PRÓLOGO POÉTICO DEL AUTOR
Ve, Libro mío, dondequiera que haya
mi primer Peregrino penetrado;
llama a todas las puertas; si preguntan
¿Quién es? Di que es Cristiana sin reparo.
Entra, si lo permiten, con tus hijos,
y diles quiénes son, de do han llegado,
quizás ya por sus nombres o sus rostros
los hayan conocido; mas si acaso
no saben quiénes son, pregunta entonces
si pasó por sus casas un Cristiano.
Si te dicen que sí, que complacidos
le vieron a la gloria caminando,
sepan ahora que su esposa e hijos
buscan el cielo por los mismos pasos.
Diles que, por hacerse peregrinos,
ciudad y hogar con decisión dejaron;
que han tenido amarguras, privaciones;
que sufrieron sus pruebas y trabajos;
que han sostenido luchas con demonios
y vencieron difíciles obstáculos.
Diles de aquellos otros, que el camino
valerosos y fieles terminaron,
porque buscaban, con desprecio al mundo,
la voluntad de Dios llevar a cabo.
Diles también las cosas agradables
con que son sus disgustos compensados,
y sepan que los tiene el Rey del cielo
bajo su amor y paternal amparo.
Cuán hermosas mansiones les prepara,
mientras con vientos y olas van luchando;
cuán dulce calma gozarán por siempre,
si fueron fieles hasta el fin del tránsito.
Quizás, oh Libro mío, te reciban
como al primero, con cordial abrazo,
y gozosos te den la bienvenida,
su amor a los viadores demostrando.
OBJECIÓN I
¿Y si no me creyeran que soy tuyo?
¿Y si piensan tal vez que los engaño?
Es posible que un libro se presente
cual Peregrino, su apariencia usando,
y por el nombre y el disfraz consiga
penetrar en las casas de unos cuantos.
RESPUESTA
Falsificar mi Peregrino, es cierto,
hace ya mucho, pretendieron varios,
con mi nombre y mi título en sus libros;
mas éstos, por su estilo y por sus rasgos,
pronto dan a entender que no son míos,
sino de autores que usan nombres falsos.
Si hallas quien tal objete, tu recurso
es decir lo que dices, pues es claro
que ahora nadie emplea tu lenguaje,
ni fácilmente logrará...
