MUNDOS BIOINMERSIVOS
En este capítulo estudiaremos diversos procesos de inmersión que son propuestas conceptuales y sensibles en torno a lo vivo, la imagen y la tecnología (Hernández, 2010). Hemos denominado a estos trabajos mundos bioinmersivos, por su característica de inmersión física-tecnológica, conceptual o sensible, en un dispositivo capaz de articular un mundo posible a través de un sistema de interconexión entre dominios distintos de seres vivos orgánicos o artificiales.
El trabajo del artista colombiano Juan M. Castro, llamado Heliotropika, presentado en el 2011, en la exposición The Visceral, organizada por el grupo Symbiotica, en Dublín, es una instalación interactiva biomedial, en la que se generan conexiones en distintos niveles y entre agentes de naturalezas, en principio, distintas. Estos son microorganismos, humanos y energía. El proyecto se enfoca en las cianobacterias, por cuanto ellas simbolizan el surgimiento de la vida. Gracias a ellas, se produjo el oxígeno con el cual la mayoría de los seres vivos respiramos y existimos. Ellas constituyen un caso de borde de la vida. El interactor es invitado a entrar en el entorno y, a través de una interfase, a relacionarse con este conjunto de cianobacterias: se integra a la actividad fotosintética que se está realizando allí a partir de una luz dinámica que se desplaza en el espacio. Los participantes, tanto los visitantes como las cianobacterias y la luz, producen una actividad bioeléctrica, que los une en un proceso inmersivo y de conexión de sus morfologías tan diferentes, pero reunidas aquí por la energía que emite lo vivo.
El texto de la exposición la describe así:
Usando cultivo de células y visión computacional, este trabajo ofrece la actividad fotosintética de las cianobacterias en la forma de una estructura orgánica. También produce geometrías dinámicas de energía solar a través de analizar información ambiental. Simultáneamente, este trabajo transforma la actividad del sistema nervioso de cada participante, en “luz” para estimular las células. Como resultado, los visitantes y las cianobacterias se influencian entre sí, dando subsistencia a un sistema dinámico de retroalimentación. Este conjunto ofrece la posibilidad de interacción entre distintos dominios, organizando un sistema que puede proveer reflexiones e ideas acerca de patrones que dan cuenta de la coexistencia de la vida. (Symbiotica, 2016)
En esta obra, encontramos que la vida orgánica coexiste, si bien los organismos provienen de diferentes escalas y características. Se muestra en ello que las propiedades de lo vivo se transfieren a manera de información que permite la intercomunicación entre los dominios diferentes, el de las cianobacterias y el de los humanos principalmente. Esta comunicación se da en un proceso cognitivo al que los humanos no estamos acostumbrados o del que no tenemos conciencia. Es decir, las bacterias en general y los humanos estamos estrechamente relacionados, pero en entornos, por lo general, no disponibles para la observación humana, por la pequeña escala que no permite ver las bacterias a simple vista o porque estas se encuentran en entornos cerrados. Sin embargo, también sabemos que algunas bacterias que están presentes en nuestra vida cotidiana son indispensables, por ejemplo, para el metabolismo digestivo; mientras que otras nos resultan nocivas, como las que nos producen infecciones. En general, la presencia de las bacterias en nuestra vida no ha producido un aspecto cognitivo y estético antes. En este trabajo, ellas producen un mundo en el que nos damos cuenta de su existencia, en los niveles de la sensibilidad y la abstracción que generan la luz y su dinámica de vida. Asimismo, notamos que estamos relacionados a través de la tecnología como interfase o máquina de visión. Por otra parte, vemos cómo nuestro sistema nervioso puede ser traducido para la bacteria, en una forma que produce también “actividad” para ella. Por supuesto, el contexto de significación tiene dimensiones humanas. En lo que sabemos de él, ignoramos qué sensación produzca al conjunto de bacterias. Sin embargo, continúa siendo un contexto de entendimiento para nosotros. Nuestras características vivas, como las cognitivas, expresadas por el cerebro y el sistema nervioso, pueden tener una expresión aquí, en el nivel de la conectividad con otras formas de vida orgánica. Normalmente, no somos conscientes de este fenómeno. Este se convierte en un mundo bioinmersivo, que ofrece una forma de interacción y que contribuye a aumentar la creatividad en un sistema orgánico-artificial, al hacer una traducción escalar y de elementos (incluida la luz), que ponen de manifiesto la vida de las bacterias, en un nivel sensible compatible con nuestra percepción.
Acerca de producir vida de la no vida, el proyecto titulado Proto-animate 20, del artista André Brodyk, de Australia, trabaja con la diferencia no solo de grados entre lo que está vivo y lo que aparentemente no lo está, sino con el conocimiento limitado que tenemos sobre aquellas partes del proceso del mapa del genoma, que no sabemos aún para qué sirven. A esas zonas del ADN se les denomina no codificantes para vida. Como aún no estamos seguros para qué puedan servir, tienden a descartarse temporalmente. El artista australiano imagina un mundo en el que estas zonas del ADN están relacionadas con la aparición del alzheimer, que produce el retroceso de la memoria y del individuo también. En el proyecto, se construye un dispositivo con procesos de biotecnología, para “reanimar” algunas células provenientes de una zona del ADN de estas características. Todo dispuesto dentro de un espacio instalativo que recuerda un salón de clase con escritorios, sillas y tablero. Este espacio representa la idea del retorno al pasado del individuo que agita su memoria en la placa de Petri.
El trabajo es descrito así:
Proto-animate 20 está relacionada con material genético considerado inanimado, dado que no codifica para proteínas en un ambiente genómico. Sin embargo, esta característica tiene propiedades potenciales vistas desde otra perspectiva. En Proto-animate se construye una nueva secuencia de código, con 158 letras (bases) de ADN, derivadas de aquello que es considerado como la región no codificante de un gen. Este, conocido como APOE (Apolipoprotein E) normalmente es asociado con la enfermedad de Alzheimer en humanos. Esta secuencia es insertada en la bacteria E. coli y se convierte en el agente creativo principal en el trabajo. A través de este proceso, algo que previamente era inanimado, se vuelve animado, con vida, y es expresado poéticamente en un encuentro de memorias y repeticiones dentro del espacio de salón de clase, donde sucedió la niñez del artista. (Symbiotica, 2016)
Proto-animate trabaja con la idea de producir vida de la no vida, a través de un proceso intencionalmente negativo. Este selecciona solo aquella región del ADN determinada. El objetivo es cuestionar la diferencia radical entre lo vivo y lo que no lo está, y más bien hacer ver cómo los procesos cognitivos llevados a planos estéticos comunican otras posibilidades antes desconocidas. En otro sentido, igualmente negativo, el artista recrea la vida a partir de una enfermedad: el alzheimer. Una forma semejante a un rostro aparece emborronada en varias placas de Petri dispuestas sobre los escritorios de los estudiantes en el salón de clase, espacio de la instalación. El material protovivo se ha transformado en material simbólico y estético, para comunicar la idea del recuerdo, la memoria o su imposibilidad, tal como ocurre en la enfermedad citada. La imagen sobre la placa de Petri se hace fluida cada vez más. Es una imagen borrosa de sí mismo o de alguien que no se puede recordar a cabalidad, que representa el conjunto de memorias que se van perdiendo, como la indefinición de esta zona del ADN que creemos no codifica para la vida. A esto se suma el hacer ver que la producción de algo también implica su desaparición.
El trabajo Vision Splendid, de Alicia King, es descrito así:
Se trata de explorar procesos biotecnológicos en relación con el cuerpo ritual, físico y ético, a través de la aumentación del tejido humano en una forma escultórica. El tejido vivo creciendo en el biorreactor de vidrio es originario de una paciente femenina. Sus células fueron aisladas de una muestra de piel de una mujer africana de 13 años en enero 31 de 1969. Y fueron compradas en el catálogo de la Colección de Cultivo de Tejidos de Tipo Americano (American Type Culture Collection, ATCC). En este se encuentran organizados para la venta más de 4000 células de humanos animales y plantas. Buscando entre las miles de ofertas en el catálogo, se me ocurrió buscar las noticias de los obituarios en línea. Se estableció una relación para la obra. Las células y el tejido presentado aquí es una recorporeización en la forma contemporánea de un relicario vivo. El significado del relicario, el cual le da el nombre a la obra de Vision Splendid, es un producto de la biotecnología contemporánea y actúa como “milagro” último. Como un relicario (recuerdo) del fallecido, el cual reclama sangrar o sudar, como signo directo del poder del “creador”, en este caso, la institución. Justo como el huevo de Esparta, el cual fue visto como un verdadero relicario de la unión de Leda con el cisne, entonces ambos relicarios vivos pueden ser vistos como la validación de los frutos de la biotecnología. (Symbiotica, 2016)
Este trabajo es una fuerte ironía. Trata de la recreación de la vida, de la vida de vuelta, de la vida hacia atrás, a partir de un tejido cultivado que viene en un catálogo, y de su relación simbólica, hiperrealista con los relicarios antiguos. Este trabajo significa una memoria otra. Es un recuerdo de la persona, por cuanto literalmente se encuentra vivo y es una parte de dicho cuerpo. Recuerda los relicarios de las iglesias italianas, donde una parte del cuerpo del fallecido era conservado en un cofre, destinado a la visita y observación de los fieles. Sin embargo, este tejido es anónimo, pues se desconoce la historia o la vida de esta mujer. La obra es también un relicario de la institución misma, en cuanto que es ella la que se conoce y se divulga a través de la realización de un comercio. En general, es una memoria sobre la biotecnología.
La obra llamada Host, de Nigel Helyer (Australia), es descrita así:
[…] sugiere por un momento que abandonemos nuestra visión antropomórfica del mundo y pensemos en la vida y en la sexualidad desde la perspectiva de un insecto. Estamos invitados a unirnos a una audiencia de 200 grillos, quienes están escuchando una conferencia sobre la vida sexual de los insectos. Nos damos cuenta rápidamente que esta es más compleja e interesante que la nuestra. Una pantalla muestra la cabeza hablante, algo pixelada, del científico, y la otra pantalla muestra una imagen de una señal de osciloscopio. Esta imagen es una grabación directa de la actividad eléctrica en el centro nervioso aural del grillo, al escuchar la conferencia. Desde una perspectiva, la criatura se convierte en un tipo de micrófono electro-fisiológico, pero a un nivel metafórico más profundo, nos preguntamos si debemos reconsiderar nuestras propias percepciones asumidas del mundo. (Symbiotica, 2016)
Figura 1. Síntesis conceptual de Host, de Nigel Helyer, 2010
Fuente: Elaboración propia
Este trabajo busca transformar nuestra manera de pensar la percepción y la cognición, así como nuestro lugar en la naturaleza. A través de un proceso de comunicación entre especies, se produce una interacción entre el grillo y el humano. Las reflexiones que se originan tienen que ver con la forma como otras especies se reproducen, se comunican y perciben, y con nuestro conocimiento sobre ello. Así, nos damos cuenta del mundo relativamente cerrado en el cual vivimos debido al tipo de percepción que determinan nuestros sentidos. Requerimos de máquinas de visión, como el osciloscopio, para comprender las formas en que otras especies perciben y viven el mundo. En este sentido, la ampliación de la cognición humana transforma y aumenta nuestra percepción. Esto se traduce en un entendimiento diferente que pone en perspectiva lo que hemos asumido.
El trabajo Midas, de Paul Thomas y Kevin Raxworthy (Australia), se presenta así:
[…] es una instalación visual y de sonido, la cual amplifica aspectos de la experiencia al nivel nanoescalar. El proyecto presenta analogías con la maldición descrita en la fábula del rey de Phrygia, Midas, a quien Dionisio le dio el poder de convertir en oro, todo lo que tocara. Este don pronto se convirtió en una maldición, pues incluso su comida y bebida se transformaban en oro. El proyecto Midas emplea una célula de piel como metáfora visual para explorar cómo se podría tocar un cuerpo nanobiológico. Un microscopio atómico fue usado para producir imágenes de una célula de piel cultivada y el telescopio complementado con visión estereoscópica graba las vibraciones atómicas de la célula cuando la piel toca el oro. La instalación comprende un modelo tridimensional cubierto de oro y una proyección digital de la imagen de la célula de piel. El visitante toca el modelo recubierto de oro para “hacer sonar” (play) las vibraciones de los átomos y para iniciar la liberación de un conjunto de nanobots semiautónomos que consumen la imagen proyectada de la célula. (Symbiotica, 2016)
Figura 2. Inmersión perceptiva bionanoescalar
Fuente: Elaboración propia
Este mundo trabaja con la inmersión perceptiva a escala bionanotecnológica. Se interesa por la aumentación de las habilidades humanas, haciendo que tengamos acceso a escuchar y observar qué ocurre con una célula a esa escala, y a verla representada en la imagen de los nanobots que materializan sus acciones. Estos entran en interacción con la célula, a través del acto de tocar que realiza el visitante en tiempo real. Desde otro punto de vista, esto permite una aproximación estética al mundo ...