1. Contribuciones a una fenomenología del materialismo histórico
I. Introducción
En primer lugar, hay que determinar provisionalmente el objeto de la investigación según su modo de darse. El marxismo, en cuyo contexto de conocimiento entra en escena el materialismo histórico, no aparece como una teoría científica, como un sistema de verdades, cuyo sentido resida únicamente en su corrección como conocimientos, sino como una teoría de la acción social, de la acción histórica. El marxismo es la teoría de la revolución proletaria y la crítica revolucionaria de la sociedad burguesa; es ciencia, por cuanto la acción revolucionaria, a la que quiere abrir paso y consolidar, requiere de la comprensión de su necesidad histórica: de la verdad de su ser. Vive en la unidad inquebrantable de teoría y praxis, de ciencia y acción, y las investigaciones marxistas tienen que mantener esta unidad como la guía más elevada. En cambio, estas pierden por principio su objeto cuando quieren verificar, desde algún lugar trascendente al marxismo, su compleción lógica, su ausencia universal de contradicciones y su validez intemporal. Las verdades del marxismo no son verdades del conocer, sino del acontecer. Solo así se puede plantear la pregunta crítica: ¿procede el nexo de fundamentación teórica desde el que el marxismo deriva la verdad, es decir, la necesidad de la acción histórica afrontada y aprehendida por él, de una captación plena del fenómeno de la historicidad? Dentro del marxismo, el materialismo histórico señala el ámbito completo de conocimientos que se refieren a la historicidad: al ser, a la estructura y a la movilidad del acontecer.
El modo de darse su objeto, que se acaba de esbozar, señala su camino a la fenomenología del materialismo histórico. Esta comienza con el desvelamiento de la situación fundamental marxista, en la que una nueva actitud fundamental revolucionaria consigue, a partir del reconocimiento de su historicidad, una nueva perspectiva sobre el conjunto del ser social, que culmina en el descubrimiento de la historicidad como determinación fundamental de la existencia [Dasein] humana y recibe, con una nueva comprensión de la realidad, la posibilidad de una acción transformadora radical. Se va a ensayar entonces una interpretación fenomenológica de la historicidad, que tomará como base los análisis fundamentales de Heidegger plasmados en su libro Ser y tiempo (1927). Antes del examen de la cuestión de si las proposiciones del materialismo histórico mantienen completamente a la vista el fenómeno de la historicidad, se afrontará como problema la metodología misma de la interpretación. La historicidad de la existencia [Dasein] exige una corrección de la fenomenología en el sentido del método dialéctico, el cual se muestra como el acceso adecuado a los objetos históricos. Al mismo tiempo, la dialéctica, en su aplicación metodológica por el marxismo, deberá experimentar también una clarificación provisional. Solo entonces se emprenderá la fenomenología del materialismo histórico, en la cual se interpretarán a la luz del fenómeno de la historicidad las proposiciones del marxismo que conciernen a la estructura de la historicidad.
II. La situación fundamental marxista
Denominamos situación fundamental de un hombre a la situación en la que puede determinar y tener a la vista su posición única ante el mundo circundante y las tareas que resultan de ella. Si una vida alcanza expresión decisiva en una investigación, entonces se conseguirá la determinación de la situación fundamental como el punto desde el que toman su origen y reciben su sentido la metodología de su investigación y su conceptualidad. (Estas comprobaciones no tienen un sentido psicológico sino fenomenológico. No se sostendrá que Marx concibió la investigación como su tarea fundamental y que se pueda explicar su obra a partir de ahí, sino que su investigación y su plasmación en forma de obra es el material histórico en el que tiene que realizarse la determinación de la situación fundamental). La cuestión de si y en qué medida una determinación tal es posible y dónde reside el criterio de su corrección se puede responder provisionalmente en conexión con el modo de presentarse su objeto, esbozado en la introducción. La situación fundamental marxista puede ser interpretada “correctamente” cuando se acierta con su lugar histórico y el sentido aprehendido en él. Esta posibilidad se funda en el modo de ser de la existencia [Dasein] humana en cuanto histórica. A pesar de que una situación histórica no puede ser repetida, sí puede ser comprendida (bajo qué condiciones, será aclarado más tarde), precisamente porque en ella vive y se expresa la existencia [Dasein] humana. Respecto al cognoscente, su objeto de conocimiento no se encuentra “frente a él” como un ser otro que le es “extraño” (como en el conocimiento de objetos físicos), sino que “vive con él”, tiene el mismo modo de ser. Marx se ha referido frecuentemente a esta determinación singular del conocimiento histórico, en la que se funda que los hombres sean a la vez sujetos y objetos de la historia. Más tarde se volverá sobre esto.
La pregunta por la situación fundamental marxista tiene que confrontarse todavía con otra objeción metodológica. Incluso si en la investigación, tal como esta va a desarrollarse en líneas generales a continuación, quisiéramos limitarnos en lo que respecta a las fuentes a los escritos de Marx y Engels como expresión históricamente originaria del marxismo, estos escritos mismos están, vistos históricamente, en periodos tan distintos que la pregunta por una situación fundamental unitaria parece incluir al menos un presupuesto dogmático, a saber, la exigida “unidad”. Pero nos parece, al contrario, que solo puede emprenderse una división en periodos históricos después de la mostración de la situación fundamental, pues una división tal, si quiere ser algo distinto a una medida mecánica del tiempo, solo puede remitirse a la relación de los escritos clasificados con la situación fundamental. Si, por ejemplo, en la obra vital de Marx se diferencia el periodo del joven hegeliano, del demócrata radical y del comunista científico, entonces esa diferenciación o bien presupone una valoración y una dirección del desarrollo de una situación fundamental, o bien significa la ruptura abstracta de la totalidad histórica en fragmentos solo conectados de modo temporal, un proceder que, frente a la unidad dialéctica del marxismo, representa la metodología más inadecuada. Por lo demás, la puesta de manifiesto de la situación fundamental no quiere fijar desde un principio como objetivo de esta investigación el sentido del marxismo, sino solo delimitar el suelo desde el que debe partir tal interpretación. Se trata por el momento de una anticipación metodológica, que deberá alcanzar claridad solo en el transcurso de la investigación.
Caracterizamos ahora en líneas generales la situación fundamental marxista: en la situación fundamental marxista se trata de la posibilidad histórica de la acción radical, que debe abrir el camino hacia una nueva realidad necesaria en cuanto realización del hombre completo. Su portador es el hombre histórico consciente, su único campo de acción es la historia, que es descubierta como categoría fundamental de la existencia [Dasein] humana. Con ello, se muestra la acción radical como acción histórica revolucionaria de la “clase” en cuanto unidad histórica.
Para la exposición, tenemos que descomponer en sus situaciones parciales decisivas la situación fundamental así esbozada, y debe subrayarse de nuevo que se trata solo de un procedimiento exigido metodológicamente. Se mostrará la conexión de las situaciones parciales de tal manera que la situación fundamental se haga palpable como unidad viva.
Solo puede plantearse con sentido la pregunta por la acción radical allí donde se comprende la acción como la realización decisiva de la esencia humana y, al mismo tiempo, precisamente donde esa realización aparece como imposibilidad fáctica, es decir, en una situación revolucionaria. Ya en el primer acceso se revela la unidad de la situación fundamental, que se introduce a sí misma en seguida en la historicidad: la situación fundamental se muestra como eminentemente histórica. Desde la situación histórica concreta se plantea la siguiente cuestión: lo que hay es una suma interminable de actividades, una junto a la otra, y sin embargo todas vinculadas indisolublemente entre sí y determinadas unas por otras, todas desligadas del agente, el cual no vive e...