Teología sistemática

Desde una perspectiva latinoamericana

Raúl Zaldívar

• Editorial: Editorial CLIE
• Año: 2006
• ISBN:
  9788482676869
• Categoría: Teología y religión
• Categoría: Teología cristiana

El mundo cristiano de habla hispana, aunque sin llegar a disfrutar de la amplia oferta del mercado anglosajón, ha tenido la suerte de contar, a lo largo de los últimos años, con excelentes traducciones de algunas de las mejores obras de Teología Sistemática publicadas en inglés: la de Charles Hodge (CLIE), la de Louis Berkhof (Libros Desafío) y la de Stanley M. Horton (VIDA) entre otras. Todas ellas provienen, sin embargo, de un contexto cultural ajeno, lo que ha motivado a que algunos afirmaran que los cristianos evangélicos latinoamericanos dependían, también en lo teológico, de los Estados Unidos, como meros centros de distribución de una teología traducida del inglés y empacada en una cultura que no era propia.Raúl Zaldívar deshace este estigma con la aportación de la primera Teología Sistemática escrita por un latinoamericano, desde una perspectiva latinoamericana, y con un enfoque latinoamericano.En ella, no tan sólo analiza con amplitud la historia del pensamiento teológico latinoamericano, sino que plantea además una orientación latinoamericana para cada uno de los múltiples apartados de la teología; Teología Propia, Antropología, Hamarteología, Soteriología, Eclesiología, Escatología, Cristología, o Pneumatología, abordando, inter alia, en un análisis en el contexto de la revelación divina, temas tan candentes en latinoamérica como el de la deuda externa, la corrupción, los problemas de violencia, el ajuste estructural económico. Su propósito está en establecer un puente entre la realidad latinoamericana y el texto bíblico, para hacer más viva y eficaz la Palabra de Dios.En lo que respecta a temas doctrinales en particular, no adopta un enfoque denominacional, antes bien, haciéndose eco del pluralismo teológico y litúrgico distintivamente evangélico, presenta el punto de vista de las diferentes Iglesias.Una obra totalmente novedosa, tan importante en su temática como elaborada en su contenido. Útil no tan solo como libro de texto de teología sino también como base para cursos de introducción al pensamiento cristiano.

Capítulo XII

Neumatología

La Neumatología estudia todo lo relacionado a las obras de la tercera persona de la Trinidad, el Espíritu Santo.

Con el avivamiento pentecostal en América Latina, el concepto del Espíritu Santo alcanzó una nueva dimensión. Las Iglesias comenzaron a hablar del bautismo del Espíritu Santo, del derramamiento del Espíritu Santo, de la Unción del Espíritu Santo, del fruto del Espíritu Santo y uno de los elementos distintivos fue los dones del Espíritu Santo. Toda esta terminología surge en un contexto de una predicación fogosa, fundamentada más en la experiencia cristiana que en el Texto Sagrado, dentro de una renovación litúrgica sin precedentes en la historia de la Iglesia y que se mira reflejado en la música y que sin duda tuvo y tiene una gran acogida porque esto coincide con un crecimiento espiritual espectacular dentro de la Iglesia y una aceptación casi total, especialmente por los jóvenes.

En este contexto, el Espíritu Santo es como una fuerza, un poder sobrenatural que reside en el cristiano, que lo hace predicar, adorar, sanar enfermos, echar fuera demonios, incluso, llegar a situaciones extremas como cultos de risas, caídas, manifestaciones místicas, todas atribuidas al Espíritu Santo.

El estudio serio de la Palabra nos enseña que el Espíritu Santo es Dios, en esencia y en potencia es Dios y punto. Que por la fe habita en el corazón del creyente y que la mayor manifestación de Él en nuestro ser es simple y sencillamente una vida de santidad, un gran testimonio al mundo de la obra de regeneración que Dios ha efectuado en nosotros. Está suficientemente claro, que la residencia del Espíritu Santo va a traer en nuestras vidas, un fruto, dones que van ha evidenciar la obra de Dios.

El estudio de las obras del Espíritu Santo en este capítulo se realizará de la siguiente manera: Consideraciones preliminares a la Pneumatología (Sección I), El trabajo del Espíritu Santo (Sección II), Morada y bautismo del Espíritu Santo (Sección III), y finalmente Responsabilidad y llenura del Espíritu Santo (Sección IV).

SECCIÓN I

CONSIDERACIONES PRELIMINARIAS A LA PNEUMATOLOGÍA

La pneumatología es la ciencia que estudia las obras de la tercera persona de la Trinidad exclusivamente, a diferencia de la Teología Propia que estudia la persona del Espíritu Santo. Es importante destacar que cuanto es verdad del trino Dios, lo es del Espíritu Santo. Esta afirmación se puede hacer con la misma seguridad acerca del Padre y del Hijo y, se observa en relación con la Tercera Persona de la Trinidad.

Es importante señalar que esta doctrina ha sido objeto de un mal entendimiento y ha dado lugar a una serie de exageraciones que no tiene nada que ver con la majestad del Texto Sagrado.

Una de las incomprensiones más comunes que se observa en la Iglesia Latinoamericana es el desconocimiento que el Espíritu Santo es una Persona, muchas veces se le identifica con un poder mágico que hace que el pastor predique con potencia, sane enfermos, haga exorcismos. Estas señales usualmente son el testimonio que la persona tiene el poder del Espíritu Santo en su vida. Se ha llegado a aseverar que hay iglesias o cristianos sin el Espíritu Santo, incurriendo de esta manera no solamente en un error teológico muy grave sino en una herejía producto del mal entendimiento de la Palabra.

Muchos no han entendido que el Espíritu Santo es una persona, que es Dios mismo que habita por la fe en nuestros corazones y que habita desde el momento que el individuo pasa a formar parte de la Iglesia, y que los dones espectaculares o las características de predicación, o el hablar en lenguas no son una evidencia que la persona es depositaria de esta bendición. Esta incomprensión por un lado, y la falta de tolerancia por el otro, ha provocado un cisma ideológico en el cuerpo de Cristo que ha dañado las relaciones interpersonales y ha alimentado los prejuicios y sospechas ministeriales que han impedido que la Iglesia no avance como debiera.

El Espíritu Santo es Dios, y toda persona que le entrega su vida a Jesucristo y Él opera la obra de la regeneración, Dios mismo viene a morar en la vida de esa persona y esto es por la fe como señaló San Pablo a los Efesios. Como consecuencia de esta relación, Dios dará dones y habrá manifestaciones, pero éstas serán según la soberanía de Dios y en el momento que Él mismo lo estime.

Por todo lo anteriormente expuesto, es de capital importancia abordar este tema con toda responsabilidad, sin incurrir en el afán de hacer ver a unos sabios y a otros ridículos, sino todo lo contrario, aportar elementos para reflexionar y entender de una vez por todas que solo existe un Señor y por lo tanto un solo Espíritu. Como entendemos el asunto nosotros, es otra historia, lo que si debe quedar claro es que debe existir respeto mutuo y nunca permitir que nuestras diferencias nos separen, porque ipso facto caeríamos en el engaño de Satanás.

Esta sección se abordará de la siguiente manera: Pneumatología en la Teología Latinoamérica (A), El Espíritu Santo en el Antiguo Testamento (B) y el Espíritu Santo en el N.T. según el dispensacionalismo (C).

A. Pneumatología en la teología latinoamericana

En Latinoamérica, la pneumatología ha estado bien polarizada entre aquellos que aseguran creer en el Espíritu Santo por las señales que hacen y los que no hacen señales ni tienen manifestaciones espectaculares pero afirman creer en Él. La realidad es que un segmento, que en Latinoamérica es mayoritario, asegura haber tenido experiencias y manifestaciones del Espíritu Santo que los llevan a prácticas como el ayuno, oración, exorcismo de demonios, danzas, hablar en lenguas, curación de enfermos, liturgias alegres, etc. En contraposición con otro segmento de la Iglesia que se denomina tradicional que aunque cree en algunas manifestaciones del Espíritu Santo no las práctica como el sector renovado de la Iglesia.

Esto ha provocado acusaciones mutuas y disputas innecesarias que ha causado problemas muy serios al cuerpo. Aquí es donde debe entrar en acción los dos principios anteriormente mencionados: Respeto por unos y tolerancia para otros. La verdad es que el Espíritu Santo es Dios, y Dios no se manifiesta de la misma manera a todas las personas. Dios es soberano y reparte dones para la edificación de su Iglesia, según su propia voluntad, no capricho humano. No es correcto llamar a unos Iglesia muerta y a otros pentecostales fanáticos.

Es menester alcanzar la madurez espiritual que se necesita y que nos enfoquemos contra quien tenemos que enfocarnos, Satanás, no contra el mismo cuerpo. No podemos seguir incurriendo en este error, es necesario levantar cabeza, marchar contra el reino de las tinieblas y edificar el reino de Dios. En este apartado se efectuará una sinopsis de la Pneumatologica en el continente.

1. Los Movimientos Pneumatológicos en América Latina

Cuando se habla de movimientos pneumatológicos nos estamos refiriendo particularmente a los movimientos pentecostales y neo pentecostales, ya que estos comenzaron haciendo énfasis en los dones y las manifestaciones del ES. Hay una diferencia entre los movimientos pentecostales y los movimientos neo-pentecostales. En este sentido Samuel BERBERIAN acota:

Definiremos como pentecostales a todos los movimientos que tienen su origen a principios de siglo dentro de los llamados “movimientos de santidad”. Referiremos como neo pentecostales a todos los que son parte de la renovación y de los movimientos carismáticos.

Tenemos que reconocer que el pentecostalismo y el neo pentecostalismo han venido a mover toda la cimentación ideológica de las iglesias tradicionales. La revolución que estos movimientos han causado en todo el mundo ha contribuido con el crecimiento numérico. Esto ha traído como consecuencia un aumento de su caudal y poder político; ya son tomados en cuenta en las decisiones importantes de algunas de nuestras naciones Latinoamericanas.

Juan MACKAY hace una valoración interesante de los movimientos pentecostales como:

Los pentecostales tenían algo que ofrecer, algo que hizo vibrar a gente aletargada por la monotonía y desesperanza de su existencia. Millones respondieron al evangelio. Su vida fue transformada, se les amplió el horizonte y el ES –que previamente no había sido sino términos sentimentales ligados al ritual y al folklore– cobraron nuevo significado, llegaron a ser medios por lo cuales se comunicaba luz, fortaleza y esperanza al espíritu humano. La gente se transformó en personas, con un propósito para vivir.

Los movimientos pentecostales han sido saludables y han dado vida a la Iglesia que estaba enclaustrada en cuatro paredes con un mensaje y música que no correspondían a las necesidades y lenguaje de su propia generación. Un elemento distintivo de la fe pentecostal ha sido su orientación al trabajo y su pragmatismo religioso. Bien dice Petter WAGNER en el prefacio del libro Azuza Street and beyond:

Comparado a otras tradiciones cristianas reconocidas, los pentecostales han sido más hacedores de la palabra, mucho más que oidores de la palabra o aún escritores de la palabra. Esta actitud orientada a tareas de servicio a Dios ha resultado en el movimiento de mayor crecimiento en nuestros días.

Esta actitud laboriosa ha ido también en detrimento de una definición clara de su propia teología. Miguez BONINO haciendo referencia al profesor e historiador Walter HOLLENWEGER señala:

Lo ve como un fenómeno típico de la cultura de las clases populares: es una religión oral, que se expresa en símbolos –canto, danza– y emoción, preconceptual, de la que no se puede esperarse una teología explícita y sistematizada. La perspectiva que se emplea corresponde a una visión para la que hay una especie de progreso de etapas más primitivas, inarticuladas y primarias a otras evolucionadas, caracterizadas por el discurso escrito, capaces de la abstracción y sistematización.

Hemos visto cómo importantes teólogos han definido o han interpretado el movimiento pentecostal. Todos coinciden que esta revolución espiritual ha traído nuevos aires a la Iglesia y actitudes que deben hacernos reflexionar profundamente.

2. La práctica pneumatológica de la Iglesia Pentecostal en Latinoamérica

La teología Pentecostal tiene un carácter bastante práctico y menos sistemático que la mayoría de los movimientos religiosos. Sus orígenes demuestran ser más una doctrina y práctica eclesiológica que una doctrina capital.

Una de las doctrinas cardinales de los movimientos pentecostales es la del bautismo “del” Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas. Esta es la doctrina más importante y que primariamente se predicó en la calle Azusa en California. Originalmente se creyó que el nuevo lenguaje que habían adquirido era un don que Dios les había dado para predicar a las tribus africanas que no poseían el Evangelio.

Se definen tres diferentes tipos de lenguas entre los que se mencionan Glosalalia: es una forma de hablar que no corresponde a ningún lenguaje conocido. Akilalia: es una forma de hablar donde el hablante usa un lenguaje y la audiencia escucha las palabras en diferentes lenguajes. Xenolalia: Es un lenguaje conocido aprendido no por medios mecánicos o por aprendizaje. Este último método ha sido considerado como la excepción y no la regla.

El don de lenguas tiene su fundamento en las enseñanzas de San Pablo a los Corintios y en los eventos del libro de los Hechos. La hermenéutica Pentecostal de los pasajes aducidos como fuente de su dogmática obviamente carecen de una exégesis profunda. Esto se debe a su pragmatismo religioso que marcó sus orígenes.

De todas maneras, lo más importante es creer sin importar el contenido de la creencia que pasa a un segundo plano. La necesidad de mantener una fe viva desconectada de una reflexión inteligente es una de las causas para que este movimiento se convierta en una fuerza incontenible en toda América latina.

Su énfasis sobre recibir una segunda obra de gracia encuentra su génesis en los movimientos wesleyanos del siglo XVIII y encuentran su máxima expresión en Juan WESLEY: máximo representante de los movimientos que hacen su énfasis en la segunda obra de gracia. Bien dice Benjamín GUTIÉRREZ:

Un significativo número de estudiosos considera que el “avivamiento wesleyano” (gestor del metodismo y otras denominaciones santificacionistas) de la Inglaterra del siglo XVIII es el antecesor inmediato del pentecostalismo moderno. La tesis histórica señala que el pentecostalismo surgió de los “círculos de santidad” norteamericanos.

Los movimientos pentecostales se convirtieron en un fenómeno social de carácter global. Su presencia en el mundo ha marcado un hito histórico redefiniendo el concepto de evangélico sostenido por las iglesias históricas desde la Reforma del siglo XVI.

Según Juan Carlos VALLADARES, del Seminario Teológico de Honduras, los problemas de la pneumatología Pentecostal se centran en los siguientes aspectos:

La carencia de una sistematización basada en la exégesis bíblica del Texto Sagrado y el reemplazo de la dogmática bíblica por una dogmática producto de la experiencia. Este fenómeno es tan común en América Latina que amenaza el andamiaje doctrinal evangélico. Como resultado final se han producido híbridos religiosos resultado el sincretismo de fe con la cultura autóctona o bien la disociación de la concepción evangélica legada desde los concilios de la iglesia o bien de la Reforma protestante.

El desmedido énfasis de la experiencia como fuente de dogmática ha hecho que se introduzcan nuevas fuentes de teología. Esto también representa una problemática que con el pasar de los años introduce nu...