Los laberintos del éxito

Ilusiones, pasiones y fantasmas femeninos

Clara Coria

• Editorial: Pensódromo 21
• Año: 2016
• ISBN del libro electrónico: 9788494623233
• Edición: 1
• Categoría: Ciencias sociales
• Categoría: Feminismo y teoría feminista

El éxito tiene una cara brillante y tentadora, pero también un lado oscuro que encierra contrastes y costes no siempre leves. Clara Coria profundiza en las problemáticas que generan las pretensiones de "éxito" en no pocas mujeres, y desvela los fantasmas que entorpecen el acceso al mismo y las trabas que impiden disfrutarlo de un modo saludable. Su análisis descubre los condicionamientos de la sociedad patriarcal respecto de los roles femeninos y masculino que el éxito comparte con la sexuación del dinero. Corre el velo de los obstáculos objetivos que afectan las ambiciones femeninas: el miedo a exponerse. la autocrítica exacerbada, la soledad como castigo, los terrorismos psicológicos, el temor a la competencia y, como no, las actitudes masculinas ante el éxito femenino. Una obra para ser leída con la mente abierta, una actitud sincera y autocrítica, dispuestos a la difícil tarea de aceptar cuestionamientos que pueden remover convicciones enraizadas en las profundidades de nuestro concepto de vida. "Construir el éxito desde lo femenino, es desenmascarar los condicionamientos patriarcales. Es tomar conciencia de que muchos de los conflictos son generados por dichos condicionamientos. Es desmitificar el ideal maternal basado en el altruismo, la incondicionalidad y la abnegación. Es acceder a la autonomía desexualizando el dinero y desfeminizando el altruismo. Es acceder a los anhelos de solidaridad sorteando las trampas de múltiples terrorismos que no son exclusividad de los varones y animarse a reformular viejas creencias". Un nuevo paso en nuestro esfuerzo de trasladar voces de mujeres y hombres que apuesten no solo por un mayor equilibrio de lo femenino y lo masculino en la sociedad contemporánea, sino que también "… se vean tentados a cambiar el modelo y se sientan menos temerosos de compartir la vida de una manera menos violenta y más equitativa".

Notas

1.

Clara Coria, El dinero en la pareja. Algunas desnudeces sobre el poder, (1989) Barcelona, Pensódromo 21, 2015.

2.

La sexuación ha sido tratada extensamente en El sexo oculto del dinero. Formas de la dependencia femenina ([1986] Barcelona, Pensódromo 21, 2014) y sintéticamente en la nota 6 (pág. 32).

3.

En el prólogo de El dinero en la pareja, fundamento más explícitamente la conveniencia de que, además, sean varones quienes indaguen las problemáticas masculinas.

4.

El temor al fracaso es un tema reiterado en muchos varones cuando abordan la problemática del éxito desde un ángulo masculino. Este temor parece no tener fronteras. Pude observarlo en entrevistas y talleres realizados con varones en diversas ciudades españolas y argentinas.

5.

Este es un punto clave para discriminar y esclarecer el concepto del éxito. Con frecuencia suelen considerarse complementarios o incompatibles. Uno y otro caso contribuyen a perpetuar confusiones que favorecen una particular sexuación del éxito. Este aspecto se desarrolla en detalle en el capítulo: «No todo es lo que parece».

6.

La sexuación del dinero ha sido el tema central desarrollado en El sexo oculto del dinero, op. cit. Para quienes no hayan accedido a dicho libro sintetizaré brevemente el concepto. La sexuación del dinero es un fenómeno psicosocial por el cual el dinero es considerado no solo un recurso que tradicionalmente han administrado los varones sino algo que pertenece a su patrimonio legítimo. El dinero está asociado al varón de tal manera que llega incluso a formar parte de su identidad de género… como dice un refrán español: «El hombre sin dinero no es un hombre entero». En nuestra cultura, el dinero tiene adscrito un género sexual: el masculino. Esta adscripción está profundamente arraigada y es internalizada por mujeres y varones a lo largo del proceso en el que van conformando su subjetividad y adquiriendo su identidad de género. Esta adscripción se convierte en una creencia incuestionable y obvia. Ello ocasiona graves trastornos en unas y otros. La creencia de que un hombre con dinero no sólo es pudiente desde el punto de vista económico sino también incuestionablemente varonil se ve confirmada, como observamos con frecuencia, por el hecho de que los trastornos económicos en los varones a menudo se acompañan y derivan en episodios de impotencia sexual. Por su parte, en las mujeres esta misma creencia (que el dinero es propio del varón) condiciona el temor de perder feminidad o «ser como un varón» si accede a producir, administrar y decidir sobre el dinero. Este temor tiene la fuerza de una creencia y ocasiona graves trastornos sintomáticos que entorpecen —y a veces obstaculizan— el manejo eficiente del dinero por parte de muchas mujeres. La sexuación del dinero es un proceso psicosocial inconsciente y por lo tanto actúa con la fuerza de lo inconsciente. Para desactivarlo es necesario desenmascarar sus múltiples manifestaciones cotidianas.

7.

Para quienes no estén familiarizados con el significado de esta manera de concebir la realidad social expondré sintéticamente su contenido. Las ideas predominantes de la ideología patriarcal giran alrededor de la suposición básica de la inferioridad de la mujer y la superioridad del varón. Esta suposición básica lleva a plantear las diferencias entre los sexos como una diferencia jerárquica. En esta jerarquía los varones se instalan en el nivel superior y desde allí detentan el poder, ejercen el control y perpetúan un orden que contribuye a consolidar la opresión de las mujeres. Esta jerarquización de las diferencias justifica y avala la dominación de la mujer por parte del varón. La suposición básica de la superioridad masculina se apoya en teorías biologistas, naturalistas y esencialistas. Explica las diferencias jerárquicas entre los sexos como el resultado de factores exclusivamente biológicos y, por lo tanto, los considera inmutables. Identifica sexo con género sexual, omitiendo los factores culturales que entran en juego en el aprendizaje y adjudicación del género sexual. Al mismo tiempo sostiene que las maneras de ser «femenina» y «masculina» responden a una esencia y, por lo tanto, los roles sociales son expresión de dicha esencia y, en consecuencia, inamovibles.Esta ideología está presente en las religiones monoteístas y promueve una división sexual del trabajo por la cual los varones son asignados a la producción y al ámbito público mientras las mujeres lo son a la reproducción y al ámbito privado y doméstico. Esto conlleva, entre otras cosas, que las actividades femeninas giren alrededor de la maternidad y lo doméstico, contribuyendo a identificar a la mujer con la madre. Las características atribuidas a la maternidad se consideran «esencialmente femeninas».

La ideología patriarcal tiende a establecer un estricto control sobre la sexualidad femenina, entre otras cosas, a través de instituciones familiares que exigen, por ejemplo, fidelidad a la mujer pero no al varón. En síntesis, la ideología patriarcal, sustentada en el biologismo, enfatiza las diferencias entre los sexos como esenciales. Convalida una relación jerarquizada entre ellos que se expresa en todas las áreas del funcionamiento social bajo la forma de opresión hacia la mujer. Opresión sexual, económica, intelectual, política, religiosa, psicológica, afectiva.

8.

El tema de las tarjetas de crédito se desarrolló en El dinero en la pareja. Algunas desnudeces sobre el poder, op.cit., y en el se incluyen las seudolibertades que brindan las «extensiones».

9.

El tema de la autonomía no es trivial. La declaración de las Naciones Unidas en cuanto a la no discriminación de la mujer lo señala muy específicamente: «La democratización, el desarrollo de los recursos humanos y la emancipación son cuestiones estrechamente vinculadas. La emancipación de la mujer es un asunto clave. La mujer no puede participar en el proceso de democratización sino en la medida en que sus derechos humanos sean reconocidos por ella misma, por el hombre y también por la sociedad. Otra condición previa es la promoción de su potencial humano y su emancipación. Por consiguiente, la mujer y el hombre han de conocer sus derechos y reclamarlos en todos los niveles de la sociedad. La emancipación significa que la mujer adquiere autonomía y puede decidir sobre su propia vida. Lleva aparejada la participación femenina cabal en todos los procesos de toma de decisiones económicas, políticas y sociales. En el pasado muchos proyectos con fines femeninos no sirvieron para emancipar a la mujer ni a menudo le ofrecieron aptitudes fundamentales para la vida, en particular las del liderazgo, o bien la emancipación no fue posible en el marco en que el proyecto se desenvolvía. Aunque las mujeres aprendían a afrontar los problemas socioeconómicos y mejoraban de forma marginal su situación económica, no eran emancipadas de suerte que mandasen en sus vidas. Además, la emancipación no puede plasmarse en realidad a no ser que la responsabilidad primordial de la mujer en la función de reproducción en la familia sea compensada o compartida en condiciones de igualdad no sólo con el hombre sino con la comunidad y la sociedad, lo que tiene también gran importancia. La reproducción no es una función en beneficio del individuo sino en beneficio de la colectividad». («Noticias de la mujer» y «La violencia contra la mujer», publicación de las Naciones Unidas. Nos. 7 y 8, 1991.)

10.

«Bancar» es una expresión corriente en Argentina y otros países de América Latina, que tiene el significado de ayudar, sostener, tolerar, dar crédito afectivo y económico.

11.

Simón de Beauvoir usó esta expresión en un libro de profunda lucidez que aún hoy tiene vigencia.

12.

Ver nota al final de este capítu...

Índice

• Cubierta
• Portada
• Créditos
• Dedicatoria
• Epígrafe
• Prólogo del editor
• Prólogo de la autora
• Introducción
• No todo es lo que parece
• El protagonismo
• El fantasma de la soledad
• Excitación y violencia
• La competencia
• Anexos
• Bibliografía
• Notas