¡Vigilen los cielos!
eBook - ePub

¡Vigilen los cielos!

La filosofía de la ciencia ficción

  1. 256 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

¡Vigilen los cielos!

La filosofía de la ciencia ficción

Descripción del libro

Un divertido y accesible recorrido intelectual por las grandes películas del cine de ciencia ficción.

 ¿Qué representa Neo en  Matrix ? ¿Es  Star Trek  una especie de visión optimista, liberal y cosmopolita de lo que podría ser el futuro de la globalización? ¿Por qué nos da tanta rabia que en  Star Wars  se repita siempre la misma batalla entre el bien y el mal? Es evidente que  Independence Day  es una película patriótica y nacionalista, pero ¿seríamos capaces de explicar exactamente por qué es así? ¿Qué tienen en común nuestra sociedad y la de  Matrix ?  ¿Qué ideologías políticas y ansiedades sociales se exponen en  Terminator ? 

 Las películas de ciencia ficción se nutren a partes iguales de una trama argumental y de reflexión filosófico-política. La ciencia ficción pretende entretener al espectador, pero también pretende activar su intuición crítica y creativa, su pulsión por saber y por pensar el mundo. 

 Luis Miguel Ariza, divulgador científico y gran experto en cine, abre una ventana al gran público para comprender mejor los principales mensajes filosóficos de veintidós grandes películas de todos los tiempos. A la vez que profundizamos en el significado de cada una de estas maravillosas narraciones visuales, el conjunto de estas reflexiones nos da las claves de lo que es y ha sido a lo largo de la historia este género fílmico, sin duda el que más mella hace en nuestro entendimiento y en nuestra imaginación. 

Preguntas frecuentes

Sí, puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento desde la pestaña Suscripción en los ajustes de tu cuenta en el sitio web de Perlego. La suscripción seguirá activa hasta que finalice el periodo de facturación actual. Descubre cómo cancelar tu suscripción.
Por el momento, todos los libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Perlego ofrece dos planes: Esencial y Avanzado
  • Esencial es ideal para estudiantes y profesionales que disfrutan explorando una amplia variedad de materias. Accede a la Biblioteca Esencial con más de 800.000 títulos de confianza y best-sellers en negocios, crecimiento personal y humanidades. Incluye lectura ilimitada y voz estándar de lectura en voz alta.
  • Avanzado: Perfecto para estudiantes avanzados e investigadores que necesitan acceso completo e ilimitado. Desbloquea más de 1,4 millones de libros en cientos de materias, incluidos títulos académicos y especializados. El plan Avanzado también incluye funciones avanzadas como Premium Read Aloud y Research Assistant.
Ambos planes están disponibles con ciclos de facturación mensual, cada cuatro meses o anual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¡Sí! Puedes usar la app de Perlego tanto en dispositivos iOS como Android para leer en cualquier momento, en cualquier lugar, incluso sin conexión. Perfecto para desplazamientos o cuando estás en movimiento.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Sí, puedes acceder a ¡Vigilen los cielos! de Luis Miguel Ariza en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Arte y Arte general. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Editorial
Arpa
Año
2018
ISBN del libro electrónico
9788416601950
Categoría
Arte
Categoría
Arte general




In­ter­ste­llar
El re­torno del mi­le­na­ris­mo cien­tí­fi­co (1)


Co­oper, un an­ti­guo pi­lo­to de la NASA, es re­cluta­do en se­cre­to por esta or­ga­niza­ción para em­pren­der un via­je a través de un agu­je­ro de gusa­no con el ob­je­tivo de resol­ver una ecua­ción que pue­de sa­l­var a la hu­ma­ni­dad de la ham­bru­na y el pol­vo. Para ello de­be­rá de­jar a su fa­mi­lia, in­clui­da su hija de diez años. Co­oper se aden­tra­rá en los lí­mites del es­pa­cio y del tiem­po en un via­je sin re­torno.

Hay mu­chas ma­ne­ras de abor­dar una pe­lícu­la, pero con In­ter­ste­llar voy a sa­l­tar­me al­gu­nas re­glas. Em­peza­ré por las im­presio­nes que me dejó su asesor, el físi­co Kip Thor­ne, fa­mo­so por sus li­bros so­bre agu­je­ros ne­gros. Thor­ne aseso­ró hace años a su co­le­ga Carl Sa­gan, que era mu­cho más fa­mo­so y po­pu­lar que él, a la hora de es­cri­bir su no­ve­la Con­tact.
Sa­gan te­nía pro­ble­mas para justi­fi­car cien­tí­fi­ca­men­te el via­je de una nave a ot­ras est­re­llas y Thor­ne le su­gi­rió que uti­liza­ra un agu­je­ro de gusa­no, que es como una es­pe­cie de tú­nel abier­to en el es­pa­cio-tiem­po, un ata­jo para sa­l­tar de un sitio a otro de la ga­laxia teó­ri­ca­men­te per­miti­do (aun­que to­davía no he­mos des­cu­bier­to nin­guno ni nada que se le pa­rez­ca). «Resul­ta­ba ob­vio que eso era lo que Carl ne­ce­sita­ba para esta pe­lícu­la. Me en­vió las ga­le­ra­das de su li­bro, Con­tact, y me las leí. Y me di cuen­ta de que lo que ne­ce­sita­ba era reem­pla­zar los agu­je­ros ne­gros por los agu­je­ros de gusa­no».
La histo­ria fun­cio­nó en la pan­ta­lla, por lo que no es de ext­ra­ñar que Thor­ne quisie­ra ver pla­s­ma­da su idea en otra pe­lícu­la. Por eso se con­vir­tió en el pro­duc­tor eje­cutivo de In­ter­ste­llar. Cuan­do tuve la for­tu­na de en­trevistar­lo para la revista Muy In­te­re­sa­n­te (que por cier­to es la me­jor revista es­pa­ño­la de divul­ga­ción cien­tí­fi­ca y la más leí­da, con el re­co­no­ci­mien­to del pú­bli­co), la pe­lícu­la esta­ba aún en fase de pre­pro­duc­ción, en una con­fe­ren­cia que Thor­ne im­par­tió por in­vita­ción de la Fun­da­ción BBVA hace aho­ra tres años. Era una pe­lícu­la en sus tier­nos co­mien­zos, de la que no se ha­bía ro­da­do un solo pla­no, de la que no po­día de­cir casi nada, pero se no­ta­ba el en­tusia­s­mo de Thor­ne a ki­ló­me­tros.
Aho­ra no cabe duda de que In­ter­ste­llar le ha ser­vi­do para sa­car­se una es­pi­nita de en­ci­ma, como asesor prin­ci­pal de la pe­lícu­la. Para re­don­dear la ju­ga­da, Thor­ne resul­tó el fla­man­te ga­na­dor del pre­mio No­bel de Físi­ca por sus estu­dios so­bre on­das gravita­to­rias a fi­na­les de 2017. Una fe­liz no­ti­cia. Debe de estar muy con­ten­to. Cuan­do le en­trevisté, y de­bi­do a mi tesis doc­to­ral y mi in­te­rés por la cien­cia fic­ción, no pude de­jar de pre­gun­tar­le qué le pa­re­cía tra­ba­jar para una su­per­pro­duc­ción de Ho­llywood, a ver si con suer­te le sa­ca­ba algo: «Es un asun­to que me en­can­ta, ya que la gen­te que está in­vo­lu­cra­da es bri­llan­te, pero no son cien­tí­fi­cos. Son ti­pos muy in­te­re­sa­n­tes y di­fe­ren­tes». Thor­ne no po­día de­cir ni pío. Ex­pli­có que esta­ba bajo un contra­to de con­fi­den­cia­li­dad (que­da la mar de bien como ex­cu­sa), pero su­gi­rió que nos fi­já­se­mos en pe­lícu­las como Ava­tar o la Gue­rra de las Ga­laxias (aun­que des­pués de ver su pe­lícu­la, tie­nen poco que ver, afor­tu­na­da­men­te). «Hay agu­je­ros ne­gros, de gusa­no, via­jes en el tiem­po... Es una he­rra­mien­ta per­fec­ta que me per­mite divul­gar cien­cia a la gen­te que nor­mal­men­te no lee cien­cia, y pro­por­cio­nar in­s­pi­ra­ción a los más jó­ve­nes, para que quizá se con­vier­tan al­gún día en cien­tí­fi­cos. Ten­go en men­te es­cri­bir un li­bro y pro­du­cir un DVD so­bre la cien­cia que apa­re­ce­rá en esta pe­lícu­la, para ex­pli­car qué par­tes son cien­tí­fi­ca­men­te co­rrec­tas y cuá­les son es­pe­cu­la­ción». Di­cho y he­cho. Una ju­ga­da re­don­da que me­re­ce nuest­ra enho­ra­bue­na.
Pero Thor­ne, al igual que cual­quier ser hu­ma­no, ex­pe­ri­men­ta cam­bios de hu­mor. En mi en­cuen­tro con él en ene­ro de 2012 para Muy In­te­re­sa­n­te, se mo­st­ró muy afa­ble. Ese mis­mo mes tuve que es­cri­bir para El País Se­ma­nal (que cui­da la ca­li­dad de los re­por­ta­jes al máxi­mo) una cró­ni­ca breve aun­que ur­gen­te so­bre el cum­plea­ños de Ste­phen Hawking, y Thor­ne, que es uno de los que le han co­no­ci­do me­jor, me en­vió casi de in­me­dia­to unos co­men­ta­rios acer­ca de su fi­gu­ra por co­rreo elec­tró­ni­co. Los pe­rio­distas cien­tí­fi­cos so­le­mos ser bas­tan­te pe­sa­dos con nuest­ras fuen­tes, y tuve que vol­ver a Hawking en di­ciem­bre de 2014, dos años des­pués, para es­cri­bir de él, pre­ci­sa­men­te cuan­do se aca­ba­ba de estre­nar In­ter­ste­llar. De modo que re­cu­rrí de nuevo a Thor­ne para pre­gun­tar­le so­bre el cien­tí­fi­co más po­pu­lar des­pués de Ein­stein y las ra­zo­nes de esa po­pu­la­ri­dad, en su opi­nión. Pero en esta oca­sión, al contra­rio que en las an­te­rio­res, su res­puesta fue breve y bas­tan­te seca: «Lo sien­to, no pue­do ex­pli­car­lo. Ese es el mun­do de la cul­tu­ra, pero mi mun­do es el de la cien­cia». Eso no aca­ba­ba de ca­sar con su la­bor de pro­duc­tor eje­cutivo. ¿No le in­te­re­sa­ba la cul­tu­ra? Se­ñor Thor­ne, le ad­mi­ro pro­fun­da­men­te por su in­te­rés en divul­gar la cien­cia a través de una pe­lícu­la, pero sen­ci­lla­men­te… no me lo creo.
Dios me li­bre de criti­car a Thor­ne pero acier­to a atis­bar su in­fluen­cia como asesor cien­tí­fi­co en la pe­lícu­la, que no es sino una histo­ria de un pa­dre, un an­ti­guo pi­lo­to de na­ves es­pa­cia­les lla­ma­do Co­oper (en el pa­pel de Ma­tthew Mc­Co­nau­ghey) que tie­ne que aban­do­nar a su hija, Mur­ph (Ma­cken­zie Foy) para em­pren­der un via­je a otra ga­laxia en bus­ca de mun­dos ha­bita­bles para ofre­cer una es­pe­ran­za a la hu­ma­ni­dad.
El pun­to de par­ti­da es el mun­do den­tro de un tiem­po, que no fi­gu­ra ex­ce­siva­men­te le­jano a te­nor de la tec­no­lo­gía que apa­re­ce en la pe­lícu­la. Des­de los pri­me­ros mi­nutos dis­cer­ni­mos ya una críti­ca di­rec­ta al ca­pita­lis­mo y al ex­ce­so de con­su­mis­mo del si­glo XX. La Tie­rra con­tie­ne seis mil mi­llo­nes de al­mas ham­brien­tas, está aso­la­da por tor­men­tas de pol­vo y pla­gas que ame­na­zan los cul­tivos, de los que ya solo se pue­de cul­tivar maíz. En de­fi­nitiva, el siste­ma que co­no­ce­mos ha que­bra­do. La fi­lo­so­fía de los mo­no­cul­tivos ne­ce­sa­rios para ali­men­tar a tan­tos ani­ma­les y a tan­tos se­res hu­ma­nos, criti­ca­da du­ra­men­te por los mo­vi­mien­tos eco­lo­gistas, ha sa­l­ta­do he­cha pe­da­zos.
La so­cie­dad de In­ter­ste­llar se ha visto in­ca­paz de sol­ven­tar los gran­des pro­ble­mas me­dioam­bien­ta­les plan­tea­dos du­ran­te el si­glo XX. El cam­bio cli­má­ti­co se tra­du­ce en tor­men­tas gi­gan­tes­cas de pol­vo (lo que in­cluye la deser­tiza­ción como nota do­mi­nan­te) y en una pla­ga que ame­na­za la es­pi­na dor­sal de la ali­men­ta­ción, la agri­cul­tu­ra ma­siva. El pla­ne­ta nos ha dado la es­pal­da por cul­pa de este con­su­mo sin fre­nos y, como reac­ción a ello, la so­cie­dad ha dado la es­pal­da a la cien­cia.
Lo que no deja de sor­pren­der­me. ¿No de­be­ría­mos acu­dir a la cien­cia para so­lu­cio­nar to­dos nuest­ros pro­ble­mas? La res­puesta du­ran­te toda la pe­lícu­la es un ro­tun­do . Fi­jé­mo­nos en la ana­líti­ca de los sig­nos vita­les de la obra de No­lan. No hay ejército ni mi­lita­res, los ma­ri­nes y los sol­da­dos han desa­pa­re­ci­do, lo que no es de ext­ra­ñar. Nor­mal­men­te los cien­tí­fi­cos «bue­nos» siem­pre se han lleva­do muy mal con los mi­lita­res de cual­quier sig­no a lo lar­go de la histo­ria fíl­mi­ca de la cien­cia fic­ción. De ha­ber apa­re­ci­do en la pe­lícu­la, se­rían aquí los ene­mi­gos o los vi­lla­nos.
image00007



Pero aquí los ma­los están un poco dis­fra­za­dos. Aña­di­mos otra (in­com­pren­si­ble) ani­ma­d­ver­sión ha­cia la edu­ca­ción univer­sita­ria. Al prin­ci­pio, Co­oper acu­de a una lla­ma­da de la pro­fe­so­ra de su hija Mur­ph. Ella le ex­pli­ca que en cla­se han de­ci­di­do re­ti­rar un li­bro que lleva­ba la pe­que­ña de diez años en el que se re­la­ta­ba el pro­gra­ma es­pa­cial Apo­lo que llevó al hom­bre a la Luna, por con­si­de­rar­lo una «pro­pa­gan­da que arrui­nó a la Unión So­viéti­ca». Frente al desas­tre ali­men­ta­rio, la so­cie­dad cul­ta res­pon­de con una bien­ve­ni­da a la pseu­do­cien­cia, a to­dos los que agitan hoy en día ideas tan absur­das como que El­vis si­gue vivo o que nun­ca lle­ga­mos a la luna. Al mis­mo tiem­po, se in­siste a Co­oper que su pri­mo­gé­nito tie­ne bue­nas cua­li­da­des para con­ver­tir­se en gran­je­ro, para des­es­pe­ra­ción del pi­lo­to, que quie­re que su hijo en­tre en la univer­si­dad. «El mun­do ne­ce­sita gran­je­ros». Y pun­to.
En la so­cie­dad de In­ter­ste­llar no hay ca­bi­da para los ex­plo­ra­do­res y pio­ne­ros. To­davía hoy existe una con­si­de­ra­ble canti­dad de gen­te que ar­gu­men­ta que gas­tar re­cur­sos en la ca­rre­ra es­pa­cial es como un pe­ca­do mor­tal ha­bien­do tan­tas ham­bru­nas en el mun­do. Estos gru­pos de opi­nión re­pre­sen­tan en rea­li­dad a los des­cen­dien­tes que apa­re­cen en la pan­ta­lla con esa men­ta­li­dad de ca­te­to (a mi modo de ver injusta, los gran­je­ros son in­creí­ble­men­te ne­ce­sa­rios hoy en día).
En la pe­lícu­la, los que ja­lean la idea del frau­de de la NASA no son otra cosa que la le­gión de los vie­jos ene­mi­gos de Kip Thor­ne (y de to­dos los que pro­cla­ma­mos que la cien­cia ha pro­por­cio­na­do más be­ne­fi­cios a la hu­ma­ni­dad que desas­tres); los me­diu­ms, creyen­tes en lo pa­ra­nor­mal, bus­ca­do­res de mi­la­gros, ca­za­do­res de es­píritus y de­mo­nios, que han lo­gra­do ga­nar la par­ti­da fren­te a la ame­na­za visua­li­za­da en In­ter­ste­llar. (Aquí ten­go que con­fe­sar que cuan­do era un mo­zal­be­te yo tam­bién creía en los ov­nis.) Hoy en día, cual­quier histo­ria de pseu­do­cien­cia ven­de vein­te ve­ces más que una histo­ria ge­nui­na­men­te cien­tí­fi­ca (y siem­pre ha sido así, por des­gra­cia).
En el li­bro pó­stu­mo de Carl Sa­gan El mun­do y sus de­mo­nios (que os re­co­mien­do con los ojos ce­rra­dos), son esos mis­mos de­mo­nios los que se han im­puesto a los de­más. La so­cie­dad en la que vive Co­oper, el pi­lo­to obli­ga­do a so­brevivir como un gran­je­ro, ha caí­do pre­sa de sus men­ti­ras.
Así que des­de el pun­to de vista po­líti­co, In­ter­ste­llar es una críti­ca fe­roz al ca­pita­lis­mo, al con­su­mo de ma­sas, a la fal­ta de pen­sa­mien­to es­cép­ti­co, a la dest­ruc­ción del me­dio am­bien­te como con­se­cuen­cia de la so­cie­dad de con­su­mo y, si me apu­ráis, a la fal­ta de in­fluen­cia de los gru­pos eco­lo­gistas, cuyo peso so­cial resul­tó in­su­fi­cien­te para ad­ver­tir del desas­tre y que no apa­re­cen ni por aso­mo en la histo­ria. El film ar­ti­cu­la una críti­ca fron­tal a una so­cie­dad que ha dado su es­pal­da a la cien­cia, y os ase­gu­ro que la ma­yo­ría de los cien­tí­fi­co...

Índice

  1. Introducción
  2. Matrix. La realidad de la realidad
  3. Star Wars. El resurgir de la fuerza o el imperio del irracionalismo galáctico
  4. Star Trek o la utopía de la ciencia
  5. Alien. El auge del imperialismo
  6. Contact. El fin del securalismo (entre ciencia y religión)
  7. Interstellar. El retorno del milenarismo científico (1)
  8. Origen. La pesadilla inconclusa de Freud
  9. Independence Day. La dramatización del consenso
  10. Armagedón y Deep Impact. El retorno del milenarismo científico (2)
  11. Encuentros en la tercera fase. New age como escapismo social
  12. Blade Runner o el miedo a la deshumanización
  13. Regreso al futuro. La regresión como cura
  14. Terminator. El aborto cibernético
  15. X-Men: Días del futuro pasado. La genética contra el antropocentrismo
  16. 12 Monos. La sociedad del riesgo culpable
  17. 2001: Una odisea del espacio. La inteligencia dirigida
  18. El planeta de los simios. La evolución inversa
  19. Gattaca o el totalitarismo científico
  20. Avatar. El apogeo del ciberecologismo
  21. E.T., el extraterrestre. El triunfo de la clase media
  22. Bibliografía