El ocio y la vida intelectual
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El ocio y la vida intelectual

  1. 274 páginas
  2. Spanish
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  4. Disponible en iOS y Android
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El ocio y la vida intelectual

Descripción del libro

El trabajo por el trabajo. Todo tiene que ser rentable, eficaz, productivo, útil. La visión utilitarista del trabajo por el trabajo ha conquistado y dominado casi todo el ámbito de la existencia del hombre occidental. Frente a estas tendencias, Pieper defiende el ocio como uno de los fundamentos de nuestra cultura. El ocio tiene su origen en la fiesta. Y es su carácter festivo lo que hace que el ocio no sea solo carencia de esfuerzo, sino lo contrario al esfuerzo. Y el ocio adquiere su legitimación de la misma fuente que legitima la celebración: del culto.

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Información

Año
2017
ISBN del libro electrónico
9788432149061
Edición
1
Categoría
Filosofía
FELICIDAD Y CONTEMPLACIÓN
«La contemplación no descansa hasta que encuentra el objeto de su ceguera»[202].
(KONRAD WEISS)

202 La sentencia de Konrad Weiss se encuentra en un fragmento póstumo, cuyo conocimiento he de agradecer a la amabilidad de la señora María Weiss. El título de este fragmento, que en el curso de diez años se redactó no menos de nueve veces, es: «Sobre la pobreza de espíritu».
I
CUANDO SE CONSIDERA lo que los hombres, por término medio, quieren decir al hablar de felicidad —en los deseos que unos a otros se expresan con ocasión de bodas, onomásticas, en las despedidas, por Año Nuevo («¡Feliz Año Nuevo!»), en las numerosas historias que se ofrecen al lector, al espectador, al oyente, al consumidor por la industria de esparcimientos, en las que se habla de una felicidad conminada, envidiada y finalmente conquistada, en las canciones, que no dejan lugar a dudas sobre lo que significa hacer a un hombre feliz; en la ya un poco anticuada fórmula «el mayor número de felicidades»; en la extraña afirmación programática de que todo el mundo tiene derecho a la felicidad[203]—; cuando se oye todo eso, entonces puede constituir una profunda sorpresa chocar con la inequívoca frase de que la suma felicidad del hombre se encuentra en la contemplación.
Justamente, alrededor de esta frase, y de ella sola, es sobre lo que gira este intento de interpretación.
Ella expresa una completa concepción cósmica, principalmente una concepción que busca las raíces de la naturaleza del hombre y del sentido de la existencia humana.
No es especialmente importante que su formulación procede de un libro de santo Tomás de Aquino, de la Suma contra los gentiles[204]. Más importante es que el pensamiento pertenece a las reservas de una tradición de sabiduría, cuyos orígenes se entremezclan con los de la misma Historia y se extienden sobre el terreno de lo humano en su totalidad. Por tanto, cuando en lo que sigue muchas veces se traiga a colación a santo Tomás de Aquino, no se aduce a él primeramente por sí solo. El es citado como testigo de aquella tradición, si bien como un testigo de un rango no común. Y esta interpretación no es propiamente una mirada a lo histórico. Antes bien nuestro objeto es únicamente descubrir la luz, que acaso se derrama desde la citada frase sobre la realidad con la que nos encontramos y sobre la realidad que nosotros mismos somos.
No sería bueno dejar de lado demasiado rápidamente la sorpresa frente a la frase de la contemplación como la suma felicidad, diciendo tal vez que, naturalmente, bajo la felicidad se entiende aquí algo «especial», algo que no tiene nada que ver con lo que la conversación diaria de los hombres quiere decir. No, la frase está dicha con referencia a todos los significados, incluso los más triviales, de felicidad y ser feliz. La ambigüedad e incluso la tendencia a la banalidad pertenecen además, así parece, a la propia cosa en sí. Y se encuentran en todos los lenguajes humanos.
El griego posee algo único diferenciante, mediante lo cual el campo significativo de la palabra felicidad llega a tener una infinita hondura. Pues hay una palabra griega, que exclusivamente designa la felicidad de los dioses: mákares, son solamente los dioses. Pero la expresión de aquí derivada makários, que en el fondo significa la participación de los hombres en la felicidad sin mal alguno de los dioses, se ha hundido, en el griego cotidiano, en una tal vulgar significación, que los poetas Esquilo y Sófocles la llegan hasta evitar directamente. Y la segunda palabra griega, eudaimon designa en la conversación media al hombre que tiene dinero, aunque originalmente —e incluso hoy día— alude al séquito del genio tutelar y a la sobrehumana venida de felicidad. Por lo demás, el Nuevo Testamento griego no utiliza ni siquiera una sola vez las palabras eudaimon, eudaimonia; en las bienaventuranzas y en cualquier otro pasaje se dice siempre makários, makariótes. Asimismo no aparecen en la traducción latina de la Vulgata las palabras felix y felicitas; tan solo se encuentran las correspondientes palabras beatus y beatitudo[205]. Pero el ámbito de significación, incluso de estos nombres más espirituales, alcanza, en el latín normalmente usado, desde la felicidad de Dios hasta el beatus ille homo, qui sedet in sua domo, qui sedet post fornacem...[206] Del empleo alemán de la palabra se ha hablado ya al principio. Pudiera alguien quizá pensar por un momento que podríamos evitar la ambigüedad, oponiendo al «ser feliz» —Glücklichsein—. La «bienaventuranza» —Glückseligkeit, Seligkeit—. Estas palabras, es verdad, designan, tomadas radicalmente, un «summum», que no se encuentra en lo cotidiano. Pero lo mismo se puede decir de beatitudo y makariótes. E incluso un examen sin prejuicios del habla efectivo pondrá de manifiesto, que igualmente las palabras alemanas tampoco están a cubierto del hundimiento en la vulgaridad, grosería y banalidad.
Pero precisamente en eso, en que un nombre «felicidad» tantas cosas distintas denomine —la mayor abundancia de la vida divina y la participación del hombre en ella y también la pequeña satisfacción de un deseo fugaz— precisamente en esa siempre desconcertante sinonimia permanece un fundamental estado de cosas no olvidado y apreciable. Yo me atrevo a afirmar que ese estado de cosas refleja la estructura de la Creación. Santo Tomás lo ha expresado de la siguiente forma: «Así como el bien creado es una cierta semejanza y participación del bien increado, así también el logro de un bien creado es una cierta felicidad a semejanza»[207].
Mas el «logro de un bien creado» es algo que tiene lugar incesantemente y en mil diversas formas. Se consigue siempre que alguien sediento bebe; siempre que al que pregunta le ilumina un conocimiento; cuando los amantes están uno junto al otro; cuando sale bien un trabajo y un plan prospera fructíferamente. Y al llamar los hombres a todo esto «felicidad» o incluso «bienaventuranza» se les alcanza la idea de que toda satisfacción tiende hacia lo sumo y que todo ser feliz algo tiene que ver con la eterna bienaventuranza. Algo que en toda satisfacción de aquí abajo instantáneamente se manifiesta; esto no es suficiente, no llega, no es lo propiamente buscado, lo que sería capaz de satisfacernos por completo.
André Gide observa en su Diario: «Lo terrible es que uno no pueda embriagarse suficientemente»[208], palabras que son referibles a cualquier clase de embriaguez, y no solamente a la del sentido literal. ¿Para qué y a qué no «basta»? ¿Por qué es esta insuficiencia «terrible»? Aquí se deja traslucir a través de toda trivialización, como una embajada cifrada, pero que no puede pasarse por alto, la verdadera y última significación de la felicidad. Igualmente cuando se habla de «happy end», que, en definitiva, solo traduce la antigua palabra de los misterios, «final feliz» (eudaimoniké télete), al lenguaje del público internacional del cine, permanece aún el significado originario oculto, pero presente y descifrable, a pesar de todo oscurecimiento y degeneración; esta significación no se pierde nunca completa y definitivamente; puede de improviso abrirse paso de nuevo como un incendio contenido.
Alguien al considerar la frase de la contemplación como la más alta felicidad humana, podría decir: Bien, evidentemente se habla aquí de l...

Índice

  1. OCIO Y CULTO
  2. ¿QUÉ SIGNIFICA FILOSOFAR?
  3. LO ACADÉMICO, EL FUNCIONARIO Y EL SOFISTA
  4. FELICIDAD Y CONTEMPLACIÓN