Diseño comunáutico aplicado a los sistemas sociales digitales
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Diseño comunáutico aplicado a los sistemas sociales digitales

Fundamentos comunicacionales, teóricos y metodológicos

  1. 734 páginas
  2. Spanish
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Diseño comunáutico aplicado a los sistemas sociales digitales

Fundamentos comunicacionales, teóricos y metodológicos

Descripción del libro

En esta obra exploraremos las necesidades emergentes de los sistemas sociales en línea, las competencias digitales necesarias para su desarrollo, las herramientas posibles para crear una inteligencia colectiva y colaborativa que contribuya al advenimiento de un futuro mejor para nuestros hijos y nosotros mismos, para nuestros sistemas sociales emergentes y para nuestras comunidades de innovación. La idea básica de esta investigación es que el diseño comunáutico —en calidad de diseño comunicacional y colaborativo de sistemas sociales a gran escala, por ejemplo, las comunidades virtuales concebibles como sistemas sociotécnicos— es una actividad de creación de futuro. Los individuos y los grupos asociados a esos sistemas sociales y esas comunidades virtuales se comprometen en el diseño de forma tal que se distribuyen las tareas y los roles en la implantación de los sistemas de innovación que catalizan los cambios deseables.

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CAPÍTULO 1

Los anteriores universales y la ciencia de tercera fase
En la era de la producción masiva cuando todo debe ser planeado y diseñado, el diseño se ha convertido en la más poderosa herramienta con la que el hombre moldea sus instrumentos y su entorno (y, por extensión, la sociedad y a sí mismo). Ello requiere una importante responsabilidad social y moral del diseñador. Requiere también mejor comprensión de la gente por parte de aquellos que practican el diseño y más información sobre el proceso de diseño por parte del público. No se ha publicado en ninguna parte ni un solo volumen sobre la responsabilidad del diseñador, ni un solo libro sobre diseño que tenga en cuenta al público de esta manera.
VICTOR PAPANEK
En este capítulo, esbozamos una investigación exploratoria sobre la configuración de los conocimientos científicos y las prácticas de diseño de los sistemas sociales virtuales, en el contexto de la innovación a través del codiseño en internet. Con el fin de guiar esta exploración a través de la jungla de dominios, conceptos, teorías, metodologías y aplicaciones, nuestro equipo recurrió principalmente a un texto poco conocido de los comunicólogos y de los cientistas sociales, pero que, en nuestra opinión, es esencial para la comprensión del fundamento de todo campo científico: The Domine of Science Model, que John Nelson Warfield presenta en 1986 y que inspirará a varios investigadores importantes en el campo del diseño de los sistemas sociales.
Warfield está empeñado en la creación de una ciencia del diseño genérico (1994) susceptible de integrar en su seno la gestión y el diseño colaborativo de sistemas a gran escala, como los que se encuentran en las redes colaborativas interempresariales o en las comunidades de prácticas científicas transfronterizas de internet. Warfield (1986) estima que, para bien o para mal, nuestras sociedades han aceptado la idea de los sistemas complejos a gran escala. Si aceptamos el desafío de orientarlos social y éticamente, deberemos adquirir las competencias necesarias para administrarlos y coordinarlos. Una excelente manera de lograrlo es aprender a diseñarlos. En este capítulo, y a lo largo de todo el libro, vamos a examinar los fundamentos de una ciencia genérica del diseño comunáutico, que se basa en la idea de grandes sistemas complejos, desde la perspectiva de varios campos, entre ellos, el diseño de los sistemas sociotécnicos y de los sistemas sociales como base para la construcción de los sistemas sociales virtuales. El “codiseño colaborativo en red” (nuestra denominación genérica para designar colectivamente el diseño colaborativo, el diseño interactivo, el diseño participativo, el diseño centrado en el usuario y, más recientemente, el diseño centrado en el ser humano) presenta actualmente enormes dificultades de modelización e integración de los factores humanos y tecnológicos que subyacen en las competencias de los diseñadores, amenazándoles con perder rápidamente el dominio cognitivo y práctico de los sistemas que ellos contribuyen a desarrollar. El desarrollo de una ciencia genérica del diseño comunáutico, como ciencia aplicada al diseño de los grandes sistemas sociotécnicos que nacen actualmente en internet, basada en los elementos más importantes de los conocimientos universales y de los conocimientos en diversos ámbitos del diseño desarrollados desde hace décadas por sus mejores expertos, se convierte en una de las condiciones de la puesta en marcha de los diseños para el desarrollo sostenible de la humanidad.
Toda la obra de Warfield puede ayudarnos a sentar las bases de una ciencia genérica y transdisciplinar del diseño comunáutico y a articularlas, de forma clara y sencilla, a través de las múltiples ramificaciones de una ciencia de los sistemas complejos. En sus obras, Warfield explora las bases de la ciencia de acuerdo con la actitud pragmatista del gran filósofo Charles Sanders Peirce. De este modo, integra dimensiones que por lo general están ausentes de la filosofía de las ciencias y las articula lógicamente en una “teoría de la ciencia”. Indirectamente, su esfuerzo nos muestra que su concepción de la ciencia es más adecuada que las representaciones tradicionales.
Warfield define a la vez los roles de los lenguajes-objetos formales y los de los metalenguajes naturales. Como veremos, ello abre la puerta a la colaboración transdisciplinar, por ejemplo, entre los expertos de la informática y los de las ciencias sociales y comunicacionales. Con este fin, Warfield desarrolla importantes descripciones relacionales de realidades cualitativas y las incorpora en una matemática de dimensiones no numéricas. Veremos en el capítulo 4 que esta actitud es beneficiosa para los investigadores que desean integrar el rigor en sus análisis de los fenómenos sociales complejos, aunque no posean el bagaje teórico y práctico de la cuantificación propia de las ciencias puras y de las diferentes ciencias de la ingeniería. Warfield integra así esas matemáticas cualitativas a antecedentes universales para crear una “ciencia del diseño genérico”.
La filosofía peirciana que principalmente influencia a Warfield incorpora al sujeto cognoscente en la definición del conocimiento. Warfield examina los circuitos de retroalimentación entre el objeto, el concepto y el sujeto, y no solamente entre el objeto y el concepto, o entre el sujeto y el objeto. Nos invita, de esta manera, a una concepción exhaustiva de la ciencia. Su concepción se interesa en primer lugar en los espacios vacíos dejados por la ciencia cartesiana convencional, origen de una compartimentación permanente entre el mundo objetivo, “lo que está allí en la realidad”, y el mundo subjetivo de los “universos cognitivos”, que los percibe y explora. Warfield descompartimenta el observador y el mundo objetivo mediante la integración de la noción de sujeto cognoscente. No hace una distinción contrafáctica con un “observador cósmico desencarnado”, que podría pronunciarse ex cathedra sobre la objetividad de un hecho, la verdad o la falsedad.
En esta tradición, Warfield está a la vanguardia de las cuestiones planteadas por la ontología, la epistemología y las conexiones comunicacionales entre los fundamentos de una ciencia, la teoría, la metodología, las aplicaciones y la gobernanza de proyecto. Habla expresamente de la participación del observador “sujeto cognoscente” en la producción de realidades, así como de la naturaleza psicosocial de la participación humana en todos los estadios de las actividades y del proceso de diseño. En tal sentido, Warfield puede ayudarnos a participar en la construcción en curso de la tercera fase de la ciencia. Los trabajos de Kenneth Bausch (Bausch y Flanagan, 2012; Flanagan y Bausch, 2011) y de Thomas R. Flanagan (Flanagan et al., 2012), que se inspiran en Gérard de Zeeuw (1997), el viraje semántico en el diseño (Krippendorff, 2007) y toda la actual corriente del diseño conversacional y dialógico, que comprende especialmente la gestión interactiva, la ciencia del diseño dialógico y la perspectiva del lenguaje/acción, representan una manera de implantar la ciencia de tercera fase como un medio de comprender y adaptar los sistemas sociales complejos. Veamos primero cuáles eran las fases anteriores.
De manera muy esquemática, diremos que De Zeeuw (1997) afirma que en la primera fase de la ciencia no hay separación entre el observador y el objeto. No obstante, las conexiones son a menudo tan delgadas que los postulados de separación suelen ser justificados y producen a pesar de ello resultados válidos. En la primera fase, este distanciamiento del investigador y su objeto se aplica especialmente a la física, la química y la biología. También de acuerdo con De Zeeuw, en la segunda fase de la ciencia, el reconocimiento de un objeto depende del punto de vista del observador. Esta segunda fase es necesaria en la física cuántica, la medicina y, más particularmente, en la psicología y las ciencias sociales. En la segunda fase de la ciencia, los objetos se conciben como agrupamientos de cualidades definidos en términos de desviaciones típicas con respecto a una mediana estadística. Los cientistas sociales enfrentan problemas importantes cuando realizan investigaciones sobre sistemas en evolución constante en esta segunda fase. Argyris (1993a, 1993b) nos recuerda que, durante ese periodo, los investigadores enfrentan el problema de la influencia del sujeto sobre su objeto de observación, problema que puede contaminar toda una investigación. La observación independiente de un observador perspicaz, en palabras de Merton, aprehende el mundo con los lentes del observador individual. En la primera fase, la lente está pulida y su ángulo de visión está afinado para permitir a varios investigadores ver un objeto de manera más precisa. En esta fase, un observador inmaterial y el mundo material son comprendidos en términos de esencias, es decir, que aquella corresponde a la tendencia natural que tiene el ser humano de distinguir lo que, por un lado, constituye el mundo exterior, su naturaleza propia (la observación de las cosas exteriores) y su ser; y por el otro, la naturaleza propia del sujeto cognitivo que la observa.
En gran medida, esas hipótesis no plantean ningún problema para las rutinas de la ciencia en los campos de la física, la química y la biología. Sin embargo, pueden causar consternación cuando, en una investigación a fondo, se descubre que “lo opuesto de una verdad profunda es otra verdad profunda” (Neils Bohr, citado por Bausch y Flanagan, 2013). En la física subatómica, por ejemplo, un investigador puede descubrir una partícula si la observa de cierta forma, mientras que otro descubrirá una ondulación si la observa de otra manera.
En el paradigma de la disociación del observador y de su objeto, también se utilizan las lentes de un solo observador, pero se reconoce que el observador y su objeto hacen parte de un mismo nivel de realidad. La ciencia de segunda fase continúa viendo la realidad a través de un solo par de lentes y se esfuerza por ofrecer una sola definición abstracta de su objeto a sabiendas, sin embargo, de que sus definiciones son construidas por el observador. La realidad no se da a leer como un texto. Durante esta fase, los científicos plantean la hipótesis de una pluralidad de observadores individuales que se ponen las lentes individuales para comprender el mundo y sus objetos. Los esfuerzos realizados para precisar la orientación de cualquier tipo de lentes o ángulo de visión y para crear definiciones consensuales pueden llevar a conflictos de visión sobre el “par de lentes” con el que se observa el mundo, así como a desacuerdos sobre la naturaleza del objeto en estudio. Esos desacuerdos en ciertos casos pueden ser mitigados o “maquillados” por un grupo relativamente homogéneo de investigadores que tienen un programa de investigación común y que, eventualmente, recurren a métodos estadísticos para describir las situaciones sociales o culturales. Sin embargo, dichos desacuerdos pueden volverse muy importantes cuando grupos heterogéneos de investigadores de distintos programas intenten describirlos mundos sociales y culturales. Esas dificultades asociadas a la “visión del mundo” y al ángulo de visión pueden volverse insuperables si los expertos intentan resolver problemas o intervenir en el cambio organizacional, social o cultural.
De Zeeuw (1997, 1996) muestra que, desde hace varios años, una tercera fase de la ciencia propone otra manera de construir el objeto mediante el diálogo y la conversación entre observadores interdependientes. A medida que los observadores comparten sus perspectivas (visión del mundo, definición del objeto, roles prescritos en la investigación y diálogo transdisciplinar), construyen un contexto común que constituye el objeto de sus deliberaciones. Es el método de la tercera fase, utilizado por investigadores como Warfield (1999, 1990), Gibbons et al. (1994) y Nicolescu (1996). Este método valoriza las visiones tomadas con diversos tipos de “lentes” y ángulos de visión, con el fin de utilizarlos en la coconstrucción de “lentes compuestas” que son compartidas por una comunidad epistémica a medida que ella madura el intercambio de conceptos para examinar el objeto que está en el núcleo de sus investigaciones. A través de esa metamirada, una comunidad de expertos de distintas disciplinas adquiere una comprensión común de una situación en la que los expertos se sumergen colectivamente para tomar decisiones sobre la manera de estudiarla o de intervenir en ella. No falta mucho para definir aquí la transdisciplinariedad. En una muy reciente obra colectiva, Transdisciplinarity: Bridging Natural Science, Humanities and Engineering, publicada en memoria de John Warfield en 2011, con las contribuciones de autores como Basarab Nicolescu, podemos encontrar la siguiente definición de la transdisciplinariedad: “Se refiere a lo que está entre las disciplinas, a través de las disciplinas y más allá de todas las disciplinas. Su objetivo es comprender el mundo presente, en el cual los imperativos tienen que ver con la unidad de los conocimientos” (Nicolescu, 2010, p. 26).
La ciencia de tercera fase incorpora así los principios profundos de la transdisciplinariedad. Busca y respeta marcos de referencia, a fin de hacer observaciones a partir de una pluralidad de puntos de vista y de observadores para comprender mejor el contexto inclusivo de un objeto. El lenguaje o los lenguajes especializados que sirven para determinar el “objeto de discusión” se establecen durante la interacción de los observadores implicados. La ciencia de tercera fase negocia específicamente las modalidades de comportamiento y del cambio social, como la autoorganización de las actividades de los grupos mediante la acción social y el cambio social intencional. La ciencia de tercera fase como tal no intenta dar al investigador un aumento de control sobre las dimensiones humanas; no manipula a sus usuarios, ni intenta crear antagonismo entre las actitudes de los participantes. Según De Zeeuw (1997), dicha ciencia permite a todos responder a las demandas de las personas y comunidades que actúan como usuarios interactivos en una situación dada (por ejemplo, un diagnóstico en una situación de diseño social). Les permite aprender de manera colectiva, social y sistemática y desplegar los recursos requeridos para mejorar su propio desarrollo. Esta tarea común, esta socioconstrucción del objeto y de los mundos por construir, no es una tarea que se pueda efectuar adecuadamente con un estudio bibliográfico sobre un tema, por más exhaustivo que este sea.
La ciencia del diseño genérico favorecida por Warfield se alinea bien con el diseño de los sistemas sociales iniciado por Churchman (1974, 1971) y por Checkland y Banathy (2005, 2000), así como con los distintos modos dialógicos que lo acompañan (Christakis y Bausch, 2006; Christakis, 2005; Christakis y Harris, 2004; Judge, 2008a, 2007, 1995; Jenlink, 2009, 2006, 2004; Jenlink y Banathy, 2008; Laszlo, Laszlo y Dunsky, 2010; Laszlo y Laszlo, 2007, 2004). Esos enfoques sistémicos de la concepción (Simon, 1974, 1969, 1960) nos muestran varias maneras de asegurar la coconstrucción y el codiseño de problemáticas sociocomunicativas complejas según varios puntos de vista diferentes. Esta ciencia, mucho más articulada filosóficamente que las definiciones contemporáneas del pensamiento de diseño (design thingking)23, se construye sobre la base de una actitud inclusiva, de una cultura del diseño que propone un lenguaje descriptivo y normativo y que se ajusta a las diferentes situaciones de diseño y de cambio social. Prescribe las etapas y las fases necesarias para desarrollar los objetos multimodales y multidimensionales que constituyen el propósito de este libro. Estos procesos de análisis, síntesis, diseño, intervención e implantación no solo incluyen a los usuarios de un sistema, sino a todas las partes implicadas que se apoyan sobre su propio lenguaje y no únicamente sobre los lenguajes expertos propios de las ciencias puras, de sus “leyes” y de sus “hechos objetivos”. ¿Cómo? Volvamos a los trabajos de Warfield.
En la ciencia del diseño genérico es importante mirar de forma crítica las cuestiones de ontología, epistemología, metodología y comunicación. Si esas ideas que defendemos en nuestros cursos de metodología desde hace varios años fueran minuciosamente aplicadas en las ciencias de la información y la comunicación, al igual que en las otras ciencias humanas y sociales, contribuirían a atenuar una profunda incomprensión y a aumentar la capacidad de reflexionar en función de modelos y de sus fundamentos. Una aplicación minuciosa y más generalizada de esas ciencias podría contribuir a mostrar que ya no es necesario cuantificar las ciencias sociales y comunicacionales para que sean rigurosas; así como tampoco cuantificar la construcción de los sistemas de información (redes sociales, plataformas colaborativas, portales de servicios, intranet de empresas) para que ella exista o implante nuevos sistemas. Por el contrario, como afirma Warfield, aunque el “enfoque científico” exija precisión, no exige necesariamente cuantificación. Este hecho reviste una gran importancia para la práctica de numerosas ciencias sociales y humanas que han tratado de emular los modos de observación de las primeras fases de la ciencia, con errores epistemológicos sustanciales, y que pueden ahora, gracias a los lenguajes naturales, definir y posicionar un objeto en un espacio de análisis y de razonamiento no matemático, sin contar que los cientistas sociales nunca han tenido verdaderamente las bases matemáticas necesarias para la elaboración de problemáticas cuantificables. Esto parece, a priori, una barrera epistemológica infranqueable en las fases primera y segunda de la ciencia. No es este el caso de la tercera fase, e...

Índice

  1. Portada
  2. Portadilla
  3. Créditos
  4. Lista de tablas
  5. Lista de figuras
  6. Agradecimientos
  7. Prólogo
  8. Introducción
  9. PRIMERA SECCIÓN. EL ÁREA DE LA CIENCIA DEL DISEÑO COMUNÁUTICO: LOS FUNDAMENTOS TEÓRICOS DEL DISEÑO DE SISTEMAS SOCIALES VIRTUALES
  10. Capítulo 1. Los anteriores universales y la ciencia de tercera fase
  11. Capítulo 2. Las bases teóricas del diseño comunáutico
  12. Capítulo 3. El diseño comunáutico en acción: hacia modos de pensamiento operacionales para comenzar un proceso de diseño
  13. Capítulo 4. La comunicación genérica y el diseño comunáutico: evaluación y validación del diseño sociotécnico de una plataforma de comunicación universal, el sistema de ayuda al diseño comunáutico, mediante el modelo de evaluación CAPACIDADES
  14. Capítulo 5. Hacia un enfoque científico del diseño colaborativo: la construcción de un sistema de ayuda al diseño comunáutico para el apoyo de las comunidades y organizaciones virtuales
  15. SEGUNDA SECCIÓN. DE LA MODELIZACIÓN A LA IMPLANTACIÓN: EL MARCO DE REFERENCIA, LA METODOLOGÍA DE INSTANCIACIÓN Y LA MATRIZ DE DESCUBRIMIENTO Y DE ALINEAMIENTO ESTRATÉGICO
  16. Capítulo 6. El modelo de referencia, el marco de gobernanza y la estrategia de instanciación
  17. Capítulo 7. Metodología de instanciación y sus múltiples aspectos
  18. Capítulo 8. La matriz de descubrimiento y de alineamiento estratégico para el diseño de sistemas sociotécnicos: hacia una arquitectura de modelización multidimensional, multidominio y de diseño de sistemas sociales complejos y de comunidades virtuales
  19. Capítulo 9. Los dominios y la definición considerada para la construcción de la matriz multimodal y multidimensional de descubrimientos y de alineamiento estratégico (3MDAE) para el diseño de sistemas sociales virtuales
  20. Capítulo 10. La organización y la gobernanza de un ambiente de incubación y aprendizaje mediante sus cajas de herramientas: modelo de referencia, marco de diseño comunáutico y metodología de instanciación
  21. A modo de conclusión: hacia un instrumento de modelización informatizado por una 3mdae con funcionalidades plenamente atribuidas y calificadas
  22. Bibliografía