Pregunta sin miedo sobre Dios
eBook - ePub

Pregunta sin miedo sobre Dios

  1. 216 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Pregunta sin miedo sobre Dios

Descripción del libro

En estos 'tiempos líquidos', es fundamental no solo adquirir buenos y sólidos conocimientos, sino también descubrir aquellos interrogantes que, aunque parezcan poco importantes, nos sitúan en la pista de las auténticas respuestas que fundamentan la vida. Frente a quienes consideran que la indiferencia se está apoderando de la juventud, lo que se experimenta cuando se trata con ellos es que tienen mucho deseo de ser escuchados y poca oportunidad para ello. De ahí que sea apasionante entablar un diálogo abierto. Este libro aborda 99 temas tratados por dos jóvenes cada uno: ellos inician la conversación y el autor les va respondiendo y hablando. "Ojalá esta obra despierte nuevas preguntas y sigamos dialogando", desea él.

Preguntas frecuentes

Sí, puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento desde la pestaña Suscripción en los ajustes de tu cuenta en el sitio web de Perlego. La suscripción seguirá activa hasta que finalice el periodo de facturación actual. Descubre cómo cancelar tu suscripción.
Por el momento, todos los libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Perlego ofrece dos planes: Esencial y Avanzado
  • Esencial es ideal para estudiantes y profesionales que disfrutan explorando una amplia variedad de materias. Accede a la Biblioteca Esencial con más de 800.000 títulos de confianza y best-sellers en negocios, crecimiento personal y humanidades. Incluye lectura ilimitada y voz estándar de lectura en voz alta.
  • Avanzado: Perfecto para estudiantes avanzados e investigadores que necesitan acceso completo e ilimitado. Desbloquea más de 1,4 millones de libros en cientos de materias, incluidos títulos académicos y especializados. El plan Avanzado también incluye funciones avanzadas como Premium Read Aloud y Research Assistant.
Ambos planes están disponibles con ciclos de facturación mensual, cada cuatro meses o anual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¡Sí! Puedes usar la app de Perlego tanto en dispositivos iOS como Android para leer en cualquier momento, en cualquier lugar, incluso sin conexión. Perfecto para desplazamientos o cuando estás en movimiento.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Sí, puedes acceder a Pregunta sin miedo sobre Dios de José Fernando Juan Santos en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Teología y religión y Cristianismo. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Editorial
PPC Editorial
Año
2019
ISBN de la versión impresa
9788428833349
ISBN del libro electrónico
9788428833851
Categoría
Cristianismo
1

¿TODAVÍA SE HABLA DE RELIGIÓN?

Comenzar un diálogo requiere voluntad para escuchar y comprender. Habla, en primer lugar, de nuestra insuficiencia y necesidad del otro. Lo que no se ve es, sin embargo, el tiempo anterior que ha llevado a cada uno de los que dialogan, posiblemente horas de reflexión y preocupación. En muchas ocasiones, ni siquiera cuando hacemos una pregunta somos capaces de reflejar lo que supone para nosotros.
Nos ponemos en marcha deseando encontrar algo que nos calme y nos sacie. La mera curiosidad es otra cosa que no consigue llenar del todo, que no alimenta la vida de igual manera. La necesidad de encontrar respuesta, de no dejarnos invadir por la nada y el sinsentido, resistiendo el trauma que provoca verse a uno mismo frente a la vida en todo su sentido. Una necesidad imperiosa que, ella misma, despeja por su parte las respuestas fáciles y se adentra, no tan despacio como creemos, en el misterio de lo que somos y del mundo.
La adolescencia y la juventud son un tiempo muy especial precisamente por eso, por su apertura. Pero, es mi impresión, los adolescentes y los jóvenes normalmente no distinguen las verdaderas cuestiones de aquellas que no lo son. Y la angustia que hace presa en ellos pocas veces se trasluce en diálogos que no sean los más íntimos y personales. Sus heridas, la fractura que les provoca el mundo, la soledad en la que se encuentran cuando se miran a sí mismos; a lo que sumamos el interés ideológico que muchos tienen en hacerles esclavos de su pensamiento, es decir, adueñarse de su vida. Porque hay que recordar que vivimos como vivimos porque creemos lo que creemos. Es decir, porque hacemos que nuestra vida se dirija en un sentido o en otro.
Lo más difícil de este libro sea probablemente eso, darles voz para que se expresen aunque no sepan bien cómo preguntar sobre aquello que les inquieta y mueve, y ofrecer una respuesta que continúe el diálogo, que no lo zanje, que les permita seguir adelante con sus preguntas, quizá reformuladas. Todo para seguir viviendo lejos de la superficialidad, para no caer en la tentación cómoda de creer que sabemos todo y no respetar el misterio que somos y en el que nos encontramos inmersos desde el día que nacimos.
1. ¿Hablar de Dios hoy?
María: ¿Merece la pena hablar de Dios hoy? ¿No es algo que ya hemos superado? ¿Por qué insistir tanto en algo que importa muy poco a mucha gente?
Sin duda. No solo merece la pena, sino que es, diría yo, el gran interrogante que permanece vivo en nuestro tiempo. Quien llega a preguntarse sinceramente sobre Dios –no solo sobre la religión o las pequeñas noticias que van surgiendo– se enfrenta valientemente con lo absoluto, con el bien perfecto.
Es curioso cómo, además, es hoy una cuestión muy viva. Pese a que muchos quisieran que fuera algo pasado, como si fuera propio de otros tiempos, cada vez resurge con más fuerza. Las personas no somos capaces de vivir por nosotros mismos sin ser mínimamente auténticos respecto a la cuestión de Dios. Que no es teórica, que no es fruto de un pensamiento curioso o del ocio de unos pocos.
No deja de preocuparme ver cómo algunas personas son capaces de lo mejor y de lo peor en su nombre. Tenemos delante la entrega incondicional de infinidad de misioneros que en el mundo aman al prójimo incluso más que a sí mismos. Y también la violencia, la barbarie de quien mata impasiblemente por su causa. ¿Te parece poco motivo para preguntarse quién es Dios?
Apunto algo más sobre el tema. Creo que Dios no es propiedad de unos expertos, sino de todos. Cualquier persona puede aproximarse a él. El asunto más delicado es que su acceso –y considero que aquí fallamos– no es el mismo que cuando comprendemos otras cuestiones. Sería ridículo dotar de un microscopio o una regla a quien quiere conocer el amor. Estamos frente a lo más sobrecogedor, hermoso y la fuente misma de la vida. Para acercarnos es imprescindible, de algún modo, vivirlo. No es una palabra en un libro ni una idea sobre la que discutir. Las grandes religiones nos muestran que es Persona –con mayúscula– que entra en diálogo.
Miguel: Por lo que he vivido me parece interesante tener la oportunidad de hablar de Dios un rato. No suelo tener ocasión de hacerlo. Unas veces porque no sé explicarme; otras, porque no me entienden. ¿Siempre es tan difícil hablar de Dios hoy?
En efecto, hablar de Dios siempre es difícil, porque nos provoca algo muy personal a quienes queremos vivir con fe y en su presencia. Algunas veces es como si estuviésemos tratando del corazón con el que muchas personas viven en el mundo. Y, cuando lo hacemos fácil y asequible, probablemente nos estamos confundiendo. No quiero decir que haya que ser oscuros y crípticos para que nadie nos entienda. Sino que, como todo lo que es más propio, en ocasiones faltan las palabras para expresar todo lo que quisiéramos decir. ¿Es fácil hablar de cualquier persona de nuestro mundo? ¿Qué somos capaces de decir de la persona a la que más queremos?
De todos modos, es muy interesante escuchar a los jóvenes hablar de Dios con sus propias palabras. De más de uno he aprendido muchas cosas, incluso cuando expresaba dudas. Si lo que queremos es hablar de Dios cuando esté todo claro, probablemente jamás lo haríamos. Pero ir contando lo que vivimos, el modo en que lo vivimos y encontrar esos espacios para hacerlo libremente nos hace crecer.
Ahora bien, aquí el reto seguirá siendo cómo escuchar a Dios. Porque, hablar, casi todos pueden hacerlo. En serio o en broma, como algo personal o como mera curiosidad. Toda persona, creyente o no, lleva dentro una idea. Pero escuchar es otra cosa, es pasar al lado de la relación, del encuentro, de la presencia a la vez real como la vida misma y misteriosa que se nos escapa de las manos. ¿Quién puede hacerlo? Siempre me resultó interesante, al entrar en una iglesia, incluso para visitarla, pensar con respeto en que allí Dios ha hablado a mucha gente y ha sido escuchado, unas veces en la alegría, otras en la tristeza y el dolor o buscando respuesta. Creo que todo cambia cuando se ven las cosas de otro modo. No son piedras, son lugares que han sido habitados por personas de fe. El cristianismo dice con rotundidad que Dios habla. Y a quien escucha se le suelta la lengua para transmitírselo a los demás. ¿Cómo guardarlo para sí?
2. ¿Por qué creen las personas?
Luis: De pequeño he ido a misa y demás. He estudiado en un colegio de curas. Pero no me identifico con nada de eso. No me ha hecho daño, no tengo quejas. ¿Por qué no tengo fe? ¿No es una forma de engañarse?
Como tú, otros tantos. No pocos. Diría que incluso una mayoría de jóvenes durante muchos años han pasado por lo mismo. ¿Por qué será? ¿Hay ofertas más atractivas, que llaman más la atención? ¿No se pone suficiente interés en cuidar la fe cuando las personas crecen? ¿Empezamos a pensar y, por tanto, dejamos de creer?
Algunas veces pienso que hay una formación religiosa insuficiente. Muy cómoda para niños pequeños con respuestas sencillas que luego se cuestionan con facilidad. Pero también que, junto a otras propuestas, la fe resulta exigente y nada cómoda. Al contrario, justo lo diametralmente opuesto de lo que se suele decir. La fe, como experiencia religiosa, resulta excesivamente exigente para muchos. Creer no es fácil. Como tampoco pienso que lo sea no creer.
Lo que es en cualquier caso evidente es que durante la juventud hay unos años en los que las personas van a tomar decisiones fundamentales para su vida. Se van haciendo más autónomas. En parte con vivencias, pero sobre todo con ideas, pensamientos, creencias. Quizá, como sociedad entera, deberíamos cuidar más estos años y facilitar silencio para que la libertad se forme, abrir espacios en los que seamos capaces de tratar los temas con profundidad y no dejarlos para cuando sea tarde o nos lleguen por pura necesidad. Las respuestas decisivas en ese tiempo quizá sean después muy rápidas.
Laura: En ocasiones tengo la sensación de que creo porque ha sido lo que he recibido en casa. Pero me resulta difícil explicar a los demás mis experiencias. ¿Por qué creo? ¿Solo porque me lo enseñaron?
No te diría que no, porque puede ser así. Recibimos de nuestras familias, del colegio, de nuestra sociedad y de las relaciones que tenemos muchas herencias, de diferente tipo. Entre ellas, empezar a pensar de un modo concreto entre diversidad de opciones. Es natural que sintamos que somos en parte lo que nuestros padres han hecho de nosotros. Y ojalá, dicho sea de paso, con el tiempo miremos hacia atr...

Índice

  1. Portadilla
  2. Introducción
  3. 1. ¿Todavía se habla de religión?
  4. 2. ¿Qué aporta el cristianismo?
  5. 3. ¿En qué mundo vivimos?
  6. Contenido
  7. Créditos