Psicología clínica. Fundamentos Existenciales. 3a Edición
eBook - ePub

Psicología clínica. Fundamentos Existenciales. 3a Edición

  1. 338 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Psicología clínica. Fundamentos Existenciales. 3a Edición

Descripción del libro

Esta obra está dirigida a quienes estén interesados en llegar a ser psicólogos clínicos existenciales, así como aquellos psicólogos que deseen complementar sus perspectivas y abordajes, de forma tal que puedan seguir interpretando la realidad desde su enfoque teórico, pero contextualizando este último en una adecuada descripción de la experiencia de sus pacientes. El propósito de esta obra es servir de texto introductorio para acceder de forma organizada a los planteamientos de autores clásicos y contemporáneos que han aportado por muchas décadas, y aún continúan haciéndolo, a la comprensión del ser humano desde la perspectiva humanista existencial basada en los planteamientos de Rollo May, Irvin Yalom, Kirk Schneider y James Bugental, entre otros. Además, complementada, sobre todo en la sección de psicopatología y psicoterapia, con planteamientos actuales de psicólogos latinoamericanos, norteamericanos y europeos.

Preguntas frecuentes

Sí, puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento desde la pestaña Suscripción en los ajustes de tu cuenta en el sitio web de Perlego. La suscripción seguirá activa hasta que finalice el periodo de facturación actual. Descubre cómo cancelar tu suscripción.
Por el momento, todos los libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Perlego ofrece dos planes: Esencial y Avanzado
  • Esencial es ideal para estudiantes y profesionales que disfrutan explorando una amplia variedad de materias. Accede a la Biblioteca Esencial con más de 800.000 títulos de confianza y best-sellers en negocios, crecimiento personal y humanidades. Incluye lectura ilimitada y voz estándar de lectura en voz alta.
  • Avanzado: Perfecto para estudiantes avanzados e investigadores que necesitan acceso completo e ilimitado. Desbloquea más de 1,4 millones de libros en cientos de materias, incluidos títulos académicos y especializados. El plan Avanzado también incluye funciones avanzadas como Premium Read Aloud y Research Assistant.
Ambos planes están disponibles con ciclos de facturación mensual, cada cuatro meses o anual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¡Sí! Puedes usar la app de Perlego tanto en dispositivos iOS como Android para leer en cualquier momento, en cualquier lugar, incluso sin conexión. Perfecto para desplazamientos o cuando estás en movimiento.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Sí, puedes acceder a Psicología clínica. Fundamentos Existenciales. 3a Edición de Alberto De Castro Correa,Guillermo García Chacón,Ricardo González Ternera en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Medicina y Fisiología. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2017
ISBN del libro electrónico
9789587418026
Categoría
Medicina
Categoría
Fisiología

SEGUNDA PARTE

VISIÓN DE SER HUMANO Y FUNDAMENTOS EXPERIENCIALES DEL DESARROLLO DE LA SALUD MENTAL Y EL SUFRIMIENTO HUMANO

Mi vida es mi proyecto de afirmación y actualización.
William Fischer
Nuestra ansiedad no viene por pensar en el futuro, sino por tratar de controlarlo.
Khalil Gibran
Solo hay un principio motor: el deseo.
Aristóteles
Cuando yo digo intelecto, yo incluyo la voluntad. La atención es un acto de voluntad. La inteligencia en acción es voluntad por excelencia.
C.S. Lewis
El hombre es una armonía de tensiones opuestas, como lo es el arco o como lo es la lira.
Heráclito
Nosotros elegimos nuestras alegrías y tristezas mucho antes de que las experimentemos.
Khalil Gibran

[ 3 ]

FUNDAMENTOS EXISTENCIALES DE LA EXPERIENCIA HUMANA*

En esta sección tocaremos algunos conceptos que consideramos básicos y de extrema importancia para comprender la visión de ser humano a partir de las propuestas teóricas de varios psicólogos existenciales, especialmente Rollo May e Irvin Yalom. Queremos aclarar que estos no tienen que ser los únicos o principales conceptos que siempre deben tocarse, sino que debido a la forma como hemos pensado este libro y organizado la información, hemos encontrado, desde nuestra perspectiva, que estos son los conceptos más relevantes de tratar en esta sección.

LA EXPERIENCIA DE ANSIEDAD

Psicológicamente hablando, debemos comenzar por comprender que desde la psicología existencial se entiende que la ansiedad no ocurre solo en el interior de los seres humanos, sin tener nada que ver con la situación en que se encuentra la persona, y la valoración que la persona realiza de su experiencia en su relación con dicha situación (May, 1990a, 1996; Fischer, 1988, 1989, 2000; Boss, 1979; De Castro, 2005a, 2005b). Entonces, debemos comenzar por entender que la ansiedad es una experiencia que siempre ocurre en la relación del individuo con las situaciones, objetos y personas que constituyen el mundo con el cual la persona se relaciona. Esto podría parecer una idea obvia, pero a pesar de que muchos así lo consideran, a la hora de asumir una postura formal ante la experiencia de ansiedad, omiten la importancia de este crearse a sí mismo y constituir el mundo en la relación dialéctica entre ambos. Es así como al hablar de la ansiedad algunos psicólogos solo describen las sensaciones corporales, fisiológicas, cognitivas o emocionales que se producen, pero no atienden a la valoración que se ha visto amenazada en la situación en la que la persona experimenta ansiedad, la cual se desarrolla a partir de los significados que el ser humano ha construido en su relación con los otros y el mundo.
A partir de lo anterior, en consecuencia, la ansiedad debería ser entendida como una experiencia que emerge y se origina precisamente por la posibilidad y capacidad que tienen los seres humanos de valorar, dar significado a sus acciones y tratar de afirmar o preservar aquello que consideran importante en sus vidas (May 1990a, 1996; De Castro, 2005a, 2005b). Así, antes de entender la ansiedad a partir de los efectos de esta experiencia a nivel psicofisiológico, o a partir de cómo intervienen las funciones cerebrales en el proceso de desarrollarse la ansiedad, se debería clarificar que aun si hay desajuste orgánico que favorece la aparición de la ansiedad, esta experiencia nunca ocurre en el vacío. Es decir, la ansiedad no aparece sino en aquellas situaciones en que la persona ve involucrados, implicados y/o amenazados valores o proyectos personales que considera vitales o necesarios preservar para lo que considera una existencia plena. Dicho con otras palabras, la experiencia de ansiedad siempre involucra la valoración que el ser humano haga de su propia experiencia en relación con la situación en que se encuentra.
Esto nos llevaría a hacernos una sencilla pregunta que apunta directamente a la importancia del acto de valorar en psicología: ¿por qué la experiencia de ansiedad solo aparece en esta persona en estas situaciones específicas y no en estas otras? Los seres humanos, aun a pesar de pasar por situaciones similares, pueden vivenciar de forma distinta la situación, siendo la forma particular de valorar dicha situación lo que matiza la experiencia de ansiedad. En este sentido, la situación es vivenciada e interpretada como agradable o desagradable desde un marco o estructura de valores desde la que las personas se rigen y en la que se fundamentan. Así, el ser humano buscará defender y/o resignificar estos valores en su día a día para preservar aquello que consideran significativo en sus vidas. Valdría la pena clarificar esto con un ejemplo. Durante la planeación de un viaje por vacaciones, la ansiedad puede tomar fuerza en la medida que el día esperado se acerque. Aunque se podría inferir que puede ser una situación positiva para muchas personas, el esperar la cercanía del día del viaje es una experiencia que genera distintas reacciones, ya sean tensionantes o agradables, ya que es asumida desde la estructura de valores particular de la persona. Así, puede ocurrir que para alguien que viaje constantemente, y valore esto de forma atractiva y desafiante, y no tema a la incertidumbre, el tener que esperar sea una experiencia tranquila y emocionante, ya que confía en que todo va a salir bien como las veces anteriores que ha viajado. Por otro lado, alguien que también viaje constantemente, pero que valora esto como una amenaza a su tranquilidad y seguridad, a pesar de las distintas experiencias que haya tenido, asumirá el viaje de forma alterada o tensa. Acá, para el primero es una espera agradable y para el segundo la espera del viaje puede resultar desagradable. Aunque ambas personas descritas pasan por la misma situación, su particular estructura de valores matiza y da color a sus experiencias, llevándolos a asumir de forma distinta la espera.
De esta manera, si solo nos dedicamos a estudiar los procesos neuropsicológicos o psicofisiológicos, estaríamos pasando por alto el hecho de que el ser humano participa activamente de su experiencia de ansiedad, lo cual se hace evidente y manifiesto en el hecho de que en toda situación siempre está valorando y significando su experiencia a partir de su relación con dicha situación. Ahora bien, esto no significa que los procesos neuropsicológicos o psicofisiológicos no sean importantes o no aporten nada significativo al conocimiento sobre la ansiedad. Por el contrario, aportaría muchísimo respecto a los desajustes orgánicos que el individuo tiene y que hay que equilibrar, y que posiblemente no se lograría hacer solo con una valoración psicológica de la experiencia de ansiedad. Sin embargo, una vez que dicho desajuste orgánico es equilibrado, el ser humano se encontrará con el hecho de que sigue y continuará por siempre valorando sus experiencias y las situaciones en que ocurren dichas experiencias. Por consiguiente, si no se aborda directamente el hecho de cómo valora el ser humano, no se podrá resolver el problema del manejo apropiado y constructivo de la experiencia de ansiedad. Esto implicaría conocer y comprender las necesidades afectivas, a partir de las cuales el ser humano orientaría sus valores personales y decisiones, las intenciones de la persona de afirmar o defender sus valores de una forma u otra, y los significados que el individuo asume o interpreta que se verán amenazados (así sea simbólicamente) en una situación determinada. A partir de esta comprensión de la experiencia de la persona podríamos aproximarnos, a su vez, a comprender el proceso de valoración implicado en toda experiencia de ansiedad.
Ahora bien, el acto de valorar, propio de los seres humanos, se desarrolla, según los psicólogos existenciales, a partir de la relación del individuo con las situaciones del mundo, y los dilemas existenciales implicados en la experiencia humana, y por consiguiente, en la relación del individuo con el mundo. Yalom (1984), Bugental (2000), Boss (1979) Romero (2003) y De castro (2013) exponen muy claramente estos supuestos básicos de la existencia, características existenciales, dimensiones de la existencia o dilemas existenciales, como cada uno de estos autores las entiende. Por ejemplo, Yalom (1984) comenta que la experiencia de ansiedad surge a partir de la conciencia de los supuestos básicos de la existencia. Así, el ser humano siempre deberá asumir en algún grado el hecho de que ante una situación dada siempre existirá la posibilidad de que sus valores se destruyan, no los pueda seguir afirmando o que fracase el proyecto mediante el cual pretendía preservar lo que consideraba valioso para sí, lo cual es generador directo de ansiedad (estos serían ejemplos de la manifestación de la conciencia de muerte, que obviamente se refiere a una sensación de amenaza no solo física sino también psicológica, es decir, amenaza a los significados y valores elegidos). Tampoco se podrá pasar por alto el hecho que en toda situación, el individuo deberá tomar alguna decisión a partir de una postura psicológica ante dicha situación y la experiencia que en ella surja (el grado de ansiedad que pueda implicar el tomar una decisión está directamente relacionada con la significación que la persona sienta que está en juego en dicha decisión. Esta exigencia de decidir implica, en algún grado, conciencia de libertad). Ante la decisión tomada, el ser humano sabe que en últimas él será directamente el afectado por las consecuencias de dicha decisión, lo cual puede hacerlo consciente del hecho que indistintamente de la ayuda que pueda recibir o no en una situación determinada son sus valores y significados personales lo que pueden verse afectados para bien o para mal (esto implica algún grado de conciencia del aislamiento existencial). Finalmente, las decisiones que se tomen y los valores que se decida afirmar o preservar serán definidos a partir de aquello que la persona pretenda obtener o busque evitar experiencialmente en una situación dada (lo cual implica algún grado de conciencia de sentido).
Para De Castro (2010b, 2013) y los autores de este libro, la ansiedad surge a partir del darse cuenta no solo de un supuesto existencial que se debe asumir, sino del hecho que debemos asumir una posición en la relación dialéctica con ciertos dilemas existenciales en los que los supuestos existenciales están implicados. En este sentido, la experiencia de ansiedad emerge al tomar consciencia de los dilemas existenciales (dichos dilemas son: finitud vs. infinitud, libertad vs. determinismos, aislamiento vs. intersubjetividad, sentido vs. carencia de sentido (o insignificancia), poder vs. impotencia e individuación vs. adaptación, los cuales se expondrán ampliamente en un capítulo más adelante en el libro).
Así, indistintamente de la situación y momento evolutivo en que se encuentre un ser humano, este deberá asumir el hecho de estar arrojado en un mundo con determinismos y limitaciones, y al mismo tiempo explorar creativamente las posibilidades de trascenderlas (aquí se hace referencia al dilema libertad vs. determinismos). Paralelamente, deberá afrontar el hecho de que para llegar a ser un individuo autónomo necesitará paradójicamente relacionarse con los demás (acá se hace referencia al dilema aislamiento vs intersubjetividad). Aunque tenga la necesidad y posibilidad de construir un proyecto de vida de cara al futuro, de igual manera debe lidiar con la posibilidad de destrucción o fracaso de este (hablamos entonces del dilema finitud vs. infinitud). Así, deberá en algún grado sentirse capaz de defender y preservar su proyecto de vida acorde con sus metas, pero al mismo tiempo debería aceptar o reconocer debilidades o insuficiencias en determinadas áreas de su vida (se estaría hablando del dilema poder vs. incapacidad o impotencia). Este proyecto de vida va encaminado por la necesidad del ser humano de afirmar lo que él desea y le es significativo, al tiempo que esto implica atender en las necesidades del medio o contexto (acá se alude al dilema individuación vs. adaptación). Por último, el reafirmar los propios valores y proyecto de vida estará orientado por las ganancias afectivas que la persona pretende alcanzar, así como por aquello que pretende evitar experiencialmente en una situación dada (lo que insinúa el dilema sentido vs. carencia de sentido o insignificancia).
Así, no es pretensión de la psicología existencial ofrecer una solución definitiva a los dilemas anteriormente descritos, en el sentido de tratar de erradicarlos. Más bien, se busca comprender cómo a partir de la relación dialéctica con estos dilemas existenciales, el ser humano puede promover o restringir sus potencialidades, así como explorar formas de vivenciarse constructivamente.

SENTIDO DE LA EXPERIENCIA DE ANSIEDAD1

De esta forma, podemos entender que, psicológicamente hablando, la experiencia de ansiedad está siempre presente en toda decisión y proyecto del ser humano debido a que no hay seguridades absolutas en la vida que nos garanticen que vamos a ser siempre capaces de lograr o alcanzar aquello que tanto buscamos o anhelamos. De igual forma, tampoco hay certezas absolutas que garanticen que vamos a poder crear y desarrollar un proyecto de vida auténticamente, lo cual significa que siempre existe la posibilidad de que nuestro proyecto de vida falle o no sea muy apropiado para el desarrollo de nuestra potencialidad de ser. O aun más, existe siempre la posibilidad de descubrir que el proyecto vital que estamos desarrollando y las decisiones que estamos tomando ni siquiera alcancen a darnos o aproximarnos a un sentido de vida que nos haga sentirnos tan bien como deseamos o esperamos. Boss (1979) sintetiza esta idea cuando afirma que la existencia del ser humano hace frente al peligro cuando esta enfrenta sus diversas posibilidades de ser, lo cual es una idea que De Castro (2005a) también encontró en su investigación, la cual plantea de la siguiente forma:
Parece haber una fuerte relación entre la experiencia de estar ansioso y la confrontación de la incertidumbre que viene del futuro. Aparentemente, la experiencia de ansiedad surge cuando los seres humanos sienten que existe la posibilidad de no ser capaz de alcanzar sus metas, de preservar aquello que les es significativo y/o de afirmar sus proyectos de vida. Entonces, podríamos decir que los seres humanos encuentran sentido en sus vidas cuando ellos son capaces de alcanzar esas metas o al poder afirmar sus proyectos de vida, lo cual los hace sentir como seres valiosos en algún sentido. Así, la experiencia de ansiedad parece ser una reacción natural y siempre presente contra la posibilidad de no poder ser quien se quiere ser, lo cual es lo que nos hace sentir en gran parte que tenemos algún valor como seres humanos.
Siguiendo con lo expuesto, la experiencia de ansiedad emerge, como se ha descrito con anterioridad, a partir de la amenaza de aquello que el ser humano valora, bien sea de la periferia de su existencia o del núcleo de la misma. Así, la experiencia de ansiedad es proporcional al grado de significación que posea el valor que se desea afirmar. De acuerdo con lo anterior, la ansiedad es una condición ineludible al ser humano y aparece cuando este vivencia que no está pudiendo desarrollarse a plenitud. Por ejemplo, en un mundo que cada vez exige mayor preparación profesional, para hacer a sus hijos competitivos, los padres buscan desde temprana edad estimularles cognitivamente pretendiendo que sean más aptos. El niño va adoptando –en algún grado inconscientemente– la presión de los padres hacia el éxito laboral y/o profesional, y a partir de ahí alcanzar un estilo de vida apropiado a las expectativas que ha asumido. Sin embargo, el sentir que no está alcanzando dicho nivel de vida puede generar una experiencia de ansiedad tan intensa que el ser humano puede llegar a vivenciarse sin rumbo, a la deriva, vacío, perdido o incapaz de reafirmarse a sí mismo.
En este sentido, basado en los resultados de sus investigaciones, Fischer (1989) describe la experiencia de ansiedad como un estado en el que se dan afectos contradictorios que las personas que lo están vivenciando sienten como significativo y expresivo de la incertidumbre que amenaza al menos uno de los proyectos en que el entendimiento de sí mismos está basado. Es por esto que podemos comprender la experiencia de ansiedad como un estado que está siempre presente cuando el sentido de la existencia de los seres humanos está siendo cuestionado, lo cual implica que cuando alguien percibe algo como peligroso para sí mismo, lo que esta persona siente que está amenazado no es solo una parte de sí misma o un pequeño proyecto de su vida, sino el total proyecto de su vida, ya que desde este último es que cobran vida y se desarrollan cada una de las decisiones y proyectos de la vida cotidiana. Lo anterior puede explicar en algún grado por qué, en circunstancias aparentemente sencillas a simple vista, las personas tendemos a reaccionar de distinta manera. Según lo dicho hasta ahora, por ejemplo, la sensación de bloqueo en un examen, entrevista o situación laboral no siempre alude a la falta de preparación o carencia de conocimiento, sino que puede ser, en algún grado, una consecuencia de cómo la persona está valorando subjetivamente la situación y vivenciándose a sí mismo en ella.
Fischer (2000) afirma que las condiciones existenciales que nos hacen estar expuestos a la posibilidad de la experiencia de ansiedad son básicamente: la importancia que tiene para nosotros mismos el clarificar quiénes somos como seres humanos; el hecho de que los seres humanos constituimos quienes somos en cada una de las relaciones y proyectos que desarrollamos en nuestra vida cotidiana; y finalmente, la siempre presente incertidumbre referente a un absoluto, total o seguro éxito de dichas relaciones y proyectos desarrollados en la vida cotidiana.
Ahora bien, basados en los descubrimientos de De Castro (2005a) en su investigación, y de acuerdo con lo planteado anteriormente, deberíamos clarificar que la experiencia de ansiedad en sí misma no necesita ser vista en un principio como una experiencia contraria a la salud mental, sino como una experiencia siempre presente en la existencia humana debido a que está implicada en las decisiones y proyectos de nuestra vida cotidiana, lo cual la hace ser una experiencia que todo ser humano debe confrontar. Con base en esto podemos entender de mejor forma la definición de la ansiedad realizada por May (1963): “La ansiedad es la reacción básica de los seres humanos hacia un peligro sobre su existencia, o hacia algún valor que él/ella identifique con su existencia (p. 35)”. Entonces, dado que la ansiedad es una experiencia, antes que un síntoma patológico, la forma como esta va a ser vivenciada depende directamente de la forma como es asumida, confrontada e integrada a la existencia misma por medio de la conciencia. Como resultado, si somos capaces de confrontar la ansiedad constructivamente, en gran parte estaremos estableciendo firmemente una estructura psicológica sobre la cual y a partir de la que podamos ser capaces de alcanzar en algún grado un estado y/o modo de ser saludable.
Al respecto, Fischer (1988) comenta que la experiencia de ansiedad es descubierta y entendida por uno mismo dependiendo de la forma como uno se relaciona con ella, y afirma que habrían al menos dos estilos generales en que una persona podría apropiarse y/o vivenciar la experiencia de ansiedad. En el primero, el ser humano es capaz de manejar, descubrir y explorar nuevos significados en la experiencia de ansiedad, mientras que en el segundo modo tiende a engañarse a sí mismo acerca del sentido de la experiencia de ansiedad, para evitar así asumirla. De Castro (2005a) hace referencia a esta idea en las conclusiones de su investigación cuando afirma:
Aparentemente, la experiencia de ansiedad está relacionada con la forma en que cada persona confronta y desarrolla su proyecto general como ser humano. Cuando la gente siente que ellos no han sido capaces de preservar o afirmar aquello que es significativo para ellos, de desarrollar sus proyectos concretos de vida, y de alcanzar sus metas particulares, la experiencia de ansiedad no es una experiencia constructiva, sino una muy dolorosa experiencia. Al parece...

Índice

  1. Cubierta
  2. Portadilla
  3. Página legal
  4. Contenido
  5. Agradecimientos
  6. Nota de los autores
  7. Nota a la tercera edición
  8. Introducción: HITOS Y TEMAS DE UNA PSICOLOGÍA COMPRENSIVA Y EXISTENCIAL
  9. PRIMERA PARTE: Fundamentos epistemológicos de psicología existencial
  10. SECUNDA PARTE: Visión de ser humano y fundamentos experienciales del desarrollo de la salud mental y el sufrimiento humano
  11. TERCERA PARTE: Sufrimiento y psicopatología
  12. CUARTA PARTE: Fundamentos de psicoterapia existencial
  13. QUINTA PARTE: Consideraciones finales
  14. Cubierta posterior