chocó— nace cerca de Quibdó y desemboca en el océano Atlántico.
En las zonas costeras del océano Pacífico, el cambio en las mareas constituye un factor determinante para el modo de vida, puesto que se presentan fluctuaciones de hasta 4 y 5 metros cada 12 horas. Cuando sube la marea, se inundan grandes extensiones de tierra y dan pie a un tipo de vegetación conocida como manglar —de vital importancia para el sur del Pacífico6—. La marea alta también permite la navegación en potrillo (como se le llama a la canoa en la región) por los esteros, que son terrenos pantanosos que se vuelven navegables a ciertas horas del día por acción de las mareas.
Las dificultades climáticas, la espesa vegetación y la fuerte barrera que implica la cordillera Occidental hacen del Pacífico una región de difícil acceso desde el interior del país. La parte costera, que abarca 1300 km, se encuentra comunicada con el interior andino solo por dos carreteras: la carretera Tumaco-Pasto y la carretera Cali-Buenaventura7. El agua se convierte así en la principal vía de transporte, bien sea desde el mar, siguiendo el curso de los ríos, o por los esteros. La población ha sufrido un proceso de mestizaje mucho menor que el del resto del país (Wade 1997, 143). Aproximadamente un 90% de la población es negra y el 10% restante corresponde a indígenas, mulatos y algunos blancos. Esta distinción está directamente asociada con el proceso de esclavitud que se llevó a cabo en los siglos XVII, XVIII y primera mitad del XIX, y que terminó definitivamente en 1851. El proceso esclavista a partir de la importación de esclavos negros, sumado a la fuerte división física que genera la cordillera Occidental, ha contribuido a una diferenciación cultural que caracteriza a la región con respecto al resto del país.
En los programas de educación básica se suele presentar al litoral pacífico8 como una región homogénea. Sin embargo, a partir de la década del setenta, desde diferentes campos del conocimiento, se han tenido en cuenta diferencias geográficas y culturales que permiten dividirla al menos en dos grandes subregiones: Pacífico norte y Pacífico sur (Portaccio 1995, 303; Almario y Jiménez 2004, 67, 75; West 2000)9. Al Pacífico norte corresponden el departamento del Chocó y la pequeña franja noroccidental de Antioquia. Esta zona se caracteriza por ser rocosa y montañosa, y por presentar uno de los mayores índices de precipitación del mundo. Como extremo sur de esta subregión se suele mencionar el río Calima, aunque algunas veces aparece referido cabo Corrientes (un poco más al norte) como límite divisorio. Al Pacífico sur corresponden las franjas costeras de los departamentos del Valle del Cauca, Cauca y Nariño. Se caracteriza por ser una costa aluvial baja, de suelos inestables y grandes extensiones de manglar. Presenta un alto nivel de precipitaciones, pero en menor medida que el Pacífico norte (West 2000). A esta región también se le conoce como Andén Pacífico, y su extensión de 483 km cuadrados va desde el río Calima al norte, hasta los ríos Mira y Mataje al sur —límites con Ecuador—.
La división entre Pacífico norte y Pacífico sur se hace no solo por las diferencias geográficas sino, principalmente, por las diferencias culturales. Entre ellas, cabe destacar la diferencia dialectal (De Granda 1977) y, sobre todo, la diferencia en las manifestaciones musicales. En el Pacífico norte aparece como principal manifestación musical el conjunto de chirimía, conformado por uno o dos clarinetes, bombardino, redoblante, platillos y bombo10. Este conjunto está influenciado fuertemente por elementos europeos, visibles en la interpretación de mazurkas, polkas, contradanzas y jotas, y por la música de la región Caribe colombiana, principalmente la de bandas pelayeras. De hecho, el formato de chirimía se puede pensar como una banda pelayera reducida. En el Pacífico sur el conjunto que predomina es el de marimba, en el cual se centra el presente trabajo.
Figura 1. Mapa del Pacífico y sus subregiones
Los principales centros poblacionales del Pacífico sur son Guapi, Tumaco y Buenaventura. Los dos últimos son los únicos puertos marítimos de la región. La única universidad es la Universidad del Pacífico, con sede en Buenaventura. Según el último censo del DANE (2005), la población en el litoral pacífico sur es de 694.076 personas, de las cuales el 62,2% están ubicadas en cabeceras (cascos urbanos)11. Además de Guapi, Tumaco y Buenaventura, otros centros poblacionales importantes son Iscuandé, Timbiquí, Salahonda, Barbacoas y El Charco, entre otros. Las personas que no viven en estos centros suelen tener una forma de poblamiento de carácter rural, disperso a lo largo de los ríos (Whitten 1992).
Historia del Pacífico sur colombiano12
“Noel, un marfileño que tiene ese nombre por haber nacido un 24 de diciembre,
contaba: Cuando los blancos llegaron aquí nosotros teníamos la tierra y ellos
tenían la Biblia, ellos se pusieron a rezar y nosotros cerramos los ojos y cuando los
abrimos ellos tenían la tierra y nosotros la Biblia’”. (Buenaventura 1995)
Son muy pocos los trabajos sobre los grupos prehispánicos que ocupaban el Pacífico sur del país. A grandes rasgos, se habla de la cultura Tumaco-Tolita como la más importante, aunque esta cultura desapareció mucho antes de la llegada de los españoles al continente13. La historia, entonces, suele ser presentada a partir de los primeros intentos de conquista del Pacífico por parte de los españoles.
Presentaremos aquí una periodización de la historia del Pacífico colombiano, enfocada principalmente en el Pacífico sur y dividida en cuatro secciones:
1. Conquista y esclavitud: desde las primeras incursiones de los españoles a la región hasta la abolición oficial de la esclavitud en 1851.
2. Formación de la sociedad de “libres”: de 1851 hasta 1914, fecha de la construcción del canal de Panamá.
3. Modernización y desruralización: de 1914 hasta 1991, fecha en la cual entra en vigencia la nueva Constitución colombiana.
4. La nueva Constitución: de 1991 hasta la fecha
Conquista y esclavitud(1525-1851)14
Los primeros intentos de conquista en el Pacífico sur comenzaron a mediados de 1525 bajo el mando de Diego de Almagro, con el descubrimiento del río San Juan del Micay, uno de los ríos más importantes del departamento del Cauca. Sin embargo, la posesión de las tierras les tomó a los españoles mucho más tiempo de lo previsto, en parte por la insalubridad del territorio, las duras condiciones climáticas, la espesa vegetación y por el encuentro con pueblos indígenas que estaban dispuestos a defender su territorio a toda costa. Así, la conquista del Pacífico tuvo que esperar hasta el siglo XVII: los grupos indígenas de la región del Chocó pudieron ser reducidos y dominados solo hasta 1668. En el Pacífico sur la conquista se remonta hacia 1630 con las campañas del conquistador Francisco de Prado y Zúñiga (Colmenares 1999, 337-339).
Acerca de los grupos indígenas que habitaban la zona se encuentran diversas informaciones: los pueblos emberá y waunana (o noanamá) (Escobar 1999, 208), habitaban en el Pacífico norte; y “varias tribus chibchas, que entre otros incluyen los cayapa, coaiquer15, sindagua y chupa”, en el Pacífico sur (West 2000, 142). Según Cerón (1986, 213), los españoles en sus crónicas se refieren principalmente a cuatro grupos: sindaguas, barbacoas, telembíes e iscuandés, aunque aclara que no se establecen diferencias entre ellos. Los españoles les dieron a estos grupos el nombre genérico de indios de la provincia de las Barbacoas (Cerón 1986, 213). Lo que sí es claro es que, aunque varios grupos indígenas habitaban la región, estos no constituían una cultura compleja; más bien se trataba de pequeños grupos, con poco contacto entre ellos, concentrados en la parte andina, mientras que las llanuras bajas de selva pluvial se encontraban casi despobladas (Cerón 1986, 209).
La conquista del Pacífico, aunque se hacía muy difícil, tenía unas motivaciones claras para los españoles. Desde las primeras incursiones se menciona la gran riqueza en oro que representaban sus ríos. Por lo tanto, acceder a los territorios del Pacífico para poder implantar la minería de oro se volvió un asunto prioritario para la Corona española. Para ello, las incursiones se organizaban en su mayoría desde Popayán, que era el principal centro administrativo, económico, religioso y político del Nuevo Reino de Granada. Después de numerosos intentos, a comienzos del siglo XVII se pudo someter a los indios de la provincia de las Barbacoas, y hacia 1620 se inició la explotación minera en las márgenes del río Telembí (Colmenares 1999a, 287). Dicha explotación comenzó utilizando mano de obra indígena, pero pronto los trabajadores empezaron a escasear debido a las arduas tareas a las que eran sometidos y a las enfermedades que adquirieron tras el contacto con los españoles. Por estos y otros motivos se vio la necesidad de importar esclavos negros desde África.
Los primeros esclavos comenzaron a llegar a la región a partir de 1640. Provenían de la costa occidental de África, principalmente de costa de Oro, el golfo de Benín, el golfo de Biáfara y el África central. Entre los esclavizados se cuentan congos, carabalíes, akán, minas, ararás, mandingas y engolas (Colmenares 1999b; Friedemann y Arocha 1986; Maya 1998). Al respecto, Jaime Arocha presenta una tabla donde se resume la importación de esclavos en el litoral pacífico entre 1640 y 1710 (Arocha 1998, 349):
Tabla 1. Importación de esclavos en el litoral pacífico entre 1640 y 1710
Período y régimen de la trata | Tratantes | Afiliación étnica mayorista | Labor desempeñada | Región de destino | Forma de resistencia |
1640-1703, Asiento* | Holandeses | Akán, Yoruba, Fanti, Ewe-Fon, Ibo | Agricultura, minería del oro | Valle del Cauca, Litoral pacífico | Cimarronaje armado, Automanumisión |
1704-1713, Asiento | Franceses | Ewe-Fon, Yoruba, Fanti | Agricultura, minería del oro | Valle del Cauca, Litoral pacífico | Cimarronaje armado, Automanumisión |
1713-1740, Asiento | Ingleses | Akán, Ewe, Ibo | Agricultura, minería del oro | Valle del Cauca, Litoral pacífico | Automanumisión |
1740-1810, Contrabando, asiento, comercio libre | Ingleses, españoles | Akán, Ewe, Ashanti, Kongo | Minería del oro | Litoral pacífico | Automanumisión |
* Asientos: “Contratos monopolísticos que la Cotona española firmaba con empresarios privados de diferentes países, de acuerdo con factores políticos” (Atocha 1998, 350).
La ruta de estos esclavos para llegar al Pacífico era la siguiente: comenzaba en el sitio de captura en África; de allí los enviaban al sitio de embarque; luego atravesaban el Atlántico hasta llegar a Cartagena (principal puerto esclavista de la Colonia); después eran vendidos a traficantes de Popayán o Cali, quienes los enviaban a Honda por el río Magdalena; de allí, por el camino del Quindío, llegaban a Cartago, Cali o Popayán, para finalmente ser enviados a los diferentes centros mineros del Pacífico —Dagua, Raposo, Iscuandé, Barbacoas— (Zuluaga 1995b, 61-62; Patiño 20032004, 40). Era un viaje largo y en condiciones que solo resistían los más fuertes. Esto hacía que se encareciera la importación de esclavos hasta el Pacífico: una cosa era la importación hasta Cartagena y otra hasta enclaves mineros como Iscuandé o Barbacoas. Y aunque no hay cifras precisas al respecto, se sabe que muchos de los esclavos que llegaron al Pacífico subieron por el río Atrato, de contrabando.
Hacia 1720 la economía minera aún no había entrado en su apogeo en la región. Según Colmenares, en “1726-1730, todavía el número de esclavos en toda la región de Popayán, comprendidas las vertientes del Pacífico, no alcanzaba los cuatro mil” (1999a, 318). Pero a partir de 1730 esta cifra creció a gran ritmo, y con ello se incrementó la explotación aurífera, a tal punto...