Capítulo III
La función de la escritura es una función Unaria
3.1 Lo unario del significante es la escritura del corte de lo simbólico en lo supuesto anterior real
Tal como adelantamos al comienzo de esta tesis, vamos a desarrollar la función de la escritura como rasgo y como letra. Este tercer capítulo va a recorrer, sin intenciones de agotar, un concepto de gran envergadura para la teoría psicoanalítica, el Uno.
Es alrededor de este concepto, que –señala Lacan, gira la cuestión de lo escrito. En el segundo capítulo hemos subrayado la ex -sistencia de un decir adosado al dicho, y cómo en eso que está dicho como semblante al precipitarse en una ruptura, se hace apertura a una modificación en el plano sintáctico es decir en el plano de la escritura. Esto fue trabajado con la doble vuelta de la banda bipartita de moebius que recorta al toro, ahí donde se indica que dicha banda se cose a una esfera, fijándose en un cross-cap de donde el acto de costura, será el punto fuera de línea (nombre que le da Lacan a la causa del deseo) o bien objeto a.
La ruptura del semblante es la posibilidad de que en el discurso, o dicho de otro modo, en el desarrollo de la verdad que proponemos como el esfuerzo de lectura, algo pueda escribirse. No hay escritura sin lectura, no desde la hipótesis que aquí estamos desarrollando; la escritura es segunda con respecto a la lectura. El esfuerzo de lectura implica la ubicación del sujeto en el discurso del que se trata, lo que es congruente con el saber puesto en lugar de la verdad. Como es plausible de ser leído en la formalización del discurso analítico, lo que se produce son significantes unarios, que en el seminario … ou pire será llamado el lugar del plus-de-gozar.
Como se mencionó anteriormente, se hace apertura, en el desarrollo de la verdad, a una modificación en el plano sintáctico. Acaso el desarrollo de la verdad en un análisis no sea sino el esfuerzo de lectura, la interpretación del analizante, a la cual es empujado por el analista.
La formalización topológica fue desarrollada en el último apartado del capítulo II, pues ahí donde se da una doble vuelta en el dicho, la banda bipartita de Moebius, puede ser cosida de-mostrando una verdadera banda de Moebius. Nosotros sugerimos que el vacío que se forma en la banda bipartita de Moebius es en sí una banda de Moebius. Por ello Lacan va a decir que la banda moebiana se presenta en el corte mismo, por medio del cual ella «desaparece» de su superficie.
En el tiempo donde hay un cierre y se cose efectivamente la banda bipartita de Moebius se muestra apareciendo como superficie la banda de Moebius, y es el tiempo del abarrancamiento, la ruptura del semblante, la posibilidad de que algo se escriba. ¿Cómo argumentar esto? Un modo de hacerlo es a partir del acto del costura de la banda de Moebius con la esfera, corte que produce un cross-cap, ya que el objeto que se produce en la costura es el objeto como la causa del deseo, es decir, que lo que se escribe en la precipitación de semblante es algo del orden del objeto, o siendo un poco más incisivos, la corrección del objeto mismo.
La corrección del objeto es congruente con la escritura del mismo como causa, lo cual se determina partir del decir que ex-siste al dicho.
Este objeto que se corrige está en íntima relación con el objeto que el sujeto se presta a ser en el fantasma, aunque, como se va a desarrollar en el capítulo IV, ese objeto también se construye. Proponemos la corrección únicamente para la escritura de la causa y lo diferenciamos del objeto en el fantasma en tanto que ese objeto es la jugada del sujeto para ser gozado por el Otro. Esto lo hemos desarrollado en el apartado 2.1 donde, con Lacan, reconocemos que la operación —o desarrollo— de la verdad, donde el sujeto realiza su no-ser, supone una instancia en la que la falta del sujeto en la cadena es la pérdida del objeto. Este objeto perdido que está al principio del acto como anterioridad lógica respecto a lo predicable supone un tiempo específico: lo que era ser.
Si la verdad está en imposibilidad de saber cuál es su producto, esta instancia temporal, el tiempo en donde se cose la banda bipartita de Moebius, supone que lo que no es reconocible por la impotencia de la verdad —pero no sin ella— se puede escribir, ya que es a partir del objeto que el sujeto se determina, cuando está capturado en los discursos. Esto quiere decir que está divido como sujeto, participando del deseo.
Vamos a dejar suspendido el desarrollo de la corrección del objeto, o la escritura como letra, para un oportuno desarrollo en el capítulo IV. Para poder llegar a ello es preciso un despliegue de la cuestión del Uno, en tanto no hay posibilidad de corrección alguna sin que se escriba el Uno que se produce, como va a ser llamado por Lacan aludiendo a los dos niveles del Uno.
Para ir situando la función de la escritura como una función unaria, vamos a comenzar con el argumento lógico sobre lo que refiere a lo unario, que Lacan señala que lo toma de la teoría de conjuntos, pero que en realidad proviene de la teoría de la lógica en general, y sirve para indicar una propiedad sintáctica de las expresiones del lenguaje —por ello sostenemos que la escritura refiere a la sintaxis—. A esto se le llama aridad de una letra. Las letras de predicado unarias representan propiedades de entidades. Las hay también binarias, que representan relaciones entre pares de entidades es decir hay letras n-arias.
Es posible interpretar una letra de predicado unaria utilizando la teoría de conjuntos, tal como Lacan lo sugiere, entonces su interpretación va a ser determinado conjunto. Si por el contrario la letra es binaria, su interpretación sería un conjunto de pares ordenados.
Siguiendo la lógica y la teoría de Lacan, y basándonos en el hecho de que emplea en más de una ocasión para ejemplificar su teoría del significante la paradoja de Russell, se propone escribir el rasgo unario desde la teoría de conjuntos como el conjunto vacío {Ø}, ya que este puede ser un conjunto unario cuyo único miembro sea el mismo conjunto vacío. Así es coherente aplicar la paradoja de Russell, pues si es un conjunto cuya ca...