SEGUNDA PARTE
Recreaciones contemporáneas
El turismo místico-esotérico en la “zona Uritorco”: una perspectiva etnográfica
Alejandro Otamendi
Introducción
En este capítulo se analiza el turismo místico-esotérico en Capilla del Monte, provincia de Córdoba (Argentina), y los correspondientes procesos sociohistóricos vinculados con la formación de este destino turístico, denominado desde comienzos de este siglo “zona Uritorco”. Para dar cuenta de esto, desde la perspectiva antropológica se describirán algunos aspectos históricos y etnográficos sobre la localidad, las formas en que surgieron las narrativas locales sobre la zona, y cómo son utilizadas y reproducidas por los distintos actores sociales que se hallan vinculados a la actividad turística, tales como el sector público, el sector privado, los residentes y los turistas.
Asimismo, es necesario destacar que este escrito surge como una síntesis de la investigación etnográfica realizada entre 2001 y 2004 en Capilla del Monte y un resumen de ciertos aspectos analizados en la tesis de licenciatura en la Universidad de Buenos Aires, presentada en agosto de 2005: “La magia del turismo: la producción simbólica de la zona Uritorco”.
Orígenes de la “zona Uritorco”
Desde la segunda mitad de la década de 1980 hasta la actualidad, en esta localidad del valle de Punilla sucedieron una serie de cambios significativos a nivel social, cultural y turístico. El origen de lo que hoy se denomina “zona Uritorco” puede rastrearse en ciertos antecedentes concretos como la Huella del Pajarillo, su difusión masiva en los medios de comunicación y la maduración de varias narrativas esotéricas que venían gestándose desde años anteriores. Sin embargo, antes de avanzar en dichos antecedentes conviene realizar una breve descripción sobre la situación turística preexistente.
Desde fines de la década de 1970 y comienzos de la siguiente, Capilla del Monte se caracterizaba por ser un pequeño pueblo serrano, cuyos atractivos principales eran la Calle Techada (por ser única en Sudamérica), la parroquia de San Antonio del Monte de la cual se derivaba el nombre de la localidad, y El Zapato o formación rocosa de tonos rojizos que se exhibía a un kilómetro del centro del pueblo. Con una cantidad inferior a los siete mil habitantes como producto de migraciones graduales a lo largo de todo el siglo, Capilla del Monte ya se había consolidado como un atractivo turístico periférico del norte del valle de Punilla, en el cual se destacaban las tradicionales costumbres serranas, las creencias cristianas y las narrativas folclóricas sobre colonos (FFE, 1976) y salamancas (Amaya, 2003). Similarmente, la construcción turística de la imagen capillense estaba dada en principio por los atractivos mencionados junto a otros paisajes naturales que subrayaban las bondades climáticas de la zona y los atributos reparadores para la salud de sus visitantes. Hacia fines de octubre de 1985, tuvieron lugar los festejos conmemorativos de los cuatro siglos de la localidad, aunque ninguno de los eventos o documentos oficiales producidos para la ocasión se referían a aspectos relacionados con la energía, los extraterrestres o ciudades intraterrenas.
El 9 de enero de 1986 aparece sobre la sierra del Pajarillo, en la Quebrada de Luna, una superficie calcinada de forma oval de unos 100 metros de diámetro, que se denominó la Huella del Pajarillo. Esta “mancha” que se podía observar desde la ruta que va desde Los Terrones hacia Ongamira, es decir a unos veinte kilómetros del centro de Capilla, se asemejaba a la forma de un “plato volador” y despertó el interés de turistas curiosos, de algunos pobladores locales (entre ellos el intendente y el subsecretario de Turismo) y de investigadores del fenómeno ovni, como Fabio Zerpa y Pedro Romaniuk, entre otros, aunque también se dijo que llegaron científicos de la NASA para hacer los estudios correspondientes (Terrera, 1996 [1987], 2003 [1987]; Suárez, 2003). Al año siguiente, la Huella prácticamente había desaparecido debido al crecimiento de los arbustos y pastos propios de los cerros, aunque se produjo otro hecho insólito: el 5 de agosto de 1987 un incendio arrasó aquella parte de la sierra, y la vegetación dentro de la Huella se mantuvo intacta. Esto llamó nuevamente la atención de todos los investigadores de ovnis, así como también del resto de la gente. Este antecedente generó en los años posteriores visitas guiadas hasta el lugar para los curiosos, los místicos y los apasionados por los ovnis.
Por ese entonces, en abril de 1986, en Nuevediario, noticiero sensacionalista del canal 9, bajo los jadeantes relatos del periodista José de Zer, se difundió popularmente la noticia de que en el cerro Uritorco se podían ver seres extraterrestres y supuestamente se logró un avistamiento filmado en el cual se observaba una serie de luces que giraban en torno a la cámara. Todavía hoy recordado por muchas personas, este informe colaboró en otorgarle al cerro Uritorco un renombre a nivel nacional como lugar de avistamientos de ovnis, institucionalizando la zona como exponente de lo sobrenatural y lo extraterrestre.
Paralelamente, comenzaron a brotar una serie de narrativas cargadas de relatos extraordinarios y sincretismos que venían gestándose en años anteriores y que se combinaban mutua y libremente según los interlocutores. Sin profundizar demasiado en la descripción de esas narrativas, sobresalen algunas como la del Bastón de Mando o toqui lítico de 1,10 metro de largo hallado al pie del cerro Uritorco en 1934 por el maestro hermético Orfelio Ulises, objeto que otorga poder y sabiduría a sus poseedores y su territorio de origen, y profetiza un resurgimiento del mundo y regeneramiento de la especie humana en el cono sur americano; la ciudad intraterrena de Erks, muy relacionada con el fenómeno ovni, asegura la existencia de un complejo urbano hacia el interior de la corteza terrestre y el cerro Uritorco, donde habitan seres intergalácticos que, al entrar y salir de allí, originan las luces que se observan en la noches serranas; las nuevas interpretaciones sobre los comechingones, habitantes prehispánicos del área, que son representados como seres altamente espirituales y muy vinculados a la entidades de Erks; la energía extraordinaria que irradia y recepta el cerro Uritorco como producto de la canalización de las influencias cósmicas y condensaciones mineralógicas aparece como el último de los pilares narrativos mencionados.
Bajo el rótulo de literatura esotérica, empezaron a publicarse obras de autores como Guillermo Alfredo Terrera, José Hipólito Trigueirinho Netto, Dante Franch y otros fundadores de la discursividad local, donde se ponen de manifiesto estas narrativas, otorgándole a Capilla del Monte y al cerro Uritorco un nuevo marco de significados y formas de comprender y experimentar la realidad, al mismo tiempo que funcionaron como un fuerte polo de atracción hacia el lugar.
Estos antecedentes fueron creando un centro de atracción para aquellas personas que habían iniciado un camino de búsqueda espiritual. Algunos de estos peregrinos, luego de varias visitas, optaron por quedarse a vivir en Capilla del Monte y sus contornos, abandonando súbitamente sus profesiones cosmopolitas y el ritmo ciudadano, para abocarse a actividades artesanales o relacionadas con el turismo. En una nota periodística de 1993 se describen las varias experiencias de los nuevos pobladores de Capilla, y un ejemplo se transcribe a continuación:
Javier P.R. llegó hace cuatro años a ese pueblo que había conocido cuando era muy chico. Fue a hacer un curso de control mental y biopsicoenergía, y en esa oportunidad experimentó algo especial: “Es un lugar tan fuerte que me pegó en todo sentido”, afirma. Por eso regresó con frecuencia hasta que un día entendió que “el hombre viene al mundo para buscar su esencia y ser feliz”, se propuso dejar todas sus actividades en Buenos Aires donde no sufría de problemas económicos (fue productor de televisión y radio, y tenía una inmobiliaria). Desde hace un año vive en la pequeña localidad cordobesa donde organiza tours ecológicos y de aventura. “La excusa es que yo hago turismo de aventura y puedo transmitir a los visitantes todo lo que es Capilla. He tenido experiencias muy reveladoras y que me han dado esta tranquilidad de saber que estoy en el lugar correcto haciendo lo que tengo que hacer. Aquí viene gente para encontrarse consigo misma, para meditar, para estar bien”.
Las principales razones que motivaron a los nuevos residentes pueden sintetizarse en una profunda necesidad de mejorar la calidad de vida y entrar en contacto con la naturaleza, un sentimiento de atracción por la energía del cerro Uritorco, o la vivencia de una experiencia con los ovnis o “seres” del lugar. Estos nuevos capillenses, como son llamados por los antiguos residentes del pueblo –aunque también se autodenominan esotéricos–, “coinciden en una misma actitud: rompieron con lo que constituía su vida, volvieron a empezar desde un punto inesperado, y todos se volvieron fanáticos del lugar”. Generalmente enrolados en la corriente ideológica de la Nueva Era, los nuevos habitantes fueron incorporando variantes culturales diferentes, tales como el conocimiento hermético y esotérico, cuestiones metafísicas y otros elementos relacionados con la ovnilogía y las religiones orientales, transformando lentamente la fisonomía cultural de la localidad. Al mismo tiempo fueron incrementando significativamente el número de habitantes, como se refleja en los siguientes datos: 6.779 en 1980 (Censo Nacional), 7.000 en 1985, 7.626 en 1991 (Censo Nacional), 8.503 en 1996 (Censo Provincial), 8.940 en 2001 (Censo Nacional), 12.000 aproximadamente en 2005.
Si bien muchos de los recién llegados se integraron a la actividad turística de diferentes maneras, sea como guías, terapeutas, artesanos, hoteleros o comerciantes, también fueron variando la dinámica de la vida cotidiana y de las costumbres de la comunidad capillense, imponiendo un estricto respeto por la ecología, innovando en un tipo de alimentación vegetariana o naturista, y ofreciendo a los pobladores locales y turistas toda una gama de cursos sobre terapias y temas no convencionales, tales como yoga, astrología, reiki, artes orientales, calendario maya, tarot, ovnis, reflexología, etcétera.
En los años posteriores a 1986 el turismo siguió aumentando y el cerro Uritorco se fue convirtiendo en el atractivo turístico privilegiado de la localidad debido a las narrativas que circulan en torno a él. Según las cifras estadísticas de la Subsecretaría de Turismo de Capilla, el 25,4% de los turistas que se encuestaron durante 2001 lo declararon como motivación principal de visita. Por su parte, a partir de 1987 los propietarios del cerro decidieron privatizar el acceso a este, instalando una única vía de ingreso, otorgada en concesión, donde se cobra una entrada a los visitantes. La mayoría de los turistas que arriban allí deben emprender el ascenso al cerro, que según la tenacidad y condición física de cada uno durará entre tres o cinco horas. Aquellos que no disponen del tiempo o la vitalidad necesaria para tal empresa, pueden contentarse con contemplar la magnitud de la montaña desde su base.
Capilla actualmente recibe una gran cantidad de turistas anualmente ya que ofrece una amplia variedad de atractivos turísticos naturales como son sus coloridas sierras, su agradable clima, ríos y un dique que forma un espejo de agua que permite la realización de actividades deportivas y acuáticas, principalmente durante la época estival. También se llevan a cabo diversos eventos deportivos, fiestas folclóricas, espectáculos musicales y concursos varios durante distintos momentos del año que permiten mantener ocupada la capacidad hotelera en las temporadas alta y baja gracias a la variedad del público que la visita. De esta forma, la oferta turística es muy variada, no es únicamente un atractivo ovni, por lo cual apunta a generar focos de interés para estudiantes, familias, jubilados, sindicatos; se producen actividades para la gente de todas las edades y existen alojamientos desde campings hasta hoteles de categoría.
Pero lo que diferencia fundamentalmente a Capilla del Monte del resto de las localidades de Punilla es que el paisaje ha sido “coloreado” con los tintes de lo místico, lo extraterrestre y lo energético; los antiguos atractivos naturales del área son resignificados bajo un prisma de mágicas energías y se resacralizan los pasados templos de los comechingones para dar lugar a rituales de la Nueva Era o recrear las ceremonias aborígenes. Además, se ha erigido una infraestructura turística coherente para este tipo de visitantes. Las terapias alternativas son moneda corriente dentro del ámbito capillense. Hay quienes practican la numerología, la gemoterapia, el tarot o el yoga. El Cerro Uritorco Hotel propone un servicio opcional de liberación de estrés basado en terapias naturales; se puede elegir entre acupuntura, shiatsu, masoterapia, fangoterapia, meditación y talleres grupales de autoayuda y crecimiento espiritual (Norrild, 1998). A su vez, se abrieron restaurantes y casas de comida naturistas y vegetarianas, librerías que contienen material esotérico-místico-religioso, y en la mayoría de los comercios se venden piedras, cuarzos, velas y sahumerios como souvenirs o como lo típico del lugar. Los artesanos fabrican amuletos y talismanes para las diferentes necesidades físicas o espirituales, que se venden en las ferias o en puestos móviles cerca de los principales sitios de interés turístico. Asimismo, los motivos de los souvenirs turísticos –tales como llaveros, remeras, gorras,...