Redescubrir la Palabra
eBook - ePub

Redescubrir la Palabra

Cómo leer la Biblia

  1. 224 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Redescubrir la Palabra

Cómo leer la Biblia

Descripción del libro

Máximo García Ruiz reconocido teólogo y pastor, admite abiertamente que en la primera fase de su formación teológica no logró resolver los numerosos interrogantes y contradicciones que le planteaba una lectura literal del texto bíblico. En una segunda fase, descubrió el concepto de relectura. Una etapa de aprendizaje que exige desaprender las ideas erróneamente asimiladas, a fin de poder leer la Biblia desde una perspectiva libre de prejuicios, incorporando herramientas capaces de ayudar a descubrir el qué y el por qué de su contenido. Este es el propósito del libro: guiar a los lectores de la Biblia del siglo XXI por el sendero de la relectura.

Preguntas frecuentes

Sí, puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento desde la pestaña Suscripción en los ajustes de tu cuenta en el sitio web de Perlego. La suscripción seguirá activa hasta que finalice el periodo de facturación actual. Descubre cómo cancelar tu suscripción.
Por el momento, todos los libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Perlego ofrece dos planes: Esencial y Avanzado
  • Esencial es ideal para estudiantes y profesionales que disfrutan explorando una amplia variedad de materias. Accede a la Biblioteca Esencial con más de 800.000 títulos de confianza y best-sellers en negocios, crecimiento personal y humanidades. Incluye lectura ilimitada y voz estándar de lectura en voz alta.
  • Avanzado: Perfecto para estudiantes avanzados e investigadores que necesitan acceso completo e ilimitado. Desbloquea más de 1,4 millones de libros en cientos de materias, incluidos títulos académicos y especializados. El plan Avanzado también incluye funciones avanzadas como Premium Read Aloud y Research Assistant.
Ambos planes están disponibles con ciclos de facturación mensual, cada cuatro meses o anual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¡Sí! Puedes usar la app de Perlego tanto en dispositivos iOS como Android para leer en cualquier momento, en cualquier lugar, incluso sin conexión. Perfecto para desplazamientos o cuando estás en movimiento.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Sí, puedes acceder a Redescubrir la Palabra de Máximo García Ruiz en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Teología y religión y Estudios bíblicos. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2016
ISBN del libro electrónico
9788494550089
CAPÍTULO II
El mundo judío
Aunque pudiera parecer una obviedad, tratar de entender la Biblia, especialmente el Antiguo Testamento y los Evangelios, sin tener un conocimiento siquiera básico del mundo judío, de sus costumbres, de sus fiestas, de sus prácticas más relevantes, es como pretender pilotar un avión sin haber entrado nunca en la cabina de mando y sin haber seguido un curso lo suficientemente extenso como para ser capaces de dominar la tecnología que permita manejarlo.
Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento se desarrollan en una cultura oriental cambiante de trasfondo semita. En lo que al Antiguo Testamento se refiere, la cultura de un pueblo en proceso de formación y de expansión, posteriormente en el cautiverio y, en algunas fases de su historia, en peligro de sufrir su extinción. Y en lo referente a la época del Nuevo Testamento, se percibe una nación en proceso de descomposición; una nación que se va desmoronando progresivamente y es testigo de cómo sus símbolos, tanto civiles como religiosos, son humillados y destruidos.
Un pueblo que reúne unas características propias, como es sentirse pueblo escogido por Dios; y ese convencimiento forja un ideario que ni la diáspora, ni la marginación social, ni las persecuciones, ni las matanzas a que es sometido, ni el holocausto nazi han sido capaces de borrar. Así, pues, en nuestro intento de aprender a leer la Biblia, no podíamos dejar de lado ofrecer una aproximación al mundo semita.
1. El Judaísmo como religión
En la propia Biblia existen vestigios de documentos escritos con anterioridad a los libros canónicos, de los que tenemos conocimiento a través del Antiguo Testamento, si bien se han perdido o, en algún momento fueron eliminados deliberadamente. Encontramos algunas pistas en Números, donde se hace mención al Libro de las batallas de Yavé (Números 21:14); o la conflictiva referencia que se hace en el libro de Josué a la detención del sol, una cita tomada del Libro de Jaser (Josué 10:12-13); o el Libro de las generaciones de Adán (Génesis 5:1), de donde se toma la genealogía desde Adán hasta Enoc, que introduce datos referidos a los años de vida de los personajes bíblicos más destacados, tan ignotos para nuestra comprensión contemporánea (Génesis 5:1-32). Isaías hace referencia al Libro de Yavé (Isaías 34:16). Aún se hace mención de otros libros de los que no han quedado vestigios, como Los hechos de Salomón, el Libro de la genealogía, Las crónicas de los reyes de Judá, De los reyes de Israel, De los hijos de Leví.[1] Una colección de documentos sobre los que nos preguntamos acerca del papel que podrían haber jugado como libros canónicos, al parecer incluso de mayor fuste que los que se han conservado, que fueron escritos con posterioridad.
Libros estos, junto a otros posibles de los que no tenemos noticia, que debieron contener muchas referencias míticas en torno a la creación y a la propia historia de Israel. Sobre ellos se han formulado muy diversas especulaciones, como hacerse la pregunta siguiente: si eran libros revelados y fueron entregados por Dios, ¿cómo es que han podido extraviarse?; y, si no lo eran, ¿cómo es que hay referencias a ellos en los libros canónicos del Antiguo Testamento, atribuyéndoles autoridad revelada e inspirada por Dios?
Otra literatura valiosa para conocer la evolución del judaísmo, a partir de los datos que encontramos en los libros del Nuevo Testamento, está en la dilatada bibliografía de los propios judíos ya en la diáspora, después de la destrucción del Templo a raíz de la desdichada guerra emprendida contra los romanos. Es a partir de esa época cuando se consolida la religión judía tal y como ha llegado hasta nuestros días, si bien debemos retroceder unos siglos para situarnos en sus comienzos.
El judaísmo como tal expresión religiosa surge a partir del cautiverio, que tuvo lugar desde el año 586 hasta el 537 a. C. Se trata del período de la historia en el que se da origen a la sistematización de las doctrinas tradicionales y se reconoce la autoridad de la Torá. Los profetas tienen un papel relevante en la primera fase de codificación de las normas y doctrinas; por su parte, los targumim, adquieren protagonismo desde la época del segundo templo. Los targumim eran las traducciones e interpretaciones de los textos sagrados que servían para facilitar al estudiante el conocimiento del Tanaj, como se denominan los 24 libros de la Biblia hebrea.
La influencia de los targumim se deja sentir especialmente a partir del año 70 d. C., cuando fue destruido el Templo de Jerusalén por las tropas romanas, un hecho que dio origen a la gran dispersión del pueblo judío. Su importancia queda registrada hasta la Edad Media, cuando cobra mayor protagonismo la hegemonía de los rabinos, convirtiéndose estos en los intérpretes únicos de la Tanaj.
No faltan, sin embargo, opiniones que sostienen que el judaísmo, stricto sensu, al menos el judaísmo normativo, se forma realmente a partir del desastre del año 70 d. C., al desaparecer el Templo y adquirir un papel relevante la Mishná, un cuerpo exegético de las leyes que consolida y codifica la tradición oral en armonía con la Torá. De la Mishná y de los comentarios y añadidos que se van haciendo a lo largo de tres siglos (la Guemará), surgirá el Talmud que, junto a la Torá, forma el cuerpo jurídico-religioso de los judíos.
Dos son los elementos que dan sentido al judaísmo del posexilio babilónico: la Ley y el Templo; alrededor de ambos gira la configuración del nuevo Israel y de su expresión religiosa. Tal es el impulso que alcanza la asunción de esta ideología que sus efectos se dejarán sentir igualmente entre los judíos de la diáspora, tanto en Egipto como en Babilonia, renovando y consolidando el sentido de «pueblo escogido» y la percepción de Eretz Ysrael como «tierra prometida por Dios»; ambos como signos prevalentes de identidad.
Así, pues, debemos distinguir entre reino de Israel, reino de Judá y judaísmo, términos que con frecuencia se confunden y utilizan indistintamente. Con anterioridad al regreso del exilio se habla de reino de Israel y, una vez dividido este reino en dos, en tiempos de Roboam y Jeroboam, hay que distinguir, aunque no siempre se consiga con suficiente claridad, a uno de otro reino, según sea el caso, aunque en su conjunto se utilice el genérico de «pueblo de Dios» o «pueblo escogido por Dios».
Es a partir del exilio, como apuntamos con anterioridad, bajo el impulso de Esdras y otros ideólogos formados bajo la influencia de la cultura babilónica, aunque fieles a la memoria y a la herencia de sus antepasados, y una vez reconstruido el Templo, cuando surgirá la fijación por escrito de las tradiciones transmitidas hasta entonces de forma oral y la sistematización de la doctrina; y, sobre todo, la elaboración formal de la normativa doctrinal, así como el establecimiento de una liturgia ceremonial que dará consistencia al judaísmo como religión.
Un factor importante que contribuye al proceso de consolidación de la religión judía es la crisis nacional en tiempos de los macabeos, surgida en el siglo II a. C., una crisis que bien pudo haber barrido definitivamente la identidad de ese pueblo mesiánico. Efectivamente, una vez profanado el Templo y destruidos muchos de sus signos de identidad, a lo que hay que añadir los efectos de la helenización que se produjo en algunos sectores relevantes de la sociedad, todo apuntaba, una vez más, al fin de Israel, no solo como estado, sino como pueblo. Por el contrario, esos factores negativos supusieron un revulsivo que afianzó con mayor consistencia su fortaleza identitaria que es capaz de reafirmar su convicción de ser pueblo escogido por Dios y de ser depositarios de una misión trascendental.
Precisamente en ese tiempo surgen los grupos que asumen el papel de liderazgo religioso y buscan la pureza y fidelidad a las tradiciones: esenios, saduceos, herodianos, fariseos, zelotes, etc., que, aunque diferentes entre sí, juegan en su conjunto un papel importante en tiempos de Jesús y, sobre todo, lo jugarán a partir de la destrucción del Templo, cuando han de enfrentarse al reto de mantener una fe consistente sin los dos soportes que le han dado razón de ser: el protagonismo de la Ley en el ámbito civil y el Templo como santuario para el encuentro con Dios.
Se dice, con razón, que el rasgo principal de la fe judía es el monoteísmo, la creencia en un Dios omnisciente, omnipotente y providente, pero es preciso recordar que, a pesar de la contundencia de Moisés y de la radicalidad de las Tablas de la Ley, tan explícitas en lo que a la idolatría se refiere (cfr. Éxodo 20), la propia Biblia da testimonio de lo renuente que fue el pueblo hebreo para desprenderse de las costumbres atávicas que arrastraba no ya solo por la herencia mesopotámica transmitida por Abraham sino por la influencia cultural recibida en Egipto y la contaminación ideológica proveniente de los pueblos cananeos con los que convive con mayor intensidad de la que una lectura superficial del Antiguo Testamento pudiera dar por supuesto. En cualquier caso, el monoteísmo judío va consolidándose con el paso del tiempo y se plasma y fortalece en la gran plegaria ...

Índice

  1. PORTADA
  2. PORTADA INTERIOR
  3. CITAS
  4. DEDICATORIA
  5. AGRADECIMIENTOS
  6. ÍNDICE GENERAL
  7. PÓRTICO. UN LIBRO IMPRESCINDIBLE
  8. CAPÍTULO I. A MODO DE INTRODUCCIÓN
  9. CAPÍTULO II. EL MUNDO JUDÍO
  10. CAPÍTULO III. EL MUNDO GRECORROMANO
  11. CAPÍTULO IV. CLAVES PARA ENTENDER LA BIBLIA
  12. CAPÍTULO V. EL MISTERIO DE LOS MILAGROS
  13. CAPÍTULO VI. RELECTURA BÍBLICA
  14. CAPÍTULO VII. ¿ES LA BIBLIA LA PALABRA DE DIOS?
  15. BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA Y REFERENCIA
  16. DATOS BIOGRÁFICOS
  17. CRÉDITOS