Egipto

Ernesto Ballesteros Arranz

• Editorial: Hiares
• Año: 2015
• ISBN:
  9788415874829
• Edición: 1
• Categoría: Arte
• Categoría: Storia dell'arte antica

eBook Interactivo. Egipto es una estrecha franja de terreno fertilizado por el Nilo, en el que se desarrollaron gran cantidad de estilos y periodos absolutamente deslumbrantes. Aquí tenemos una breve colección de obras de todo tipo que puede acercarnos a contemplar sus resultados y reflexionar sobre una de las primeras culturas humanas de la historia.

EL ARTE EN EGIPTO

El arte en Egipto es una función religiosa. No entiende el egipcio el arte por el arte sino en virtud de su utilidad religiosa. Por eso sus monumentos son templos y tumbas. Las casas solían ser de adobe y han desaparecido en su mayor parte. Se ha conservado algún palacio, pero en malas condiciones, mientras que Ias tumbas y los templos, construidos con piedra caliza y granito, son muy abundantes en todo el valle.

Los sacerdotes fueron los primeros clientes de obras de arte. Los faraones siguieron el ejemplo para inmortalizar su gloria. Los temas exigidos al artista estaban estrechamente unidos a las creencias religiosas y tenían como fin principal congraciarse con los dioses e impresionar a los débiles mortales. Por eso el arte egipcio es desproporcionado, colosal, enorme. Carece de proporción, de norma (enorme), lo que va a ser la regla aúrea de los helenos. Faraón y sacerdotes exigen al artista imágenes solemnes y estilizadas, como corresponde a una mentalidad conservadora. La regla a la que deben ajustarse las obras de arte son tan sagradas e intangibles como los ritos religiosos. El egipcio es religioso y conservador y teme toda innovación del orden existente.

El arte, con estos clientes, no puede ser autónomo. Los artistas permanecen en el anonimato salvo raras excepciones (Imhotep es un famoso arquitecto de la III Dinastía). De todas formas hay diferencias entre el arquitecto que era respetado y los escultores y pintores que vivían relegados al último puesto social, por trabajar con las manos. Los artistas trabajaban en talleres anejos a los templos y palacios. Había también talleres privados que vendían su mercancía a un público de la clase media, pero sus obras no son bien conocidas. Estos talleres privados son interesantes porque tienen cierta autonomía, es decir, realizan una producción artística que no está tan estrechamente ligada a la demanda. Pero los “talleres oficiales” funcionaban como escuelas donde se formaban las futuras generaciones de artistas y eran los que imponían el estilo. Esto produjo una calidad técnica bastante elevada.

La organización del trabajo debió ser parecida a la de las logias medievales, quizá más perfecta. En Egipto no se valora la originalidad, sino la precisión del acabado. Los modelos son idénticos, siempre los mismos. El artista debe poner todo empeño en conseguirlos lo más perfectamente posible y no tratar de introducir cambios con su imaginación. Un ejemplo notable de este arte geométrico y formalista, cuya cumbre no estaba en la imaginación del artista sino en la perfección del acabado, son las archiconocidas pirámides.

En el Imperio Antiguo hay muchas tumbas y pocos templos. En el Medio y Nuevo, los sacerdotes son cada vez más poderosos y erigen templos gigantescos, mientras que las tumbas decrecen en tamaño.

Se ha dicho que Egipto es un pueblo conservador e inerte y que por eso guarda tan celosamente sus tradiciones religiosas y artísticas. Pero el conservadurismo a ultranza no es una característica racial del egipcio. Bien se puede comprobar en las esculturas, que van siendo más hieráticas a medida que avanza el tiempo, es decir a medida que los sacerdotes se van apoderando más firmemente del poder. En el Imperio Antiguo hay figuras, como la del Escriba sentado del Louvre o los relieves de la Tumba de Ti, de un naturalismo sorprendente. En el Imperio Medio y Nuevo, las fórmulas se repiten con exactitud matemática. En los hipogeos del Imperio Nuevo, las figuras se hacen con plan-tilla, y resultan todas de una similitud desesperante. Es un arte cortesano y religioso, que abastece una demanda clerical y palaciega. Un arte estereotipado, casi geométrico, simbolista y mágico. Los reyes son retratados con todo el ceremonial que prescriben las reglas cortesanas, lo mismo que los dioses. Sólo los hombres humildes -agricultores y artesanosaparecen en faenas más humanas y naturales. En cierto modo se puede hablar de un retroceso artístico a los niveles de esquematismo formal que regían en el Neolítico.

Pero los artistas egipcios no practicaban este arte monótono por incapacidad, como nos demuestran las innumerables mascarillas mortuorias y apuntes de barro muy realistas que se han conservado en los talleres. El egipcio sabía ser realista y veraz, y si se sometía a las normas impersonales de la etiqueta religiosa era por coacción intelectual y social.

Un rasgo característico del arte egipcio es su racionalismo que le lleva a componer los conjuntos, no como se verían en la realidad, sino mediante la adición lógica de aquellas partes necesarias para su buena comprensión. Renuncia al ilusionismo óptico para darnos una imagen lógica y “racional” de la vida. No pretende “ver”, sino “comprender” al objeto. Fruto de esta tendencia abstracta es la “ley de frontalidad” (FIG. 6) descubierta por Lange y Ermann, que es a la vez un rasgo de claridad y de cortesía con el espectador. Las figuras se presentan con la cabeza y las piernas de perfil. Los miembros más lejanos al espectador siempre adelantados. El torso sufre una violenta torsión para quedar de frente al espectador, y siempre está girado hacia la izquierda. Estas normas son respetadas como “tabú” en el Imperio Medio v Nuevo. En el antiguo hay algunas figuras totalmente de perfil.

Período importante y original es el de mediados del siglo XIV a.J.C. con la llegada de Akenatón. Sus innovaciones religiosas provocan una auténtica revolución cultural y artística. Hace del naturalismo un programa consciente, opuesto al estilo hierático de la fase anterior. Produce un arte impresionista que por desgracia muere con su creador. La lucha de los artistas de Tel Amarna contra el hieratismo anterior, es la lucha de la religión universalista y espiritual de Akenatón contra las vacías tradiciones tebanas. En la corte de Akenatón comienzan a representarse escenas íntimas de la vida del rey. Hasta entonces y más adelante, los reyes sólo aparecen en grandiosas actitudes, peligrosas cacerías, colosales batallas, solemnes sacrificios. Akenatón aparece frecuentemente sentado en la intimidad de su hogar con su esposa Nefertiti y sus hijos alrededor (FIG. 7). Es casi un arte burgués. El naturalismo es exquisito en los retratos, de una humanidad impresionante. Es sin duda alguna la época más sugestiva del arte egipcio. ¿Cómo se pudo producir este cambio tan bruscamente? Solo es comprensible admitiendo que bajo los estilos oficiales fluía siempre una corriente naturalista, que abastecía la demanda de una clase media ciudadana y que emergió en la superficie cuando la reforma del “faraón hereje” dió un vuelco a las estructur...