Qué cosas vimos con Franco...
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Qué cosas vimos con Franco...

  1. 288 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
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Qué cosas vimos con Franco...

Descripción del libro

La historia general de la dictadura española no ha dado a los medios de comunicación el protagonismo que les corresponde. Sin embargo, estos resultan indispensables para analizar con rigor el pensamiento de los ciudadanos en esos años. La configuración, el desarrollo y el declive del régimen franquista tuvieron en los productos culturales un apoyo y un eco insoslayable. Qué cosas vimos con Franco… ayuda a recordar y a entender cómo la prensa, la televisión, la imagen, el cine de ficción y documental, así como la cultura popular y la vanguardia artística acompañaron e influyeron en los acontecimientos históricos y políticos.

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Información

Año
2012
ISBN del libro electrónico
9788432142154
Categoría
Historia

LA GUERRA NO HA TERMINADO: EL PRIMER FRANQUISMO EN EL CINE RECIENTE

JOSÉ-VIDAL PELAZ LÓPEZ
MATTEO TOMASONI
Universidad de Valladolid

1. El cine español entre la historia y la memoria

Hasta no hace mucho tiempo, cuando se hablaba de la relación del cine con la Historia la mayor parte de las veces se hacía referencia exclusivamente a lo que llamamos «cine histórico», «de época» o «de pelucas». Los historiadores profesionales frecuentemente ignoraban estas películas ya que, se decía, tergiversaban la historia ofreciendo visiones sesgadas cuando no superficiales o folclóricas de los hechos. Algunos, más aventurados y más aficionados a las salas oscuras, se deleitaban especificando los numerosos anacronismos que podían detectarse en esa pseudohistoria de celuloide. A partir de los años setenta del siglo XX, gracias sobre todo al trabajo de Marc Ferro, Pierre Sorlin y otros empezó a quedar claro que el interés del cine para el historiador no podía limitarse solo al análisis de la recreación del pasado que, con mejor o peor fortuna hacían las películas, sino que había que abordar la relación del séptimo arte con la sociedad que lo produce y consume. El cine no solo refleja o reconstruye situaciones pretéritas, sino que toda película (sea o no sea de tema histórico) tiene interés para la comprensión del pasado en cuanto que influye en la sociedad de su época. Como afirmó ya hace tiempo Pierre Sorlin: «La película está íntimamente penetrada por las preocupaciones, las tendencias y las aspiraciones de la época» en que se produce, «es una de las expresiones ideológicas del momento»[166]. O como dice Ferro: «Es evidente que los cineastas, consciente o inconscientemente, están al servicio de una causa, de una ideología determinada, de forma explícita o sin planteárselo»[167].
Este carácter «ideológico» del cine, que está presente en toda la producción cinematográfica, se hace más patente cuando las películas abordan temas históricos, y mucho más cuando se centran en el pasado reciente. La interpretación que una sociedad hace de su pasado es absolutamente clave para plantearse su presente y es la base sobre la que edificar el futuro. Goebbels también dijo algo al respecto de esto: «El cine es un arte de su tiempo. Aunque las películas transcurran en otros países u otras épocas, los argumentos deben adaptarse a la mentalidad de la sociedad en que se producen»[168]. Por supuesto, la lectura que se hace en cada momento del pasado no es inmutable, depende de las circunstancias del presente en que se quiere actuar y no está en relación directa con el dictamen que los historiadores puedan haber establecido sobre la materia, sino con la coyuntura del momento. La tentación de utilizar la Historia para influir en el presente es tan antigua como la Historia misma. Con ello se pretende despertar emociones, conseguir legitimidades, estimular el sentimiento de pertenencia a un grupo, justificar la necesidad de determinadas actuaciones, promover el cierre de filas en torno a ideologías o proyectos. Por eso el cine es un instrumento tan valioso en este sentido, porque apela a lo emocional más que a lo racional, modifica la realidad según interese, ofrece un discurso ideológicamente cerrado y permite una identificación emocional entre el espectador y el drama que contempla (que no otra cosa es el cine). Goebbels decía que el cine debe «representar las auténticas vivencias de un pueblo, sus alegrías y sus penas, todo aquello que lo pueda conmover»[169].
El comienzo del nuevo siglo en España ha venido acompañado por un intento de recuperación del pasado de la mano de la llamada Memoria Histórica. El origen de este movimiento político y social se retrotrae a la etapa final del gobierno del Partido Popular[170]. Como apunta Juan Carlos Ibáñez:
«La memoria de la Guerra Civil y del Franquismo se convierte al inicio de la década en uno de los ejes fundamentales de la oposición a un gobierno de derechas que sigue reivindicando los servicios prestados a España por Franco y favorece los intereses y aspiraciones de la Iglesia»[171].
En 2002 el Congreso de los diputados condenaba formalmente la represión de la dictadura de Franco (no al régimen en sí, debido a la oposición del todavía mayoritario Grupo Popular en la Cámara). El 2006 fue declarado por la nueva mayoría parlamentaria como «Año de la Memoria Histórica», «En orden a reconocer y homenajear a todos los que de una u otra forma se esforzaron para conseguir un régimen democrático, dedicando su vida o sufriendo persecución por este motivo»[172]. Prácticamente por esas mismas fechas el Parlamento Europeo, a instancias de los eurodiputados españoles de izquierdas, condenaba el franquismo. El proceso culminó con la llamada Ley de Memoria Histórica, aprobada por el Congreso de los Diputados el 31 de octubre de 2007, que venía a regular el reconocimiento de todas las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura franquista, además, entre un sinnúmero de aspectos, de facilitar la apertura de fosas comunes con restos de asesinados por los sublevados en 1936.
Este conjunto de iniciativas, según sus promotores iba encaminado tan solo a honrar a las víctimas de la represión y a impedir que el olvido cubriera con su manto a sus verdugos, pero era evidente la carga ideológica y política que llevaba implícito. Detrás de la Memoria Histórica estaba una nueva relectura de nuestro pasado reciente. No se trataba tanto de modificar la percepción del franquismo, que ya era mayoritariamente negativa por parte de buena parte de los españoles, sino de plantear bajo un nuevo prisma el proceso de transición que siguió a la muerte del Dictador. Así se comenzó a hablar de un supuesto «pacto de silencio» que habría evitado que tras 1975 se desenmascarasen los crímenes de la dictadura y se castigase a sus culpables, del mismo modo que se establecía un hilo de continuidad entre la II República y la etapa democrática posterior a 1975[173]. Estos planteamientos se dejaron sentir también con fuerza en el panorama historiográfico, planteándose una revisión a fondo de la Transición «como tiempo de mentira, mito, miedo, desmemoria y traición»[174].
En este contexto debemos situar la producción cinematográfica española de la última década, decidida a ofrecer una visión del franquismo en línea con esta Memoria Histórica que se ha venido reivindicando desde la izquierda política. Julián Casanova lo explica así:
«Frente a esa cultura del miedo y del olvido, una parte del cine español, pequeña pero muy significativa, explora hoy con sus imágenes la España de los perdedores. Es una reconstrucción que tiene mucho de recuperación ideológica, de memoria de militancia y de reivindicación de la herencia de los vencidos. Pero es también una lucha contra el falseamiento de los hechos del pasado»[175].
En realidad, el fenómeno no es algo nuevo en sentido estricto, ya que la...

Índice

  1. Portadilla
  2. Dedicatoria
  3. Índice
  4. Prólogo
  5. Franco y los españoles
  6. El control de la prensa durante el franquismo
  7. La imagen de España en las revistas ilustradas del primer franquismo
  8. Para entender la televisión del franquismo
  9. La posguerra española en formato de telenovela
  10. La guerra no ha terminado: el primer franquismo en el cine reciente
  11. Raza (Sáenz de Heredia, 1941): Una película evento
  12. El cine francés juzga al franquismo
  13. El cine británico en la España de posguerra
  14. NO-DO: información, historia y memoria
  15. Vanguardia, cultura de masas y medios de comunicación
  16. Índice hemerográfico
  17. Índice de programas emitidos por Televisión Española
  18. Índice de películas
  19. Bibliografía
  20. Separata
  21. Créditos