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Primera edición: agosto de 2019
DR © 2019, Camilo Vicente Ovalle
DR © 2019, Bonilla Distribución y Edición S.A. de C.V.
Hermenegildo Galeana #111
Barrio del Niño Jesús, Tlalpan, 14080
Ciudad de México
www.bonillaartigaseditores.com
Coordinación editorial: Bonilla Artigas Editores
Maquetación y cuidado de la edición: Priscila Pacheco Castillo
Diseño de portada: Mariana Guerrero del Cueto
Realización ePub: javierelo
ISBN edición impresa: 978-607-8636-29-7 (Bonilla Artigas Editores)
ISBN ePub: 978-607-8636-43-3
Hecho en México
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Podrán decir, como se ha dicho en otras ocasiones, que se hicieron desaparecer
los cadáveres, que se sepultaron clandestinamente, se incineraron.
Eso es fácil. No es fácil hacerlo impunemente, pero es fácil hacerlo (1977).
Gustavo Díaz Ordaz
(Presidente de México, 1964-1970)
¿Que dónde están los desaparecidos políticos? Bueno, pues están muertos,
definitivamente [...] Dicen que el gobierno, pero el gobierno es
desde el primer gendarme hasta el Presidente de la República.
Así que, dentro de esa gama, busquen a los responsables (1978)
Rubén Figueroa Figueroa
(Gobernador de Guerrero, 1975-1981)
Días después era subida en calidad de tapete a un carro [...] llegamos a un lugar
no identificado, me bajaron por unas escaleras, fui conducida a una celda
donde me quitaron las esposas y la venda de los ojos [...] Nuevamente, acostada
sobre el piso del carro, sintiendo sobre mi cuerpo los pies de los policías [...] llegamos
a un lugar donde se sentía el aire fresco, me quitaron las esposas y, sin previo aviso,
fui despojada de mis ropas [...]No tuve tiempo de pensar, enseguida me empujaron
de espaldas en una pileta larga [...] dentro del agua, sentí una descarga eléctrica
y perdí el conocimiento. Cuando desperté estaba ya vestida dentro de un carro
en movimiento rumbo a la crujía [...] Nuevamente me vendaron los ojos, me amarraron las manos [...] fui llevada al pocito a mi rutinaria sesión de tortura.
Guadalupe Gladys López Hernández
(Sobreviviente de la detención- desaparición)
Contenido
Prólogo
Agradecimientos
Introducción
Antes de 1968
La organización de los “hombres perfectos”: desaparición y contrainsurgencia
El circuito de la detención-desaparición
Los usos de la desaparición
Oaxaca: las dos rutas
Sinaloa, la intersección: contrainsurgencia y guerra contra el narco
Guerrero: la eliminación
Conclusiones
Abreviaturas
Fuentes
Sobre el autor
Prólogo
Lorenzo Meyer
Toda buena historia de lo social –y la que el lector tiene en sus manos lo es– implica examinar y juzgar el pasado desde la textura, los valores y las preocupaciones del presente. Esa exploración desde el aquí y ahora de lo ya acontecido, inevitablemente invita a la reflexión sobre las posibilidades de las que ya está preñado el futuro.
[Tiempo suspendido] parte de un hecho fundamental: que en los 1970 surgió
un nuevo tipo de disidencia política y social en México, que consideró históricamente necesario y moralmente justificado iniciar un proceso de transformación radical de un régimen que no cumplió con los postulados de justicia social de la revolución de 1910, y [que] además mantenía un control autoritario y represivo sobre la sociedad.
Ése fue el origen y razón de las guerrillas de la época, de la estructura contraguerrilla del gobierno y, finalmente, de uno de los instrumentos más siniestros de esta última: la desaparición forzada como práctica institucional. Y este instrumento no se convirtió en historia tras la derrota de la guerrilla, se mantuvo en otros contextos y hoy hay un reclamo para ponerle fin y saber lo que ocurrió con miles de sus víctimas.
Si, como lo expusiera Jorge Carpizo, el autoritarismo mexicano en su período clásico –de mediados del siglo pasado a los inicios de los 1990– se condensaba en una presidencia con amplios poderes constitucionales y metaconstitucionales, su otra cara, su complemento, fue otro conjunto de poderes igualmente amplios: los anticonstitucionales, los que en su extremo resultaron francamente criminales. Esta investigación de Camilo Vicente Ovalle aborda una de esas arenas criminales de la presidencia mexicana autoritaria: la política de la desaparición forzada de cuadros guerrilleros o sospechosos de serlo en torno a los 1970.
[Tiempo suspendido] parte del hecho de que la desaparición forzada es un fenómeno añejo y que llega hasta nuestros días. Al inicio de 2019, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas estaba compuesto por más de 40 mil nombres. Obviamente, muchos de esos desaparecidos no lo fueron por la acción de agentes del Estado, pero el secuestro, en septiembre de 2014, de 43 estudiantes por policías de Iguala y su posterior desaparición, pone de manifiesto que el problema no concluyó con la derrota de la insurgencia armada de los 1970, sino que desde fines del siglo pasado se trasladó a otra dimensión, a aquella donde se libra la “guerra contra el narcotráfico”.
La investigación de [Tiempo suspendido] se llevó a cabo en las postrimerías del viejo régimen. Y éste, hasta el final, siguió resistiendo los esfuerzos de los investigadores por ahondar en uno de sus lados más obscuros. Una de las principales fuentes para echar luz en esa zona son los archivos de la antigua y siniestra Dirección Federal de Seguridad (DFS), ya depositados en el Archivo General de la Nación (AGN). Pero esos documentos continuaron sujetos a un régimen especial: los custodiaban herederos de la DFS, que pusieron todos los obstáculos posibles para evitar que los investigadores levantaran el velo que cubría la sistemática y finalmente bien organizada actividad del aparato represor del viejo régimen. Fue apenas en 2019 –cuando esta investigación ya estaba concluida–que una nueva administración del AGN logró expulsar a esos secuestradores de la memoria política de la DFS, que está compuesta por 58 mil expedientes y 7 millones de tarjetas que sintetizan la información y localización de los documentos de esa temida policía política del antiguo régimen.
Con un universo de datos tan amplio y de tan difícil acceso cuando se recabó el material de esta obra, el autor debió ser selectivo y por eso centró su esfuerzo en el examen de tres estados donde el fenómeno se manifestó de manera más aguda en la época estudiada: Guerrero, Oaxaca y Sinaloa. Cada caso muestra peculiaridades en la organización tanto de los opositores como de los actores gubernamentales que los combatieron.
Y si bien aún queda mucho campo por explorar, los tres casos aquí examinados, ya permiten generalizaciones con sustento empírico.
[Tiempo suspendido] examina la desaparición forzada dentro de los marcos políticos de la Guerra Fría y del autoritarismo mexicano. El espacio temporal que abarca –1940 a 1985– es uno donde ambos marcos, el internacional y el nacional, se conjugaron para propiciar “prácticas y técnicas [de represión], que llegaron a configurar en algunos momentos y espacios prácticas de terrorismo de Estado”.
El estudio de la “desaparición forzada” demanda de una definición y nuestro autor la ofrece:
entiendo por detención-desaparición forzada como una forma específica de las violencias de Estado que se presentan como una práctica, particularmente dentro de las instituciones encargadas de la seguridad, que en algunos momentos aparece como estrategia sistemática, planificada y ejecutada desde o al amparo del Estado, para la eliminación de aquellos definidos como enemigo político.
La estrategia contraguerrillera de la época se desarrolló en tres temporalidades. Entre 1940 y 1970 se practicó una desaparición forzada “primitiva” y que venía de muy atrás. Sin embargo, a partir de 1971 y hasta 1978 la rep...