Fuente: Proyecto de Investigación.
Mapa. SECTOR DE LA SUBCUENCA, PARTE MEDIA, a la altura de la vereda La Vorágine
Para llegar a La Vorágine:
En la actualidad, la única ruta de transporte público que va desde el norte de Cali hasta el pueblo de Pance es la Recreativo 1a. Las demás, como la Blanco y Negro, ruta 1 y 6 que antes subían hasta la vereda, dejaron de pasar hace aproximadamente un año, para abrirle paso al Masivo Integrado de Occidente (MIO)1.
El recorrido de la Recreativo inicia en la Av 3 norte, toma vía por la Calle 5ta y ya en el sur de la ciudad, cruza la Av. Cañasgordas, pasa por la U. San Buenaventura y por las construcciones de las nuevas unidades residenciales, tipo condominios campestres. Avanzando hacia la vereda, se aprecian negocios como Los Guaduales de Pance y las cuatro entradas al Ecoparque de la Salud, también cortos tramos del cauce del río hasta cruzar el puente que le da límite e inicio para llegar a La Vorágine y ponernos del otro lado del río Pance.
Aprovechando una de las visitas a La Vorágine nos encontramos con testimonios de comerciantes como el siguiente:
“ (…) pa’ vivir acá, claro, este ambiente de aquí es muy sabroso, pero no en este pedacito, en este pedacito todo es comercial porque en este sector hay música entonces bulla, a los vecinos solo les interesa comercializar y no más, (…) yo soy dueña de este negocio, entonces tengo empleadas y trabajo en Cali, entonces yo vengo a ayudar los fines de semana, a mirar cuentas y a organizar (…) los que no tienen negocio, viven de trabajar en restaurantes, mesereando y cocinando, que por lo general, son mujeres y jóvenes (…) los que tenemos restaurantes, negocios o fincas, la temporada buena es en vacaciones, si usted viene por acá un domingo o un lunes festivo, esto es una cosa impresionante, esto aquí es como el mar de Cali y hay que ahorrar para cuando llegue la temporada de invierno. Los que pagan arriendo pailas (…) entre semana, esto acá es muerto, sobre todo para restaurantes, aunque este negocio si se mueve porque en semana hay usuarios de la comunidad misma y los fines de semana, muchos turistas (…) aquí hay internet, pagos de servicios, aquí paga usted EMCALI, Une, plan, recargas, minutos, todo… hasta droguería hay. De acuerdo a las necesidades que uno ve aquí, uno va introduciendo productos, helados, bisutería, ferretería, bobaditas, cosas. Usted consigue acá un hilo, una aguja, cosas de celulares, cargadores, accesorios (…) para papelería, yo voy al centro y ya lo que es dulcería, jugos y gaseosa, si llega acá. Para todo eso hay proveedores. Aunque uno prefiere surtirse mejor en Cali de distribuidoras”.
Fotografías 1, 2 y 3. Aspectos de las prácticas recreativas en el río Pance, sector de la vereda La Vorágine, 2011.
Fuente: archivo fotográfico Informe de investigación.
Luego y a medida que se va subiendo para llegar al pueblo, la carretera despavimentada se hace estrecha y abrupta por la topografía encañonada y el tránsito se dificulta por la afluencia vehicular, sobretodo los fines de semana.
Durante el trayecto al pueblo, una vez se deja La Vorágine, el río se ha abierto paso a la vera del camino, dejando libres entradas a los charcos que son aprovechados sin restricción alguna y de manera naturalizada por quienes generalmente cada fin de semana visitan el lugar. Se pueden encontrar negocios que ofrecen el servicio de hospedaje tipo cabaña, lo que no ocurre en La Vorágine por ser considerada más como un lugar de paso.
Fotografías 4 y 5. Aspectos de la vereda Pance (cabecera) durante un día domingo.
Fuente: archivo fotográfico proyecto de investigación.
En otros tramos, algunos predios que operan como establecimientos comerciales al servicio de los bañistas, se han interpuesto entre la carretera y el cauce del río, restringiendo el acceso y empleo libre, al imponer tarifas de ingreso al afluente, lo cual viene contribuyendo con la idea de la pérdida acelerada del uso público y recreativo del río Pance.
Otros alojamientos con aspecto de residencias o amoblados ubicados en las desviaciones hacia las demás veredas, han entrado poco a poco en desuso, por su aspecto, tal vez, en abandono. Cuando en días de semana se hace la ruta a pie al pueblo, se pueden observar dinámicas entre lo rural y lo urbano; hay caseríos que en tramos parecen formar pequeños barrios de sectores populares, con billares, misceláneas o tiendas. Estas, a su vez, cambian de fachada al llegar el fin de semana; hacen de panaderías e incluso de comederos de fritanga, conviviendo al lado de pequeñas ventas improvisadas de los vendedores ambulantes, quienes tienen como única estancia, situarse en las márgenes del río.
Una vez en el pueblo, además de los negocios de comida y la presencia de bañistas al lado y lado del puente, divisamos tanto lugares para acampar como cabañas para quedarse. Quienes prefieren lo contrario, deben esperar la única ruta de bus que los trae cada dos horas de regreso hasta la ciudad.
1. DESCRIPCIÓN DE LA INVESTIGACIÓN
1.1 PLANTEAMIENTOS GENERALES
Recientes diagnósticos de entidades ambientales en la región, que acogen disposiciones en materia de ordenamiento de cuencas hidrográficas como efecto de la Ley 99 de 1993, enfatizan que la cuenca del río Jamundí y su principal subcuenca, la del río Pance, además de resultar estratégica para los municipios de Cali y Jamundí por las demandas en materia hídrica y demás actividades productivas, vienen presentando cambios en el uso del suelo particularmente en la parte media y baja, debido al aumento progresivo de los planes de vivienda frente a otros procesos de la parte alta, relacionados con situaciones de ocupación de colonos en áreas protegidas del Parque Nacional Natural Los Farallones, esta última encontrada en sectores de la cabecera del corregimiento de Pance, zona rural del municipio de Cali1.
En particular, el río Pance ubicado en el suroccidente de la zona de la ladera de Cali, sobre la vertiente oriental de la Cordillera Occidental, nace en el Parque Farallones, el área protegida más extensa de la región con una extensión de 206 770 63 hectáreas2 que, al lado de otros ríos de la vertiente del río Cauca, es considerado uno de los proveedores de agua a los principales centros poblados y acueductos veredales de las cuencas de Cali y Jamundí3.
Sobre sectores del corregimiento de Pance, centros poblados y asentamientos humanos a lo largo de zonas forestales del río, un primer aspecto encontrado evidencia cómo la preocupación por las problemáticas y el control parcial del deterioro ambiental, tanto en la vereda La Vorágine, corregimiento de Pance y de otros puntos de la subcuenca alta y media, viene surgiendo en buena medida del adelanto de procesos de intervención institucional realizados por diferentes entidades relacionadas con temas del medio ambiente. Nos referimos a instituciones que ejercen como autoridad ambiental y tienen jurisdicción y competencia en esta zona de la ciudad y la región, como la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC)* en la parte media de la subcuenca y, en la parte alta, la gestión institucional de Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNNC).
Propiamente en la zona de la vereda La Vorágine y en los tramos que van hasta el inicio del Parque Farallones, se destaca la presión que sigue teniendo el uso social recreativo del río Pance, como consecuencia de la actividad del turismo no planificado que, para los entes de control, constituye una de las principales situaciones socio ambientales de efectos negativos para los propósitos de conservación de los ecosistemas tanto en áreas protegidas como de influencia, dado la oferta de servicios turísticos y la afluencia de visitantes a estos lugares del río, en el contexto de los diferentes procesos de apropiación del territorio, propiciados por las valoraciones sobre los recursos naturales en este punto de la subcuenca4.
En la actualidad, la afluencia de población urbana entre las veredas La Vorágine y Pueblo Pance se encuentra, posiblemente, asociada tanto a las condiciones ambientales y a la calidad de las aguas que han favorecido la representación colectiva de los habitantes de la ciudad de Cali sobre el valor recreacional en estos sectores, como con las disposiciones ambientales aplicadas en las últimas décadas del siglo pasado que han incidido sobre las transformaciones en los usos del territorio, en un marco de relaciones y cambios socio económicos y políticos para las comunidades que habitan en distintos puntos del corregimiento*.
Fotografía 6. Prácticas recreativas en el río Pance, sector de la vereda La Vorágine, 2011.
Fuente: archivo fotográfico proyecto de investigación**.
No obstante, las dinámicas encontradas en centros recreacionales o servicios comercializados vienen ocasionando tensiones entre diferentes actores sociales, de acuerdo a la manera como se llevan a cabo prácticas de uso del medio natural. En especial por la percepción social de amenaza frente a la preservación del río por parte de entidades ambientales, como de algunos pobladores, en particular, residentes, quienes reconocen cómo en la actualidad no se cuenta con la infraestructura de servicios públicos que permita darle un manejo adecuado principalmente a las basuras, a los vertimientos y al problema de seguridad sanitaria, para atender el flujo de visitantes a partir de una oferta cualificada en materia turística en este sector de la subcuenca5.
Como será presentado más adelante, los cambios en los usos de territorio tienen como punto axial los diferentes momentos históricos de la vida social de estas comunidades localizadas en los márgenes del río y tramos de la subcuenca. Un breve adelanto sobre los procesos de transformación del sector en materia de recursos naturales, nos remite al contexto de historia social y de poblamiento durante buena parte del siglo XX. A comienzos de este se inicia el proceso de colonización de La Vorágine, que se constituyó como una de las trece veredas de este corregimiento, uno de los quince que conforman el área rural de Cali, ubicado al sur del municipio entre el valle geográfico del río Cauca (oriente), hasta el Parque Farallones (occidente)6. Otra de sus características es la ubicación de asentamientos poblacionales a lo largo de los costados del río, y dada su cercanía y vínculo con la ciudad, esta zona se convirtió paulatinamente en atractivo recreacional y turístico, siendo esta actividad la principal fuente de ingresos de los habitantes en la actualidad. En este lugar coinciden diferentes viviendas y establecimientos comerciales como balnearios, restaurantes, discotecas, parqueaderos y tiendas al servicio de los bañistas, convirtiéndolo en un punto de convergencia y alta movilidad, donde se encuentra el mayor flujo de población residente y visitante los fines de semana, al ser el inicio de la vía de acceso hacia el Pueblo Pance, el resto de veredas y algunas áreas protegidas del Parque Farallones.
Fotografía 7. Visitantes en el río Pance, sector de la vereda La Vorágine, 2011.
Fuente: archivo fotográfico proyecto de investigación.
A partir de la década del setenta, la proliferación de instalaciones habitacionales promovida principalmente por la movilidad económica y turística, transformó el entorno ambiental del sector y desencadenó procesos de contaminación del río*. Más tarde en los ochenta se conformaron proyectos de vivienda de tipo campestre que jalonaron el traslado de nuevos habitantes hacia los sectores rurales motivados por las condiciones del hábitat natural del lugar que, en su momento, fueron acogidas como parte de proyectos de vivienda ecológica. No obstante, desde la CVC, se plantea que buena parte de predios adquiridos para diferentes usos residenciales y de veraneo en distintos puntos entre La Vorágine, Peón, Pico de Águila y San Francisco, de alguna u otra manera han venido alterando las condiciones ambientales del terreno y del paisaje natural de este sector de la subcuenca desde hace varias décadas.
Entre 1938 y 1943 la jurisdicción de Pance, al igual que otros territorios rurales del municipio, fueron declarados zona de reserva forestal y años más tarde el corregimiento de Pance fue definido como suelo rural y suburbano en el POT del municipio de Cali, acogiendo disposiciones legales en materia ambiental, caso como el Artículo 33 de la Ley 388 que define el suelo rural. Sin embargo, solo a partir de la década de los ochenta es que realmente se presenta un reconocimiento social de las problemáticas ambientales de la zona, relacionadas principalmente con la contaminación del río por efecto de los usos poblacionales de las márgenes del río Pance.
Parte de los procesos de transformación de estos territorios, en especial, zonas de influencia, áreas protegidas y áreas forestales protectoras de algunos ríos que nacen y recorren estos sectores del Parque Nacional Natural Farallones de Cali, adscritos en materia de jurisdición a la Dirección Territorial Suroccidente, como será descrito, se relacionan con distintas presiones hacia el bosque por parte de grupos de población que comenzaban a ocupar estos lugares y que se hizo extensivo a lo largo de la subcuenca del río Pance durante la segunda mitad del siglo XX. Buena parte de esas áreas en su momento pertenecían al municipio de Santiago de Cali, a los Farallones de Cali o, en su defecto, a zonas que la CVC tenía destinadas como áreas forestales protectoras con fines de preservación para el tema de nacimientos de agua y su destinación hacia comunidades veredales. Esta fue una de las principales razones de la llegada al sector de esta entidad que, bajo lo estipulado en el Decreto 2811 de 1974 sobre la protección de la red hídrica, ingresó a la vereda con el fin de disminuir la curva de presión que existía no solo hacia el río, sino en general para estos años sobre el bosque por efecto de la tala de árboles y flora silvestre para la adecuación de asentamientos humano...