Qué es el Peronismo. Una mirada transpolítica
eBook - ePub

Qué es el Peronismo. Una mirada transpolítica

Carlos Daniel Lasa

Compartir libro
  1. 140 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Qué es el Peronismo. Una mirada transpolítica

Carlos Daniel Lasa

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

A través de esta obra el autor se propone desentrañar el pensamiento de Perón por considerar que no solo determinó una praxis política que se extiende hasta nuestros días en Argentina, sino que, además, hizo surgir un tipo antropológico muy particular que es el hombre argentino actual.El peronismo dio paso a un ethos propio del argentino, caracterizado por una praxis ético-política ejercida al margen de toda verdad y de todo bien objetivos. La medida es el éxito, que es como decir, el logro de aquello que la voluntad ha determinado producir, ejecutar. Esta lógica, que califica de praxista, es ajena a toda norma objetiva, a todo valor común. De allí se genera una anomia habitual que desemboca en el "todo vale". Inmersos en un atomismo individualista, los argentinos solo se preocupan y ocupan de sobrevivir. El escepticismo radical ha dominado el espíritu de la ciudadanía que, pasiva y resignadamente, ve sucederse gobiernos guiados, todos ellos, por un praxismo alejado de todo valor.El valor verdad se ha evaporado. La palabra, en el ámbito político, ha perdido toda densidad, toda sustancia. Cuando Perón regresó a Argentina en el año 1972 se le interrogó, en una conferencia de prensa, acerca de las fuerzas políticas que competían con el objetivo de gobernar el país. El General respondió que entre esas fuerzas había radicales, socialistas, conservadores. Pero, le preguntó un periodista, ¿y el peronismo? Y Perón contestó: ¡Ah, no! Es que peronistas somos todos. Perón tenía toda la razón: Argentina "es" peronista, porque el peronismo es mucho más que un partido político: es una concepción global de lo real de la cual se sigue una praxis ético-político-social que da forma al alma argentina desde hace ya setenta años.Desentrañar su esencia equivale a entender tanto a la política como al hombre argentino.

Preguntas frecuentes

¿Cómo cancelo mi suscripción?
Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
¿Cómo descargo los libros?
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
¿En qué se diferencian los planes de precios?
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
¿Qué es Perlego?
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
¿Perlego ofrece la función de texto a voz?
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¿Es Qué es el Peronismo. Una mirada transpolítica un PDF/ePUB en línea?
Sí, puedes acceder a Qué es el Peronismo. Una mirada transpolítica de Carlos Daniel Lasa en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Filosofía y Filosofía política. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2019
ISBN
9789506231491
Edición
2
Categoría
Filosofía
CAPÍTULO II
¿QUÉ ES EL PERONISMO?
El historiador Ernesto Palacio relata que Perón fue enviado por el Estado Mayor a Italia para perfeccionar sus estudios, y permaneció en Europa desde febrero de 1939 hasta enero de 1941 (36). El viaje fue de naturaleza estrictamente académica. Resulta muy interesante lo que nos revela Palacio; él pone de manifiesto que, en conversaciones que mantuviera con dos allegados a Perón, Vicente Solano Lima y José María Rivera, estos le expresaron la fuerte influencia que Mussolini había ejercido en la imagen que Perón se había formado de sí mismo durante la etapa de su ascenso al poder. Y añade Palacio: «Según Lima, el “viaje a Italia” significó para Perón una suerte de segundo nacimiento. La “comunidad organizada” argentina habría entrevisto la luz el 10 de junio de 1940, cuando Mussolini anunció a la Urbe y al Orbe la entrada de Italia en guerra» (37). El mismo Perón refiere su encuentro con Mussolini en estos términos:
No me hubiera perdonado nunca el llegar a viejo, el haber estado en Italia y el no haber conocido a un hombre tan grande como Mussolini. Me hizo la impresión de un coloso cuando me recibió en el Palacio Venecia. No puede decirse que fuera yo en aquella época un bisoño y que sintiera timidez ante los grandes hombres. Ya había conocido a muchos. Entré directamente en su despacho donde estaba él escribiendo; levantó la vista hacia mí con atención y vino a saludarme. Yo le dije que, conocedor de su gigantesca obra, no me hubiera ido contento a mi país si no hubiera estrechado su mano (38).
Y más adelante, el mismo Perón confiesa su estudio de la doctrina fascista. Refiere:
De Alemania volví a Italia y me dediqué a estudiar el asunto. Mi conocimiento del italiano me permitió penetrar, yo diría que profundamente, en los fundamentos del sistema, y así fue cómo descubrí algo que desde ese punto de vista social fue para mí muy interesante. El fascismo italiano llevó a las organizaciones populares a una participación efectiva en la vida nacional, de la cual había estado siempre apartado el pueblo. Hasta la ascensión de Mussolini al poder, la nación iba por un lado y el trabajador por otro, y este último no tenía ninguna participación en aquella. Descubrí el resurgimiento de las corporaciones y las estudié a fondo (39).
Alieto Aldo Guadagni, en su escrito titulado Braden o Perón refiere una conversación entre el por entonces Coronel Perón y un diplomático de la embajada de los Estados Unidos durante la cual Perón le confiesa al aludido diplomático que él había estudiado la doctrina fascista a través de las clases que impartía Roberto Farinacci (40).
A nuestro juicio, el segundo nacimiento de Perón al que hace referencia Solano Lima equivale, propiamente, al inicio del peronismo. Y Perón, que plasmó al peronismo primeramente en su cabeza antes de pasarlo al acto en la política argentina, lo puso por escrito en aquel manifiesto de corte filosófico que leyera en el Congreso Nacional de 1949 realizado en la ciudad de Mendoza y que luego sería publicado bajo el nombre de La Comunidad Organizada.
A propósito de la conmemoración de los sesenta años del Congreso Nacional de Filosofía del año 1949, la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Cuyo organizó un Congreso Nacional del cual participamos con una ponencia titulada «Argentina, el Congreso Nacional de 1949 y el Justicialismo». En el referido trabajo sostuvimos lo siguiente:
Nadie imaginaba, siquiera, la significación que aquel Congreso Nacional de Filosofía celebrado hace sesenta años tendría para la vida nacional. Y decimos significación porque allí fue presentada, ante la comunidad filosófica nacional y mundial, la doctrina denominada Justicialista, doctrina, esta, que habría de condicionar los fenómenos sociales y políticos hasta nuestro presente, en cuanto la misma ha configurado en cada argentino, un ethos peculiar. Juan Domingo Perón exponía, ante prestigiosas figuras del mundo filosófico nacional e internacional, una filosofía, la que denominara justicialista. Perón, aprovechó la cátedra que se le ofreciera en el Congreso Nacional de Filosofía de 1949 para exponer su filosofía, su doctrina.
Perón, en efecto, refiere en la extensa exposición: «He querido ofrecer a los señores que nos honran con su visita, una idea sintética de base filosófica, sobre lo que representa sociológicamente nuestra “tercera posición”» (41).
Este texto es de fundamental importancia puesto que el propio Perón reconoció que en él se encuentra plasmada la ideología del justicialismo. Afirma Perón que el «Justicialismo fijó su ideología en el Primer Congreso de Filosofía de Mendoza, que acaba de editarse nuevamente con el título de Una Comunidad Organizada y que da el fundamento filosófico a la “Doctrina Peronista”…» (42).
En consecuencia, nuestro análisis de la esencia filosófica del pero-nismo se centrará, fundamentalmente, en el análisis de este texto, sin dejar de recurrir a otros que consideramos de relevancia en lo que respecta a la finalidad que perseguimos en este libro. Más allá de las disputas acerca de quién ha sido el verdadero autor, lo cierto es que Perón jamás desautorizó el texto; es más, lo consideró como «el» manifiesto de la ideología de su autoría: el «justicialismo».
El texto en cuestión no es de fácil lectura: la misma es tediosa, no resulta para nada amena. Da la impresión de estar frente a una yuxtaposición de temas, sin orden ni concierto, que tienen la virtud de torturar de modo despiadado a una inteligencia cuyo acto por excelencia es la síntesis. Pero si el lector es capaz de sortear este malestar y se esfuerza por descubrir algunos principios unificadores del discurso, su esfuerzo tendrá su recompensa. Poniendo de manifiesto dichos principios, se estará en condiciones de recomponer todo el texto que adquiere una clara unidad inteligible. A partir de estos principios, estaremos en condiciones de configurar la doctrina que constituye la esencia del peronismo.
Fatalismo histórico
Precedentemente señalamos que, para Gentile, solo el espíritu, en tanto movimiento inagotable, es la única realidad que tiene prioridad absoluta sobre el todo. Perón piensa en los mismos términos. La historia, para Perón, no está movida por las fuerzas materiales y las pasiones de los hombres, al modo marxista, sino por un espíritu que avanza de modo ineluctable (43).
La historia, para Perón, sigue una ley necesaria: la de la evolución. Todo el escrito está configurado a partir de la categoría de evolución y no de revolución. La denominada, por Perón, ideología justicialista asume, por medio del empleo de esta categoría, una filosofía de la historia que concibe a esta última como el teatro de un avance progresivo e ineluctable. Para Perón, esta evolución, esta progresiva marcha de la humanidad hacia formas cada vez más perfeccionadas, se presenta como una instancia necesaria. «La humanidad tenía que evolucionar forzosamente hacia nuevas convenciones vitales y lo ha hecho» (44).
Anteriormente, en el artículo publicado el 18 de junio de 1948 titulado «La libertad será la obligación de hacer lo que convenga a la colectividad», Perón sostiene: «Es un hecho cierto que no se puede detener la marcha de la humanidad hacia donde ella se encamine, y que cuando se ha infiltrado la tendencia a una idea, hay que aceptar el hecho y sacar del mismo el mejor provecho posible» (45).
Por otra parte, en La Hora de los Pueblos, en el capítulo VI, punto 2, título «La Evolución», sostiene que no tiene sentido oponerse al progreso ya que, con oposición o sin ella, ha de triunfar insoslayablemente (46). En esta obra sostiene, repetidas veces, su teoría del fatalismo evolutivo histórico (47).
Lo dicho precedentemente no excluye la acción del hombre en la historia, antes bien la exige. La historia misma, nos dice Perón, da cuenta de eso (48). Pero, nos aclara, la revolución debe ordenarse a la evolución. Afirma de modo explícito en uno de sus discursos: «Revolución, en su verdadera acepción, son los cambios estructurales necesarios que se practican para ponerse de acuerdo con la evolución de la humanidad, que es la que rige todos los cambios que han de realizarse» (49). Y añade:
El hombre cree a menudo que él es el que produce la evolución. En esto, como en muchas otras cosas, el hombre es un poco angelito. Porque es la evolución la que él tiene que aceptar y a la cual debe adaptarse. En consecuencia, la revolución por los cambios del sistema periférico, que es lo único que el hombre puede hacer, es para ponerse de acuerdo con esa evolución que él no domina, que es obra de la naturaleza y del fatalismo histórico. Él es solamente un agente que crea un sistema para servir a esa evolución y colocarse dentro de ella (50).
La revolución, entonces, es un verdadero acto de justicia que el revolucionario realiza respecto de la lógica interna que gobierna la historia por cuanto le otorga lo que ella exige en un determinado momento de la evolución universal. El revolucionario es el hombre que, mediante su acto, acelera los cambios ya que, de no hacerlo, se realizarán igualmente, debido a la fatalista lógica evolutiva de la historia. En la Hora de los Pueblos afirma:
No somos partidarios de una revolución cruenta ni violenta, como no compartimos la idea de una reforma por cambio sino por evolución, porque no se pueden romper las instituciones sin provocar desequilibrios negativos y porque el camino de las reformas incruentas es lo racional cuando se trata de países civilizados (51).
Pareciera que la posición de Perón es heredera de la concepción hegeliana de la libertad entendida como necesidad comprendida. Es decir, no concebida ya como poder de hacer o de no hacer, sino como acción razonable hecha posible por la conexión interna de momentos comprendidos en su sentido (52).
La historia, según esta concepción de Perón, tiene una lógica autónoma que se impone de modo ineluctable. El hombre nada puede hacer frente a ese designio aunque sí puede, sin resultado alguno, contrariarla (lo cual equivale al atraso de los pueblos (53)) o, lo más inteligente, acompañarla. Precisamente, el éxito del peronismo radicará en tener la penetrante intuición para descubrir hacia dónde se dirige la evolución histórica para seguirla a pie juntillas (54).
Ahora bien, ¿hacia qué figuras, desde el punto de vista de Juan D. Perón, ha evolucionado la humanidad? La primera figura es la sustitución del culto a Dios por el culto de la humanidad (claro proceso de inma-nentización: del eje vertical se pasa a la dimensión puramente horizontal). Esta sustitución, observa Perón, «Será, rigurosamente, el principio de una edad distinta pero, entendámonos, de una mutación históricamente necesaria y útil» (55). Esta primera figura dio lugar a un asombroso progreso material aunque no fue acompañado por un progreso ético. Por eso, el segundo momento necesario de la evolución ha estado marcado por el pasaje del yo al nosotros (56), el cual equivale al sentido último de la ética (57).
Advertimos, en este punto, que Perón admite un telos histórico que da sentido al conjunto de hechos o acontecimientos. Pareciera que el telos estuviese constituido por el progreso hacia la adquisición ple...

Índice